jueves, 11 de octubre de 2012


Pbro. Gabriel Martín Ghione
Homilía XXVIII durante el año:
 “Poner a Jesús en primer lugar”

Como Iglesia comenzamos el año de la fe y la Liturgia nos presenta este hermoso texto para meditar precisamente en torno a la fe.

El texto de hoy nos presenta mucho detalles interesantes para meditar: es una escena llena de miradas: “mirada con amor”, “Mirada fija”, “mirada panorámica”. Cuando Jesús le pidió lo más, llego al corazón de este hombre, lo miró con amor. La invitación de Jesús no sale de un desentendimiento sino de una mirada amorosa que es capaz de pedir el “tesoro” de la persona (Allí donde este tu tesoro, estará tu corazón. Jesús le pidió el primer lugar, le pidió que sea capaz de vender todo lo que poseía, de compartirlo y libremente seguirlo. En definitiva le pidió que asuma el estilo de vida propio de Jesús. El hombre se fue entristecido porque poseía muchos bienes. En el Antiguo Testamento el poseer bienes era signo de la bendición divina pero Jesús lo coloca subordinado al seguimiento. 


Las riquezas no muestran el favor divino y muchas veces hacen perderlo porque nos quitan de la centralidad de la vida y de la fe. Hay que decir que a medida de crecen las riquezas muchas veces se pierde el interés no solo por la fe sino por el compartir, la familia. En Argentina hemos experimentado en los últimos años un incremento considerable del confort: autos nuevos; casas nuevas, piletas y quinchos; un incremento considerable del consumo. Lo que no aumento ni en un 10% es el compartir y la solidaridad. La pobreza y la indigencia creció, las instituciones para sobrevivir tiene que hacer cada vez más eventos y maniobras, el voluntariado, el tiempo que compartimos, decreció considerablemente. Además crecieron la fragilidad familiar, el estrés, la agresividad producto de excesos en los tiempos laborales, la avaricia y las necesidades inventadas por esta sociedad de consumo. 

¡Qué difícil será para los ricos entrar en Reino de Dios! 
El Evangelio nos presenta un modo de vivir la vida, de vivir los valores del reino en donde el desprendimiento de nuestras riquezas (dinero, tiempos, talentos) es la clave del estilo de vida que nos presenta Jesús. Seguirlo a Jesús nos implica perder plata, tiempo y vivir la gratuidad en el uso de nuestros talentos.

Los discípulos se asombran de lo difícil de entrar en el Reino, de hecho Jesús nos manifiesta que es imposible para nosotros porque debemos vivirlo como un regalo de Dios, como una oferta gratuita. Dios ama la gratuidad y nos invita a vivir desde la gratuidad, no desde la conquista.

Cuando seguimos a Jesús experimentamos que recibimos el ciento por uno. Un 100% que se manifiesta en las relaciones que gestamos en el ámbito familiar, laboral, es un nuevo modo y estilo de relacionarnos que ya no viene marcado por la competencia, la agresión o la exigencia sino por la fraternidad, la gratuidad y el amor. Vivimos una nueva forma de relacionarnos con las personas y las cosas, la jerarquía de valores cambia.

Jesús en el seguimiento deseo ocupar el primer lugar, desea que nuestras decisiones y opciones de vida broten del seguimiento de su persona, asuman sus valores y su estilo. En este año de la fe debemos renovar nuestra decisión por seguirlo, por asumir su estilo, su mentalidad. La fe nos debe hacer cercanos a nuestros hermanos, ayudarnos a convertirnos en prójimos de los que sufren, cambiar nuestras estrechas miradas y prescripciones por el salir al encuentro, por provocar encuentro. Nos debe hacer servidores confiados, testigos de esperanza, motivadores de compromiso, gestados de solidaridad y hermandad.



Pbro. Gabriel Martín Ghione
Skipe: ghione.gabriel.martin

"Servidores de ustedes por amor de Jesús" 2 Cor 4,5

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