Pbro. Gabriel Martín Ghione
Homilía XXVIII durante el año:
“Poner a Jesús en primer
lugar”
Como Iglesia comenzamos el año de la fe y la Liturgia nos
presenta este hermoso texto para meditar precisamente en torno a la fe.
El texto de hoy nos presenta mucho detalles interesantes
para meditar: es una escena llena de miradas: “mirada con amor”, “Mirada fija”,
“mirada panorámica”. Cuando Jesús le
pidió lo más, llego al corazón de este hombre, lo miró con amor. La invitación
de Jesús no sale de un desentendimiento sino de una mirada amorosa que es capaz
de pedir el “tesoro” de la persona (Allí donde este tu tesoro, estará tu
corazón. Jesús le pidió el primer lugar, le pidió que sea capaz de vender todo
lo que poseía, de compartirlo y libremente seguirlo. En definitiva le pidió que
asuma el estilo de vida propio de Jesús. El hombre se fue entristecido porque
poseía muchos bienes. En el Antiguo Testamento el poseer bienes era signo de la
bendición divina pero Jesús lo coloca subordinado al seguimiento.
Las riquezas
no muestran el favor divino y muchas veces hacen perderlo porque nos quitan de
la centralidad de la vida y de la fe. Hay que decir que a medida de crecen las
riquezas muchas veces se pierde el interés no solo por la fe sino por el
compartir, la familia. En Argentina hemos experimentado en los últimos años un
incremento considerable del confort: autos nuevos; casas nuevas, piletas y
quinchos; un incremento considerable del consumo. Lo que no aumento ni en un
10% es el compartir y la solidaridad. La pobreza y la indigencia creció, las instituciones
para sobrevivir tiene que hacer cada vez más eventos y maniobras, el
voluntariado, el tiempo que compartimos, decreció considerablemente. Además
crecieron la fragilidad familiar, el estrés, la agresividad producto de excesos
en los tiempos laborales, la avaricia y las necesidades inventadas por esta
sociedad de consumo.
¡Qué difícil será para los ricos entrar en Reino de Dios!
El Evangelio nos presenta un modo de vivir la vida, de vivir los valores del
reino en donde el desprendimiento de nuestras riquezas (dinero, tiempos,
talentos) es la clave del estilo de vida que nos presenta Jesús. Seguirlo a
Jesús nos implica perder plata, tiempo y vivir la gratuidad en el uso de
nuestros talentos.
Los discípulos se asombran de lo difícil de entrar en el Reino,
de hecho Jesús nos manifiesta que es imposible para nosotros porque debemos
vivirlo como un regalo de Dios, como una oferta gratuita. Dios ama la gratuidad
y nos invita a vivir desde la gratuidad, no desde la conquista.
Cuando seguimos a Jesús experimentamos que recibimos el
ciento por uno. Un 100% que se manifiesta en las relaciones que gestamos en el
ámbito familiar, laboral, es un nuevo modo y estilo de relacionarnos que ya no
viene marcado por la competencia, la agresión o la exigencia sino por la
fraternidad, la gratuidad y el amor. Vivimos una nueva forma de relacionarnos
con las personas y las cosas, la jerarquía de valores cambia.
Jesús en el seguimiento deseo ocupar el primer lugar, desea
que nuestras decisiones y opciones de vida broten del seguimiento de su
persona, asuman sus valores y su estilo. En este año de la fe debemos renovar
nuestra decisión por seguirlo, por asumir su estilo, su mentalidad. La fe nos
debe hacer cercanos a nuestros hermanos, ayudarnos a convertirnos en prójimos de
los que sufren, cambiar nuestras estrechas miradas y prescripciones por el
salir al encuentro, por provocar encuentro. Nos debe hacer servidores
confiados, testigos de esperanza, motivadores de compromiso, gestados de
solidaridad y hermandad.
Pbro. Gabriel Martín Ghione
Skipe: ghione.gabriel.martin
"Servidores de ustedes por amor de Jesús" 2 Cor 4,5
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