miércoles, 31 de julio de 2013

No a la Deuda

 ¡Reparaciones y Soberanía Financiera Ya!
Jubileo Sur Américas




Querid@s amigos, colegas, compañeros
 Movimientos y organizaciones miembros de Jubileo Sur y otros

Estamos pidiendo su apoyo urgente a la declaración adjunta titulada "Reparaciones y soberanía financiera Ya!, que se presentará 01 de agosto a la "Cumbre Antiimperialista y anticolonialista Pueblos en Defensa de los Derechos Humanos y la plena vigencia de los tratados y convenios internacionales que regulan las relaciones entre los Estados".

Esta Cumbre ha sido convocada por los principales movimientos sociales de Bolivia, en respuesta a los recientes incidentes en Europa, cuando el permiso de sobrevuelo del avión presidencial de Evo Morales fue retenido por 4 países bajo el pretexto de que ésta quizás transportaba a Edward Snowden.

Uno de los temas especiales que la Cumbre abordará es el de la "soberanía financiera" y estamos seguros de que es una excelente ocasión para poner de relieve nuestra perspectiva y demandas generales de no-pago de la deuda colonial e ilegítima, reparaciones, y soberanía financiera, así como la llamada a la movilización durante la Semana Mundial de Acción contra la deuda, del 8 al 15 de octubre y, en particular, el 15 de octubre como Día mundial del no pago y reparación de toda la deuda ilegítima y Colonial.

Le invitamos a unirse a nosotros en esta presentación - con disculpas por la premura.

JUBILEO SUR / AMERICAS

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¡Reparaciones y Soberanía Financiera Ya!

Deudas coloniales – Deudas imperiales – Deudas patriarcales –

Deudas ecológicas – Deudas económicas – Deudas sociales –

¡Somos los pueblos los únicos acreedores!

"El sistema financiero capitalista mundial es colonial e imperialista, es un arma de los países poderosos para someter a los países en desarrollo y a los pueblos, para privatizar y mercantilizar, para someternos al control de las oligarquías y a la anarquía mercantilista del capital. Por eso, debemos desconocer y desmontar el sistema financiero internacional y sus satélites. Llamamos a los pueblos y a los gobiernos del mundo a romper las cadenas de la esclavitud del colonialismo financiero, ya que sólo la soberanía financiera y económica podrá permitirnos decidir soberanamente nuestro futuro.”

-Manifiesto de la Isla del Sol, Mandato 10

Jubileo Sur/Américas, junto al resto del gran movimiento popular latinoamericano, sureño y mundial,repudia enérgicamente el acoso y detención recientemente sufrido por el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma. 

Dicho trato constituye una violación flagrante del derecho internacional y representa una afrenta, no solo contra el pueblo boliviano y su presidente, sino contra todos los pueblos y países que valoramos la dignidad, el respeto al otro, la igualdad y la justicia como bases de la convivencia, cuando no la supervivencia misma. Es además una muestra contundente de que el sistema capitalista colonial e imperial sigue prendido a sus privilegios, sin escatimar esfuerzo para mantener de pie su dominio explotador, destructor y saqueador, afectado sin duda por las mismas crisis por ello desatadas.

No podemos ignorar la continuidad existente entre éste y otros golpes ejecutados en los últimos años por los mismos poderes coloniales e imperialistas, encabezados por EEUU, sus aliados europeos y las empresas transnacionales que impulsan, incluyendo los "cambios de régimen” efectuados en Haití (2004), Honduras (2009) y Paraguay (2012) y las acciones permanentes de desestabilización en contra de los gobiernos, como el de Bolivia, que han osado trazar caminos de soberanía e independencia. 

En estos y otros esfuerzos para mantener el orden de dominación y saqueo, reconocemos una centralidad a los diversos mecanismos de endeudamiento y sometimiento financiero que se han venido perfeccionando a lo largo de los siglos. Su persistencia y consecuencias hoy tornan a la reparación de las deudas acumuladas para con los pueblos y la Madre Tierra, y la recuperación de la soberanía financiera, en elementos y tareas imprescindibles de la lucha por la descolonización, la despatriarcalización, la justicia y el equilibrio tan anhelados y urgentemente necesarios.

Convocamos entonces a unir esfuerzos desde los pueblos originarios y afrodescendientes, las mujeres y toda la clase trabajadora de la Patria Grande de Nuestra América, de todo el Sur y del mundo entero, para lograr entre otros avances, lo siguiente:

1-Auditoría, anulación y no pago de las deudas impuestas ilegítimamente a los pueblos, los países del Sur y a la Pachamama, deudas tanto externas como internas que siguen siendo instrumentos de explotación y despojo, de chantaje y sometimiento, contrariando a los derechos y necesidades de los pueblos y la Madre Tierra e imposibilitando el logro de la soberanía, la equidad y el equilibrio del Vivir Bien. No admitir reestructuraciones ni canjes de deuda que sirven para blanquear deudas cuestionables, legitimar los procesos de saqueo e imponer intereses ajenos. Llamamos a movilizarnos todos y todas el 15 de octubre, Día mundial del No-pago y Reparación de las Deudas coloniales e ilegítimas(1), culminando la Semana de Acción mundial contra la Deuda que empieza el 8 de octubre.

2-Reconocimiento, sanción, reparación y no repetición de las deudas acumuladas para con los pueblos, los países del Sur y la Pachamama, como consecuencia de los crímenes cometidos, saldando de esa manera las enormes deudas históricas, patriarcales, sociales, económicas y ecológicas que han acumulado el sistema colonial, capitalista e imperialista y sus élites beneficiarias para con la posibilidad del Vivir Bien. Solidaridad y apoyo a las comunidades y países que resisten la acumulación de nuevas deudas ilegítimas en contra de los pueblos y la Madre Tierra por medio del atropello a los derechos, el saqueo financiero, los mega emprendimientos de infraestructura y extractivismo, el avance del capitalismo verde, la criminalización de la pobreza y la protesta y la militarización de nuestros países y vidas.

3-No firma, anulación y denuncia de los Tratados bilaterales y multilaterales de comercio y protección a las inversiones que privilegian al capital por encima de los derechos de las personas, de los pueblos y de toda la naturaleza e impiden a los estados la ejecución de políticas públicas soberanas y consecuentes con sus obligaciones en materia de derechos humanos y ambientales. Construcción y fortalecimiento de formas de producción e intercambio locales, regionales, solidarias y complementarias, que nacen del horizonte civilizatorio del Vivir Bien.

4-No firma, anulación y denuncia de los Tratados, contratos y leyes que menoscaben la soberanía de los pueblos y los países al renunciar a la inmunidad soberana, ceder jurisdicción a tribunales foráneos o reconocer la potestad de mecanismos arbitrales privados, incluyendo por ejemplo el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones), dependencia del Banco Mundial. Construcción de un nuevo orden jurídico comercial y financiero sobre la base de los derechos y necesidades de los pueblos y la Madre Tierra, la complementariedad y la suficiencia.

5-Desvinculación y cierre de las instituciones financieras y comerciales internacionales como el FMI, el Banco Mundial y los Bancos regionales de desarrollo, que promueven y protegen a los intereses del capital en desmedro de los derechos humanos, de los pueblos y de la Madre Tierra. Control soberano sobre los movimientos de capital y desmercantilización y desfinanciarización de la vida y los bienes naturales, incluyendo entre otros el reconocimiento y protección de los derechos humanos fundamentales al agua, a los territorios, a la soberanía alimentaria y energética, a la salud, la educación, la vivienda y las comunicaciones. Creación de nuestros propios instrumentos y sistemas financieros populares, comunitarios, estatales y soberanos, a partir del resguardo socializado de la riqueza producida y una arquitectura institucional al servicio de la ejecución de políticas públicas hacia el Vivir Bien.

¡Jallalla pueblos del mundo!

Manupxtanti? Jiwasanakarumanupxistuxa! Deuda? Somos los pueblos los acreedores!

No al colonialismo, al imperialismo, al capitalismo y al patriarcalismo!

Sí a los derechos de los pueblos y la Madre Tierra!

Reparaciones y soberanía financiera ya!

Nota:

(1) El 15 de octubre es la fecha del asesinato en 1987 del presidente de Burkina Faso, Thomas Sankara, a poco de haberse convocado a sus pares africanos a desconocer las deudas dejadas por el colonialismo y construir una nueva economía socialista al servicio de los pueblos. El Día mundial por el No-pago y Reparación de las Deudas Ilegítimas ha sido instituido desde hace varios años por los movimientos sociales que luchan por superar la dominación ejercida a través de esas deudas.
El 1% más rico 
aumentó sus ingresos en un 60% 
en los últimos 20 años


Las 300 mayores fortunas del mundo acumulan más riqueza que los más de 3.000 millones de pobres. Así lo afirma el profesor Jason Hickel, de La Escuela de Economía de Londres, asesor del movimiento The Rules, que lucha contra la desigualdad.

"Citamos estas cifras porque nos ofrece una comparativa clara e impresionante: las 200 personas más ricas tienen aproximadamente 2,7 trillones de dólares, y eso es mucho más que lo que tienen 3.500 millones de personas, que tienen un total de 2,2 trillones”, explica el economista. Jason Hickel, citando un estudio reciente de La ONG Oxfam, recalca que el 1% de los más ricos aumentó sus ingresos en un 60% en los últimos 20 años con la radicalización de las políticas capitalistas.

En el vídeo "La desigualdad de la riqueza mundial”, el movimiento The Rules expone cómo crece esta desigualdad social con el paso del tiempo en diferentes países. Así, durante el período colonial, la brecha entre los países ricos y los pobres aumentó de 3:1 a 35:1. Desde entonces, la brecha ha crecido hasta un nivel de 80:1.

De acuerdo con el economista, el crecimiento de la brecha se debe en parte a las políticas económicas neoliberales que instituciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) han impuesto a los países en desarrollo durante las últimas décadas.

"Estas políticas están diseñadas para liberalizar los mercados a la fuerza, abriéndolos a fin de dar a las multinacionales un acceso sin precedentes a tierra barata, recursos y mano de obra. Pero a un precio muy alto: que los países pobres pierdan alrededor de 500.000 millones dólares/año de su PIB”, explica el profesor citando al economista Robert Pollin, de la Universidad de Massachusetts.


Papa en Brasil

 Más agua a la olla
Frei Betto




El gesto más avanzado de Francisco en su visita al Brasil, hasta el momento, fue el aceptar el mate que le ofreció un peregrino anónimo mientras recorría la orilla de la playa Copacabana.

Si hay algo que los jefes de Estado temen es el envenenamiento. En general, viajan con sus propios cocineros. Francisco, en una demostración de su espíritu evangélico, no dudó en chupar la bombilla (como es conocido esa especie de canuto para llevar el mate del recipiente a la boca).

Y pensar que los jesuitas, en el siglo 16, en las reducciones guaraníes al sur del Brasil -y recordemos que Bergoglio es jesuita- llegaron a prohibir el mate por considerarlo una "hierba del diablo”…

El papa Francisco, en su discurso en la favela de Varginha, enfatizó que la fe no puede estar divorciada de las exigencias sociales. "Nadie puede permanecer insensible ante las desigualdades que existen en el mundo”, dijo, en una crítica contundente al individualismo y a las tendencias religiosas proclives al espectáculo pero indiferentes a los dramas de los oprimidos.

Criticó la "pacificación” (término infeliz que recuerda los primeros contactos de los blancos con los indios) de las comunidades empobrecidas, al afirmar que tal esfuerzo "no será duradero” en tanto persista "el abandono de la periferia”.

Es curioso que, al recordar las memorias sociales en nuestro país en estos últimos años no habló del "gobierno” sino de "los esfuerzos que la sociedad ha hecho para combatir el hambre y la miseria”.

El papa acentuó la importancia de la "cultura de la solidaridad, que ve en el otro no un rival o un número sino un hermano”, al describir el mundo actual como centrado en el egoísmo y en el individualismo.

Sólo le faltó ponerle nombre al perro: el neoliberalismo, que prioriza la competitividad y no la solidaridad, y que procura meter en todos nosotros no el anhelo por la ciudadanía sino por el consumismo y el hedonismo.

Francisco acertó en el diagnóstico. Nos queda encontrar las medicinas. Para la Iglesia en crisis una de ellas podría ser la comunidad eclesial de base, como la que se reúne en la capilla de San Jerónimo Emiliani y cuyo altar bendijo el papa. En Aparecida el año 2007 Bergoglio apoyó la aprobación delas CEBs.

Francisco recordó que "sólo cuando alguien es capaz de compartir es que se enriquece de verdad”. Y actualizó la doctrina social de la Iglesia al decir que "la medida de la grandeza de una sociedad viene dada por el modo en que trata a los más necesitados, que no tienen otra cosa más que su pobreza”.

El papa ha delineado claramente su visión de Iglesia: "Abogada de la justicia y defensora de los pobres, ante las intolerables desigualdades sociales y económicas que claman al cielo”. ¿Pero por qué hay tantos necesitados, tanta pobreza y tantas desigualdades? ¿cuáles son las causas?

Al criticar la educación mercantilizada orientada solamente a formar profesionales cualificados para el mercado ("simple transmisión de informaciones con el fin de generar ganancias”), Francisco podría haber delineado el plan de la "globalización de la solidaridad” por la superación de un modelo económico que concentra riquezas y que, en nombre del ajuste fiscal, promueve la exclusión social, como es el caso de los 25 millones de europeos desempleados, la mayoría jóvenes.

Ésta es la hora de "echarle agua a la olla” y apuntar alternativas, como la economía solidaria y el "bien vivir” de los indígenas andinos, cuyos valores coinciden con los del Evangelio.

Francisco no es un pastor que ordena e impone, sino que abre horizontes e imprime entusiasmo. Algo nuevo se mueve en la barca de Pedro.

Papa Francisco

 ‘Candelaria nunca más’
Cristiano Morsolin

Papa Francisco responde al llamado de la sociedad civil sobre el tema de los niños/as de calle durante la Jornada Mundial de la Juventud

"Candelaria nunca más", pidió el viernes el papa Francisco tras reunirse con presos menores de edad en Rio de Janeiro, en referencia al asesinato de ocho niños y adolescentes de la calle por parte de la policía delante de la Iglesia de la Candelaria en 1993, que estremeció al país.

El pontífice se reunió y rezó con ocho jóvenes prisioneros -seis chicos y dos chicas- de cuatro centros de detención de Rio, que le ofrecieron como regalo un rosario artesanal. Sobre la cruz figura la inscripción "Candelaria nunca más".

En las perlas están inscritos los nombres de los niños asesinados. El papa repitió entonces: "Candelaria nunca más" y pidió "rezar por todos los menores víctimas de violencia" que están en prisión o viven en las calles. Los jóvenes presos se sentaron en círculo en torno al papa en la sede del arzobispado de Rio, el palacio San Joaquín, en el barrio de Gloria, durante una media hora.

"Cada uno de ellos se levantaba a su turno y venía a sentarse cerca de él, para hablarle, llevándole objetos religiosos para que los bendiga", contó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

"Una de las chicas, muy emocionada, entonó una canción que había compuesto para el papa y le leyó una larga carta en nombre de todos", contó.

Brasil, 20 años de la matanza de niños de la calle en la Iglesia de la Candelaria

Estos días Brasil está viviendo un momento histórico con la visita del Papa Francisco, pero la misma no debe permitir que pase desapercibida la realidad de un país que emerge y se sumerge cíclicamente y que tiene con los denominados "moradores de rua" una deuda social histórica, y en la violencia un grave problema que no consigue resolver a pesar del paso de los años.

En el mes de abril de 2013 se tuvo un incremento del 22,1% de homicidios dolosos, respecto al mismo mes del año anterior. Los robos a establecimientos comerciales subieron más de un 16%, mientras los robos a transeúntes (no están contabilizados los hurtos) y las violaciones se incrementaron en un 15%.

Más de 32 mil homicidios dolosos, 257 lesiones corporales seguidas de muerte, 1.053 latrocinios, robo seguido de muerte, más de 5 mil muertos en enfrentamientos con la policía, 140 policías muertos en servicio, varias decenas de muertos cuando estaban de paisano, unas 34 mil personas desaparecidas, 27 mil tentativas de homicidio, y un número indeterminado de secuestros relámpago.

Estas son las escalofriantes cifras que publicó el Instituto de Seguridad Pública (ISP), para el período comprendido entre 2007 y mayo de 2013, en la ciudad de Rio de Janeiro.

Para el presidente de la ONG Rio de Paz, Antonio Carlos Costa, los números del ISP esconden las cerca de 10 mil personas asesinadas entre los 35 mil desaparecidos. "Los propios números del ISP están desactualizados. Según nuestras informaciones más de cuarenta mil homicidios se han registrado durante el gobierno de Sérgio Cabral", declaró para el periódico el Jornal do Brasil. Para concluir, "Y no olvidemos los miles de crímenes, asesinatos o desapariciones, que nunca fueron denunciados".

Estas cifras revelan la situación de violencia urbana en Rio de Janeiro.

Las alarmantes estadísticas llegan en un momento en que la "chacina" (limpieza) de Chatuba, ocurrida en septiembre del año pasado, tuvo ayer su primera audiencia. Y especialmente cuando la semana está marcada por una fecha tristemente histórica.

El día 23 de julio, se han cumplido 20 años de la conocida Chacina de la Candelária, donde seis menores de edad, entre 11 y 17 años, y otros dos adultos, dos jóvenes de 19 años, moradores de la calle, que vivían en los alrededores de la céntrica iglesia de Rio de Janeiro, fueron asesinados por varios miembros de la Policía Militar mientras dormían (1).

Por estas razones, el passado 23 de julio en Brasil se há realizado la Campanha Nacional de Enfrentamento à Situação de Moradia nas Ruas de Crianças e Adolescentes – Criança Não é de Rua (2).

El grito "Candelaria nunca más", lanzado por el papa en Rio tras reunirse con presos menores, es una respuesta al llamado de la sociedad civil que he liderado personalmente sobre el tema niños/as en situación de calle (3).

André Trigueiro es jornalista de Rede Globo, editor-chefe de "Cidades e Soluções”, professor de Jornalismo Ambiental de la Universidad Catolica PUC/RJ; há publicado mi articulo "Sociedade Civil propõe ao Papa Francisco de falar sobre a dívida social com relação a crianças de rua” (4), garantizando una cobertura mundial.

Carta abierta a Naciones Unidas

Un grupo de 74 expertos de la academia y de la sociedad civil a nivel mundial ofrecen una serie de recomendaciones a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos en relación con la iniciativa de la ONU para promover los derechos de los niños/as que trabajan o viven en la calle.

La carta, que responde a la iniciativa de la OHCHR para llevar a cabo un estudio sobre los desafíos, lecciones aprendidas y mejores prácticas para proteger y promover los derechos de los niños que trabajan y/o viven en la calle, señala que se hace necesario tomar en cuenta un cuerpo más amplio y mejor estructurado de fuentes y experiencias, para el desarrollo de futuros programas y la promoción de acciones que se basen en un enfoque adecuado, lo más eficientes posible en términos de recursos y para alcanzar medidas cuantificables. En este sentido, alertan sobre una serie de aspectos que requieren un examen de mayor profundidad. 

Entre los firmantes de la misiva se encuentran el Prof. Jaap E. Doek - Presidente del Comité de Naciones Unidas sobre Derechos de los Niños/as (2001-2007), Mr. Nigel Cantwell-Fundador DNI, Manfred Liebel, coordinador de la Red Europea de Maestrías ENMCR y Vernor Muñoz, relator ONU por el derecho a la educación 2004-2010 (5).

El Premio Nobel por la Paz Adolfo Pérez Esquivel también apoya esta carta abierta subrayando que "las sugerencias que realizan los expertos son valiosas. Creo de vital importancia tener en cuenta para esta oportunidad la participación real de los niños, niñas y jóvenes en el diseño e implementación de políticas de infancia y sobre todo a ser escuchados en sus experiencias. Finalmente toda acción que pueda ser llevada adelante en pos del mejoramiento de la calidad de vida de los niños y niñas que viven o trabajan en la calle debe ser tenida en cuenta para que, de este modo, cesen inmediatamente las violaciones a sus derechos” (6).

Evo Morales sorprendido porque el papa le expresó su admiración y lo bendijo

El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó que quedó sorprendido porque el papa Francisco le expresó su admiración y lo bendijo durante el encuentro del pontífice con los mandatarios que asistieron el domingo a su misa en Brasil.

"Ayer en ese contacto breve que tuvimos, no públicamente, aunque algunos medios de comunicación acompañaron, el papa ¿qué me dijo? 'Evo, mi admiración, te acompaño con bendiciones, bendiciones'. Tres veces ha repetido el término bendiciones el papa. Me ha sorprendido de verdad", relató el mandatario boliviano en un discurso.

Agregó que Francisco es una persona "muy sencilla" y que le gustó su mensaje de que "hay que servir al pueblo sin miedo", porque él como mandatario coincide con ello, pues su Gobierno da ese servicio, sin descanso y de forma incondicional, según manifestó.

El gobernante asistió a la misa en Río de Janeiro invitado por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, junto con los mandatarios de Argentina, Cristina Fernández, y Surinam, Desire Bouterse.

También comentó que si la Iglesia Católica relanza la teología de la liberación, su Gobierno acompañará ese proceso que, a su juicio "es un principio religioso de liberación de los pueblos".

Agregó que coincide también con el papa en que "el cristiano debe ser un revolucionario" en estos tiempos y consideró que "Jesucristo ha sido el primer socialista del mundo que ha dado su vida por los demás".

Desde que llegó al poder, Morales ha tenido varios enfrentamientos con la jerarquía de la Iglesia Católica, a la que ha acusado de actuar políticamente en su contra porque la cúpula eclesiástica ha hecho algunas críticas contra su Gobierno.

La Constitución promulgada por Morales en 2009 declara que Bolivia es un Estado independiente de la religión y garantiza la libertad de todas las creencias, de acuerdo a sus cosmovisiones.

Para escenificar esa pluralidad, el Gobierno organiza regularmente actos oficiales en los que participa Morales y se invita a orar a representantes de diversos cultos, entre ellos los indígenas dedicados a la "Madre Tierra" o Pachamama y el sol.

Morales, que este año ha aclarado que no es ateo, hoy reiteró la importancia de que en Bolivia las diversas iglesias y cultos tengan los mismos derechos y deberes (7).

Francisco se consagra en Brasil como el Papa de los indignados

"Los jóvenes en las calles quieren ser protagonistas del cambio. Por favor no dejen que otros sean protagonistas del cambio”, pidió el papa argentino durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

La playa de Copacabana es un lugar ideal para pegarle un giro a la Iglesia en clave tropical. Ante una impresionante muchedumbre silenciosa de tres millones de jóvenes, papa Francisco remató su consigna de revolución con una poderosa llamada de cambio. Tanto en la Iglesia y en la conversión personal como en el plano social, una secuencia que para él es natural, la misma cosa, y de hecho por primera vez habló de forma explícita de las protestas de los últimos años: «He seguido atentamente las noticias sobre tantos jóvenes que, en muchas partes del mundo, y también aquí en Brasil, han salido a las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna. Son jóvenes que quieren ser protagonistas del cambio. Los aliento a que, de forma ordenada, pacífica y responsable, motivados por los valores del evangelio, sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas de sus países» (8).

La favela que ha visitado el Pontífice es concretamente la de Manguinhos, en la que viven entre 1.500 y 2.500 personas y que desde hace ocho meses está 'pacificada', lo que significa que cuenta con vigilancia policial 24 horas al día, que por sus calles ya no se escuchan tiros y que los narcos no imponen su ley.

El Papa ha advertido durante su visita a la favela que ningún esfuerzo de 'pacificación' será duradero, ni habrá armonía y felicidad en una sociedad si ésta ignora, margina y abandona en la periferia una parte de sí misma. "Una sociedad así, simplemente se empobrece a sí misma; más aún, pierde algo que es esencial para ella", sentenciaba. "La medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que trata a quien está más necesitado, a quien no tiene más que su pobreza".

El Papa ha revelado la receta que a su entender los poderes públicos tendrían que aplicar para poner fin a la desintegración y la injusticia social: una educación integral, derecho a la salud y derecho a la seguridad. Con la precisión de que la reclamación de una mejor sanidad y educación públicas, así como la condena de la corrupción, han sido una constante en las protestas que en las últimas semanas han sacudido a Brasil, y que ayer recibieron un nuevo y claro espaldarazo por parte de Francisco.

"Queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés. A ustedes y a todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague. La realidad puede cambiar, el hombre puede cambiar. Sean los primeros en tratar de hacer el bien, de no habituarse al mal, sino a vencerlo. La Iglesia los acompaña", aseguró el Papa a las miles de personas congregadas en el campo de fútbol de Manguinhos. "Es necesario dar pan a quien tiene hambre; es un acto de justicia", sentenció.

Francisco ha destacado asimismo que la Iglesia tiene la obligación de ser "abogada de la justicia y defensora de los pobres ante intolerables desigualdades sociales y económicas, que claman al cielo". Y añadió, dirigiéndose a los residentes en la favela: "La Iglesia está con vosotros, el Papa está con vosotros" (9).

El papa Francisco critica la conducta del capitalismo

Víctor Flores Olea, en el diario La Jornada de México, resalta que "lo que ha brillado más y en mi opinión ha tenido más importancia en sus palabras como sumo pontífice, es su insistencia, cada vez que hay oportunidad, en criticar de frente y abiertamente tal vez el núcleo más profundo del capitalismo: su afán de lucro, el estilo de vida que lleva a unos cuantos (relativamente) a poner en primer lugar y sobre todas las cosas la ganancia y la acumulación de riqueza, como suprema forma de vida y como efectiva conducta, y tal sería, a sus ojos, y a los de muchos otros, la catástrofe más honda del mundo moderno, el pecado capital por definición de la clase hoy más enriquecida. Y creo que este énfasis descubre el verdadero núcleo del capitalismo, resultando extraordinario que sea un papa católico el que haga la denuncia, pero así es y esto no se puede ocultar. Por supuesto que el Papa no llama a modificar tal estado de cosas por vía revolucionaria o radical-material, sino más bien por una revolución o un cambio radical de las conciencias que puedan llegar a desechar y apartarse tajantemente de tal visión de la vida dominada por la ambición y el lucro. ¿Será posible? (10)

Hacia una pedagogía mundial democrática

Teivo Teivainen es profesor de Política Mundial, director del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Helsinki y Director del programa de Democracia y Transformación Global de la Universidad de San Marcos en Lima, Perú (11). 

Teivo Teivainen (12), responde que "Muchos de los críticos de las teorías tradicionales del desarrollo plantean que es muy difícil y también poco aconsejable para los países pobres tratar de seguir el llamado camino de desarrollo europeo. Estas críticas son importantes y por lo general correctas. En muchos casos, sin embargo, no cuestionan con suficiente claridad la dicotomía entre países "adultos” y países "menores”. Ahora hay señales de algo que puede romper más radicalmente el esquema tradicional del desarrollo. 

(..) La idea no es solo revertir las teorías tradicionales del desarrollo y sugerir que América Latina represente el futuro a secas. Más bien, la propuesta de lo que quiero llamar pedagogía cosmopolita es que hay que abandonar de manera radical la idea lineal de desarrollo. Esto 

no significa negar que la experiencia europea tenga elementos interesantes para aprender.

Sin embargo, hay que superar las concepciones basadas en la analogía entre el desarrollo del ser humano y el desarrollo de un país. Uno de los (muchos) pasos necesarios para democratizar las relaciones de poder mundiales es dejar de conceptualizar a los países pobres y periféricos como niños. La crisis europea abre algunas perspectivas para avanzar en ese camino.

Un reto fundamental para el futuro de la humanidad es llevar las conquistas democráticas a instancias de poder del capitalismo global.

Ese proyecto tiene que enfrentar el doble desafío de romper con el economicismo y las pedagogías de dominación colonial. La crisis actual nos puede abrir algunas pistas. Obviamente en Europa no podemos practicar un extractivismo intelectual y simplemente aplicar soluciones copiadas desde fuera. No es una cuestión de solo prestar modelos desde el Sur sino también aprender con el Sur.

Con todas sus ambigüedades y contradicciones, los procesos de transformación en América Latina, son un ejemplo que nos ayuda a buscar modelos más democráticos en diferentes escalas. Lo económico puede ser democratizado. El mundo puede ser descolonizado” (13).

¡Se puede descolonizar la Iglesia Católica? "Que el cardenal Jorge Bergoglio haya optado por el nombre de Francisco (en homenaje a San Francisco de Asís, el santo de los pobres), ya es todo un programa", dijo a la AFP el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, padre de la Teología de la Liberación TL, junto al fallecido jesuita uruguayo, Juan Luis Segundo. 

"Ya se puede hablar de una reconciliación con la teología de la liberación", dijo a la AFP, Jeffrey Klaiber, profesor estadounidense de historia de las religiones en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

"El cambio en el énfasis se debe a que el Papa es argentino, latinoamericano, y se trata, además, de un pastor cercano de alguna manera a la praxis de la teología de la liberación", subraya Klaiber.

El ex sacerdote brasileño Leonardo Boff, uno de los promotores de la TL que fue condenado al silencio por Juan Pablo II por sus posiciones radicales, destacó en su blog a inicios de julio que "la práctica pastoral del Papa Francisco está en la línea de la Teología de la Liberación".

"Eso es verdad porque el Papa está haciendo suyos términos que la teología de la liberación ha usado desde el principio: 'iglesia de los pobres', 'tenemos que estar con los pobres', 'la Santa Sede tiene que ser más austera'", acotó la teóloga Gladys Huamán, investigadora del Centro de Estudios y Publicaciones (14).

Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, difunde articulo de Morsolin

Los jóvenes de las grandes ciudades, olvidados de la política en las altas esferas, son una vez más quienes encabezan la lucha. Mayoritariamente no organizados, expresan, muchos de ellos, por vez primera su descontento tomando las calles, ocupando el espacio público y haciendo oír su voz. Lo que empezó como una protesta contra el aumento abusivo de las tarifas del transporte público, en uno de los países con las tasas más altas en comparación con los ingresos populares, ha derivado en una movilización ciudadana sin precedentes, la más importante en la historia reciente de Brasil, como recuerda Rosilene Wansetto, coordinadora de Jubileo Sur en Brasil (15).

Esta movilización ciudadana en Brasil parece ser al centro de la atención de la Presidenta Dilma Rousseff que ha difundido en su web mi último artículo escrito por la agencia ADITAL, con este mensaje: "O clamor da juventude marginalizada no Brasil na Jornada Mundial da Juventude (JMJ) - Artigo de Cristiano Morsolin sobre as recentes manifestações populares no Brasil, papa Francisco comentou que são justas e que seguem o Evangelho. O argentino revelou sua preocupação com a exclusão social de jovens”(16).

NOTAS

(1) http://bajoelfuego.blogspot.com/2013/07/brasil-20-anos-de-la-matanza-de-ninos.html
 (2) http://www.criancanaoederua.org.br
 (3) http://www.ecodebate.com.br/2013/07/24/brasil-sociedade-civil-propoe-que-papa-francisco-fale-sobre-a-divida-social-com-relacao-a-criancas-de-rua
 (4) http://www.mundosustentavel.com.br/2013/07/sociedade-civil-propoe-que-papa-francisco-fale-sobre-a-divida-social-com-relacao-a-criancas-de-rua-2
 (5) http://www.equidadparalainfancia.org/carta-abierta-a-naciones-unidas-945/index.html
 (6) http://www.voltairenet.org/article175698.html
 (7) http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/evo-morales-sorprendido-porque-el-papa-le-expreso-su-ad-articulo-436744
 (8) http://www.elcomercio.es/v/20130729/sociedad/francisco-consagra-brasil-como-20130729.html
 (9) http://www.elmundo.es/america/2013/07/25/brasil/1374765491.html
 (10) http://www.jornada.unam.mx/2013/07/29/opinion/019a1pol
 (11) http://www.democraciaglobal.org/agenda/773-seminarioqhorizontes-de-transformacion-en-la-politica-mundial-geopolitica-poder-empresarial-y-movimientos-socialesq-con-teivo-teivainen
 (12) Teivo Teivainen: Pedagogía del poder mundial. Relaciones internacionales y lecciones del desarrollo en América Latina. Cedep, Lima 2003. Disponible sin costo en http://www.into-ebooks.com/book/pedagogia_del_poder_mundial
 (13) http://alainet.org/publica/alai483w.pdf
 (14) http://www.hoy.com.do/el-mundo/2013/7/18/490383/Papa-Francisco-marcara-reconciliacion-con-la-Teologia-de-la-Liberacion-en
 (15) http://www.ecodebate.com.br/2013/07/29/o-clamor-da-juventude-marginalizada-no-brasil-na-jornada-mundial-da-juventude-jmj/
 (16) https://www.facebook.com/BlogDaDilma

30.07.2013
 DATOS

sobre

RíO DE JANEIRO 



Durante una rueda de prensa celebrada el martes 30 de julio, el arzobispo de Río de Janeiro, Dom Orani João Tempesta y el presidente del Comité Organizador Local de la JMJ Río 2013 evaluaron el evento y presentaron los resultados que han "superado las expectativas".

Según la nota publicada en la página web oficial de la JMJ éstos son los números:
Los peregrinos presentes en la Misa de Clausura fueron  3,7 millones, seis veces mayor que la número de presentes en el primer acto central, la misa de apertura (600.000). El impacto económico fue significativo. Los visitantes gastaron  1,8 mil millones, según cifras del Ministerio de Turismo.

En total, más de 3'5 millones de personas participaron en la JMJ Río 2013, que contó con eventos en Copacabana, Quinta da Boa Vista, Río Centro y en diversas parroquias de la ciudad. La ceremonia de acogida del santo padre el día 25, reunió a 1'2 millones de personas en la playa de Copacabana. En cuanto al Vía Crucis, llegó a 2 millones de personas el día 26. En la vigilia, cerca de 3'5 millones de jóvenes estuvieron presentes en Copacabana.

Fueron 427 mil inscripciones de 175 países. Peregrinos inscritos con alojamiento, alcanzaron 356.400.


Perfil de los inscritos

La JMJ Río2013 contó con una presencia masiva de latinos. Los países con mayor número de inscritos fueron Brasil, Argentina, Estados Unidos, Chile, Italia, Venezuela, Francia, Paraguay, Perú y México. Del total de inscritos internacionales, el 72'7% estuvieron en Brasil por primera vez y un 86'9% nunca había participado en una JMJ.

Hubo más de 70.000 descargas en el sitio web oficial y más de 200.000 visitas. Facebook recibió más de 1,1 millones de seguidores  y flickr superó 10.000 descargas.

Entre los peregrinos inscritos, el 55% eran mujeres, el 60% de los participantes de entre 19 y 34 años. Se inscribieron 644 obispos, de los cuales 28 cardenales. Además se inscribieron 7.814 sacerdotes y 632 diáconos. Para cubrir la JMJ Río2013 se acreditaron 6.400 periodistas de 57 países.

El evento también contó con 264 locales para las catequesis, en 25 idiomas. Participaron 60.000 voluntarios y más de 800 artistas en los Actos Centrales. Un total de 100 confesionarios estuvieron expuestos en la Feria Vocacional y Largo da Carioca y 4 millones de hostias producidas, 800.000 para la Misa de Envío del domingo.

La generación de residuos fue inferior a otros acontecimientos que se organizan en Copacabana, como el Fin de Año. La Compañía Municipal de Limpieza Urbana (Comlurb) eliminó 345 toneladas de residuos orgánicos y 45 toneladas de materiales reciclables durante la JMJ Río2013. La cifra representa un 10% menos que el registrado en el  último Año Nuevo .
Transparencia financiera: 
ha llegado la hora de los obispos

Papa Francisco aceptó la renuncia de los arzobispos de Lubjana y Maribor debido a un hueco de 800 millones de euros. Se habla también de cuestiones patrimoniales como motivo de la renuncia del obispo de Yaoundé
 Giorgio Bernardelli




El arzobispo de Lubjana, Anton Stres, y el arzobispo de Maribor, Marjan Turnsek, salieron del escenario el mismo día. En ambos casos, el Papa aceptó la renuncia siguiendo el párrafo 2 del canon 401 del Código de Derecho Canónico, que dice: «Se ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo». Es una medida fuerte la que impulsó el Vaticano hacia la Iglesia eslovena, que perdió a los arzobispos de dos de sus diócesis involucrados en un “crack” financiero. Todo esto llega después de que Benedicto XVI (el 13 de febrero de 2011) hubiera acogido, según el mismo canon, la renuncia del predecesor de Turnsek en Maribor, el arzobispo Franc Kramberger. 





Justamente debido al caso de la arquidiócesis de Maribor (cuyo obispo auxiliar durante algunos años fue también el arzobispo de Lubjana, Anton Stres), son el centro de la medida vaticana. El caso explotó clamorosamente en 2010, cuando la Santa Sede envió a Eslovenia un visitador apostólico para que investigara con respecto a una serie de peticiones anómalas relacionadas con la petición de préstamos en Roma. Surgió un panorama vergonzoso, con una arquidióceisi que, a través de estas operaciones financieras de alto riesgo, había acumulado deudas por un valor de 800 millones de euros a través de los bancos y compañías telefónicas y televisoras (incluida una red que transmitía programas pornográficos). Benedicto XVI puso en marcha medidas en contra del entonces arzobispo de Kramberger. Pero la reconstrucción de los hechos permitió llegar a conocer que la imprudente gestión de las finanzas locales había comenzado en 2003. Se confirmó, además, que mons. Stres (nombrado en 2009 arzobispo de Lubjana) y mons. Turnsek (obispo coadjutor que habría sucedido a mons Kramberger) tenían graves responsabilidades en el caso. Y hoy, finalmente, llega su renuncia. 





Paralelamente al anuncio de la Sala de Prensa vaticana, el arzobispo Stres en Lubjana pronunció una conferencia de prensa en la que dijo haber sido informado el 29 de abril: Papa Francisco le habría pedido la renuncia a la guía de la mayor sede episcopal de Eslovenia. El arzobispo acogió la invitación e indicó que no tenía nada que esconder y que nunca había escondido sus responsabilidades en el caso de Maribor: «Espero y rezo a Dios que el paso que he dado –declaró– contribuya a restituir a la Iglesia eslovena la reputación que merece». El arzobispo Turnsek hizo una declaración muy parecida: «He heco lo mejor que he podido para afrontar la situación –escribió–, pero por diferentes razones no lo he logrado». 





Más allá del caso particular de la arquidiócesis de Maribor, cabría preguntarse si esta decisión tan resuelta indica que el recorrido para evaluar con rigos los comportamientos financieros que quiere Papa Francisco se irá extendiendo desde el IOR hasta el gobierno de las diócesis de todo el mundo. De hecho, en Camerún hubo otra renucnia que ha causado polémicas, la del arzobispo de Yaoundé, Simon-Victor Tonyé Bakot, que fue presidente de la Conferencia Episcopal del país. También en el caso del arzobispo africano, el lunes pasado el Papa Francisco aceptó su renuncia según el mismo canon del Código de Derecho Canónico. Y, como siempre, la Santa Sede no ofreció ayores detalles al respecto. Pero también en este caso podría tratarse de una cuestión financiera, o por lo menos se puede deducir de la nota que publicó ayer la edición francesa del sitio de la Radio Vaticana: «Según la prensa de Camerún, mons. Bakot se habría visto involucrado en numerosas operaciones inmobiliarias»; habría incluso recibido las críticas de algunos de sus fieles y de parte del clero debido a la gestión de los terrenos propiedad de la diócesis. El sitio de “Jeune Afrique” sostiene que la diócesis de Yaoundé posee el mayor patrimonio inmobiliario del país, después del estado.
Causa Angelelli: Hora de Justicia
  Luis Miguel Baronetto 

 El Tribunal Oral Federal de La Rioja notificó que el próximo 28 de octubre se iniciará el juicio por el homicidio del obispo Enrique Angelelli. Después de 37 años la Justicia tendrá la oportunidad de sellar lo que el pueblo dijo el mismo 4 de agosto de 1976, cuando se disfrazó de accidente automovilístico el atentado criminal en las cercanías de Punta de Los Llanos.

 El obispo llevaba oculta tras el asiento de su camioneta la carpeta con la información reunida sobre el asesinato de los dos sacerdotes de Chamical. Una fotocopia de esa carpeta fue vista por el policía federal Peregrino Fernández en el escritorio de Albano Harguindeguy, entonces Ministro del Interior. Así consta en el expediente judicial. Fue el motivo inmediato del crimen, que en realidad se preparó desde mucho antes con el ataque a la pastoral diocesana promotora de los empobrecidos por un sistema feudal de explotación.

 El Informe final de la Comisión Provincial de Derechos Humanos de La Rioja, de 1984, registró: “De modo sistemático y avieso, toda militancia política se la relacionó directa o indirectamente, con las orientaciones diocesanas, convirtiendo de por sí en ‘ilícitas’ o ‘sospechosas’ toda vinculación con la Iglesia riojana…La obra comunitaria alentada por Monseñor Angelelli es equívocamente asimilada a una filosofía ‘comunista’, valiéndole por ello ser catalogado de ‘subversivo’…”. Los testimonios recogidos por esta Comisión fueron contundentes.

 Ramón Alfredo Olivera, el ex preso político que entonces denunció el hostigamiento del “teniente Milani”, dijo: “En lo relacionado de una manera directa con la Iglesia del obispo Angelelli, me preguntan en un momento si él apoyaba a CODETRAL (cooperativa de trabajo), dije que era público que apoyaba esa inquietud. En la declaración que me harían firmar bajo amenaza pondrían que yo había dicho que Angelelli apoyaba ‘incondicionalmente’ a CODETRAL; es no obstante en mi relación con las monjas del Divino Maestro y con el sacerdote Antonio Gil, párroco de la Vicaría del Espíritu Santo, donde ponen mayor interés en que diga que son guerrilleros”. (T.21).

 Teresa E. de Maza declaró que un oficial de gendarmería le dijo: “Contésteme sólo con una palabra: A la iglesia de Angelelli dónde la coloca, ¿a la izquierda o a la derecha?”. La detenida al responder: “en la doctrina de Cristo”, es amenazada para que responda sólo con “izquierda o derecha”. (T.121).

 Estos y otros relatos contenidos en el Informe de derechos humanos, incorporado al expediente por el asesinato de Mons. Angelelli, amplían el panorama de persecución, difamación y amenazas que lo fueron cercando hasta que la dictadura militar consumó el crimen.

 Decisión de alto nivel

 En 1976 el obispo Jerónimo Podestá, sancionado entonces por el Vaticano, escribió al Cardenal Raúl Primatesta: “Amigos de todo orden, pero sobretodo altos oficiales bien compenetrados de la situación política y militar, me anunciaron un sombrío recrudecimiento de la represión irracional, arbitraria y me aconsejaron que me cuidara muchísimo pues podrían pasar cosas muy desagradables. Es decir que el alto nivel militar conocía perfectamente ciertos planes que muy lamentablemente se han ido cumpliendo. En la mitad de Julio, ellos me informaron que la irracionalidad represiva tendría a partir de fin de mes un nuevo pico con episodios muy graves. Eso dio mi presente salida del país, pero formé antes el proyecto de pasar por Santa Fe y Córdoba, para conversar con vos y con Zaspe.

 Lamentablemente la penuria de medios económicos demoró y finalmente impidió el cumplimiento de este propósito… Lamento no haber llegado hasta Uds. pues quería advertirles del peligro que podía correr algún representante de la Jerarquía. Un amigo militar me dijo que yo podría ser un excelente candidato para provocar terror y miedo, otros pensarán que Zaspe o vos podrían ser objeto de algún hecho intimidatorio. Pero otro vocero militar dijo a unos amigos, que no sería yo- pues me consideran fuera de la Iglesia- sino que el candidato de elección era Angelelli y que le quedaban pocos días.”

 Y sigue: “A menos de un mes, el 1 de setiembre de 1976, el Departamento de Estado de los EEUU fue informado en un cable secreto por uno de sus agentes que “el obispo Angelelli habría sido asesinado por un escuadrón de la muerte derechista”.

 Abundan los testimonios y las pruebas de este “homicidio provocado por la intervención intencional y voluntaria de un automóvil marca Peugeot, color blanco, que habiendo embestido e interponiéndose en la línea de marcha de la camioneta Fiat Multicarga que conducía Angelelli, provocó el accidente del cual resultare la muerte de Angelelli y las lesiones del testigo Pinto”, según la resolución del juez Daniel Herrera Piedrabuena del 6 de diciembre de 2012.

 Serán juzgados por homicidio agravado (en el caso del obispo Angelelli), tentativa de homicidio (en el caso de su acompañante Arturo Pinto) y asociación ilícita: Luciano B. Menéndez, jefe del Ejército con jurisdicción en La Rioja; Luis Fernando Estrella, de la Base Aérea de Chamical y Juan Carlos “La Bruja” Romero, comisario del Departamento policial N° 2 de Informaciones de La Rioja.

 Fue excluido por insania el militar Edilio Cristóbal Di Césare, ex jefe de policía. Y sobreseídos por fallecimiento los imputados Jorge Rafael Videla y Albano Eduardo Harguindeguy.

 Tampoco llegarán a ser juzgados otros acusados que fallecieron antes: los ex tenientes coroneles Osvaldo Pérez Battaglia y Pedro Malagamba, el ex vicecomodoro Lázaro Aguirre y otros de menor jerarquía militar. La muerte dejó en la impunidad la autoría criminal de estos militares; y el largo reinado de las leyes de impunidad impidió avanzar en investigaciones sobre los autores inmediatos o ejecutores directos del atentado criminal.

 Muchos fueron los intereses que obstaculizaron, de diferentes modos y en diversas etapas del proceso, el desarrollo de las investigaciones. A pesar de ello y de las leyes de impunidad, el reinicio de las actuaciones posibilitó determinar los responsables de los hechos criminales.

 Por la trascendencia de este juicio se pretenderán dilaciones para mantener la impunidad de los autores. Y la de sus cómplices: los poderosos de La Rioja que lo hostigaron y las jerarquías que callaron. Sin embargo, después de la larga y activa espera, la hora de la justicia ha llegado.

 Luis Miguel Baronetto es querellante en la causa por el asesinato de Monseñor Angelelli y Director de la revista Tiempo Latinoamericano.
Kliksberg: 
“Toda mi construcción es a partir de la Biblia que tiene un mensaje ético de una profundidad excepcional”

En una entrevista exclusiva con la Agencia Judía de Noticias, el economista se sirvió de un mensaje del Papa Francisco para advertir que en la actualidad “la solidaridad es más necesaria que nunca”. El próximo 6 de agosto será distinguido con el Premio a la Solidaridad y la Lucha por la Responsabilidad Social, que en forma conjunta entregarán Cáritas y la AMIA junto a un importante grupo de empresas y ONGs.





 Hablar de Bernardo Kliksberg es asociarlo con la responsabilidad social empresaria, el capital social, y, sin duda, su palabra se cruza de manera habitual con algún pasaje de la Torá.

“Todo tiene que ver con la Torá. Toda mi construcción desde la gerencia social, pasando por el capital social y el programa de valores éticos surgieron a partir del texto bíblico que tiene un mensaje ético de una profundidad excepcional”, apuntó el economista, quien el próximo 6 de agosto será distinguido con el Premio a la Solidaridad y la Lucha por la Responsabilidad Social, que en forma conjunta entregarán Cáritas y la AMIA junto a un importante grupo de empresas y ONGs.

En este sentido, el economista que suele asesorar a organismos internacionales como Naciones Unidas, apuntó contra la especulación financiera que permite el enriquecimiento del uno por ciento de la población del planeta mientras que del otro lado mueren niños porque no tienen agua o alimento.

Más allá de las realidades de mundo moderno, Kliksberg será distinguido de manera inédita por dos entidades que son emblemas de la comunidad judía argentina y de la Iglesia Católica, pero también de la sociedad argentina.

Además, este premio cuenta con el respaldo de más de 30 organizaciones como la Unión Industrial Argentina (UIA), la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Cámara Argentina de la Construcción.

También se encuentran la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Acción Católica, Techo, Foro Ecuménico Social, Fundación Internacional Jorge Luis Borges, Fundación Ernesto Sábato, Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA, Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR) y Red Latinoamericana de Universidades por el Emprendedurismo Social (REDUNES).

A estas se agregan la Fundación Observatorio de Responsabilidad Social (FORS), Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, FONRES, Nuevo Hogar Ledor Vador, Universidad de Belgrano, Universidad de la Matanza, ORT Argentina, Universidad Católica de Salta (UCASAL), Universidad Nacional de José C. Paz (UNPAZ), Centro de Formación en Integración Regional (CEFIR- Uruguay), Congreso Judío Latinoamericano, Ieladeinu, y Fundación Cláritas.

“En lo personal esta distinción es muy importante porque la iniciativa tiene por finalidad estimular a que la ciudadanía argentina participe en causas de solidaridad y de responsabilidad social y ese solo hecho hace muy valioso el premio y sirve para estimular a la gente a participar en la AMIA, en Cáritas, en Un Techo o en otras organizaciones”, expresó Kliksberg.

El reconocido economista sostuvo que esta distinción le da “nuevos instrumentos” en la lucha que da contra la pobreza, la desigualdad y la pobreza.

Para Kliksberg, “la solidaridad es más necesaria que nunca” y en este pedido el economista no se siente solo porque cuenta con el apoyo del Papa Francisco, quien alertó que el mundo está en “una crisis moral”.

El economista señaló que “cada 15 segundos muere un niño por falta de agua potable en el mundo”

“El Estado de Israel es uno de los estados con menos agua del planeta y a nadie le falta agua potable porque fue una prioridad desde el momento de la Independencia. Cada gotita de agua que llueve es aprovechada al máximo”, señaló Kliksberg, quien destacó los sistemas de riego impulsados por los profesionales israelíes y que se extendieron por todo el mundo.

El analista lamentó que no esté asegurada el agua para todos, lo que es “central en el instrumento bíblico, como también los alimentos y el trabajo.

A todo esto, Kliksberg también alertó sobre los 300 millones de jóvenes que están fuera del mercado laboral, lo que representa el 20 por ciento del mundo. “Frente a estos grandes problemas más que nunca hace falta que la ciudadanía se movilice y sea solidaria, denunciando y presionando para que haya soluciones”, agregó.

Este año, Kliksberg publicó su último libro “Ética para empresarios”, una publicación que está orientada a la responsabilidad social empresaria y que es libro número 56.

En este sentido, el economista indicó que es “muy estimulante como contestaron los empresarios” sobre la responsabilidad social. “Cuando el libro se presentó en la UIA hubo 700 empresarios y la publicación va por la cuarta edición, hay mucho interés en la sociedad y en los empresarios por discutir la responsabilidad social”, resaltó.

“Hoy una empresa no es responsable solo por pagar sueldos sino que también debe preocuparse por si son saludables y producir sin que haya accidentes de trabajo. Todas las fábricas de Bangladesh están sostenidas sobre la base de la explotación de los trabajadores, en su mayoría mujeres, que reciben 37 dólares por mes bajo condiciones que no están garantizadas las condiciones mínimas de seguridad”, comentó.

En uno de los últimos hechos trágicos ocurridos en Bangladesh, más de 1120 operarios murieron al colapsar una fábrica.

Además, Kliksberg consideró que se debe trabajar para “cuidar a los consumidores, el personal, el medio ambiente y construir políticas públicas”.

En el caso de la Argentina, el economista señaló que uno de los puntos de preocupación es la situación de la juventud, dado que la quinta parte está excluida del mercado laboral y del sistema educativo.

En este sentido consideró que se debe trabajar para ayudar a los jóvenes excluidos, lo que a su entender permitirá reducir a la delincuencia.

“La empresa privada puede ayudar muchísimo con programas conjuntos. Doy ejemplos de cómo hacerlas. En Chile, hay un programa impulsado por Michelle Bachelet a través del cual las empresas contratan a los jóvenes y el Estado paga una parte del sueldo”, comentó Kliksberg, quien resaltó que a través de este plan fue contratado el 90 por ciento de los postulantes.

En la Argentina citó el caso de la Red de Empleo de la AMIA, que está formando trabajadores en más de 13 provincias y logra que “miles de jóvenes desocupados sean incorporados al mercado laboral”. “Las empresas están respondiendo a la acción en conjunto, lo que yo llamo el triángulo virtuosos”, añadió.

En lo que hace a la solidaridad, para Kliksberg, “la Argentina es un país de primera línea en potencial de solidaridad y lo demostró en la crisis de 2002 cuando 8 millones de argentinos se mostraron solidarios a través de la AMIA y Cáritas, fortaleciendo la alimentación de los más pobres”.

“Cada vez que se convoca al pueblo argentino, la respuesta es multitudinaria, eso hay que premiarlo e incentivarlo. Hay que preparar al voluntariado”, dijo.

El acto de entrega de la distinción se realizará el próximo 6 de agosto, a las 19 horas, en el Auditorio de la AMIA, en Pasteur 633 de la ciudad de Buenos Aires.

En la ceremonia hablarán el obispo Monseñor Oscar Ojea, presidente de Caritas Argentina, el titular de la AMIA, Leonardo Jmelnitzky, y el Vicerector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y decano de su Facultad de Ciencias Económicas, Alberto Barbieri.

Kliksberg, considerado el padre de la Gerencia Social y de la Ética para el Desarrollo, precursor del capital social, autor de decenas de obras de difusión mundial, es uno de los pioneros a nivel internacional, en el pensamiento y la lucha por el fortalecimiento de la sociedad civil, el voluntariado, el emprendedurismo social, y la responsabilidad social corporativa.

Oración de petición

 Andrés Torres Queiruga

Veo que teólogos amigos renuevan aquí la pregunta acerca de la oración de petición. El problema tiene tal importancia y ejerce un influjo tan grande en la imagen que nos hacemos -y que anunciamos- de Dios, que me animo a contribuir también al diálogo. Es un tema que me preocupa hondamente. No polemizo con mis amigos -Pikaza y Espeja-, pero quiero manifestar mi opinión distinta; por eso reproduzco un artículo escrito antes. (Lo presento en la forma abreviada que publicó Selecciones de Teología y que he mantenido también, por claridad, en mi Libro reciente Alguien así es el Dios en quien yo creo, Trotta 2013).

Sólo pediría -entre nosotros, sí, es necesaria la petición- que la lectura se fijase en dos aspectos: 1) que lo que se discute no es la oración, sino tan sólo de un modo de orar; y 2) que los argumentos son teológicos, desde ese Dios de amor infinito e iniciativa absoluta, que es quien llama y convoca, quien "está a la puerta y llama". Lo digo porque respecto de 1) la defensa de la petición suele hacerse desde valores que pertenecen a la oración como tal, y que la petición no sólo no niega sino que, al contrario, mantiene y purifica. Y respecto de 2) suele verse el rechazo de la petición como autosuficiencia humana (cuando es exactamente lo contrario: dejarnos rogar y convencer por Dios) o apoyada en consideraciones de determinismo o indeterminismo físico (cuando se trata únicamente de confesar que Dios está haciendo todo lo que de Él depende y de intentar responder a su llamada para colaborar con su amor siempre activo, que "no duerme ni dormita" vigilando a favor de nuestro bien).

Cómo estamos todavía bajo el terrible impacto del accidente en Santiago de Compostela, rogaría que considerásemos, despacio, en serio y situándonos expresamente ante el Dios-Abbá anunciado y vivido por Jesús, lo implicado en oraciones típicas de petición: ¿Pedirle a Él, el compasivo y misericordioso, que tenga compasión de las víctimas? ¿Rogarle que evite estas catástrofes, lo que objetivamente implicaría o bien que no creemos de verdad en lo que decimos o bien que, si lo creemos y Él no lo hace, es culpable, al menos por omisión? Aquí asoma ciertamente el terrible problema del mal, sobre el que sería también preciso hablar con mucho más cuidado teológico, si no queremos anunciar un Dios sin amor o poder de salvar.


INTRODUCCIÓN NECESARIA

El problema y la intención

Ante una exposición del tema de la oración de petición se producen dos reacciones. Por un lado, cuando se expone la visión del Dios cristiano como amor entregado sin reservas, que no quiere ni permite el mal, aparece siempre alguien que concluye: entonces no es necesario pedirle nada a Dios, puesto que nos lo está dando todo. Por el otro lado, la reacción es opuesta cuando el tema es presentado por sí mismo de modo aislado: entonces decir que no se cree necesaria la oración de petición suscita irritación o agresividad. Puede tomar la dirección personal del que se siente cuestionado y aun agredido en algo muy íntimo, o la doctrinal del que cree amenazado el núcleo de la experiencia cristiana o de la misma fe en Dios.

Ante la reacción doctrinal, el diálogo va a resultar muy difícil, si no imposible. Se da por supuesto que se sabe ya lo que piensa y quiere decir exactamente quien hace esa afirmación y se supone también que parte de las objeciones típicas contra la oración: que Dios es inmutable, que no se interesa por nosotros, que las leyes físicas... En la personal, que está descalificando la conducta de los que piden, que cuestiona tanto la tradición como las claras afirmaciones de la Biblia al respecto. De ahí que la reacción global sea defender la doctrina objetiva y preservar la propia vida religiosa. Pero se comprende también que ni los motivos son éstos ni esa la intención.

Ante todo se trata de una postura teológica. Sus motivos nacen justamente de la reflexión sobre la experiencia del Dios de Jesús y tratan de asegurar su coherencia. Lo que importa es acoger a Dios tal como él se nos revela y preservar la originalidad de su amor, aunque esto suponga romper evidencias y quebrar rutinas psicológicas. Por eso, aunque de entrada pueda parecer que se dice lo mismo que en las típicas objeciones "filosóficas", en realidad se dice todo lo contrario.

Es obvio que no se trata de "juzgar" conductas ni menos de "descalificarlas". Lo único que se busca es afinar la experiencia de la oración y ayudar a una más rica e intensa vida religiosa, conservar lo mejor de lo anterior y enriquecerlo. En este sentido, cuestionar la "oración de petición" quiere ser sólo un medio de proteger y fomentar la "oración" como tal, de la que aquella es sólo una modalidad muy concreta. No se trata de orar menos, sino más y mejor.

En ningún momento se pretende tampoco negar los valores reales ni los méritos históricos de la oración de petición. Ha dejado monumentos admirables de piedad personal y colectiva y sigue siendo vehículo de hondas experiencias religiosas. Quizá ha llegado la hora de mejorar el vehículo, conservando sus valores y evitando las disfunciones que creemos haber descubierto.

Un cambio necesario

Los hombres y mujeres actuales no somos mejores o superiores que nuestros antepasados, sino que estamos en un momento histórico distinto, de un cambio cultural profundo. Y esto no es una opción voluntaria: es algo que está ahí y nos desafía.

Empezando por una constatación prácticamente universal en la vida misma de los creyentes que ha alcanzado intensidad y madurez: la oración de petición, por un lado, reduce cada vez más su espacio, pasando de las necesidades "materiales" a las "espirituales"; y, por otro, va cediendo ante otras modalidades: acogida, alabanza, acción de gracias... En segundo lugar, está el hecho de una creciente crítica filosófica, que se agudizó en la modernidad, pero que venía ya desde muy antiguo.

Que nuestra reflexión quiera ser teológica, con motivos y conclusiones diferentes de los de la crítica filosófica, no significa que la deje de lado. Una teología de la oración que no deje cuestionar su coherencia por la crítica filosófica y no aproveche la riqueza de sus razones, se empobrece a sí misma y acaba generando una "mala conciencia" a base de justificaciones artificiosas y forzadas, fatales para la misma fe.

Que se produzca una cierta resistencia instintiva, no debe extrañar. Sucede cuando hay un cambio de paradigma: aparecen resistencias instintivas; mucho más, cuando se tocan resortes emotivos y vitales muy profundos, como en la oración. Se acude a remiendos que modifican para no cambiar. Así se calma la angustia, pero se retrasa la solución. Una de las responsabilidades más urgentes y fundamentales de la fe hoy radica justamente en actualizar la comprensión de la fe, haciéndola significativa y vivible para los hombres y mujeres de hoy.

El proceso expositivo

En este caso tiene importancia el curso concreto de la exposición. Caben varias posibilidades. La primera podría ser empezar por el testimonio bíblico. En el otro extremo, cabría partir de las objeciones modernas contra la oración de petición. No seguiremos la segunda, porque plantearía la discusión desde una perspectiva "externa", que deformaría lo más decisivo de nuestra intención, que se dirige justamente a reflexionar desde la entraña misma de la oración cristiana. Tampoco seguiremos la primera, porque haciéndolo así se da por supuesto que ya sabemos lo que dice la Biblia al respecto, cuando en realidad lo que intentamos es averiguarlo más allá de la superficie literal. Justamente uno de los esfuerzos importantes de este artículo consistirá en intentar comprender qué significa de fondo la llamada -repetida e innegable- de Jesús a la petición. Lo único que hemos de hacer es interpretarla con el instrumental hermenéutico actual.

El proceso de exposición intenta ser más orgánico. Parte de lo más central: la figura de Dios que se nos revela en Cristo y del tipo de relación -de Dios con nosotros y de nosotros con Dios- que de ella se deriva. Desde este núcleo, leeremos los dichos de Jesús sobre la concreta oración de petición e intentaremos comprenderlos a esa nueva luz: no imponiéndoles un nuevo significado, pero tampoco dando por supuesto que ya conocemos el que deben tener para nosotros hoy.

Como paso intermedio, se analizarán también las razones por las que, aun supuesta esa imagen cristiana de Dios, muchos siguen opinando que la oración de petición representa un modo coherente y adecuado de relación con él. De paso, y en lo posible, se harán las alusiones imprescindibles a las objeciones nacidas dentro de la sensibilidad moderna.

MÁS ALLÁ DE LA ORACIÓN DE PETICIÓN

¿Tiene sentido "pedir" a un Dios que es amor ya siempre entregado?

Del Dios a quien se reza depende el modo como se le reza. Por eso todo innovador religioso y todo maestro espiritual ha introducido un modo peculiar de oración. Los mismos discípulos de Jesús le pidan que les enseñe a orar "como Juan" enseñó a los suyos (Lc 11,1).

La pregunta del presente subtítulo quiere marcar desde el comienzo su carácter teológico. Interroga desde la plenitud positiva de Dios y no desde las típicas objeciones a las que de ordinario atiende la defensa de la oración de petición. No parte ni de la objeción psicológica del posible egoísmo humano o del intento de manipular a Dios, ni de la ético-sociológica de que sería una dimisión de la propia responsabilidad, ni de la filosófico-teológica de un Dios impersonal o de una total e intangible autonomía humana. Mira hacia el Dios cuyo rostro se fue configurando en la larga experiencia bíblica hasta culminar en el Dios de Jesús de Nazaret. Ante ese Dios, que es Abbá, es decir, padre que ama sin límite y perdona sin condición, que "cuando todavía éramos pecadores" (Rm 5,8) nos entregó a su Hijo, que nos lo ha dado todo y sigue siempre presente y operante en el mundo y en la vida (Jn 5,17)... ¿tiene sentido la petición?

Se subraya la dirección expresamente teocéntrica de la pregunta: la solución podrá ser más o menos acertada, la intención se dirige a que nuestra oración responda a lo que Dios es y quiere ser para nosotros; la preocupación consiste en respetar del mejor modo posible la irrestricta generosidad de su amor y la exquisita delicadeza de su oferta. En definitiva, se trata de ejercer consciente y respetuosamente nuestra relación de creaturas necesitadas de salvación, acomodándonos al modo en que el Creador realiza su entrega salvadora.

Algo cuya profundidad y trascendencia se confirma en cuanto meditamos un poco el trasfondo ontológico implicado en la presentación que de Dios hace la tradición que culmina en Jesús. Desde el Abbá evangélico vemos al Creador como el que ha hecho al hombre por amor, y sólo por amor (no precisamente "para servirle", expresión que evoca lo que dice el poema babilónico de la creación: Marduk creó al hombre para que los dioses "puedan reposar"). Lo crea y lo sostiene continuamente en el ser, con la única y exclusiva preocupación de hacerle avanzar, apoyándole en su esfuerzo por una realización lo más plena y humana posible.

Todo nuestro ser está perennemente amasado por su dinamismo amoroso, que se manifiesta y encarna en el impulso vital, en el deseo del bien, en el ansia de fraternidad y plenitud. Ese impulso en lo que tiene de empuje hacia la realización personal y social respeta la libertad humana y se ejerce como ofrecimiento gratuito. Esta libertad, por su parte, es una libertad finita, jamás plenamente dueña de sí misma, continuamente lastrada por la inercia y asediada por el instinto. Dios, que nos ha creado y "sabe de qué masa estamos hechos", se vuelca sobre nosotros, aplicando todo su ser, que "es amor" (1 Jn 4,8.16), para ayudarnos, potenciarnos, dinamizarnos. De tal suerte que vivir auténticamente es acoger su dinamismo realizador y salvador, ser es "dejarse ser" por él, actuar es aceptar y "consentir".

Vivir "desde Dios", ése es el gran descubrimiento de toda experiencia religiosa auténtica. De la cristiana lo es, si cabe, con mayor razón, dado su carácter personal e histórico. "Nadie puede acercarse a mí si el Padre que me envió no tira de él", dice el Jesús joánico (Jn 6,44); y "ya no vivo yo, vive en mí Cristo" (Gál 2,20). Ese es, por tanto, el más genuino y definitivo programa de vida: abrirse a Dios, dejarse trabajar por la fuerza salvadora de su gracia. No "conquistarlo", sino dejarse conquistar por él; no "convencerlo", sino dejarnos convencer... no "rogarle", sino dejarnos rogar. ¿No va por ahí la misteriosa y fascinante sugerencia del Apocalipsis: "Mira que estoy a la puerta llamando: si uno me oye y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos"? (Ap 3,20)

Toda oración, para ser auténtica, tiene que insertarse en este movimiento fundamental. Movimiento en sí obvio, pero a contracorriente del imaginario habitual y de las formulaciones espontáneas que lo ocultan y desvían, aparece en los momentos vivos o en las experiencias más lúcidas e intensas. Entonces se hace patente "la paradoja de la oración" (Tillich). Comentando Rm 8,26-27, afirma Tillich: "La esencia de la oración es el acto de Dios que está trabajando en nosotros y eleva todo nuestro ser hacia él. El modo como sucede es llamado por Pablo 'gemidos'. Gemido es una expresión de la flaqueza de nuestra existencia creatural. Sólo en términos de gemidos sin palabras podemos acercarnos a Dios, e incluso estos suspiros son su obra en nosotros".

En el fondo, todos lo sabemos o presentimos, y por eso toda oración, hecha con espíritu sincero, lo supone y lo busca. Esa es la razón por la que muchos se desconciertan y se sienten ofendidos e irritados cuando se les dice que su oración de petición no es coherente con el Dios revelado en Jesús: ponen el acento en el "su", en la intención subjetiva con que oran (que es genuina y auténtica); pero no ven que la crítica acentúa el "de petición", es decir, analiza y quiere corregir la estructura objetiva de las fórmulas que expresan (distorsionándola) aquella intención.

Esto será todavía más fácil verlo si ponemos al descubierto el esquema imaginativo que subtiende a la petición. El "desde Dios" originario está recubierto por imágenes opuestas, de gran fuerza, porque apenas son conscientes y se dan por obvias desde la infancia: no Dios en nosotros y en la realidad, volcado, sustentándonos desde dentro con todo su amor siempre en acto; sino nosotros acá y Dios allá, que nos observa, instruye, manda, juzga, nos ayuda enviándonos de vez en cuando algún auxilio... Hay que dirigirse a él, llamarle para que venga, pedirle que intervenga, acaso ofreciéndole algún don o haciendo algún sacrificio... Honestamente, resulta muy difícil negar que ese es el esquema subyacente y activo en la mayoría de las oraciones de petición y que objetivamente está implicado en todas. En este "estar objetivamente en todas" vamos a insistir.

Los inconvenientes de la oración de petición

La presente insistencia no obedece a un capricho gramatical o a un elitismo teológico. Se trata de algo mucho más grave. No sólo del "honor" de Dios, del respeto que nos merece su imagen y de la exquisita fidelidad con que debemos intentar acoger el modo de su presencia amorosa. La estructura objetiva de las palabras tiene por sí misma un influjo grave, más allá de la voluntad del que las pronuncia. Este influjo puede ser paliado pero no eliminado a fuerza de intención subjetiva.

Pedir algo a alguien implica dos supuestos fundamentales: informarle -caso de que no lo sepa- de una necesidad o deseo y tratar de convencerlo para que actúe (lo cual implica también que se cree que puede hacerlo). En el caso de Dios, es obvio que el primer supuesto carece de objeto: lo conoce todo. El peso cae en el segundo supuesto: lograr que Dios se decida a hacer algo porque nosotros se lo pedimos.

Para avanzar, pongamos un ejemplo acaso un poco brutal, pero que puede escucharse cualquier domingo en cualquier iglesia: "Para que en Etiopía no pasen hambre / Señor, escucha y ten piedad". ¿Qué se está implicando ahí? Lo que se dice implica que los orantes toman la iniciativa: conocen la necesidad y se compadecen de ella. Y hay alguien que puede remediarla, pero o bien no la ha advertido todavía o bien no está muy dispuesto a usar su poder; entonces ellos se aplican a moverlo para que por fin ayude. La respuesta comunitaria, en su tenor objetivo, no sólo confirma esto, sino que lo agudiza con la reduplicación insistente: "escucha": atiende, advierte... y "ten piedad"; es decir: no sigas indiferente, sé compasivo de una vez...

Los atenuantes subjetivos no podrán nunca borrar lo dicho en lo que se dice. No es sano para nosotros ni honesto para con Dios mantener ese tipo de fórmulas. Porque la lógica más elemental concluye que si después de eso en Etiopía sigue habiendo hambre, es porque Dios ni ha escuchado ni ha tenido piedad. Encima nosotros ya hemos hecho lo nuestro, o al menos parte de lo nuestro, con lo cual podemos quedar tranquilos y justificados (aparte de que toda la semántica objetiva del gesto está enunciando subliminalmente que nosotros somos mejores que Dios).

Hoy, con la aportación del estructuralismo en filosofía y después de lo que sabemos acerca de las técnicas publicitarias, no cabe ignorar la tremenda eficacia de estos procesos ni tomar a la ligera un hecho tan grave. El valor de las palabras en sí mismas, su poder configurador de la psicología, su contacto con las raíces mismas del espíritu son demasiado grandes; y cuanto más se medita en ello, más se percibe su influjo incontrolable. Ignorarlo podría resultar, en muchos aspectos, suicida.

Hoy, roto el respeto a lo religioso establecido, sobra quien se encarga de proclamar y repetir estas críticas. Sólo acogiendo esas críticas en lo que tienen de justificado y mostrando la profunda coherencia de una oración fiel a la experiencia cristiana, será posible ofrecer a los demás su enorme riqueza (y, de paso, evitar tal vez una sorda mala conciencia propia).

Las dificultades filosófico-teológicas

No hemos mencionado la posible acusación de "magia", del todo injustificada, puesto que la oración de petición establece una relación estrictamente personal y dialógica con Dios. Ni hemos insistido en el reproche de "antropomorfismo", por la misma razón: lo personal no tiene por qué ser antropomórfico (aunque, como en todo lo referido a Dios, haya que mantener siempre la alerta crítica). Pero eludir esas objeciones no significa que sea lícito descuidar la llamada a la vigilancia que continuamente nos llega desde la reflexión filosófica; aparte, claro está, de aprovechar positivamente sus sugerencias.

En concreto, existe un punto fundamental en el que la preocupación filosófica coincide con la teológica: el modo de concebir la acción de Dios. El respeto a su trascendencia, el cuidado de no reducirlo a cosa entre las cosas o factor entre los factores del mundo, el interés por evitar una concepción "intervencionista", en la que Dios estaría continuamente interfiriendo en la marcha de la naturaleza y de la historia... todo eso es algo sobre lo que la filosofía ha alertado, pero que también preocupa "desde dentro".

Esta preocupación no tiene por qué caminar en dirección al deísmo del Dios "relojero perfecto" que, puesta en marcha la máquina, se desinteresa y la deja a su aire. Al contrario, nace de una conciencia mucho más viva de la presencia siempre activa del Dios que crea y sustenta, que promueve continuamente el dinamismo de la realidad y cuyo amor está solicitando la libre acogida de nuestra libertad. Aquí la acción es permanente, pero el intervencionismo no tiene cabida; la libertad está equipada, acompañada y animada, pero todo queda entregado a su responsabilidad en el respeto de su autonomía.

Esto supone un vuelco muy radical en nuestras concepciones. "Por tanto, si lo que sucede es que antiguamente se creía que Dios intervenía, al menos en algunos casos determinados, de una manera puntual y espaciotemporal en instantes concretos de la marcha del universo, entonces verdaderamente ha tenido lugar una transformación enorme de mentalidad en el paso de épocas anteriores a la nuestra, una transformación que (...) ciertamente todavía no se ha llegado a imponer hasta las últimas consecuencias (...) y, precisamente por ello, nos está creando grandes dificultades" (Rahner).

Ese "llegar hasta las últimas consecuencias" encuentra resistencias espontáneas a ser aplicado a la petición, porque no se hace expreso y temático el cambio de paradigma. Hay un temor elemental e irreflejo a que con la petición se pierda la oración como tal. El mismo Rahner hace a continuación equilibrios para salvarla de alguna manera. Algo parecido sucede con la siguiente cita de H. Schaller, que plantea admirablemente la cuestión: "Entendido así, Dios no necesita ni ser motivado para dar ni movido a ello. (...) Dios no necesita intervenir, sino ser acogido: él ya está en medio de su mundo, al cual no abandona a sí mismo y a su destino, y espera poder habitar también en el corazón del hombre. La oración de petición -‘¡Que venga tu Reino!'- es la valentía por la que el hombre se abre a la cercanía de Dios y la deja actuar a través de su vida".

Una aplicación importante y un buen ejercicio para la lógica de tal consecuencia tiene lugar en el problema del mal: éste es inherente a la realidad finita, la cual incluye ya siempre en sí el apoyo, el sustento y la ayuda de Dios; de suerte que el mal no es algo que él mande o "permita", sino precisamente lo que él no quiere y contra lo que está ya luchando a nuestro lado. Lo cual, a su vez, está indicando que tampoco desde este punto de vista tiene sentido la petición: el problema no está en conseguir que Dios ayude, puesto que su ayuda está ya entregada en total generosidad; lo que cumple es creer en ella, agradecerla y acogerla -como Jesús- en la opción de combatir el mal en todas sus formas.

Estas indicaciones son dolorosamente telegráficas y se limitan a insinuar la dirección por donde ha de plantearse tan grave problema. Pero se intuye lo que pretenden decir. Piénsese en lo que se convertiría el mundo, si cada vez que hay una catástrofe, una desgracia o una necesidad, se rogase a Dios y él interviniese para arreglarlo: el mundo acabaría convertido en una marioneta y la libertad humana reducida a mera palabra vacía. Para no hablar del absurdo religioso a que tal intervencionismo llevaría. Pongamos un ejemplo caricaturesco: si en una sala de hospital hay tres enfermos terminales, pero Dios se decide a curar a uno de ellos porque tiene una madre devota que ha hecho una novena, ¿qué tendrían derecho a pensar los otros dos, y qué padre de todos sería un dios que se comportase de tal modo?

LA DEFENSA DE LA ORACIÓN DE PETICIÓN

Hasta aquí el razonamiento ha funcionado sobre una abstracción que sin duda algún lector habrá sentido con rudeza y en ocasiones con irritación: el lenguaje es más que eso, no se reduce a lógica objetiva de sus proposiciones, tiene otras dimensiones de cuya riqueza vive justamente la oración de petición. Ahora es preciso hacer justicia a esas dimensiones.

Necesidad antropológica y valores expresivos

Cuando alguien pide algo a Dios, no siempre está en primer plano la intención de "convencerle" ni la de "informarle". Y muchas veces ni siquiera se espera que las cosas vayan a cambiar. Se trata de un desahogo, de una búsqueda de contacto con Dios, de proclamar su amor y de agradecer su amparo y su grandeza. Desconocer esto sería estar ciego y carecer de la mínima sensibilidad para percibir las enormes riquezas de piedad auténtica y de honda experiencia religiosa que durante siglos y aun milenios se han expresado y alimentado a través de esos modos de oración.

A nivel reflexivo esto se ha tematizado hablando de la necesidad antropológica de la petición y de lo indispensable que es, por lo mismo, ejercerla ante el Dios vivo y salvador, que quiere una relación siempre personal con nosotros. Hasta el punto de que se suele argumentar que el abandono de la petición lleva a una concepción impersonalista de Dios, convirtiendo la oración en un mero "diálogo consigo mismo". En un segundo nivel reflexivo, cabe argüir todavía que la oración de petición se ejerce desde la dimensión expresiva del lenguaje, lo cual implica que por un lado, esa dimensión justifica los usos que acabamos de reseñar y, por otro, que es ilegítimo intentar suspenderla desde el análisis de las otras dimensiones.

Como esta distinción permite centrar con rigor y claridad el diálogo, vale la pena tomarla como guía. Aunque caben otras distinciones, para nuestro propósito basta la clásica división tripartita de K. Bühler. Según él, en toda manifestación lingüística están siempre presentes tres dimensiones: 1) la representativa o expositiva, que informa de algo; 2) la expresiva, que manifiesta la intimidad y la intención del hablante; y 3) la apelativa o de llamada, que intenta provocar alguna reacción en el oyente. Se visualiza muy bien su significado pensando respectivamente en los distintos énfasis de alguien que enuncia un teorema matemático, recita una poesía o imparte una orden. Mientras lo principal en un teorema es su rigor lógico, en una poesía lo es el mundo interior del poeta y en una orden, su capacidad de influir la conducta del que la recibe.

Si la petición se centra en el carácter expresivo de sus enunciados, los análisis anteriores serían injustos con su intención y por lo tanto, falsas sus conclusiones. Y, en efecto, esta circunstancia es la que sostiene vitalmente y hace realizable psicológicamente la oración de petición.

Pero la pregunta es si ese énfasis es correcto y si sus costos no resultan demasiado elevados. Las dimensiones no son separables: el énfasis puede recaer en una de ellas, pero las otras dos están también necesariamente presentes: el más abstracto teorema modifica la mente y la conducta de los alumnos, y la más íntima poesía dice algo acerca del mundo. Aun reconociendo un espacio a la libertad y una flexibilidad en el uso, la combinación no puede ser arbitraria y no debe llevar a la contradicción.

Tanto la relación real entre los interlocutores como la estructura objetiva del lenguaje implican un marco de referencia que no se puede articular según el arbitrio subjetivo: a un superior no se le da una orden ni se expresa el cariño con un insulto. La oración no puede escapar de estas leyes. También ella ha de dar cuenta de la relación interpersonal en que se realiza y ha de ser coherente en sus proposiciones. Ha de serlo de modo crítico y a la altura de su tiempo, de suerte que pueda convertirse en una oferta con sentido para los contemporáneos.

Todos los razonamientos anteriores deben enmarcarse ahora en el contexto más amplio de las tres dimensiones de toda expresión lingüística. Y no por ello quedan anulados, puesto que sigue siendo válido su supuesto fundamental: el lenguaje de la oración debe también -y en teología hay que decir principalmente- tener en cuenta la relación de los participantes en el diálogo. Al Dios que lo sabe todo no tiene sentido informarle (dimensión expositiva) y al que lo está dando todo no tiene sentido pedirle (dimensión apelativa).

La importancia de la otra dimensión (la expresiva) puede exigir su lugar y buscar un equilibrio, pero no puede romper el marco. Mucho más, si tiene costos que pueden ser graves: la súplica continua -por el efecto inevitable de su dimensión expositiva- está introyectando en el inconsciente y proclamando en el ambiente la imagen de un Dios que no hace lo que le pedimos, en definitiva porque no quiere (porque no "escucha" ni "tiene piedad"), o que lo hace para unos sí y para otros no; y está alimentando en nuestro interior un tipo de relación en el que somos nosotros los que tomamos la iniciativa y tratamos de convencer a Dios para que se compadezca de los necesitados y se decida a ayudarlos (estructuralmente estamos diciendo que nosotros somos mejores que él).

Si por la calle escucho una conversación adolescente entreverada de blasfemias, no voy a ser tan ingenuo que piense que esos muchachos quieren ofender a Dios (dimensión apelativa) o decir que Dios es malo (dimensión expositiva); lo que prima es la dimensión expresiva: rebeldía, autoafirmación, desafío, refuerzo de lo que se dice... Pero reconocer esto ¿significa que doy por correcta la expresión y que no me da pena el daño que están generando en su sensibilidad y la contaminación que producen en el ambiente? Si pudiera trataría de hacerles ver que podrían expresar lo mismo con un lenguaje adecuado, ganando en sensibilidad y sin pagar los costos de esa inadecuación.

Si son acertados los análisis precedentes, los valores expresivos de la oración de petición no bastan para justificarla. Más aún, sin negar sus beneficios, sin juzgar las intenciones y aun reconociendo su carácter psicológicamente inevitable para muchos, e incluso sin desconocer lo descomunal que resultaría una revisión de todo el acervo devoto y litúrgico de la petición tradicional, se impone la necesidad de corregir la situación. Y habrá que hacerlo en un difícil equilibrio: por un lado, están el proceso pedagógico, el ritmo de cada persona y el exquisito respeto a cada situación; por otro, el no caer en la trampa de los aplazamientos indefinidos ni en la estrategia enervante de las "mil cualificaciones" que dicen pero no dicen y que cambian sin cambiar.

"Expresar" en lugar de "pedir"

Queda la grave cuestión de los valores tradicional y biográficamente asociados a la petición: hay mucha vida asociada a fórmulas muy queridas, hay la experiencia de encuentros profundos con Dios, de confesión de la indigencia propia y del confiado acudir al Señor. Puede producirse la sensación de un despojo violento, de una violación de la intimidad, de una pérdida irreparable en las raíces mismas del ser religioso. ¿Cómo conservar y preservar todo eso?

En sí misma la respuesta es sencilla y directa: conservándolo, trayendo todo eso directamente a la palabra. No negar nada a la dimensión expresiva sin que invada a las demás. Si queremos expresar nuestra indigencia, expresémosla. Si queremos manifestar nuestra compasión y nuestra preocupación por los que tienen hambre, manifestémosla. Si necesitamos quejarnos de la dureza de la vida, quejémonos. Llamemos a las cosas y a los sentimientos por su nombre. Estamos acostumbrados a quejarnos pidiendo, tenemos que aprender a quejarnos quejándonos.

Obsérvese que en todo lo anterior no interviene el verbo "pedir". Nada se pierde, puesto que se ha dicho todo. Pero se ha ganado mucho, puesto que se evita instrumentalizar el nombre de Dios, con connotaciones que objetivamente lo ofenden a él y subjetivamente nos dañan a nosotros. Si se trata del hambre en Etiopía, nuestra oración hablará de solidaridad, de deseo de soluciones, de unirnos tomando alguna iniciativa posible; al mentar a Dios, lo hará para reconocer que él es el primero en estar preocupado, que nuestro deseo es mero reflejo de su actividad en nuestro espíritu, que queremos abrirnos a su llamada y dejarnos mover por su iniciativa; al ir a la vida, no tendremos la sensación de que ya se lo hemos dejado encomendado al Señor y que por lo tanto -inconscientemente- podemos desentendernos, sino de que él, que nos acompaña, lo está encomendando a nuestra responsabilidad... De ese modo no sólo no hemos dejado de expresar nada, sino que lo hemos hecho de modo más consciente, expreso y diferenciado (hasta en el mismo vocabulario); no sólo no hemos dejado en el aire supuestos injustos para con el amor de Dios, sino que hemos proclamado su grandeza; no hemos declinado nuestra responsabilidad, sino que la hemos avivado y cargado de esperanza.

De entrada este cambio puede resultar doloroso y difícil. Puede paralizarse el lenguaje y parecer que uno se queda sin oración: hábitos largamente cultivados quedan al aire y sin sentido, al tiempo que faltan las palabras para decir otra cosa. Se puede llegar a la sensación de que ya ni siquiera tiene objeto acudir a Dios para nada. Es sin duda una dura ascesis.

Pero vale la pena. No hay nada de lo que antes se expresaba como petición que no pueda expresarse ahora, y mejor, en su sentido exacto y correcto. Faltarán las fórmulas, pero se descubrirá cuánto tópico y rutina, cuánta frase huera e injusta puebla nuestra oración. La imagen de Dios se hará más consciente e iremos educándonos en el respeto a su diferencia, en el sentimiento de su trascendencia. Ejercitaremos nuestra fe en su presencia, aun cuando no la vemos o nos parece sentir su ausencia. Cultivaremos mejor todas las dimensiones de la oración: alabanza, acción de gracias, confianza, bendición...

Pero... ¿qué queda entonces de la Biblia y de las palabras de Jesús invitando a la petición, y de toda la acumulación tradicional de oraciones cargadas de ruegos, súplicas y peticiones?

JESÚS Y LA ORACIÓN DE PETICIÓN

El hecho es masivo e innegable y la cuestión sólo puede ser la de su significado: si se impone una lectura literal o es posible -y a la postre, provechoso y necesario- conservar su intención a través de nuevos modos de orar.

La letra y la intención

Tal cuestión no es ociosa ni, por supuesto, arbitraria. Y su presencia es constante en la misma tradición, justo cuando ésta se plantea de modo explícito lo peculiar de la relación con Dios. Santo Tomás lo expresa de forma concentrada y exacta: "Debemos rezar no para informar a Dios de nuestras necesidades o deseos, sino para que nosotros mismos nos percatemos de que en estas cosas necesitamos recurrir a la asistencia divina". Y añade: "La oración no es ofrecida a Dios para cambiarle a él, sino para excitar en nosotros la confianza de pedir. La cual se excita principalmente considerando su amor para con nosotros, por el que quiere nuestro bien".

No es indispensable una lectura lineal de los textos bíblicos, sino que cabe buscar una intención no tan literal. En el AT resulta obvio por su carácter de camino hacia el NT: nadie puede, por ejemplo, tomar como normativas las imprecaciones contra los enemigos y el exclusivismo intolerante que marca tantas páginas en otros aspectos admirables. De ahí que, incluso por brevedad, interesa concentrarse en la doctrina y en la actitud de Jesús de Nazaret.

Al hacerlo, saltan siempre desde el primer momento textos claros y expresivos: "pedid y recibiréis" Mt 7,7; cf. Lc 11,9; Jn 16,24); "todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis" (Mt 21,22; cf. Mc 11,24; Jn 14,13-14; 15,7.16; 16,23-26). O se recuerdan peticiones del propio Jesús: "Padre, si es posible, pase de mí este cáliz" (Mt 26,39; Mc 14,36; Lc 22,42).

Parece que no tienen vuelta de hoja interpretativa. Pero ya la primera sorpresa se produce cuando se quieren citar más textos. Existen, pero de ordinario ya no hablan de "pedir" sino de "orar", y aunque bastantes veces se conserva el sentido de pedir, no deja de ser una buena advertencia.

Una segunda observación se ofrece también con evidencia: en realidad, nadie puede tomar a la letra textos como, por ejemplo, "pedid y recibiréis". ¿Se trata de una verdad en el sentido literal y espontáneo con que se ofrece el texto? Como hace ya bastante tiempo hizo notar C. S. Lewis, la experiencia es más bien la contraria: la confianza despertada por esas palabras se ve casi siempre frustrada. Uno siente lo extraño de las cuestiones que surgen en cuanto eso se quiere tomar "en serio". No sin cierta ironía recuerda Karl Rahner que "se ha preguntado si la 'eficacia' de una oración de petición acerca de bienes temporales es demostrable empíricamente, por ejemplo, si el tiempo en el sur del Tirol, con sus campesinos piadosos y sus procesiones por el campo y sus bendiciones del tiempo, sería distinto en el caso de que se trasplantasen allí campesinos tibetanos, que no rezarían así".

Pero cuando, con buen sentido, se abandona este camino y se intenta "explicar" que no es "eso", que se trata de otro género y otro modo de eficacia, la interpretación ha dejado de ser literal, para buscar la intención genuina. Los recursos son entonces de todo tipo: la oración se cumple siempre, pero sólo si lo que pedimos nos conviene, si es espiritual, si supone identificar nuestra voluntad con la de Dios... Hoy estos recursos producen la irremediable impresión de "amaños" para salir del paso, de suerte que al final no dicen ya lo que decían al principio, no convencen y acaban irritando. Lo cual no es bueno ni para la fe ni para la piedad. Resulta mucho más sano reconocer que se ha producido un cambio de paradigma y que lo correcto es hacer sin más otra lectura, más natural y perfectamente respetuosa con el texto.

Lo fundamental es la confianza

La oración bíblica es mucho más que petición. Alabanza, admiración, acción de gracias, confianza y entrega tienen una presencia no menos masiva y de mayores quilates religiosos. En Jesús esto es evidente. Empezando por el dato elemental de que pasaba noches en oración: nadie en circunstancias ordinarias se retira a orar toda la noche, si no es desde un espíritu contemplativo, asombrado ante Dios y dejándose invadir por él. Cosa que se confirma cuando atendemos a la experiencia central que configura su vida: la del Abbá, que alude a la confianza gozosa, a la identificación total, al entregado vivir desde el Padre. El "himno de júbilo" (Mt 11,25-26; Lc 10,21) constituye un buen atisbo de lo que podía ser su oración.

Cuando los discípulos le piden que les enseñe a orar, él los introduce en su misma actitud: "cuando oréis, decid: Abba" (Lc 11,2). Una llamada a la misma confianza total, que tiñe toda la oración, le da el tono y le confiere su significado profundo. La primera parte del padrenuestro no es de "petición", sino de deseo ardiente y de apertura a la acogida de la iniciativa divina. Pero la segunda parte, que tiene forma de petición, está ya determinada por esta atmósfera de dejarlo todo en manos de Dios. Por otra parte, la primera y más típica "petición", la del pan, es objeto expreso de una llamada del mismo Jesús, que indica que lo importante no es pedir, sino confiar: "No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis... ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso" (Mt 6, 25-34; Lc 12,22-31). En cuanto a la petición de perdón, ya queda indicado cómo también ahí lo primero es el perdón de Dios -"cuando todavía éramos pecadores..."- y lo nuestro es acogerlo. Hasta el punto de que ofrecer el perdón como don, previo a la misma conversión, constituye un rasgo específico y "escandaloso" del anuncio de Jesús, que provocó "una tormenta de indignación", ya que "contradecía todas las reglas de piedad de aquella época" (J. Jeremias).

Con la visión así alertada, una vuelta a los textos permite verlos a una nueva luz, haciéndolos mucho más vivientes y expresivos. La llamada a la oración por parte de Jesús es en los diversos contextos siempre y fundamentalmente llamada a la confianza.

En Mateo, con redacción dirigida a la comunidad creyente, se insiste en evitar la "palabrería", "como los gentiles, pues creen que por su locuacidad serán escuchados" (Mt 6,7). La conclusión va en la dirección contraria y, en el fondo, mina las bases de cualquier petición tomada en sentido literal: "No os asemejéis a ellos, pues sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de pedirle vosotros" (6,8). En este contexto siguen el padrenuestro, la exhortación a no preocuparse por la comida ni el vestido (6,25-34) y el "pedid y se os dará" (7,7-11). Esta última perícopa, que culmina todo, se concentra ya expresa y exclusivamente en la confianza, con toda la energía del contraste: "Si, pues vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le pidan" (7,11).

En Lucas, que se dirige a los que vienen de fuera, el énfasis es idéntico. Empieza con el padrenuestro, para continuarlo, como ilustración evidente, con la parábola del amigo importuno (11,5-8). Se trata de uno de los lugares clásicos que se aducen siempre para justificar la petición. Se da por supuesto que esta parábola, junto con la del juez inicuo (18,1-8), constituye una exhortación de Jesús a pedir con insistencia.

Hoy se admite casi de modo unánime que no es esa la intención original, dirigida una vez más a la confianza. Como ha demostrado J. Jeremias, el sentido dado por Jesús mismo a estas parábolas no es el de exhortar "a la petición perseverante" (énfasis secundario, introducido por Lucas). Se trata, en uno y otro caso, de parábolas "de contraste", en las que lo decisivo es la confianza cierta en que somos escuchados, basada justamente en el inaudito "mucho más" de la bondad y el amor de Dios frente a todo lo pensable e imaginable: si resulta inconcebible que un amigo falte de ese modo a la hospitalidad y si incluso un juez inicuo acaba haciendo caso, "¡cuánto más Dios!".

En Marcos el tema no está tan ampliamente tratado. Sin embargo, aporta una frase que en su atormentada gramática es todo un síntoma de la peculiar tensión del lenguaje de Jesús en este punto: "Por eso os digo: todo cuanto oréis y pidáis, creed que lo habéis recibido y os sucederá" (Mc 11,24). En todo caso, soportando la tensión entre futuro y pasado, no cabe duda de que aquí se exhorta a "una confianza sin límites" (G. Lohfink), la cual aparece una vez más como lo fundamental en la intención de Jesús.

No se está diciendo que Jesús no haya hablado de "petición". Se trata de hacer ver algo más importante: que la punta no está ahí, que lo que últimamente le interesa es la llamada a la confianza plena en Dios, en el Abbá. Eso es lo que importa mantener a toda costa. Y para mantenerlo no es precisa la petición. Más todavía: cuando se renuncia a ella, no sólo es posible conservar todos los valores que tradicionalmente sus fórmulas han vehiculado, sino que, por una parte, se los libera de peligrosas connotaciones objetivas (que actúan más allá y aun a pesar de la intención subjetiva del orante) y, por otra, se abre un nuevo y fecundo horizonte.

LA PETICIÓN TRASCENDIDA Y ASUMIDA

Cuando se ha entrado en el nuevo paradigma, el panorama se clarifica. Se comprende en seguida que la mayor parte de los razonamientos están subtendidos por un resto, ni siquiera consciente, de "positivismo de la revelación": como "está escrito", hay que defenderlo a toda costa, aun al precio del artificio lógico y de la inconsecuencia íntima.

Una nueva coherencia

Un ejemplo claro es el de H. Urs von Balthasar en su Theodramatik. Empieza con un apartado magnífico, donde muestra cómo nuestro ser es todo él un "agradecido recibirse de Dios", con la conclusión de que "nuestro agradecido recibirnos debe transformarse en la tendencia a configurar nuestra vida como una palabra de acción de gracias".

Leída a esta luz, la Escritura no pierde nada de su coherencia profunda, y además deja ver la infinita riqueza de sus matices y la inacabable sugerencia de las experiencias en ella reflejadas. Superada la barrera del positivismo, toda esa riqueza puede ser aprovechada sin necesidad de artificios interpretativos y con la libertad del que va a lo esencial.

Y creo que puede afirmarse la realidad de un fenómeno importante: este nuevo estilo está ya en el ambiente. La idea encuentra eco inmediato en cuanto es presentada con sensibilidad, porque muchas personas ven reflejada en ella su experiencia más íntima o captan que alguien está expresando una intuición que ellas percibían ya oscuramente.

En segundo lugar, cambia la actitud frente a la reflexión filosófica sobre este problema. El haber hecho consciente la diferencia teológica del propio planteamiento, apoyado en lo específico de la experiencia cristiana, permite acoger las críticas sin temor a falsear la imagen de Dios; pero también purificar las falsas representaciones y aprovechar la aportación positiva. Cabe así, por ejemplo, leer la famosa "Observación general" de Kant sin asumir su concepción abstracta de Dios ni su falta de carácter auténticamente dialógico; pero también sin renunciar a aprender de su respeto por la autonomía humana, de su compromiso ético y de su fina observación acerca del "espíritu de oración", de claro abolengo paulino. O cabe recoger la sugerencia de H. Bergson, cuando habla de la experiencia religiosa más dinámica y genuina como de un identificarse con "el amor de Dios hacia su obra". O la de E. Husserl, que habla de Dios como "entelequia" última que lo dinamiza todo hacia su realización plena en el bien. O la de F. Schleiermacher: uno puede dejarse llevar por la fuerza de su planteamiento, que ve la oración como la disposición radical a identificarse con la actitud de Jesús, con la conciencia de la Iglesia y con el dinamismo expansivo del Reino de Dios hasta irnos acercando a hacer que nuestra oración sea verdaderamente "en nombre de Cristo".

En tercer lugar, enriquece y clarifica la oración en sí misma. Este debiera ser ahora el objeto de un desarrollo detallado, con sus consecuencias y su modelo concreto. No puede ser desarrollado aquí, y acaso sea bueno así, pues el planteamiento, respondiendo a una nueva sensibilidad, debe hacer todavía su camino y sus experimentos. Contentémonos con unas indicaciones.

Empecemos por la coherencia misma de la conciencia cristiana actual. A pesar de las defensas teóricas, es claro que no sólo la experiencia individual (que tiende a ir dejando la oración de petición para sustituirla por la alabanza, la acogida o la acción de gracias), sino también la colectiva están avanzando por nuevos caminos. Hoy es muy raro y chocante hacer rogativas por la lluvia; y son muchos los que no piden siquiera por una curación, no digamos por un determinado éxito material. Con todo, en el típico proceso de abandonar lentamente las posiciones acogiéndose a pequeños refugios intermedios, la petición todavía pervive en situaciones menos controlables: como, con ironía sutil dice J.P. Jossua: "ya no se rezará por la lluvia, sino por la paz". O, más sutilmente todavía, la petición acudirá al último recurso: "pedir a Dios que seamos capaces de...", "que dé fuerzas para...". Líbreme Dios de ironizar sobre este punto, pues esas frases suponen un recurso pedagógico profundo, que a todos nos ha ayudado. Ahora bien, la secuencia de los recursos -cada vez más sutiles, pero estructuralmente idénticos- indica por sí misma que un paradigma se está rompiendo y que lo mejor es reconocerlo y avanzar decididos hacia la nueva situación.

Una nueva riqueza

Porque el hacerlo no sólo acerca un poco más la oración a la verdad integral de la "existencia cristiana", sino que logra algo más importante: libera para el reconocimiento de su riqueza y para el ejercicio de todas sus formas, así como para el aprovechamiento de su enorme potencialidad educativa.

Educativa acerca de la verdad de Dios, en primer lugar. No tanto porque dejamos de usarlo como instrumento para nuestros huecos, cuanto porque nos ponemos en mejor disposición de creer en su amor "increíble".

Cuando cortamos el flujo de la petición, nos obligamos a ser conscientes de que nuestro ser está ya siempre acompañado por Dios, dinamizado, liberado para la tarea propiamente humana: no se trata de "pedirle" que nos ayude, sino de creer en su ayuda ya real, pese a toda posible oscuridad, y de abrirnos a su impulso en la responsabilidad adulta del que sabe que ya todo está entregado a su libertad (que, sin embargo, no está sola...). Es una nueva versión del etsi Deus non daretur (como si no hubiera Dios); pero añadiría que no únicamente "sin Dios y ante Dios" (D. Bonhoeffer), sino también "desde Dios", conjuntando el "esfuerzo de la ética" y el "consuelo de la religión" (P. Ricoeur).

La oración es también educativa respecto de nuestro propio ser. Éste es remitido a su esencia más radical: no un humanismo prometeico, sino ese modo de ser que es "más que un humanismo", en cuanto que piensa al hombre en la cercanía de Dios, como su "casa" y su "pastor": como su "imagen", su "re-presentante" y "encarnación" viva, para decirlo bíblicamente.

Concretando un poco más, acaso ayuden dos observaciones. La primera es que el lenguaje del deseo puede operar de "convertidor" excelente. Casi todo lo que se lleva ante Dios como petición es en realidad deseo: como indigencia propia o como ansia de que la salud y fraternidad de su Reino se extiendan de verdad en el mundo. Pues bien, en lugar de "desear pidiendo", "deseemos deseando", expresando de modo concreto el deseo, pero ahora orientándolo en su justa dirección. Lo cual significa, por un lado, dirigir la mirada hacia el Dios que está trabajando ya en esa dirección, suscitando nuestro mismo deseo; y, por otro, encauzar nuestro psiquismo hacia la fe confiada en esa presencia activa, tratando de bendecirla, acogerla y transformarla en compromiso liberador.

La segunda observación es más bien una aplicación concreta. Supongo que, como yo, muchos han sufrido con los chistes burdos y las ironías fáciles y superficiales a propósito de Dios en la Guerra del Golfo: ¿"Dios" o "Alá"? ¿Pedir que ganen los "cristianos" o los "musulmanes"? Pongamos más seriamente la cuestión, extremándola para hacerla más realista: ¿podían rezar de verdad al mismo tiempo Sadam Hussein y George Bush? La cuestión no es ociosa, porque no sólo ha sido (o ha podido ser) dolorosamente real, sino que de siempre ha constituido un lugar clásico para plantear el problema de la oración de petición: ¿tiene sentido que los dos bandos opuestos pidan la victoria al mismo Dios?

El absurdo y lo grotesco están aquí a la vuelta de la esquina. Y mientras no se abandone la petición, no veo muy bien cómo puedan ser esquivados. Pero sería muy grave que en la ambigüedad trágica de esa situación límite el hombre no pudiese dirigirse a Dios. El problema empieza a aclararse si en vez de petición hablamos de oración. Entonces sí, dos personas verdaderamente religiosas -abandonemos ahora los personajes reales al misterio de su conciencia personal- pueden orar a (su) Dios desde el fondo del corazón.

Porque entonces ya no le "pedirán" a él, sino que "se dejarán pedir" por él. Es decir, reconocerán que la situación es ya contraria al amor de Dios, a sus planes y a su acción en el corazón de todos por instaurar la paz entre los hombres; que él, no nosotros, es el primero en querer la mejor solución y que son las circunstancias y sobre todo nuestro egoísmo los que se le oponen; reconocerán que también ellos están incursos en esa oposición y tratarán de dejarse aleccionar, acallando el egoísmo, los deseos de venganza, la prepotencia...; tomarán conciencia de que, a pesar de todo, Dios está con ellos "empujándoles" hacia la mejor solución, tratando de iluminarles, ayudándolos cuanto puede; intentarán descubrir por donde va ese camino de Dios, recurriendo a la Escritura, escuchando el corazón, examinando la situación, dialogando con expertos...; finalmente, sin estar nunca seguros de poder decir que su decisión es la de Dios, aunque tratando de que coincida con ella y confiando en que, a pesar de todo, Dios está acompañándoles, asumirán su responsabilidad: que puede ser el acuerdo, el aplazamiento o la tragedia del conflicto...

El ejemplo es escabroso y no sé en qué medida las indicaciones son mínimamente acertadas. Sólo tratan de hacer ver de alguna manera que una postura religiosa auténtica, aun hecha desde credos distintos, permitiría a Bush y a Saddam -al Bush y al Saddam "ideales"- orar de verdad, respetando la trascendencia de Dios y confesando su amor, al tiempo que educarían ellos su propio interior para obrar del mejor modo posible.

Una apuesta abierta

En todo caso, el ejemplo visualiza una vez más que no es fácil orar así. Exige una reconversión que puede resultar penosa, y a veces el precio inicial parece muy fuerte: desconcierto en la oración, necesidad de recomponer el propio mundo interior desde raíces muy íntimas y muy queridas. Puede producir la impresión de entrar en una marejada donde todo anda revuelto y las fórmulas están por encontrar, hasta llegar al vértigo de sentir la amenaza de "quedarse sin Dios". Conozco gente, teólogos incluidos, que iniciado el camino, lo han abandonado. Y he experimentado una resistencia muy extendida a estas ideas.

Con todo, creo que no sólo es necesario afrontar directamente el problema, sino que hoy estamos ya en condiciones de hacerlo. De hecho, también hay gente que ha dado el paso, y, superado el desconcierto inicial, reconoce agradecida y aun entusiasmada el nuevo espacio que se abre así al espíritu -al Espíritu-, espacio que se traduce en la disolución real de las sospechas sobre la oración, en una vivencia más personalizada (rota la rutina de las mil frases hechas de que está poblada nuestra mente) y sobre todo más atenta a la originalidad de Dios en nuestra vida y a la increíble gratuidad de su amor.

En todo caso, estas ideas son un ofrecimiento al diálogo y una búsqueda de intercambio de experiencias. Desde luego, este trabajo sólo tiene sentido como intento de comunicar algo que creo que puede ayudar a una vida de oración más crítica, rica y actualizada.