miércoles, 29 de octubre de 2014

NUEVO CURSO DE PARRESÍA
(Marzo del 2015)
“ANIMACIÓN BÍBLICA”


DESTINATARIOS:
ü Para aquellos que ya estén coordinando animando grupos bíblicos
(en alguna comunidad: parroquia, colegios, movimientos, etc.).
ü Y para aquellos que quieran iniciar en sus comunidades un grupo de lectura de la Biblia.


DIMENSIONES DEL CURSO:
A) La PALABRA que anima la vida de la Iglesia:
I. Introducción a la Biblia: El Libro. Su Historia. Sus formas. Su magia.
II. Antiguo Testamento: Sus libros. Su mensaje. Su fascinación.
III. Nuevo Testamento: Jesús. Las primeras comunidades. Las cartas Apostólicas. El apocalipsis. Su energía.
Docente: Pbro. Juan Manuel González

B) La COMUNIDAD de la animación bíblica:
ü El grupo: su fundamento y vitalidad.
ü El animador: perfiles.
ü La dinámica y las dinámicas.
Docentes: 
Prof. Piedad Pappaterra y Prof. Pablo Lucas González

C) El Espíritu que anima la animación bíblica:
ü Lectura “espiritual”. ¿Con qué espíritu debemos leer la Biblia?
ü Lectura eclesial: los Padres de la iglesia y la Tradición Viva. Los criterios.
ü Oraciones y recursos.
Docente: Ing. Víctor Bortolotti


D) EXPERIENCIA: la práctica concreta.
Ø Se realizará una práctica real y concreta de la “reunión de animación bíblica”, dónde se vivirán y analizarán en la práctica los elementos trabajados en el mes, en sus diversas dimensiones.
Ø Habrá una convivencia de animación bíblica y un retiro espiritual de animación bíblico.

La Pre-inscripción

y Presentación formal del curso será

Ø en la Casa de la Catequesis,
Ø el viernes 5 de diciembre
Ø a las 19,00 hs.


Para más información, 

llamar a los siguientes 

teléfonos: 

(0351) 457-6365 

y (0351)  4922470.




Oraciones al atardecer en el Mar de Arabia durante el Chhath, festival hindú en el que los devotos agradecen al Dios Sol la vida en la tierra, en Bombay, India.

Cruces por los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, México

Atar y desatar

Dolores Aleixander


Son dos verbos que en la Biblia aparecen casisiempre inseparables y amarraditos el uno al otro. Alguna vez se sueltan y se usan solos, como en la polémica de Jesús con el jefe de la sinagoga y él habla de desatar a un burro (¿habría cuadra en su casa de Nazaret? Vaya tema apasionante para una tesis doctoral…).

Y dijo lo de desatar para justificarse después de haber cometido la osadía, horrenda para el jerifalte sinagogal, de enderezar en sábado a una mujer que estaba encorvada (Lc 13,10-17). Quizá en el fondo tenía la secreta esperanza de desatar de su burricie a los que también vivían encorvados, solo que mucho peor, por mil y una prescripciones de la ley que gravitaban sobre sus espaldas como un fardo pesadísimo.
Qué buena ocasión la del Sínodo de la familia que estamos viviendo en este mes paradesatar a quienes viven con la conciencia abrumada por tantas normativas obsoletasque huelen al alcanfor con que nuestras bisabuelas guardaban sus enaguas.
Y para recordarnos que lo importante es vivir atados a las prácticas de Jesús y a su Evangelio, porque sólo ahí respiramos anchura y libertad.

En las manos de Dios

José Antonio Pagola


Los hombres de hoy no sabemos qué hacer con la muerte. A veces, lo único que se nos ocurre es ignorarla y no hablar de ella. Olvidar cuanto antes ese triste suceso, cumplir los trámites religiosos o civiles necesarios y volver de nuevo a nuestra vida cotidiana.

Pero tarde o temprano, la muerte va visitando nuestros hogares arrancándonos nuestros seres más queridos. ¿Cómo reaccionar entonces ante esa muerte que nos arrebata para siempre a nuestra madre? ¿Qué actitud adoptar ante el esposo querido que nos dice su último adiós? ¿Que hacer ante el vacío que van dejando en nuestra vida tantos amigos y amigas?
La muerte es una puerta que traspasa cada persona en solitario. Una vez cerrada la puerta, el muerto se nos oculta para siempre. No sabemos qué ha sido de él. Ese ser tan querido y cercano se nos pierde ahora en el misterio insondable de Dios. ¿Cómo relacionarnos con él?
Los seguidores de Jesús no nos limitamos a asistir pasivamente al hecho de la muerte. Confiando en Cristo resucitado, lo acompañamos con amor y con nuestra plegaria en ese misterioso encuentro con Dios. En la liturgia cristiana por los difuntos no hay desolación, rebelión o desesperanza. En su centro solo una oración de confianza: “En tus manos, Padre de bondad, confiamos la vida de nuestro ser querido”
¿Qué sentido pueden tener hoy entre nosotros esos funerales en los que nos reunimos personas de diferente sensibilidad ante el misterio de la muerte? ¿Qué podemos hacer juntos: creyentes, menos creyentes, poco creyentes y también increyentes?
A lo largo de estos años, hemos cambiado mucho por dentro. Nos hemos hecho más críticos, pero también más frágiles y vulnerables; somos más incrédulos, pero también más inseguros.No nos resulta fácil creer, pero es difícil no creer. Vivimos llenos de dudas e incertidumbres, pero no sabemos encontrar una esperanza.
A veces, suelo invitar a quienes asisten a un funeral a hacer algo que todos podemos hacer, cada uno desde su pequeña fe. Decirle desde dentro a nuestro ser querido unas palabras que expresen nuestro amor a él y nuestra invocación humilde a Dios:
“Te seguimos queriendo, pero ya no sabemos cómo encontrarnos contigo ni qué hacer por ti. Nuestra fe es débil y no sabemos rezar bien. Pero te confiamos al amor de Dios, te dejamos en sus manos. Ese amor de Dios es hoy para ti un lugar más seguro que todo lo que nosotros te podemos ofrecer. Disfruta de la vida plena. Dios te quiere como nosotros no te hemos sabido querer. Un día nos volveremos a ver”.
José Antonio Pagola
2 de noviembre de 2014
Conmemoración de los difuntos
Marcos 5, 33-39; 16,1-6
Mons. Arancedo y dos representantes de las Abuelas de la Plaza de Mayo

Pidiendo justicia para los desaparecidos de la dictadura

Obispos argentinos 

graban un spot

"Una red de silencio y complicidad amordaza la verdad"


 Por primera vez en la historia argentina, los obispos pedirán públicamente noticias sobre los niños desaparecidos durante la última dictadura
Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú/>

Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú

  • Monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina
  • Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú
Agencia Fides 
Por primera vez en la historia argentina, los obispos pedirán públicamente noticias sobre los niños desaparecidos durante la última dictadura. El Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Su Exc. Mons. José María Arancedo, Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, ha grabado un spot junto con algunas "Abuelas de Plaza de Mayo" en el que piden, en nombre de todos los obispos, que cuantos tienen información al respecto, la aporten a las autoridades.
"Exhortamos a quienes tengan datos sobre el paradero de niños robados, o conozcan lugares de sepultura clandestina, que se reconozcan moralmente obligados a recurrir a las autoridades pertinentes" señala la nota recibida en Fides, como parte del mensaje deMons. Arancedo. El spot será emitido estos días y durante un mes en todas la cadenas de televisión y de la radio.
Recientemente el Presidente de la Comisión de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, Su Exc. Mons. Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú (Entre Ríos), ha escrito una carta en la que ha realizado una petición similar, con un tono fuerte de denuncia, para aclarar los casos de los niños nacidos en una situación de falta de libertad. "Se ha creado una red de silencio y complicidad que amordazan la verdad" afirma en la carta Mons. Lozano, reiterando "la obligación moral" de aquellos que tienen información de proporcionar los datos.
"Nos sentimos comprometidos a seguir buscando la verdad con la certeza de que eso nos hará libres" afirma Mons. José María Arancedo, según la nota recibida en Fides. El texto del spot, que tiene por título "la fe mueve hacia la verdad", retoma una declaración de los obispos argentinos de noviembre de 2012.
Todavía hay alrededor de 400 familias que buscan a sus nietos "regalados" o desaparecidas durante el período del terrorismo de Estado.

col sicre

Los protagonistas de las tres lecturas (hoy tendré también en cuenta la segunda) son las personas que deberían estar al servicio de la comunidad. Unos se portan mal con Dios y con el prójimo; Pablo se entrega por completo a sus cristianos.
El mal ejemplo de los sacerdotes (1ª lectura)
La primera lectura nos traslada a Judá en el siglo IV a.C. Por entonces, los judíos están sometidos al imperio persa. No tienen rey, sólo un gobernador, y los sacerdotes gozan cada vez de mayor poder y autoridad. Pero no lo ejercen como correspondería. Contra ellos se alza este profeta anónimo (Malaquías no es nombre propio sino título; significa "mi mensajero").
Las acusaciones que hace a los sacerdotes son muy duras, pero parecen muy genéricas: no dar gloria a Dios, no obedecerle, no guardar sus caminos, hacer tropezar a muchos. Si la liturgia no hubiese mutilado el texto, quedarían claras algunas de las cosas con las que los sacerdotes desprecian a Dios: ofreciendo sobre el altar pan manchado, animales ciegos, cojos, enfermos o incluso robados. En definitiva, no dan importancia al altar ni a lo que se ofrece a Dios.
El mal ejemplo de los escribas y fariseos (evangelio)
En los domingos anteriores leíamos diversos enfrentamientos de grupos religiosos judíos con Jesús. Ahora le toca a él contraatacar. Y lo hace con un discurso muy extenso, del que hoy sólo se lee la primera parte, dirigido contra los escribas y fariseos, los principales representantes religiosos de los judíos después del año 70 (cuando los romanos incendiaron el templo de Jerusalén, los sacerdotes pasaron a segundo plano porque no podían ejercer su función cultual). Los escribas eran los especialistas en la Ley de Moisés, algo así como nuestros canonistas y moralistas. Los fariseos eran los seglares piadosos, que se esforzaban sobre todo por cumplir las normas de pureza y por pagar el diezmo incluso de lo más pequeño.
Ni buen ejemplo ni buena enseñanza
El discurso comienza con una afirmación llena de ironía. Aparentemente distingue entre lo que dicen y lo que hacen. Lo que dicen es bueno, lo que hacen... es que no hacen nada. Sin embargo, esta afirmación hay que matizarla teniendo en cuenta el resto del evangelio. Entonces se advierte que Jesús no está de acuerdo con la enseñanza de escribas y fariseos, porque en otras ocasiones ha mostrado su desacuerdo con ellos, e incluso ha puesto en guardia a los discípulos contra su doctrina («la levadura de los escribas y fariseos»). Así lo demuestra la referencia a su enseñanza: toda ella se resume en agobiar a la gente con cargas pesadas, que ellos no se molestan en empujar ni con el dedo. Por consiguiente, la única forma adecuada de interpretar las palabras iniciales es la ironía. Jesús está en desacuerdo con la conducta de escribas y fariseos, y también con su enseñanza.
Filacterias y alzacuellos, borlas y colorines
El discurso sigue con el mismo enfoque irónico. Después de afirmar que «no hacen», dice que hacen muchas cosas, pero todas para llamar la atención. Y se detiene en algo a lo que Jesús daba mucha importancia: la forma de vestir.
Las filacterias eran pequeñas cajas forradas de pergamino o de piel negra de vaca que contienen tiras de pergamino en las que están escritos cuatro textos bíblicos (Dt 11,13-22; 6,4-9; Ex 13,11-16; Ex 13,2-10).
Desde los trece años, durante la oración de la mañana en los días laborables, el israelita varón se ponía una sobre la cabeza y otra en el brazo izquierdo, pronunciando estas palabras: «Bendito seas, Yahvé, Dios, Rey del Universo, que nos has santificado por tus mandamientos y que nos has ordenado llevar tus filacterias». Mateo alude a una costumbre de los judíos beatos, que llevaban las filacterias todo el día y agrandaban las borlas para hacerlas más visibles.
El origen de las borlas se remonta a Nm 15,38s: «Di a los israelitas: Haceos borlas y cosedlas con hilo violeta a la franja de vuestros vestidos. Cuando las veáis, os recordarán los mandamientos del Señor y os ayudarán a cumplirlos sin ceder a los caprichos del corazón y de los ojos, que os suelen seducir». Los judíos beatos agrandaban esas borlas para llamar la atención. Escribas y fariseos caen en estos defectos, a los que se añaden otros detalles de presunción.
Ni rabí, ni monseñor, ni padre
Mateo, que no quiere limitarse a ironizar, sino que desea evitar los mismos peligros en la comunidad cristiana, termina esta parte introductoria exhortando a evitar todo título honorí­fico: maes­tro, padre, consejero. En su opinión, no se trata de una cuestión secundaria: el uso de estos títulos equivale a introducir dife­rencias dentro de la comunidad, olvidando que todos somos igua­les: todos herma­nos, todos hijos del mismo Padre. Más aún, esos títulos signifi­can desposeer a Dios y al Mesías de la dignidad exclusiva que les pertenece, para atribuírsela a simples hombres. Por eso, frente al deseo de aparentar de escri­bas y fariseos, el principio que debe regir entre los cristianos es que «el más grande de vosotros será servidor vuestro». Y el que no esté dispuesto a aceptarlo, que se atenga a las consecuen­cias: «A quien se eleva, lo abajarán, y a quien se abaja, lo elevarán».
Una anécdota que viene a cuento
Me contaban hace poco que un compañero fue a visitar a un cardenal. Cometió el tremendo error de llamarle "Excelencia" (título de un obispo) en vez de "Eminencia". Al interesado se le mudó la cara ante tamaña ofensa. Y mi compañero no consiguió lo que pedía.
El buen ejemplo de Pablo (2ª lectura)
Por pura casualidad, y sin que sirva de precedente, la segunda lectura de hoy se puede relacionar con las otras dos. Frente al mal ejemplo de desinterés, autoritarismo, vanidad y presunción, Pablo ofrece un ejemplo de entrega absoluta a los cristianos de Tesalónica, como una madre, trabajando día y noche para no resultarles gravoso.

José Luís Sicre

La Junta militar argentina y monseñor Romero

Documentos desclasificados por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto

La dictadura argentina también vigilaba a monseñor Romero

Le acusan de apoayar ˝a través de sus medios de difusión a elementos subversivos"


 Los documentos que ya no son reservados revelan que el gobierno de Videla prestaba colaboración a los militares salvadoreños
Estatua de Óscar Romero frente a la del Salvador del Mundo, en la plaza monumental de San Salvador/>

Estatua de Óscar Romero frente a la del Salvador del Mundo, en la plaza monumental de San Salvador

  • Pio Laghi y Videla
  • Jorge Rafael Videla.
  • Romero vive
  • Romero
  • Estatua de Óscar Romero frente a la del Salvador del Mundo, en la plaza monumental de San Salvador
  • Mural de monseñor Romero en El Salvador
  • Pio Laghi y Videla
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  • Estatua de Óscar Romero frente a la del Salvador del Mundo, en la plaza monumental de San Salvador
  • Mural de monseñor Romero en El Salvador
  • Pio Laghi y Videla
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  • Romero vive
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  • Estatua de Óscar Romero frente a la del Salvador del Mundo, en la plaza monumental de San Salvador
  • Mural de monseñor Romero en El Salvador
(Alver MetalliTierras de América).- 
Muchas sorpresas en los 5832 documentos y deliberaciones secretas que el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto argentinoacaba de desclasificar y publicar en su propio sitio on line. Aunque en muchos casos no hacen más que confirmar cosas que se dijeron en su momento y fueron descalificadas porque no tenían fundamento, atribuyéndolas a operaciones políticas de la oposición.
Una de ellas se refiere a la cooperación entre la dictadura argentina y el gobierno de El Salvador entre los años 1976 y 1983, precisamente la época que corresponde a los gobiernos de facto. En el análisis del copioso material ahora disponible que ha realizado el diario salvadoreño El Faro, resulta evidente que el gobierno militar encabezado por el general Jorge Rafael Videla mantenía estrechas relaciones con el gobierno del general Carlos Humberto Romero, posteriormente derrocado por el golpe del 15 de octubre de 1979.
Entre otras pruebas, el documento con fecha 15 de julio del mismo año refiere las conversaciones que se llevaron a cabo en la embajada argentina en El Salvador, "con el nuncio apostólico", sobre la oportunidad de "elevar de viva voz al Vaticano un informe sobre las actividades del arzobispo Romero", que evidentemente se observaban con desconfianza.
La embajada argentina comunicaba regularmente a su propia cancillería en Buenos Aires sus observaciones sobre la situación turbulenta que atravesaba el país centroamericano, manifestando especial preocupación por las huelgas y las acciones cada vez más frecuentes de los "movimientos subversivos". En este sentido se hace alusión a monseñor Romero. Un texto del 14 de mayo de 1979 explica que "el arzobispo Romero apoya desde su diócesis y a través de sus medios de difusión a elementos subversivos".
Los documentos que ya no son reservados revelan que el gobierno de Videla prestaba colaboración a los militares salvadoreños en materia de alimentación y medicamentos, a cambio del apoyo de El Salvador a los candidatos argentinos en las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA). Los documentos que se acaban de publicar también permiten conocer que existían intercambios a nivel del inteligencia, adiestramiento y venta de armas.