Pbro.Lucas Trucco
Reflexines sobre el Evangelio del domingo
1º Lectura: “Digan a los que están desalentados”
2º Lectura: “No hagan acepción de persona”
Evangelio: “Le presentaron a un sordomudo y le pidieron que
les impusiera las manos”
Tanta gente
silenciada, no escuchada y dejada de lado hay en nuestro mundo contemporáneo
donde paradójicamente proliferan los medios de comunicación. Tantos
desalentados que han perdido el sentido de la vida. Una vez escuche un decir
que no se les puede hablar del amor de Dios a chicos con hambre y esperar que
te presten atención. Primero hay que satisfacer la necesidad de alimento y
luego hablar de la fe. Como podemos hablarle del amor de Dios y de que es Padre
que escucha si no nos interesamos primero por la persona. Dios escucho el
clamor de su pueblo y lo libero; Jesús recibió al sordomudo que le trajeron y
luego lo curo. Nosotros no podemos anunciar el amor de Dios si primero no
escuchamos/recibimos a la persona que se acerca.
Jesús no sanaba
desde la idea que tenia de la persona. Sino que se ponía en el lugar de ella.
Le prestaba atención y veía el mal que lo aquejaba. Luego de ver y escuchar
curaba. Muchas veces nosotros nos acercamos a la realidad desde nuestra mirada
y preconcepto. Entonces ofrecemos soluciones que la gente no necesita y nos
quejamos diciendo: “nada los conforma” De que hubiera servido que Jesús trate
de curarle la vista si ese no era lo que necesitaba.
Jesús se acerca
sin grandes discursos ni formidables teorías, él lo hace con el gesto hermano
de querer ayudar. Muchas veces caemos en el error de pensar que la gente
seguirá más a Jesús si hablamos mucho o damos explicaciones teológicas de todo,
y nos olvidamos que un gesto habla más que mil palabras. “Miren como se aman”
decían de las primeras comunidades, y era eso lo que los motivaba a hacerse
cristianos.
A aquellos que
no comparten su forma de pensar o vivir, Jesús no los aleja o ataca sino que
trata siempre de ayudarlos, guiarlos, amarlos. Por eso no hay excusa para ser
cercanos con aquellos que decimos son diferentes. No hay que hacer acepción de
persona, porque no importa lo que tiene sino lo que es.
Mirando esa gente que en silencio entrega la vida,
ayuda y va en busca de los mas necesitados ponemos nuestras vidas en manos de
María, para que ella con amor de madre
que protege y entrega la vida sin pedir nada a cambio nos enseñe a tener un
corazón generoso que ayude, comparta y anuncie el amor del Reino pensando en
cada persona y no en los beneficios.
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