viernes, 14 de septiembre de 2012


Pbro. Jorge Trucco
¿QUIÉN ES JESÚS?


Is 50,5-10: “Ofrecí mi espalda a los que golpeaban”
St 2,14-18: “¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe si no tiene obras?”
Mc 8,27-35: “Tú eres el Mesías”



Hoy tenemos una gran desconfianza de la palabra MESÍAS: que supone una actitud pasiva de parte del pueblo y un infantilismo dependiente.

Tener fe no es repetir la palabra “Jesús es el mesías” sino asumir lo que para los primeros cristianos significaba que Él es el Mesías = JESÚS OCUPA EL LUGAR CENTRAL DE LA VIDA.

-       Jesús es el máximo exponente de la Palabra de Dios: la vida humana adquiere todo su sentido desde Jesús. Y lo valioso para Jesús no es el “triunfalismo” (que se lo adore y ensalce) sino que lo valioso para Él es la importancia del ser humano, todos los seres humanos, invitados a participar del Reino de Dios. Lejos del mesianismo que se endiosa a sí mismo manteniendo al pueblo en el infantilismo, el mesianismo de Jesús (su misión) está al servicio del hombre y la sociedad. Por eso asume la cruz... pero los discípulos no lo entienden. Tiene razón Pedro cuando lo reconoce como Mesías, pero se equivoca cuando no asume la cruz, queriendo un Mesías apartado de lo humano.


Por qué no aceptaban un MESÍAS SUFRIENTE: SI DIOS ES PADRE... ¿POR QUÉ TENEMOS QUE SUFRIR? Se presentan distintas respuestas:
·       “algo habrá hecho...” Premios y castigos... como para quedarse uno tranquilo (total a mí no me va a pasar...)
·       “es una prueba de Dios”
·       “es la voluntad de Dios”... Dios lo quiere así y tenemos que aceptarlo resignadamente.

Una de las características del “servidor sufriente” es la de estar atento a los sufrimientos del pueblo crucificado. Pero también el descubrimiento de sus verdugos. Y por supuesto a un compromiso de cambio de esa realidad. Cuando los cristianos se propusieron la transformación del mundo esclavista, inhumano y violento que había impuesto el imperio romano, no comenzaron su labor apelando al hambre de la gente, ni a sus deseos de «acabar con los opresores romanos», sino que apelaron a la conciencia. Si la comunidad no está dispuesta a transformar en su interior toda esa realidad de muerte, miseria y marginación, es inútil que se proponga transformarla afuera. Isaías nos alerta: la persona que opta por la verdad y la equidad debe prepararse al rechazo más rotundo e, incluso, a la muerte. LA FE no es la SEGURIDAD ABSOLUTA: sólo quien vivió los dolores y fracasos desde la fe puede entender al ser humano. Las crisis hacen crecer la fe. Por eso es importante la comunidad: para apoyarnos en el camino de la fe... especialmente en las crisis: no para obligar al otro a creer... sino para que compartiendo su dolor pueda conservar o recuperar la fe en el proyecto de Jesús y su Evangelio.  El anuncio que Jesús hace de las dificultades que van a venir, la «Pasión», la «Cruz», debe ser tomada siempre como una consecuencia inevitable, no como algo buscado... Jesús no buscó la Cruz, ni debemos buscarla nosotros...

-       Jesús es el Maestro del saber vivir: por eso reflexionamos sus enseñanzas, su modo de enfrentar las dificultades. Pero a Jesús lo vamos redescubriendo siempre, porque los seres humanos vamos cambiando y a Él le interesa el ser humano.
¿Por qué cambia la catequesis si Dios no cambia nunca? me decía una señora... Dios no cambia pero nosotros sí...  Decía Mons. Angelelli: con un oído en el Evangelio y otro oído en el pueblo.

-       Jesús es el Cristo total: el Jesús histórico y el Jesús que fue creciendo con la comunidad de fe. No separemos a Jesús de la comunidad, porque entenderíamos mal su MESIANISMO, y terminaríamos admirándolo como un rey lejano a nosotros. Nuestra sociedad nos ha ido acostumbrando a buscar lo mejor para nosotros. Incluso, los padres de familia le enseñan a sus hijos e hijas a no fiarse de los compañeros y compañeras. Primero yo, segundo yo, y si alcanza para un tercero, también yo, parece ser lo normal en nuestras relaciones interpersonales y sociales. ¡Qué distinto es el mensaje de Jesús! Sacrificarse o a entregarse por los otros a costa de nuestro bienestar y de nuestra vida. No olvidemos que el que quiera salvar su vida, con toda seguridad, la perderá pero que cuando se está dispuesto a perder la vida por los demás, ahí somos verdaderamente felices. 

en un vuelo trasatlántico de la línea Aérea British Airways tuvo lugar el siguiente suceso: A una dama la sentaron en el avión al lado de un hombre de raza negra. La mujer pidió a la azafata que la cambiara de sitio, porque no podía sentarse al lado de una persona tan desagradable. La azafata argumentó que el vuelo estaba muy lleno, pero que iría a revisar en primera clase a ver si podía encontrar algún lugar libre.

Todos los demás pasajeros observaron la escena con disgusto, no solo por el hecho en sí, sino por la posibilidad de que hubiera un sitio para la mujer en primera clase. La señora se sentía feliz y hasta triunfadora porque la iban a quitar de ese sitio y ya no estaría cerca de aquella persona. Minutos más tarde regresó la azafata y le informó a la señora: “Discúlpeme señora, pero efectivamente todo el vuelo está lleno... pero afortunadamente encontré un lugar vacío en primera clase. Sin embargo, para poder hacer este tipo de cambios le tuve que pedir autorización al capitán. Él me indicó que no se podía obligar a nadie a viajar al lado de una persona tan desagradable”.

La señora con cara de triunfo, intentó salir de su asiento, pero la azafata en ese momento se voltea y le dice al hombre de raza negra: “Señor, ¿sería usted tan amable de acompañarme a su nuevo asiento?” Todos los pasajeros del avión se pararon y ovacionaron la acción de la azafata. Ese año, la azafata y el capitán fueron premiados por esa actitud. La empresa se dio cuenta que no le había dado demasiada importancia a la capacitación de su personal en el área de atención al cliente. Por tanto, se hicieron algunos cambios de inmediato. Desde ese momento en todas las oficinas de British Airways se lee el siguiente mensaje: “Las personas pueden olvidar lo que les dijiste. Las personas pueden olvidar lo que les hiciste. Pero nunca olvidarán como los hiciste sentir".

Cuando se está dispuesto a perder la vida por los demás, a lo mejor lo pasan a primera clase...

Preguntarnos quién es Jesús es preguntarnos quiénes somos nosotros, una comunidad de fe en este nuevo milenio, con nuestras búsquedas, nuestras esperanzas, nuestros proyectos, a la luz de su Evangelio:
CON UN OÍDO EN EL EVANGELIO Y OTRO EN EL PUEBLO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario