viernes, 7 de septiembre de 2012


Pbro. Gabriel Martín Ghione
Homilía Domingo XXIII durante el año: 
La cercanía de Dios nos abre a un nuevo modo de relación

Hemos escuchado hoy las lecturas que nos invitan a reflexionar sobre un nuevo modo de relacionarnos.

En la primera lectura, el profeta Isaías, nos llena de esperanza porque nos manifiesta que la venganza de nuestro Dios es que Él mismo viene a salvarnos, y, en esa salvación se da un cambio de situaciones: Dios transforma la suerte de los débiles y los sufrientes.

En el Evangelio notamos la concreción de este pasaje en el modo y en el estilo del mismo Jesús. Una vez más se nos muestra que es la ternura y la cercanía la que sana un hombre cuyos problemas relacionales eran notorios: un sordo que habla con dificultad. Es la Palabra de Jesús la que en un primer instante le abre los oídos. Es la característica de la fe que viene de la escucha, una fe que se transmite por la comunicación de una experiencia personal de vida, una fe que en Jesucristo manifiesta el rostro de un Padre, que ama a todos sus hijos (es importante notar que estaba en un territorio pagano), que no hace acepción de personas, que rompe barreras para dar plenitud de vida a aquellos que sufren algún mal, más que físico, humano-relacional. La dinámica en Jesús del gesto-palabra nos hace abre a la dinámica sacramental. Poder descubrir que Jesús es el sacramento que nos muestra el rostro de Dios y percatarnos que los sacramentos eclesiales también nos muestran la acción de un Dios que quiere entrar en diálogo con el hombre y quieren comunicar la vida y la cercanía de Dios, que toma los elementos más simples y cotidianos para expresar Su cotidianidad en la vida del hombre.

Jesús es el sacramento que nos muestra el rostro de Dios, un Dios comprometido con la vida del hombre. Un Dios que rompe con particularidades para abrirnos a la dinámica universal de la salvación. Un Dios que sale al encuentro del hombre para abrazar su situación de fragilidad, debilidad y ensimismamiento para abrirlo al bien del prójimo y comunicarle su propia fuerza.

A veces le pedimos a Dios que nos sane, que nos solucione los problemas pero Jesús nos enseña que Dios quiere comunicarnos algo más, quiere entrar en diálogo, relacionarse con nosotros para ayudarnos a superar los problemas y sanarnos, capacitándonos.

Dios recrea al hombre en un nuevo modo de relación que nos enseña a no dominar al otro, ni manipularlo. Un nuevo modo de relación que no hace acepción de personas (segunda lectura), que no categoriza o jerarquiza. Un nuevo modo de relación que invierte el “orden humano” para envolvernos con los pensamientos de Dios, que elige lo pobre de este mundo para enriquecernos.

Quizá también nosotros como el sordo-tartamudo necesitemos que Dios nos enseñe un nuevo modo de relación entre nosotros, en que seamos más familia, en que podamos dialogar realmente. Necesitamos que nos abra los oídos para escuchar el clamor de nuestros hermanos, sus necesidades. Y necesitamos que nos suelte la lengua en una palabra de consuelo y de denuncia ante tantas injusticias y atropellos a la dignidad del ser humano. Un nuevo modo de relación que no sea un diálogo de sordo-tartamudos, donde por estar tan encerrados no podamos comprender lo que el otro quiere expresar.     




Skipe: ghione.gabriel.martin

"Servidores de ustedes por amor de Jesús" 2 Cor 4,5

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