domingo, 30 de septiembre de 2012


JORNADAS 
ESTUDIOS BÍBLICOS 
Escuela de Biblia 
"PARRESÍA"

TEMA
El libro de los HECHOS de los APÓSTOLES
Interpretación Latinoamericana

DÍAS
1 al 3 de Marzo de 2013


DOCENTE
Pbro. Pablo Richard


LUGAR
Residencia Franciscana de San Antonio de Arredondo



REUNIÓN PREVIA

LUGAR 
Casa de la catequesis de la ciudad de Córdoba (Obispo Trejo 459)

DÍA  
Sábado 6 de Octubre

Horario 
9,30-11,30 hs

Tema 
EL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES, Primera Parte

Docente 
Juan Manuel González


Requisito 
Abonar $200 (segunda cuota del curso completo)


Para más información

ESCUELA DE BIBLIA 
"PARRESÍA"
Actividades 
de la primera semana de Octubre



Lunes 1º
Lugar: Diócesis de San Francisco
Tema: María en los Evangelios (1)
Horario: 20,00-22,30 hs


Martes 2
Lugar: Diócesis de San Francisco
Tema: María en los Evangelios (2)
Horario: 20,00-22,30 hs



Miércoles 3
Lugar: Pquia. de Alta Gracia
Tema: La corporeidad y el feminismo en la Biblia
Horarios: 18,30-21,00 hs.




Jueves 4
Lugar: Casa de la Catequesis
Tema: Mercado y anti-imperialismo en la Biblia
Horario: 19,00-21,30 hs.


Lugar: Pquia. Del Espíritu Santo
Tema: La corporeidad y el feminismo en la Biblia
Horario: 19,00-21,30 hs.



Viernes 5:
Lugar: Pquia. Sagrada Familia.
Tema: Historia de la Espiritualidad Bíblica
Horarios: 19,00-21,00 hs.




Sábado 6
Lugar: Casa de la Catequesis
Tema: Hechos de los Apóstoles
Horarios: 9,30-11,30 hs.






MES DE LA BIBLIA
Álvaro Pereira



Uno nunca puede llegar a definir cumplidamente las realidades más importantes de su vida. Entonces reconoce humildemente que es mejor emplear la metáfora. Por eso, me gusta decir que la Biblia es para mí la ventana que me permite atisbar el rostro del Señor Jesús; el espejo en que me miro cada mañana para recordar quién soy, hijo amado de Dios; la madre que me dio a luz, la luz de la fe; la esposa fiel, siempre animosa y compañera en los embates de la jornada; la hija más querida, a la que deseo presentar ante los demás con orgullo y satisfacción; la casa en la que me encuentro con mis hermanos de comunidad; el grano con el que amasar el pan de los pobres; y la puerta que me orienta hacia la eternidad.

Pbro Lucas Trucco
Domingo XXVI durante el año –ciclo B-[1]

Algunos de los discípulos ahora pretenden que el grupo tenga la exclusiva de Jesús y el monopolio de su acción liberadora.
Vienen preocupados. Un exorcista, no integrado en el grupo, está echando demonios en nombre de Jesús. Los discípulos no se alegran de que la gente quede curada y pueda iniciar una vida más humana. Solo piensan en el prestigio de su propio grupo. Por eso, han tratado de cortar de raíz su actuación. Esta es su única razón: “no es de los nuestros”.
Los discípulos dan por supuesto que, para actuar en nombre de Jesús y con su fuerza curadora, es necesario ser miembro de su grupo. Nadie puede apelar a Jesús y trabajar por un mundo más humano, sin formar parte de la Iglesia. ¿Es realmente así? ¿Qué piensa Jesús?
Sus primeras palabras son rotundas: “No se lo impidan”. El Nombre de Jesús y su fuerza humanizadora son más importantes que el pequeño grupo de sus discípulos. Es bueno que la salvación que trae Jesús se extienda más allá de la Iglesia establecida y ayude a las gentes a vivir de manera más humana. Nadie ha de verla como una competencia desleal.
Así pues, la confesión del nombre de Jesús como el Mesías y el Salvador del mundo en el altar de la Cruz produce un anuncio que no es una conquista, una campaña para hacer prosélitos para el propio partido, esto es, para la propia parcialidad, sino una proclamación de que el bien y la verdad y la belleza, y todo lo que de positivo hay en el mundo, tienen una raíz (un Creador) y también una meta (un Salvador) que ha venido a visitarnos y con el que podemos encontrarnos. Es un anuncio que no violenta ni impone su verdad, sino que la propone desde el respeto a la libertad de cada uno y desde el reconocimiento de la bondad presente en cada ser humano, en cada pueblo y cultura. Sólo desde esa positividad se pueden y deben denunciar las formas de maldad presentes también en el mundo, y que impiden una plenitud, que ahora es posible precisamente porque la fuente del bien y la verdad se ha encarnado y hecho cercano en Jesucristo. Este espíritu de apertura y diálogo, que no impone sino que propone, ve en los otros no sólo “destinatarios” de la misión, sino sobre todo “interlocutores” con los que Dios, por medio de Jesús y de sus discípulos, quiere iniciar un diálogo. Porque sólo de forma dialogal puede entenderse la revelación de un Dios que se nos ha manifestado como Palabra que interpela nuestra libertad y nos llama a una respuesta libre.
El contraste puede sorprendernos, pero no debe hacerlo, pues la pertenencia radical a Cristo nos debe llevar a romper con toda forma de mal, aunque ello nos parezca a veces, desde la lógica de este mundo, una pérdida dolorosa. Así es como deben entenderse las llamadas a perder un ojo, una mano o un pie. Porque la confesión de Jesús como el Cristo es la experiencia positiva del Bien que nos viene al encuentro con rostro humano y que quiere alcanzar a todos (apertura dialogal y universal), precisamente por eso hay que ser intransigente con el mal, que es un espíritu de cerrazón y de exclusión. El que está dispuesto a dar la vida por el Bien y la Justicia, por la fe en Jesucristo y en Dios Padre, ese tiene que renunciar (a veces con dolor) a falsas promesas de vida y felicidad que se alcanzan a costa del bien de los demás (el escándalo de los pequeños y la explotación de los pobres que denuncia Santiago), y, en realidad, a costa del propio y verdadero bien: el Reino de Dios en el que merece la pena entrar tuerto o manco o cojo.
En la sociedad moderna hay muchos hombres y mujeres que trabajan por un mundo más justo y humano sin pertenecer a la Iglesia. Algunos ni son creyentes, pero están abriendo caminos al reino de Dios y su justicia. Son de los nuestros. Hemos de alegrarnos en vez de mirarlos con resentimiento. Los hemos de apoyar en vez de descalificar.


[1] La siguiente reflexión fue tomada en partes de las págs. web “odres nuevos” y “ciudad redonda”

viernes, 28 de septiembre de 2012


50 años después del Concilio Vaticano II. 
La reforma de la Iglesia Católica no se detiene
 Pablo Richard

Teólogo y biblista chileno. Doctor en Teología y Ciencias Sociales. Doctor en Teología (Roma). Doctor en Ciencias de la Religión (Paris). Miembro del equipo interdisciplinar del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI)
 Adital




Memoria necesaria
para nosotros que vivimos estos 50 años,
 para las nuevas generaciones que no vivieron estos 50 años.

Primera Parte: 1962 – 2012: 50 años
Un tiempo de Gracia que no podemos olvidar

Un fundamento ya construido: Concilio Vaticano Segundo (1962–1965)

II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: Medellín (1968)
La Iglesia en la actual transformación de América Latina a la luz del concilio

III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: Puebla (1979)
La Evangelización en el presente y en el futuro de América Latina

IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: Santo Domingo (1992)
Nueva Evangelización, Promoción Humana, Cultura Cristiana 

V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: Aparecida (2007)
Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en El tengan Vida: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14, 6).


CAPÍTULO PRIMERO
 CONCILIO VATICANO II (1962–1965)
 Introducción

Cuando el Papa Juan XXIII, el 25 de enero del año 1959, anunció su propósito de convocar un Concilio, se inauguró un tiempo de gracia, un tiempo oportuno (un "kairós”) para la Iglesia Católica Universal. Es un tiempo de gracia que irrumpe después de 400 años del Concilio de Trento (1545 – 1563) y después de 100 años del Concilio Vaticano Primero (1869-1870). 

Celebramos este tiempo de gracia, que si no tiene respuesta, puede también agotarse y terminar.

"Se ha cumplido el tiempo ("kairós”) y se ha acercado el Reino de Dios.
 Cambien su manera de pensar y crean en el Evangelio (Mrc 1, 15)

Espíritu que anima todo el Concilio Vaticano II

"Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia”. 

("Constitución Gaudium et Spes”. Proemio)

Documentos del Concilio Vaticano II que han tenido mayor resonancia

I: Lumen Gentium (Constitución dogmática sobre la Iglesia)

En esta constitución se elaboró una nueva eclesiología, superando las eclesiologías constantinianas y doctrinarias elaboradas en los Concilios de Trento y Vaticano Primero. "La Iglesia constituye en la tierra el germen y el principio delReino de Dios”(5) y su definición básica es "Pueblo de Dios” (capítulo II).

II: Dei Verbum (Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación)

Algunas citas: "La Palabra de Dios la escucha con devoción y la proclama con valentía el Santo Concilio”.(1) "La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo. La Tradición recibela Palabra de Dios”(9). El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia. Pero el Magisterio no está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio(10).La Iglesia ha considerado siempre como suprema norma de su fe la Escritura unida a la Tradición. Y es tan grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia.(21).

"Los exégetas católicos y los demás teólogos han de trabajar en común esfuerzo y bajo la vigilancia del Magisterio para investigar con medios oportunos la Escritura y para explicarla, de modo que se multipliquen los ministros de la Palabra capaces de ofrecer al pueblo de Dios el alimento de la Escritura”(23).Los fieles han de tener fácil acceso a la Sagrada Escritura. La Iglesia procura con cuidado materno que se hagan traducciones exactas y adaptadas en diversas lenguas, sobre todo partiendo de los textos originales”(22)

"Por eso, todos los clérigos, especialmente los sacerdotes, diáconos y catequistas dedicados por oficio al ministerio de la palabra, han de leer y estudiar asiduamente la Escritura. El santo Sínodo recomienda insistentemente a todos los fieles, especialmente a los religiosos, la lectura constante de la Escritura para que adquieran la ciencia suprema de Jesucristo (Phil 3,8), "pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo" (San Jerónimo) y "a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras" (San Ambrosio).(25) 

II: Ad gentes (Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia)

"…de la semilla de la Palabra de Dios deben crecer en todo el mundo Iglesias particulares autóctonassuficientemente fundadas y dotadas de propias energías, que, provistas suficientemente de jerarquía propia, unida al pueblo fiel, contribuyan al bien de toda la Iglesia"(6).

"…los misionerosconozcan más ampliamente la historia, las estructuras sociales y las costumbres de los pueblos, y se interesen también del orden moral y de los preceptos religiosos, así como de la mentalidad íntima que dichos pueblos han ido formándose, de acuerdo con sus tradiciones sagradas, acerca de Dios, del mundo y del hombre.(26)

III: Otros dos documentos importantes: Constitución sobre la Sagrada la Liturgia - Decreto sobre el Ecumenismo: 

CAPÍTULO SEGUNDO:
 CONFERENCIAS GENERALES DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO

Introducción

Los "Santos Padres” de la Iglesia Latinoamericana.

Recordamos en primer lugar aquellos que hicieron posible Medellín: Don Manuel Larraín, obispo de Talca, (Chile), junto con don Helder Camara (Brasil) ambos fundadores en 1955 el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Recordamos igualmente a don Leonidas Proaño de Riobamba, Ecuador, obispo de los indios; don Samuel Ruiz, de San Cristóbal de Las Casas, México, igualmente obispo constructor de una Iglesia con raíces indígenas; don José Dammert, de Cajamarca, Perú, don Ramón Bogarin,Paraguay; don Sergio Méndez Arceo de Cuernavaca, México; don Cándido Padin, de Bauru, Brasil, don Eduardo Pironio, de La Plata, Argentina, don Antonio Fragoso, de Crateús. Dos cardenales franciscanos: Aloísio Lorscheider, presidente del CELAM, que presidió la asamblea de Puebla y fue arzobispo de Fortaleza. El cardenal Paulo Evaristo Arns, arzobispo de São Paulo. Recordamos también nuestros 3 obispos mártires: don Óscar Romero, arzobispo de San Salvador, quizá la figura más representativa de la nueva Iglesia de América Latina; don Juan Gerardi, de El Quiché y Ciudad de Guatemala, don Enrique Angelelli, de La Rioja, Argentina. Recordemos también algunos obispos que marcaron la Iglesia latinoamericana: de Chile don Enrique Alvear y Fernando Ariztia. De Argentina: don José de Nevares. De Brasil, don Pedro Casaldáliga (todavía con vida); don José Maria Pires, don Luciano Mendes de Almeida, don Erwin Kräutler, donTomás Balduino, don Moacyr Grechi, don Valdir Calheiros. Don Carlos Parteli, de Montevideo. Todos estos obispos representan a decenas de otros obispos, a miles de presbíteros, religiosas y religiosos y millones de laicas y laicos, que fueron constructores de la Iglesia en América Latina y El Caribe. Su testimonio y su sangre son la roca sobre la cual está construida la Iglesia en América Latina y El Caribe.

"teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos,
 sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia
 y corramos con fortaleza la carrera que se nos propone,
 fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe” 
(Hebreos 12, 1-4)

I: Segunda Conferencia general del Episcopado Latinoamericano: Medellín, Colombia 1968:
"La Iglesia en la actual transformación de América Latina a la luz del Concilio”

"Estamos en el umbral de una nueva época histórica de nuestro continente, llena de un anhelo de emancipación total, de liberación de toda servidumbre, de maduración personal y de integración colectiva. Percibimos aquí los preanuncios en la dolorosa gestación de una nueva civilización. No podemos dejar de interpretar este gigantesco esfuerzo por una rápida transformación y desarrollo como un evidente signo del Espíritu que conduce la historia de los hombres y de los pueblos hacia su vocación” (Introducción, 4).

Tomamos los textos fundante que expresan el "espíritu de Medellín” y que son vigentes hasta hoy

- Documento: Paz

Si "el desarrollo es el nuevo nombre de la paz" (Encíclica Populorum Progressio, n°. 87), el subdesarrollo latinoamericano, con características propias en los diversos países, es una injusta situación promotora de tensiones que conspiran contra la paz.” (Paz 1)

"Desigualdades excesivas entre las clases sociales, especialmente, aunque no en forma exclusiva, en aquellos países que se caracterizan por un marcado biclasismo: pocos tienen mucho (cultura, riqueza, poder, prestigio), mientras muchos tienen poco” (Paz 3) 

"Queremos subrayar que los principales culpables de la dependencia económica de nuestros países son aquellas fuerzas que, inspiradas en el lucro sin freno, conducen a la dictadura económica y al "imperialismo internacional del dinero" condenado por Pío XI en la Cuadragésimo Anno y por Pablo VI en la Populorum Progressio” (Paz 9,e) 

"La paz es, ante todo, obra de justicia. La paz en América Latina no es, por lo tanto, la simple ausencia de violencia y derramamientos de sangre. La opresión ejercida por los grupos de poder puede dar la impresión de mantener la paz y el orden, pero en realidad no es sino "el germen continuo e inevitable de rebeliones y guerras”.
"La paz sólo se obtiene creando un orden nuevo que "comporta una justicia más perfecta entre los hombres". En este sentido, el desarrollo integral del hombre, el paso de condiciones menos humanas a condiciones más humanas, es el nombre nuevo de la paz” (Paz 14)

"No deja de ver que América Latina se encuentra, en muchas partes, en una situación de injusticia que puede llamarse de violencia institucionalizada” (Paz 16)

"No debe extrañarnos que nazca en América Latina ‘la tentación de la violencia’. No hay que abusar de la paciencia de un pueblo que soporta durante años una condición que difícilmente aceptarían quienes tienen una mayor conciencia de los derechos humanos.” (Paz 16)

"las revoluciones explosivas de la desesperación" (Pablo VI) (Paz 17)

"Urgir para que en muchos de nuestros países se detenga y revise el actual proceso armamentista, que constituye a veces una carga excesivamente desproporcionada con las legítimas exigencias del bien común en detrimento de imperiosas necesidades sociales. La lucha contra la miseria es la verdadera guerra que deben afrontar nuestras naciones” (Paz 29).

- Documento: Pobreza de la Iglesia

"El Episcopado Latinoamericano no puede quedar indiferente ante las tremendas injusticias sociales existentes en América Latina, que mantienen a la mayoría de nuestros pueblos en una dolorosa pobreza cercana en muchísimos casos a la inhumana miseria” (Pobreza 1)

"Un sordo clamor brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores una liberación que no les llega de ninguna parte. ‘Nos están ahora escuchando en silencio, pero oímos el grito que sube de vuestro sufrimiento", ha dicho el Papa a los campesinos en Colombia.” (Pobreza 1 y 2)

"Y llegan también hasta nosotros las quejas de que la Jerarquía, el clero, los religiosos, son ricos y aliados de los ricos”. (Pobreza 2)

- Documento: Pastoral de conjunto

Las Comunidades cristianas de base: primer y fundamental núcleo eclesial. Ella es, célula inicial de estructuración eclesial, y foco de la evangelización, y actualmente factor primordial de promoción humana y desarrollo.” (Pastoral 10)

II: Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano Puebla, México (1979)

"La Evangelización en el presente y en el futuro de América Latina”.

Citamos un texto que ha tenido mucho peso en la Historia de nuestra Iglesia:

"La situación de extrema pobreza generalizada, adquiere en la vida real rostros muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela: rostros de niños,golpeados por la pobreza desde antes de nacer, por obstaculizar sus posibilidades de realizarse a causa de deficiencias mentales y corporales irreparables; los niños vagos y muchas veces explotados de nuestras ciudades, fruto de la pobreza y desorganización moral familiar; rostros de jóvenes, desorientados por no encontrar su lugar en la sociedad; frustrados, sobre todo en zonas rurales y urbanas marginales, por falta de oportunidades de capacitación y ocupación; rostros de indígenas y con frecuencia de afroamericanos, que, viviendo marginados y en situaciones inhumanas, pueden ser considerados los más pobres entre los pobres; rostros de campesinos, que como grupo social viven relegados en casi todo nuestro continente, a veces, privados de tierra, en situación de dependencia interna y externa, sometidos a sistemas de comercialización que los explotan; rostros de obreros frecuentemente mal retribuidos y con dificultades para organizarse y defender sus derechos; rostros de subempleados y desempleados,despedidos por las duras exigencias de crisis económicas y muchas veces de modelos de desarrollo que someten a los trabajadores y a sus familias a fríos cálculos económicos; rostros de marginados y hacinados urbanos, con el doble impacto de la carencia de bienes materiales, frente a la ostentación de la riqueza de otros sectores sociales; rostros de ancianos, cada día más numerosos, frecuentemente marginados de la sociedad del progreso que prescinde de las personas que no producen. 

(Puebla, conclusiones, n° 31-38)

III: CUARTA CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO

Santo Domingo, República Dominicana (1992) "Nueva Evangelización, Promoción Humana y Cultura Cristiana”

Refiriéndose al "inhumano tráfico esclavista”, el texto dice "Queremos con Juan Pablo II pedir perdón a Dios por este holocausto desconocido” (n° 20)

"Solo una Iglesia evangelizada es capaz de evangelizar” (n° 23)

"…una línea prioritaria de nuestra pastoral, fruto de esta IV Conferencia, ha de ser la de una Iglesia en la que los fieles cristianos laicos sean protagonistas” (n° 103).

El texto se refiere a "la metodología del ver, juzgar, actuar, revisar y celebrar " (n° 119)

"La promoción humana, una dimensión privilegiada de la Nueva Evangelización” (subtítulo capítulo II)

"…una opción evangélica y preferencial por los pobres, firme e irrevocable, pero no exclusiva ni excluyente, tan solemnemente afirmada en las Conferencias de Medellín y Puebla”… como el "potencial evangelizador de los pobres” (Puebla 1147), la Iglesia pobre quiere impulsar la evangelización de nuestras comunidades” ”Descubrir en los rostros sufrientes de los pobres el rostro del Señor (Mt. 25, 31-46) "La esclavitud de los negros y las matanzas de los indios fueron el mayor pecado de la expansión colonial de occidente” (n° 246).

"Hacemos nuestro el clamor de los pobres. Asumimos con renovado ardor la opción evangélica preferencial por los pobres, en continuidad con Medellín y Puebla. Esta opción, no exclusiva ni excluyente, iluminará, a imitación de Jesucristo, toda nuestra acción evangelizadora” (n° 296).

IV: Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: Aparecida, Brasil (2007).

"Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en El tengan Vida: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14, 6)”.

Una evaluación mínima de sus 10 capítulos:

La introducción sitúa la conferencia de Aparecida en la tradición del Concilio Vaticano II y las conferencias de Medellín y Puebla. 

Muy positivo: capítulo 2 (análisis de la realidad), capítulo 5 (Comunidades Eclesiales de Base), capítulo 7 (la vida en Cristo y opción por la vida de todos) y capítulo 8 (Opción preferencial por los Pobres).

El capítulo 10 refleja más bien otro modelo de Iglesia definido por la Opción Preferencial por las Elites ("élites” no son necesariamente "ricos”).

Los capítulos 3, 4, 6 y 9 son más doctrinarios y conservadores

La conclusiónurge a un gran impulso misionero y a recomenzar desde Cristo. 

Segunda Parte: 1962 - 2012

¿Dónde estamos ahora?
 ¿Perdimos la memoria?
 ¿Caminamos hacia atrás?
 ¿Dónde está el pueblo? ¿Dónde está Dios?
 ¿Dónde estamos nosotros? ¿Dónde deberíamos estar como Iglesia?

En los 50 años posteriores al Concilio Vaticano II (1962 – 2012) hemos vivido 50 años de reformaen la Iglesia católica, pero también hemos vivido 50 años de retroceso.

Los dos procesos los hemos vivido al interior de la misma Iglesia y en un mismo tiempo: 50 años: 1962–2012.

Desde el fin del Concilio de Trento (1545 – 1563) hasta la apertura del Concilio Vaticano II (1962) la Iglesia Católica vivió 400 años de contra-reforma. 

El Concilio Vaticano II rompió con estos 400 años, pero el cambio fue más teológico que institucional. Esos 400 años de "contra-reforma” sobrevivieron "bajo las cenizas” y en el "sub-consciente” colectivo de la Cristiandad. El retroceso de la Iglesia, especialmente en su jerarquía, ha hecho visible esos 400 años de contra-reforma anteriores al Concilio Vaticano II, y existe incluso el riesgo de caer otra vez en esa contra-reforma. 

Esta segunda parte de nuestro trabajo tendrá dos capítulos:

Capítulo Primero: el caminar de la Iglesia hacia atrás en los 50 años posteriores al Concilio Vaticano II

Capítulo segundo: el caminar de la Iglesia hacia atrás en los 400 años de contra reforma anteriores al Concilio Vaticano II 

(En la tercera parte de este trabajo haremos una propuesta positiva para el futuro de la Iglesia: caminos posibles y llenos de esperanza). 

Recordemos lo que Pablo de Tarso dice a la Iglesia de Galacia:

"Me maravillo que abandonen al que los llamó por la gracia de Cristo, y se pasen tan pronto a otro evangelio, no es que haya otro, sino que hay algunos que los confunden y quieren deformar el Evangelio de Cristo(Gal 1,6 - 7)

Capítulo Primero: 

Una Iglesia que camina peligrosamente hacia atrás. Algunos signos del retroceso de la Iglesia

I : Ofensiva contra la Conferencia de Medellín 

La Conferencia de Medellín es el evento más importante de la Iglesia Latinoamericana en los 50 años después del Concilio Vaticano II. Medellín suscitó por eso muchas críticas. El gran argumento, repetido sin cesar, fue queMedellín había sido mal interpretado. Este argumento tuvo larga vida en los ambientes conservadores. 

II: Sospechas y críticas negativas a las Comunidades Eclesiales de Base

En algunos textos sobre las CEBs hay críticas que respiran un clima de miedo y de sospecha. El documento más negativo en este punto fue el de Puebla, debido a la orientación conservadora del CELAM que en ese momento estaba en manos del cardenal López Trujillo

Textos negativos en Puebla (1979)

98. "Es lamentable que en algunos lugares intereses claramente políticos pretendan manipularlas y apartarlas de la auténtica comunión con sus Obispos”.

261. "La Iglesia, como pueblo histórico e institucional, representa la estructura más amplia, universal y definida dentro de la cual deben inscribirse vitalmente las Comunidades Eclesiales de Base para no correr el riesgo de degenerar hacia la anarquía organizativa por un lado y hacia el elitismo cerrado o sectario por otro”.

262. "Tendencia en las CEBs de llegar a ser una ‘Iglesia popular’ con ‘magisterios paralelos’. También como ‘secta’que tiende siempre al autoabastecimiento, tanto jurídico como doctrinal. 

263. La ‘Iglesia popular’ aparece como distinta de ‘otra’, identificada con la Iglesia ‘oficial’ o ‘institucional’, a la que se acusa de ‘alienante’. Esto implicaría una división en el seno de la Iglesia y una inaceptable negación de la función de la jerarquía. Dichas posiciones, según Juan Pablo II, podrían estar inspiradas por conocidos condicionamientos ideológicos”.

630. "No han faltado miembros de comunidad o comunidades enteras que, atraídos por instituciones puramente laicas o radicalizadas ideológicamente, van perdiendo el sentido auténtico eclesial”.

Textos negativos en Santo Domingo (1992)

62. "estas comunidades dejan de ser eclesiales ypueden ser víctimas de manipulación ideológica o política”

Textos negativos en Aparecida (2007)

178: "se constató que no han faltado miembros de comunidad o comunidades enteras que, atraídas por instituciones puramente laicas o radicalizadas ideológicamente, fueron perdiendo el sentido eclesial”. 

III: "Exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in América” (1999). 

En este documento postsinodal no se mencionó a las Comunidades Eclesiales de Base, aprobadas anteriormente por la asamblea del mismo Sínodo. 

En esta asamblea los obispos sinodales habían votado positivamente sobre CEBs. La proposición 47sobre las pequeñas comunidades eclesiales era explícita: después de fundamentar cómo el Espíritu de Jesús se encuentra en las CEBs, cita el párrafo 51 de la Redemptoris Missio en la cual se afirma que las CEBs son una señal de vitalidad de la Iglesia, un instrumento de formación y de evangelización, un válido punto de partida para la nueva sociedad fundada sobre la cultura del amor recíproco. 

La proposición 47 indica tres tareas muy positivas:

"Que se afirme de nuevo que las pequeñas Comunidades Eclesiales de Base de nuestra Iglesia de América son un elemento importante, accesible a todos, que orientan mejor la vida para el encuentro con Jesucristo, ayudando así a la parroquia a ser una comunidad de comunidades”. 

"Que en todo el continente americano se dé un nuevo impulso a la evangelización, mediante la pequeña comunidad eclesial, sobre todo con relación a aquellos que física y espiritualmente se encuentran más alejados”.

"Que de un modo particular se considere este estilo de acción pastoral que ofrece la posibilidad de una mayor participación de los laicos, de modo que la nueva evangelización llegue a todos.”

Estas tres proposiciones fueron votadas con 195 placet, 16 non-placet y 5 en blanco. La exhortación postsinodal "Ecclesia in América” suprimió todo el texto sobre las CEBs aprobado anteriormente en el Sínodo. Era un signo de alarma. Esto no fue un descuido, sino una opción explícita de excluir las CEBs.

IV: Condenación del proyecto "Teología y Liberación” (1986)

En la Conferencia General en Puebla, México, en 1979, un grupo de teólogos y teólogas tomó la iniciativa de elaborar una colección teológica titulada: "Teología y Liberación”. En 1984 se constituyó un "Consejo Editorial” con 13 de los teólogos más representativos de la Teología de la Liberación: Leonardo Boff, Sergio Torres, José Comblin, Gustavo Gutiérrez, Ronaldo Muñoz, Enrique Dussel, José Oscar Beozzo, Pedro Trigo, Ivone Guevara, Jon Sobrino, Virgilio Elizondo, Juan Luis Segundo, y como consultor en asuntos ecuménicos Julio de Santa Ana. Para guiar al grupo se elaboró un pequeño documento intitulado: "Compromisos de trabajo”, cuyo objetivo era: "Desde los pobres y su Iglesia, hacemos teología. Nuestro objetivo global, con el carisma teológico, es la formación de personas que apoyan las comunidades de base, confirmando la fe del pobre.” 

Se formó pronto un "Comité Episcopal de Patrocinio” compuesto por aproximadamente por 121 obispos.

Los tres primeros volúmenes se publicaron en 1986, con los nombres de los 121 obispos, encabezada por el Cardenal Arzobispo de San Pablo, Brasil, Paulo Evaristo Arns. El primer volumen, en portugués y español fue el de Eduardo Hoornaert: "La Memoria del Pueblo Cristiano. Una historia de la Iglesia en los tres primeros siglos. Serie I: Experiencia de Dios y Justicia” El título fue todo un signo.

El rechazo radical e inmediato de esta obra teológica, por el Cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue un signo visible que la Iglesia caminaba hacia atrás. Los organizadores de esta obra mandaron una carta directamente al Papa, donde aparece lo trágico de esta condenación. 

Cito algunos textos:

"La teología no puede trabajar con semejantes niveles de control local, nacional, continental y universal”. "Nunca en la historia de la Iglesia se oyó decir que alguna teología estuviese bajo tantas instancias de vigilancia. Paradojalmente, los teólogos latino-americanos quieren introducir la liberación en el pensamiento teológico y deben hacerlo bajo un régimen de cautiverio intelectual.” "Nos sentimos, como teólogos latino-americanos, profundamente discriminados. No podemos aceptar esta discriminación que jamás ha sido impuesta a otras colecciones teológicas hechas en el primer mundo. A nosotros también nos preocupa la sana y recta doctrina, pero nos preocupa también el carácter eclesial y pastoral de nuestra obra teológica”. 

"Para terminar, la propuesta del Cardenal J. Ratzinger impedirá a los teólogos decir aquella palabra que ellos sienten que deben decir, en base a la experiencia de sus Iglesias, que también reciben el impulso del Espíritu. Tememos que esa medida del Cardenal J. Ratzinger este cavando la sepultura a la teología latinoamericana. No queremos que se cierre la boca a mas de 100 teólogos, apoyados por 121 obispos y por aquellos que les conceden el imprimatur.”

"Tememos, eso sí, que la opinión pública mundial interprete esto como una limitación a la libertad de pensamiento de las Iglesias pobres de América Latina”. 

"Pedimos que se mantenga viva la libertad evangélica también para la teología, pues solo una teología de liberación hecha en una atmosfera de libertad, podrá ayudar a la liberación de nuestros hermanos y hermanas más oprimidas”.

La falta de respuesta del Papa y del Cardenal Ratzinger llevó al Consejo Editorial a desistir de seguir publicando la Colección en cuanto tal. Los libros comenzaron a publicarse como obras aisladas, esperando otros tiempos.

V: Substitución del concepto "Iglesia Pueblo de Dios” por "Iglesia Comunión”.

El 25 de Enero del año 1985 el Papa Juan Paulo II convocó un sínodo extraordinario para conmemorar los 20 años de la conclusión del Concilio Vaticano II.El cardenal Ratzinger, ya antes del sínodo, expresó claramente que este sínodo era para "rectificar malas interpretaciones del Concilio Vaticano II”. Un cambio importante fue sustituir explícitamente el concepto "Iglesia Pueblo de Dios” por "Iglesia Comunión”. El concepto "Pueblo de Dios”, según el Cardenal Ratzinger, sería más sociológico que teológico. La definición de la Iglesia como "Pueblo de Dios” fue una de las contribuciones más importante del Concilio Vaticano. La intención de fondo de esta sustitución era rescatar la dimensión "divina” de la Iglesia como "comunión” con Dios y rechazar su dimensión histórica como "Pueblo”. Se creó una imagen "divina” de la Iglesia, donde no podían existir contradicciones y conflictos. En una Iglesia así "espiritualizada” se oculta la historia real de la Iglesia, los pecados de la Iglesia y los abusos dentro de ella. 

VI: El ecumenismo llega a ser casi imposible

En agosto delaño 2000 se publica la declaración "Dominus Jesus sobre la unicidad y universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia”, de la Congregación para la Doctrina de la Fe: 

"Así como hay un solo Cristo, uno solo es su cuerpo, una sola es su Esposa: una sola Iglesia católica y apostólica”. "Los fieles están obligados a profesar que existe una continuidad histórica - radicada en la sucesión apostólica - entre la Iglesia fundada por Cristo y laIglesia católica”. 

Reaparece aquí el fundamentalismo del Concilio Vaticano Primero: la Iglesia es una "sociedad verdadera, perfecta, espiritual y sobrenatural”, "la Iglesia es una sociedad visible y única, y que fuera de la Iglesia no hay salvación”, la Iglesia es "indefectible” e "infalible”. 

(Alberigo, Giuseppe (ed.) (1993). 

Historia de los Concilios Ecuménicos. Salamanca (España), Ediciones Sígueme)

VII: Exclusión de los laicos y laicas como "Ministros de la Palabra de Dios”

En la "Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini” de Benedicto XVI sobre la "Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”, publicada después del V Sínodo de Obispos en Roma (2008) se excluye explícitamente a los laicos y laicas como Ministros de la Palabra de Dios: 

"Hay también diferentes oficios y funciones que corresponden a cada uno, en lo que atañe a la Palabra de Dios; según esto, los fieles escuchan y meditan la Palabra, y la explican únicamente aquellos a quienes se encomienda este ministerio, es decir, obispos, presbíteros y diáconos” (n° 59). Este documento Verbum Domini, es extenso, pesado y dogmático, regresa al tiempo anterior de la Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación: "Dei Verbum”del Concilio Vaticano II (Roma 1965) y atrás del documento "La Interpretación de la Biblia en la Iglesia” de la Pontificia Comisión Bíblica (Roma 1993).

Además se excluye a nuestros santos y santas de América Latina. Son nombrados solamente San José María Escrivá de Balaguer, la beata Teresa de Calcuta, y los mártires del nazismo y del comunismo. 

No se mencionan nuestros santos, ni siquiera San Alberto Hurtado de Chile, canonizado el 23 de Octubre del 2005 por Benedicto XVI. No se menciona por supuesto a Mons. Romero, Mons. Juan José Girardi, Bartolomé de las Casas, los Delegados de la Palabra de Dios y los miles de mártires asesinados por su testimonio evangélico.

VIII: Deslegitimación "peligrosa” de la Teología de la Liberación 

Comisión para la Doctrina de la Fe: dos documentos: 

Libertatis Nuntius (1984)

"Instrucción sobre algunos aspectos de la ‘Teología de la Liberación” 

Libertatis Consciencia (1986)

"Instrucción sobre Libertad Cristiana y Liberación”. 

En ambas instrucciones, especialmente en la segunda, hay un extenso análisis social, bíblico y teológico de la situación de pobreza e injusticia que viven los pobres, y la urgencia de escuchar su grito por justicia y liberación. Muchas de estas reflexiones ya habían sido asumidas por la Teología de la Liberación

Citamos solo algunos textos "peligrosos” de la "Libertatis Nuntius”: 

"La impaciencia y una voluntad de eficacia han conducido a ciertos cristianos, desconfiando de todo otro método, a refugiarse en lo que ellos llaman «el análisis marxista»(VII, 1).
 "Recordemos que el ateísmo y la negación de la persona humana, de su libertad y de sus derechos, están en el centro de la concepción marxista” (VII, 9).
 "Las «teologías de la liberación», que tienen el mérito de haber valorado los grandes textos de los Profetas y del Evangelio sobre la defensa de los pobres, conducen a una amalgama ruinosa entre el pobre de la Escritura y el proletariado de Marx”. 

No se tomó conciencia que el neoliberalismo era una ideología mucho más peligrosa que el marxismo para la Iglesia y la teología. Sobre el neo-liberalismo no existe todavía en la Iglesia y en la teología una deslegitimación contundente.

IX: "el poder de las tinieblas”

50 años de persecución y martirio en la Iglesia en América Latina y El Caribe, especialmente en las décadas de los 70 y los 80.

Libro importante: "El poder militar en América Latina. La ideología de la Seguridad Nacional” (José Comblin). Los golpes de Estado en América Latina fueron legitimados por esta ideología. Los EEUU de América reaccionaron contra la así llamada penetración del "comunismo” y su ideología "marxista” en América Latina y El Caribe, incluso dentro de la misma Iglesia. Esto provocó una cadena de Golpes militares de Estado, en Brasil (1964 y 1968), Bolivia (1969 y 1971), Argentina (1966 y 1976), Chile (1973), Uruguay (1973), Perú (1976) y Ecuador (1972). Posteriormente, desde los años 1980, hubo una represión cruel en El Salvador, Honduras y Guatemala. Fueron miles y miles asesinados, especialmente durante las décadas de los 70 y los 80. 

En este genocidio murió un número incontable de cristianos, laicos, laicas, Catequistas y Delegados de la Palabra, religiosas y religiosos, sacerdotes y 3 obispos: don Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, quizá la figura más representativa de la nueva Iglesia de América Latina; don Juan Gerardi de El Quiché y Ciudad de Guatemala y don Enrique Angelelli, de La Rioja, Argentina. 

La Ideología de la Seguridad Nacional miró con especial preocupación la reforma de la Iglesia Católica, desde el Concilio Vaticano II, y luego en Medellín y Puebla. Cuando en 1989 terminó la guerra fría y cayeron los socialismos históricos, se "decretó” la muerte del comunismo, la muerte del socialismo y la muerte de la Teología de la liberación. 

Capítulo segundo:

1563 – 1962: 400 años de contra reforma anteriores al Concilio Vaticano II

Concilio de Trento (1545 – 1563) (véase G. Alberigo, ed. 1993, Historia de los Concilios Ecuménicos)

En el Concilio de Trento aparecieron dos tendencias: una, que se diera prioridad a la condenación de los errores de las reformas protestantes (Lutero y otros). Otra, consideraba que más urgente era la reforma de la Iglesia. Triunfó la primera tendencia. Trento fue fundamentalmente un concilio de "contra-reforma”. Un tema de discusión fue las traducciones de la Biblia en lengua vulgar. Los que se opusieron a la traducción, dieron como argumento que "no a todos se les ha dado el poder de leer e interpretar el texto sagrado”. "Sería suficiente que los ignorantes sean gobernados según la predicación que tendrán que dispensarles personas competentes, que hayan obtenido el permiso de predicar”.

El gran triunfador del Concilio de Trento fue el Papa. El papado llegó a ser el centro político de Europa. El gran perdedor fue la Biblia, que de hecho fue sustituida por el Catecismo Romano. 

El concilio de Trento no logró responder a los desafíos de la reforma protestante, por el contrario, construyó un nuevo modelo de Iglesia para defenderse de la reforma protestante e impedir hacia el futuro una reforma al interior de la misma Iglesia. La refundación institucional y disciplinar de la Iglesia Católica Romana fue tan sólida y poderosa, que tuvo un carácter casi definitivo e irreformable. No hubo otro concilio hasta unos 300 años después, cuando se celebra el Concilio Vaticano Primero (1869-1870).

Concilio Vaticano Primero (1869-1870)

Fue un concilio europeo, donde la Iglesia se sentía amenazada, no tanto por la reforma protestante, sino ahora por la "civilización moderna”. Así lo afirmaba el "Sílabo de los errores modernos”, texto que la comisión doctrinal del Concilio tomó como base de sus propios trabajos. 

Algunas conclusiones de Concilio: la Iglesia es una "sociedad verdadera, perfecta, espiritual y sobrenatural”, "la Iglesia es una sociedad visible y única, y que fuera de la Iglesia no hay salvación”, la Iglesia es "indefectible” e "infalible”. También se proponen temas más políticos, como el poder de la Iglesia, el primado del Romano Pontífice, la soberana temporal de la Santa Sede. Pedro como "principio perpetuo y fundamento visible” de la unidad de la Iglesia, la "perpetuidad del primado de Pedro en los Romanos Pontífices”. Finalmente se proclama "como dogma divinamente revelado que el romano pontífice, cuando habla ex cathedra, goza de infabilidad”.

Juramento antimodernista

El papa Pío X(posteriormente canonizado) estableció el Juramento Antimodernista. Mandó que "todo el clero, los pastores, confesores, predicadores, superiores religiosos y profesores de filosofía y teología en seminarios" debían prestarlo. El juramento se mantuvo vigente desde esa fecha hasta julio de 1967 cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe lo suprimió.

Un artículo de este documento decía: "Creo con fe firme que la Iglesia, guardiana y maestra de la palabra revelada, ha sido instituida de una manera próxima y directa por Cristo en persona, verdadero e histórico, durante su vida entre nosotros, y creo que esta Iglesia esta edificada sobre Pedro, jefe de la jerarquía y sobre sus sucesores hasta el fin de los tiempos”. 

Síntesis: entre el fin del Concilio a Trento (1563) y los inicios del Concilio Vaticano II (1962) la Iglesia universal vivió 400 años entre reformas y contrarreformas, pero la orientación fundamental fue la contrarreforma. Una de las consecuencias más visibles fue que el Pueblo de Dios vivió 400 años sin Biblia. El Pueblo de Dios no tuvo en sus manos la Biblia traducida en todas las lenguas originarias. 

Tercera Parte: Después de 50 años: Cómo vemos el futuro de la Iglesia. Algunas propuestas positivas y concretas

Introducción

Nuestra opción no es solo por la sobrevivencia de la Iglesia, sino por la sobrevivencia de los pobres que necesitan de la Iglesia para sobrevivir.
 El futuro de los pobres está en la construcción del Reino de Dios, pero necesitamos de una Iglesia que nos de fuerza y esperanza para construirlo.
 No nos interesa una Iglesia que necesita del poder y del dinero para sobrevivir

"Cuando se te acabe el entusiasmo, agárrate de la Fe” (San Alberto Hurtado) Quizás ha llegado el momento de tener mucha fe.

Existe una esperanza posible: construir una Iglesia sobre roca: 

«Todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica,
 será como la mujer y el hombre prudente que edificó su casa sobre roca:
 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos,
 y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.
 Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica,
 será como la mujer y el hombre insensato que edificó su casa sobre arena:
 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos,
 irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.» 

(Evangelio según Mateo 7, 24-27) 

Quienes son los que construyen la Iglesia de los Pobres

"Mirad, hermanos, quiénes han sido llamados.
 no hay muchos sabios según la carne
 ni muchos poderosos, ni muchos de la nobleza.
 Dios ha escogido más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios.
 Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte.
 Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios;
 lo que no es, para reducir a la nada lo que es”.
(1 Cor 1, 26 – 28)

Capítulo Primero: lo que realmente podemos hacer. Tres propuestas concretas y positiva para el futuro de la Iglesia

Construimos sobre los tres fundamentos básicos de la Iglesia
 La Palabra de Dios ("logos”)
 El Espíritu Santo ("pneuma”)
 El Pueblo de Dios ("laos”)

En todo este capítulo mantenemos dos principios indiscutibles:

Primero: El futuro de la Iglesia está en manos de los laicos: ellas y ellos
Segundo: Crear en la Iglesia espacios donde el laicado tenga
 autoridad, legitimidad, autonomía, libertad, creatividad.

Cito a don Tomás Balduíno, Obispo emérito de la ciudad de Goiás (Brasil):
 "el futuro en la Iglesia está en las manos del laicado, no de la jerarquía. Esta tiene su función, pero la fuerza de la Iglesia es el laicado. Este es el camino para superar esas dependencias, esas mil dependencias de la parroquia, o del Obispo. Una línea para crear una autonomía es la escuela de teología, la escuela bíblica” (entrevista en Adital 2012). 

I: Primera propuesta: el Movimiento Bíblico

Un lugar privilegiado de la Palabra de Dios ha sido el "Movimiento Bíblico”.

Este es el movimiento en la actualidad con mayor desarrollo en el Pueblo de Dios en toda América Latina y El Caribe. ¿Por qué?

Primero: el Movimiento Bíblico es el espacio con mayor participación de los laicos, especialmente de las mujeres, que han sido excluidas sistemáticamente del ministerio de la Iglesia. En ellos y ellas está el futuro de la Iglesia. El movimiento bíblico es decisivamente un movimiento laical.

Segundo: el Movimiento Bíblico tiene un fundamento sólido en la Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación: "Dei Verbum” (1965) del Concilio Vaticano II y en el documento "La Interpretación de la Biblia en la Iglesia”de la Pontificia Comisión Bíblica (Roma 1993). 

Tercero: el Movimiento Bíblico es ecuménico, en su seno no hay fronteras confesionales. Esto ha permitido una extensión inusitada del movimiento bíblico.

Cuarto: el Movimiento Bíblico cuenta con el apoyo de una escuela exegética latinoamericana, donde Teólogos y Biblistas profesionales se pusieron al servicio de este Movimiento Bíblico.. 

Quinto: el Movimiento Bíblico ha creado un tercer espacio para la Palabra de Dios.

El primer espacio, ha sido la academia, donde hace siglos se da una enseñanza sistemática y exegética de la Biblia, normalmente en las Facultades de Teología o en Seminarios.
Un segundo espacio: también desde siglos existe el espacio es la Liturgia de la Palabra, donde se proclama la Palabra de Dios.
Un tercer espacio, creado por el Movimiento Bíblico en la historia relativamente reciente, son las comunidades y los grupos bíblicos de base, donde se lee y se comparte el estudio y la meditación de la Biblia. Es un espacio propio, con la autonomía, legitimidad, libertad y creatividad, que nos da la Palabra de Dios. El Movimiento Bíblico pone así la Biblia en las manos, en el corazón y en la mente del Pueblo de Dios (Carlos Mesters). Además un espacio que se organiza a nivel nacional y continental, más allá de las parroquias y las diócesis.

Sexto: el Movimiento Bíblico ha generado una espiritualidad específica en la Lectura Orante de la Biblia. ("Lectio Divina”), que transforma el texto bíblico en Palabra de Dios. 

El camino, donde el Texto se hace Palabra, ya ha sido trazado: 

que dice el texto bíblico,
 que nos dice el texto como Palabra de Dios,
cual es nuestra respuesta a la Palabra de Dios
 yque cambio de vida nos exige esta Palabra de Dios. 

Séptimo: el Movimiento Bíblico, como ha sido en toda la historiad de la Iglesia, es raíz, memoria y canon para una reforma de la Iglesia. Así sucedió con la reforma de Lutero en el siglo XVI donde una obra fundamental fue la traducción de la Biblia al alemán y su entrega al Pueblo de Dios. El Credo, los Dogmas, la Doctrina, la Catequesis, solo tienen fuerza y sentido si están construidas sobre la roca firme de la Palabra de Dios. 

Octavo: Evangelio y Religión. El Movimiento Bíblico reconoce la dimensión religiosa de la vida humana y cristiana, pero es crítico de una religión que oculta el Evangelio y desfigura el Movimiento Histórico de Jesús. El Movimiento Bíblico ha sido capaz de una Evangelización liberadora al interior de religión popular, lo que ha hecho de la religión un espacio nuevo de reevangelización.

Noveno: el Movimiento Bíblico ha hecho posible el encuentro de la Palabra de Dios con los Movimientos Sociales y con el primer libro de Dios que es el libro de la Vida:

"Tenemos que ver con los ojos bien abiertos
y con los pies bien puestos en la tierra,
 pero el corazón bien lleno de Evangelio y de Dios” (Romero 27.8.78)

"La Biblia, el segundo libro de Dios, fue escrita
 para ayudarnos a descifrar el mundo,
 para devolvernos la mirada de la fe y de la contemplación,
 y para transformar toda la realidad
 en una gran revelación de Dios” (San Agustín: 354-430 d.C.) 

II: Segunda propuesta: el Poder del Espíritu

El espacio eclesial, cósmico y humano del Espíritu Santo

El Espíritu Santo de Dios siempre ha sido considerado solo en su existencia intra-trinitaria, dejando de lado su dimensión carismática en la Iglesia, y su presencia liberadora en la humanidad y en el cosmos. El Espíritu de Dios tiene así una dimensión carismática, humana y cósmica

1: Movimiento del Espíritu en la Iglesia

Diversidad de Carismas, en un mismo Espíritu, al interior de la Iglesia.

Citamos, sin mayor comentario, algunos textos de Pablo en la Primera carta a los Corintios 12, 1-31: 

"En cuanto a los dones espirituales (‘carismas’), no quiero, hermanos, que estén en la ignorancia.

Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo;
diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo;
 diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra en todos.
A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común,
A uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría;
 a otro, palabra de ciencia, según el mismo Espíritu;
 a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, profecía, a otro, discernimiento de espíritus. Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego el don de gobierno. (finalmente, el carisma más importante es) el amor ("ágape”). 

Esta dimensión carismática de la Iglesia nos impide reducir la autoridad en la Iglesia solo a sus ministerios jerárquicos: Obispos, Presbíteros y Diáconos.

2: El Espíritu Santo en el mundo humano y social

El poder del Espíritu es lo que llamamos "espiritualidad”, no en abstracto, sino al interior de la humanidad. La mejor formulación la tomamos del Evangelio de Juan:

"Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo”. (Jn capítulo 17)

La "espiritualidad” sería "vivir en el mundo, sin ser del mundo”. Este mundo podría ser, en nuestro tiempo, la "economía de mercado global”. Estamos ahí, pero no tenemos su espíritu consumista y materialista. Estamos en las instituciones opresoras, pero no tenemos el espíritu de esas instituciones. Esta es nuestra resistencia espiritual. Sobrevivimos espiritualmente con el poder del Espíritu Santo.

2: El poder cósmico del Espíritu Santo

Lo presentamos sólo con las palabras del Génesis:

"En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era caos y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el Espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las Aguas” (Gn 1, 1-2).
 "Entonces Yavé Dios formó al ser humano con el barro de la tierra (‘adamá’); luego sopló en sus narices un Espíritu de Vida, y existió el ser humano (‘adán’) con aliento y vida”. (Gen 2:7) ("adamá” significa "tierra” y "adán” no es un nombre propio, sino significa "de la tierra”).

III: Tercera propuesta: la Iglesia Pueblo de Dios 

1: Diferentes modelos de Iglesia

La Iglesia se definió en el Concilio Vaticano II como "Pueblo de Dios”. Pero esta definición fue sustituida por la de "Comunión con Dios”. Como ya vimos, a los 20 años del Concilio, el Cardenal Ratzinger propuso este cambio, por considerar que el concepto de Iglesia como "Pueblo de Dios era muy sociológico”. 

La estructura jerárquica de la Iglesia tiene un poder fundamentalmente territorial: el Presbítero en su parroquia, el obispo en su diócesis y el Papa en su territorio universal. Esta estructura territorial fortalece el poder jerárquico en sus territorios independientes y definidos de arriba hacia abajo. La unidad de la Iglesia como Pueblo de Dios queda fraccionada. 

Existe un modelo diferente de Iglesia, no fija territorialmente, sino itinerante. Desde los orígenes del Cristianismo se distinguen comunidades fijas, con autoridades sobre un territorio determinado, y autoridades itinerantes de apóstoles y profetas. Jesús fue un profeta itinerante y envía a sus discípulos a una misión itinerante. Los discursos de la Misión en Marcos 6, 6-13, Mateo 10, 9-14 y Lucas 9, 1-6 son instrucciones para una Iglesia itinerante. 

La Iglesia itinerante en muchas situaciones tiene más autoridad que la Iglesia territorial. La Iglesia territorial esta conducida porObispos, Presbíteros y Diáconos. La Iglesia itinerante tiene como autoridad preferente a Profetas y Maestros: "Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros… Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado… Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo partieron…” (Hch 13, 1-4)

Otro modelo es la Iglesia doméstica, la Iglesia "en la casa”. En los Hechos de los Apóstoles se narra que "partían el Pan por las casas, con un mismo espíritu tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón”. Pablo envía saludos a "Prisca y Aquila y a la Iglesia que se reúne en su casa” (Rom 16, 5), Pablo se dirige a "Arquipo y a la Iglesia que se reúne en su casa” (Film 2). Todavía no había templos cristianos. La Iglesia en la casa tiene como autoridad al jefe del hogar, hombre o mujer, que en la casa presiden la Cena eucarística.

En la Iglesia Pueblo de Dios se afirma el "sacerdocio universal de los fieles”: "ustedes son linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, que en un tiempo no fueron pueblo, ahora son Pueblo de Dios” (1 Pedro 2, 9-10). "al que nos ama…y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes" (Apocalipsis 1, 6). "Templo”, "sacerdote”, "sacrificio”, son realidades del mundo judío antes del cristianismo. Debemos por lo tanto "des-sacerdotalizar” el ministerio sacramental de la Iglesia. En la Iglesia animada por el Espíritu se excluyen también objetos de culto hechos con materiales preciosos: cálices, copones y custodias, ornamentos, túnicas y manteles. También rechaza señales de poder como la Mitra y el Báculo episcopales y otros "símbolos imperiales” utilizados por los Cardenales y por el mismo Sumo Pontífice. Los cardenales hoy son los mismos "príncipes purpurados” del Imperio romano. El Papa asemeja más al emperador Constantino que a Pedro el pescador de Galilea. 

2: La Iglesia Pueblo de Dios estructurada en Comunidades Eclesiales de Base (CEBs)

Las Cebs han sufrido en las últimas décadas un abandono y un consecuente deterioro. Este es una realidad trágica para la Iglesia, pues la consecuencia ha sido el abandono casi masivo de los laicos y especialmente de los pobres y excluidos. Por eso en muchas diócesis se ha impulsado un "relanzamiento de las CEBs.”

Recordemos sintéticamente las definiciones constitutivas de las CEBs. en los documentos de las Conferencias Generales del Episcopado . 

En Medellín las Cebs son definidas como:
 "primer y fundamental núcleo eclesial”
 "célula inicial de estructuración eclesial”
 "foco de la evangelización”,
 "factor primordial de promoción humana y desarrollo.”

En Puebla (1979)
 "focos de evangelización y motores de liberación y desarrollo”
 "fuente de ministerios laicales”
 "en laperiferia de las grandes ciudades y en el campo
 "Palabra de Dios encarnada en la vida”
 "célulade la gran comunidad”
 "amor preferente de la Iglesia por el pueblo sencillo”

En Santo Domingo (1992)
 "parroquiacomunidad de comunidades y movimientos”
 "parroquia red de comunidades”
 "célula viva de la parroquia”

En Aparecida (2007)
 "escuelas para formar discípulos y misioneros del Señor”,
 "entrega generosa, hasta derramar su sangre
 "primeras comunidades en los Hechos de los Apóstoles (2, 42-47)”.
 "célula inicial de estructuración eclesial”
 "foco de fe y evangelización”.
 "conocimiento mayor de la Palabra de Dios”
 "Palabra de Dios como fuente de su espiritualidad”
 "expresión visible de la opción preferencial por los pobres”
 "signo de vitalidad en la Iglesia particular”
 "comunidad de comunidades”.

La CEB tiene por lo tanto una "eclesialidad propia”. Sin las CEBs, todo el cuerpo eclesial (tronco, hojas, flores, frutos) puede derrumbarse. Hay una gran diferencia entre las "Pequeñas comunidades Cristianas” y las "Comunidades Eclesiales de Base”. Cuando desaparece una pequeña comunidad, es un grupo específico que desaparece, pero la eliminación de una Comunidad Eclesialde Base, representa la pérdida de labase estructural de la misma Iglesia. Por eso la exclusión de las Comunidades Eclesiales de Base ha significado una desintegración de la eclesialidad de base de la misma de la Iglesia, donde por definición la Comunidad Eclesial de Base es el "primer y fundamental núcleo eclesial” y "célula inicial de estructuración eclesial”.

Si la Iglesia pierde a las CEBs, no solo destruye su base estructural, sino que pierde el espacio privilegiado de la participación de los pobres en la Iglesia. El abandono de las CEBs es el abandono de los pobres.

La Iglesia de las CEBs no es clerical. Los militantes de las CEBs, no están centrados en el mantenimiento de las estructuras y servicios parroquiales que ya existen, sino en la misión y construcción de Iglesia en las zonas marginales y excluidas del área parroquial.

Pequeña síntesis final de todo el artículo:
50 años después del Concilio Vaticano II
 La reforma de la Iglesia Católica no se detiene

Una memoria necesaria
para nosotros que vivimos estos 50 años,
 para las nuevas generaciones que no vivieron estos 50 años.

Artículo en tres partes:
 Primera Parte: 1962–2012: 50 años de Gracia que no podemos olvidar
Concilio Vaticano II (1962–1965)
Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano

Segunda Parte: 1962–2012: ¿Dónde estamos ahora?
¿Hemos retrocedido? ¿Hemos perdido la memoria?

Tercera Parte: después de 50 años:
 Cómo vemos el futuro de la Iglesia
Algunas propuestas positivas y concretas para construir este futuro.

Tres opciones básicas e indiscutibles en todo este artículo:
 Primero: nuestra opción no es solo por la sobrevivencia de la Iglesia, sino por la sobrevivencia de los pobres que necesitan de la Iglesia para sobrevivir.
 El futuro de los pobres está en la construcción del Reino de Dios, pero necesitamos de una Iglesia que nos de fuerza y esperanza para construirlo.
 No nos interesa una Iglesia que necesita del poder y del dinero para sobrevivir

Segundo: el futuro de la Iglesia está en manos de los laicos y laicas.

Tercero: crear en la Iglesia espacios donde el laicado tenga autoridad, legitimidad, autonomía, libertad y creatividad.

Para terminar volvemos a citar a don Tomás Balduíno: "el futuro en la Iglesia está en las manos del laicado, no de la jerarquía. Esta tiene su función, pero la fuerza de la Iglesia es el laicado. Este es el camino para superar esas dependencias, esas mil dependencias de la parroquia, o del Obispo. Una línea para crear una autonomía es la escuela de teología, la escuela bíblica” (entrevista en Adital 2012).

Fin de todo el artículo