Programa del MEP:
‘Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral’.
Una reflexión teológica y sociológica
Pablo Richard
Teólogo y biblista chileno. Doctor en Teología y Ciencias Sociales. Doctor en Teología (Roma). Doctor en Ciencias de la Religión (Paris). Miembro del equipo interdisciplinar del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI)
El documento que presentamos tiene dos objetivos:
Primero: una síntesis de los principios básicos del programa del Ministerio de Educación Pública (MEP) sobre "Afectividad y Sexualidad Integral”.
Segundo: orientar la discusión del documento desde una perspectiva teológica y sociológica.
Ejes centrales del documento del Ministerio de Educación
"La educación para la afectividad y la sexualidad integral busca la construcción del vínculo humano, desde las dimensiones afectiva, corporal y espiritual, y en el marco de la promoción de la madurez emocional”.
"La sexualidad es considerada como un proceso natural ligado al vínculo afectivo. Se entiende como parte orgánica del lenguaje mismo de la vida, del ser y devenir de los humanos como especie y de cada hombre y mujer. La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano”.
"Entre los componentes esenciales de este programa de estudios de la afectividad y sexualidad integral se contemplan el acceso y la construcción del conocimiento adecuado de lo que es y significa la sexualidaden el desarrollo humano en todas sus etapas; la desmitificación de estereotipos y creencias que generan prácticas sexuales de riesgo o denigrantes de la persona humana, no solo de manera individual sino con un gran impacto en la salud pública”.
"La idea es hacer de la experiencia educativa, un proceso que no se limite a generar información, sino también a generar cambios de actitud que potencien el respeto y la promoción de la persona humana”.
"El placer como fuente de bienestar es el eje que abarca el conocimiento del propio cuerpo, siempre considerando el vínculo, tanto de manera corporal, como afectiva, ética y espiritual. El concepto de placer se amplía para incorporar diferentes sensaciones que se experimentan con otras partes del cuerpo ante estímulos también distintos, tales como el arte, la música, el deporte, el descanso, la alimentación saludable, las amistades y la cultura”.
"Frente a una cultura que tiende a banalizar la sexualidad humana, porque la interpreta y la vive de manera reductiva y empobrecida relacionándola únicamente con el cuerpo y el placer egoísta, la educación debe evidenciar y construir el conocimiento sobre la sexualidad como una riqueza de toda la persona, cuerpo, sentimiento y espíritu”.
"El eje temático de género comprende la atribución de género, referido a lo imaginario y simbólico de lo que significa ser hombre o mujer. La identidad de género, que abarca el grado en que cada persona se identifica como masculina y femenina. El rol de género, que se refiere a una serie de actitudes y conductas que se consideran normales y apropiadas en una cultura para los individuos de determinado sexo”.
"La conceptualización de identidad psicosexualno puede desligarse del concepto de vínculo y madurez emocional. No se reduce a lo biológico, sino que abarca las dimensiones cognitiva, social, ética, espiritual y emocional. La dimensión cognitiva consiste en mirar positivamente el cuerpo, en sentirse hombre y mujer en todas sus manifestaciones, en ser capaz de desarrollar un proceso de aceptación del propio cuerpo y de la forma de comportarse”.
El sentido recíproco de la sexualidad, conmigo y con el otro o la otra, es fundamental. Se deben abordar los miedos, rechazos, sensación de repulsión, que puedan existir alrededor de la sexualidad”.
"La dimensión emocional de la identidad se asocia con la medida en que las personas se sientan cómodas, confiadas y competentes con su sexualidad, al igual que con la sexualidad de los y las otras. Se deben abordar prejuicios, temores, estigmas alrededor de la vivencia sexual”.
"Con base en este enfoque se hace el abordaje acerca de la orientación sexual, la construcción de los vínculos heterosexuales, homosexuales, bisexuales, el impacto en sus vidas y en la de los demás, la presencia de la madurez emocional y los valores como fuentes de protección y promotoras de respeto y disfrute de las diferencias. También se aborda el tema de la identidad de género y su impacto afectivo, psicológico, social, familiar y cultural”.
"El eje de la salud reproductiva se aborda integralmente. Este eje y enfoque le permiten al educando fortalecer y crear barreras de protección con la vivencia y manejo de su ciclo reproductivo. Se abordan temas de anatomía, respuesta sexual, toma de decisiones y comunicación, todo relacionado con el vínculo humano en sus tres dimensiones: afectiva, corporal y espiritual”.
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Una orientación teológica y sociológica sobre el documento
En primer lugar afirmamos nuestra convicción que no hay ninguna razón ética, jurídica, filosófica, teológica, social o psicológica, ni de cualquier otra dimensión auténticamente humana, que nos permita cuestionar los principios fundamentales del Programa del Ministerio de Educación Pública sobre "Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral”.
Posiblemente hay defectos u omisiones, pero el documento en su misma estructura educativa interna está abierta al diálogo y a cualquier corrección que se vea como necesaria.
Lo que es realmente destructivo es una intencionada manipulación o mala interpretación del documento. Las deformaciones políticas, económicas o incluso religiosas, pueden llegar a ser una corriente destructiva de los mejores programas educativos. En el campo de la sexualidad hay muchos temores, ambigüedades, culpas y confusiones. Todo esto pude superase en un programa educativo global. Lo peor es cuando los problemas se comentan y discuten "en la calle”, en lo clandestino y en la oscuridad, o desde intereses ajenos a un programa de educación. La ignorancia en este campo de la afectividad y de la sexualidad es la raíz de muchas posibles perversiones y daños graves contra la salud de las personas, especialmente de las mujeres y los menores. La ignorancia en el plano afectivo y sexual solo podemos superarla con una educación global adecuada.
Una intervención religiosa o política en este campo tan delicado de la "educación para la afectividad y la sexualidad integral”, puede tener un efecto muy negativo, sobre todo si se cuestiona la misión educativa del Estado. No se puede utilizar un poder político o religioso para deslegitimar la responsabilidad educativa del Estado, acusándolo de actuar ilegítimamente como un Estado laico.
Una causa de la deslegitimación del programa de educación para la "afectividad y la sexualidad Integral” viene del carácter patriarcal de algunas Iglesias y la negación específica de los derechos de la mujer y los derechos de personas con diferentes opciones sexuales. También es irracional la utilización del temor de haber violado una ley impuesta como "divina”. Miedo también al castigo y la angustia por opciones sexuales condenadas como perversas. La historia reciente ha demostrado el peligro cuando el "poder religioso” interviene abusivamente en el terreno de la afectividad y la sexualidad.
El aporte realmente valioso de las Iglesias, no está en una eventual lucha política contra un Estado que se declara laico, sino en su capacidad educativa en el ámbito social, familiar y personal.
[NdE.: Conozca el PROGRAMA DE ESTUDIO DE "EDUCACIÓN PARA LA AFECTIVIDAD Y LA SEXUALIDAD INTEGRAL”, del Ministerio de Educación de Costa Rica (PDF)
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