viernes, 10 de agosto de 2012


Cuando en la Mesa falta el Pan...
(Jn.6,41-45).


Pbro. Juan Manuel González


1)     Una “teología económica” 

Convertir al hombre en pan y hacer así que todos puedan compartirlo: este es tarea del Evangelio. Frente a la economía neo-capitalista del libre mercado y del triunfo de interés propio, a costa de los demás, eleva Jesús el programa de la vida hecha pan.

-- Principio del capitalismo: Los bienes de los demás pueden ser para mí (libre mercado); así puedo invertir y ganar en la plaza donde todo se compra/vende-financia (a costa de aquellos que pierden)
-- Principio evangélico: Yo me hago pan para los demás, poniendo a su servicio no sólo lo que produzco, sino lo que soy. Sólo soy pan en la medida en que comparto lo que tengo.


2)     Que nos hagamos pan unos para los otros.

El verdadero capital no es el “dinero externo”, convertido en medio para fabricar más dinero (haciéndose Mamona). El auténtico “dinero” (el verdadero capital) es el hombre que se hace pan-capital para los otros.

La respuesta a este tema (problema de humanidad: de justicia y supervivencia, de religión y de ética) solo puede venir a través de una “gran transformación”, es decir, de una “conversión del Capital Humano”. Sin una nueva humanidad, esta vieja humanidad se destruye.

Sin un nuevo Capital Humano (sin la conversión del hombre en pan para los otros), esta humanidad no tendrá salida.


3)     Todos Somos Eucaristía

No basta enseñar, ni siquiera curar. Hay que ofrecer alimento a los hombres y mujeres que están en camino, hasta convertirse uno mismo en pan (alimento de vida) para los demás.

Por eso, junto al Jesús maestro y médico (que aparece con frecuencia en los evangelios) encontramos hoy al Jesús que se hace pan, es decir Eucaristía, comunicación y comunión de Vida. 
Éste es el Jesús que
-- da pan, haciendo que hombres y mujeres lo compartan
-- se hace pan para que todos seamos pan,  unos para otros.


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