Homilía del Domingo:
Cuestionados
Pbro. Gabriel Martín Ghione
Escuchamos hoy el desenlace del discurso del pan de vida:
lejos de dejar a los oyentes neutrales, sus palabras provocan distintas
respuestas: opción por Jesús, escándalo y abandono.
Algunos de los que escucharon las palabras de Jesús decían:
“es duro este lenguaje”, cuando entramos en el dinamismo del Evangelio, cuando
queremos dejarnos orientar por los criterios del Reino y el estilo de Jesús, en
nuestro camino de fe, experimentamos la tentación de “fabricarnos una fe a
nuestra medida”. O espiritualizamos de tal manera la fe que borramos del
horizonte cualquier referencia al hermano, o la convertimos en algo mágico que
me saca de apuros o, lo más peligroso, utilizamos ciertos presupuestos para
avalar nuestro modo de vida. Muchas veces vivimos la tentación, además, de
disolver las exigencias fraternas “para no ser fundamentalistas”. Tenemos miedo
que el Evangelio nos robe la libertad y la plenitud de nuestra vida o nos
desacomode.
Llega un momento en nuestra vida, como nos ilumina la
primera lectura, en donde tenemos que tomar decisiones acerca de nuestro modo
de vivir y asumir el Evangelio, esa decisión que implica tomarlo o dejarlo, que
me pone en el límite, en la cornisa, porque no permite otra opción. Son
decisiones claves en el trabajo, en la familia, en relación al compromiso.
Es cuando Jesús también nos pregunta con gran
libertad interior: ¿También ustedes quieren irse?, es donde más que nunca
hacemos experiencia que el Evangelio es una invitación, una propuesta. Y
podemos abandonarlo porque vemos que los que se dicen cristiano o deben ser
testigos dejan mucho que desear, no obran de acuerdo a los criterios del
Evangelio.
O podemos seguir porque como Pedro pensamos: ¿A dónde
iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Tú me ayudas, día a día, a quebrar
mi individualismo y egoísmo para abrirme al hermano. Tú, día a día, me desafías
a tener una fe que confía en la presencia de un Reino que se hace fuerte y
presente en medio de las fragilidades, de una historia que Tú transformas en
germen de esperanza cuando nos sentimos vencidos por las poderosas fuerzas del
mal. Tú tienes palabras de vida eterna que responden a los anhelos más
profundos de mí ser.
Sí Jesús te cuestiona, te desestabiliza, te desestructura:
dale Gracias a Dios porque el Evangelio entonces no es letra muerta, no lo has
neutralizado y bloqueado con redes tranquilizadoras de conciencia, no has hecho
del Evangelio la imitación de un modelo, el aprendizaje de una doctrina sino el
seguimiento de una persona, que muchas veces nos lleva donde no queremos ir,
que nos muestra lo que no queremos ver y nos habla de lo que no queremos oír,
pero cuando lo hace nos abre al fascinante mundo de su persona, del Padre que
nos enseña a juzgar, no con los estrechos conceptos de nuestra mente, sino con
su amor que incluye, perdona, respeta, dialoga, ofrece, escucha, se hace cercano,
es compasivo, etc.
Sería bueno que terminemos esta reflexión preguntándonos que
nos cuestiona de la vida de Jesús, que es lo que nos resulta duro en su
lenguaje. Pero además que nos cuestiona de la realidad, que es aquello que nos
invita a comprometernos o nos deja indiferente.
Skipe: ghione.gabriel.martin
"Servidores de ustedes por amor de Jesús" 2 Cor 4,5
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