viernes, 24 de agosto de 2012


Homilía del Domingo: 
Cuestionados
Pbro. Gabriel Martín Ghione

Escuchamos hoy el desenlace del discurso del pan de vida: lejos de dejar a los oyentes neutrales, sus palabras provocan distintas respuestas: opción por Jesús, escándalo y abandono.
Algunos de los que escucharon las palabras de Jesús decían: “es duro este lenguaje”, cuando entramos en el dinamismo del Evangelio, cuando queremos dejarnos orientar por los criterios del Reino y el estilo de Jesús, en nuestro camino de fe, experimentamos la tentación de “fabricarnos una fe a nuestra medida”. O espiritualizamos de tal manera la fe que borramos del horizonte cualquier referencia al hermano, o la convertimos en algo mágico que me saca de apuros o, lo más peligroso, utilizamos ciertos presupuestos para avalar nuestro modo de vida. Muchas veces vivimos la tentación, además, de disolver las exigencias fraternas “para no ser fundamentalistas”. Tenemos miedo que el Evangelio nos robe la libertad y la plenitud de nuestra vida o nos desacomode.

Llega un momento en nuestra vida, como nos ilumina la primera lectura, en donde tenemos que tomar decisiones acerca de nuestro modo de vivir y asumir el Evangelio, esa decisión que implica tomarlo o dejarlo, que me pone en el límite, en la cornisa, porque no permite otra opción. Son decisiones claves en el trabajo, en la familia, en relación al compromiso.  

Es cuando Jesús también nos pregunta con gran libertad interior: ¿También ustedes quieren irse?, es donde más que nunca hacemos experiencia que el Evangelio es una invitación, una propuesta. Y podemos abandonarlo porque vemos que los que se dicen cristiano o deben ser testigos dejan mucho que desear, no obran de acuerdo a los criterios del Evangelio.

O podemos seguir porque como Pedro pensamos: ¿A dónde iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Tú me ayudas, día a día, a quebrar mi individualismo y egoísmo para abrirme al hermano. Tú, día a día, me desafías a tener una fe que confía en la presencia de un Reino que se hace fuerte y presente en medio de las fragilidades, de una historia que Tú transformas en germen de esperanza cuando nos sentimos vencidos por las poderosas fuerzas del mal. Tú tienes palabras de vida eterna que responden a los anhelos más profundos de mí ser.

Sí Jesús te cuestiona, te desestabiliza, te desestructura: dale Gracias a Dios porque el Evangelio entonces no es letra muerta, no lo has neutralizado y bloqueado con redes tranquilizadoras de conciencia, no has hecho del Evangelio la imitación de un modelo, el aprendizaje de una doctrina sino el seguimiento de una persona, que muchas veces nos lleva donde no queremos ir, que nos muestra lo que no queremos ver y nos habla de lo que no queremos oír, pero cuando lo hace nos abre al fascinante mundo de su persona, del Padre que nos enseña a juzgar, no con los estrechos conceptos de nuestra mente, sino con su amor que incluye, perdona, respeta, dialoga, ofrece, escucha, se hace cercano, es compasivo, etc.

Sería bueno que terminemos esta reflexión preguntándonos que nos cuestiona de la vida de Jesús, que es lo que nos resulta duro en su lenguaje. Pero además que nos cuestiona de la realidad, que es aquello que nos invita a comprometernos o nos deja indiferente.
  



Skipe: ghione.gabriel.martin

"Servidores de ustedes por amor de Jesús" 2 Cor 4,5

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