Pbro. Jorge Trucco
Reflexiones bíblicas del domingo
¿CUÁL ES NUESTRO ALIMENTO?
Ex 16,2-4.12-15: "Nos sentábamos delante de ollas de carne y
comíamos pan hasta
saciarnos"
Ef 4,17.20-24: "Es preciso renunciar... al hombre viejo... para renovarse
en la más íntimo de
su
espíritu y revestirse del hombre nuevo"
Jn 6,24-35: "Les aseguro que ustedes me buscan no porque vieron
signos sino porque
comieron pan
hasta saciarse... La obra de Dios es que ustedes crean en aquel
que Él ha
enviado"
DOMINGO PASADO: Jesús
se "refugia" porque querían hacerlo rey.
Y ahora le preguntan
¿por qué nos abandonaste? La oración que muchas veces le hacemos a Dios porque
no cumple con nuestros caprichos. Jesús marca la diferencia entre la auténtica búsqueda de Dios y la
búsqueda de nosotros mismos con una careta de Dios.
Jesús no es un
manipulador ni un demagogo que se aprovecha de la necesidad de la gente… INVITA
A DAR UN PASO MÁS Jesús dice: "ustedes me buscan porque comieron" Existen búsquedas ya desviadas de
entrada... Jesús los reprocha porque ya no tienen hambre de otra cosa...
MILAGRO = signo de admiración. En Jn el SIGNO es signo de pregunta...
invita a captar el mensaje secreto
¿Qué significa en el
siglo XXI "trabajar por el pan por el alimento que permanece hasta la vida
eterna"?. ¿es que no tenemos que preocuparnos por mantener la familia,
cuidar y agradecer el trabajo...? Sí… miremos todo el evangelio: Jesús defiende
a los pobres que no reciben ni las migajas que caen de la mesa de los ricos;
cuestiona a los que llenan sus graneros sin pensar en los pobres; nos enseña a
pedir al Padre el pan de cada día…
¿Entonces qué es "esta vida eterna"? ¿la vida eterna es sólo el cielo después de la muerte?
¿Dios nos puso en esta vida para que no la vivamos plenamente y pensemos en
otra?
La vida no está fuera de nosotros, en lo que hacemos o comemos, la vida
surge desde dentro de nosotros..., ¿qué es lo más importante? (¡Cuántas "cosas" hacemos por la familia, y
nos olvidamos de la familia)
Una cosa es tener lleno
el estómago y otra muy distinta sentir saciado el corazón...
Los israelitas en el
camino de liberación sienten miedo y añoran el pan de la esclavitud en Egipto. La
libertad implica sacrificios y abre un horizonte de incertidumbres que pueden
ocasionar miedo…Romper las cadenas externas es necesario, pero no suficiente,
para ser libre. Cuándo somos dueños de nuestro destino tenemos que respondernos
a una difícil pregunta: y ahora, ¿hacia dónde caminar?
Un joven se
quejaba siempre porque su mamá le daba más comida a sus hermanos y nunca estaba
satisfecho con lo que le servían a él en el plato. La mamá trataba de ser muy
justa en la repartición de las porciones pero, por alguna razón desconocida, el
joven siempre encontraba alguna forma para lamentarse de que le sirvieran
menos. Ya desesperada por esta queja constante, la señora decidió un día
dejarle una doble ración de todo lo que les iba a ofrecer en la cena de ese
día, de manera que el joven no tuviera forma de quejarse. Pero sucedió que el
joven ese día llegó tarde a cenar y todos comieron antes de que él llegara. Al
momento de recibir su ración doble, que le habían guardado en el horno, la
expresión del muchacho por poco hace desmayar a la mamá: ¡Si esto me dieron a
mí, cómo le habrán dado a los demás!, fue lo único que acertó a decir el joven
insatisfecho...
Jesús
nos invita a superar nuestros criterios mezquinos. Pero tenemos miedo...,
murmuramos y ridículamente preferimos ser ESCLAVOS...
Al "hombre
nuevo" no lo construimos CONSUMIENDO sino COMPARTIENDO.
El Pan de Vida está
destinado a quien está dispuesto a nacer de nuevo.
Juan nos presenta a
Jesús como el nuevo MANÁ: alimento para dar fuerza a nuestro cuerpo y sentido a
nuestro caminar. Fuerza y sentido para
superar el egoísmo y el miedo a la libertad que tantas veces nos encadenan
y para caminar confiados a pesar de las dificultades…la FE EN JESÚS ALIMENTA NUESTRA
VIDA.
Trabajar por el pan es CREER EN JESÚS. No es sólo creer que
existíó en Palestina hace dos mil años (esto ya lo veían sus contemporáneos y
Jesús sigue esperando otra cosa). Creer = reconocer que Jesús es el ideal supremo del hombre. Creer = interpretar nuestra vida como Él la interpretó.
Jesús es el PAN QUE ALIMENTA EL SENTIDO DE NUESTRA
VIDA. No hace falta buscar tantos "milagros". ÉL ES «EL MILAGRO»,
«EL SIGNO» DE DIOS. No despreciamos ningún adelanto científico, no despreciamos
nada de nuestro mundo, pero NO ACEPTAMOS SER APLASTADOS POR ESTE
MUNDO.
¿CON QUÉ ESTAMOS ALIMENTANDO NUESTRA VIDA?
Hay hambre de justicia,
hambre de cariño, hambre de cultura, hambre de libertad, hambre de paz,
hambre de Dios… ¿Qué podemos
hacer para saciar toda esa hambre?
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