jueves, 18 de julio de 2013

Tarjetas para enfermedad y muerte
Isabel Gómez Acebo





Nuestra sociedad ha vivido los últimos años ocultando la muerte y la enfermedad pero me ha sorprendido una noticia que sugiere un cambio de tendencia. En muchas tiendas se venden tarjetas de felicitación por numerosos motivos: cumpleaños, nacimientos, bodas, San Valentín… cuyo máximo productor, con una cuota de mercado del 85% en los Estados Unidos, es la compañía Hallmark. Pues bien están apareciendo en las tiendas tarjetas que demuestran cercanía a las personas enfermas y que conocen su muerte cercana.

 Los productores han descubierto, que los enfermos lo están pasando mal, y disfrutan pensando que sus amigos o familiares se acuerdan de ellos en esos momentos. Y la palabra cáncer que era tabú hasta hace unos años parece reflejada en letras de molde.

 Los mensajes de texto son variados. A los pacientes de Alzheimer se les habla “de la penumbra en la que ha entrado tu vida”, a los que han perdido a un familiar querido “pienso en tu soledad” y a las mujeres que han sufrido un aborto “vendrán otros hijos en un futuro próximo”. En una sociedad donde los animales de compañía son tan importantes también proliferan las tarjetas de condolencia por su muerte.

 También han cambiado los colores, que han pasado de los tonos pálidos a los más fuertes y los temas, que ya no representan barcos veleros que se alejan y lirios en flor, sino imágenes más fuertes. Y lo más curioso de todo, en un mundo donde las tarjetas de felicitación navideña han dejado paso a correos por internet, las que se mandan en momentos de dolor mantienen su nivel de venta.

El tema religioso tiene su rincón. Hay tarjetas que hablan de que “la compasión de Dios nunca falla”, “no pierdas la fe”, “mira al cielo”, “Dios te ve”, deja que se haga en ti “el plan de Dios”.

 No me atrevo a sacar conclusiones pero a lo mejor el hombre moderno, un superman capaz de vencer todos los obstáculos, ha descubierto su pequeñez ante la enfermedad y la muerte… y no se avergüenza. ¿Tendrá un minuto para Dios en esos momentos tan duros de su vida? Espero que así sea.





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