jueves, 25 de julio de 2013

Pbro. Jorge Trucco
DECIMOSÉPTIMO DOMINGO DURANTE EL AÑO
LA ORACIÓN “CRISTIANA”

Gn 18,20-32
"Tal vez haya en la ciudad cincuenta justos"
Col 2,12-14
"Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras ofensas"
Lc 11,1-13
"Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá"


            Durante estos domingos la Palabra pone el acento en la vigilancia cristiana, para conservar el don precioso de la Vida Nueva.

            Dios  tiene  un punto débil, la misericordia. ¿Cuántos  son  los justos  que salvan la ciudad condenada por sus infamias? Diez  justos pueden  bastar  para  igualar  las  cuentas.  Diez  justos  tienen  la capacidad de cambiar la suerte de Sodoma y Gomorra, de reparar su mala fama.

            Dios quiere saber. Quiere investigar personalmente. Primero ha habido "informantes" que han acusado, denunciado; han pedido el castigo justo. Abraham propone un informe de signo contrario. Desde la perspectiva del bien, de la esperanza, de la luz. ¡También existe otra realidad. Positiva, aunque modesta! No son muchos, cincuenta, treinta, ¿diez?.  Pero es importante que se sepa que existen estos "resistentes" al la tiranía del mal. ¿Y quién puede realizar el censo de cuántos justos hay? Abraham no se atreve a decir quién es justo y quién no. Ninguno de nosotros tiene el derecho de distribuir certificados de autenticidad cristiana. Aunque los encontrásemos, ellos nos esquivarían: EL JUSTO NO SABE QUE LO ES.

            ¿Qué quiere decir "orar?, ¿Cómo orar?, ¿Para qué orar?. Decimos: "No sé rezar, me cuesta, antes rezaba más..." ORAR  SIEMPRE  FUE  UN PROBLEMA:, los discípulos le piden a Jesús que les enseñe a orar.

            PADRE: Sin títulos honoríficos, no decimos "Ilustrísimo  Señor", ni  "su  excelencia  reverendísima". Decimos  "Padre", la invocación confiada del hijo. Jesús supera la distinción que hacían los judíos por pertenecer o no a determinado pueblo. Dios es Padre de todos, se hace Padre y crea en nosotros un corazón nuevo. El Hijo por excelencia es Jesús, que cumplió la voluntad del Padre hasta el  extremo.  Mateo subraya  que  el  Padre  es "nuestro" y que "está en los cielos": insistiendo en el sentido comunitario de nuestra oración; y recordándonos que Dios está más allá de todo cálculo humano. A veces rezamos como a un dueño de Supermercado: pedir y pedir. Rezar es sentir la alegría de estar con Dios, palpando su compañía en la calidez de los hermanos.

            SANTIFICADO SEA TU NOMBRE: Dios es "la santidad".  Es lo totalmente distinto al hombre, sobrepasa nuestra manera de pensar y actuar. Hay que desmitificar, exorcizar, depurar, la concepción que tenemos sobre Dios.  Al decirle a Dios "Santificado sea tu nombre" le pedimos que se nos manifieste, que se nos muestre tal cual es. Jesús santificó su nombre, porque nos ha revelado su verdadero rostro. Nosotros santificamos su nombre cuando damos a conocer a todos el  rostro  de Dios: de paz, de misericordia, de salvación.

            VENGA TU REINO: A menudo Jesús habla del Reino de Dios. No es un lugar geográfico; es el mismo Dios en cuanto reina, se manifiesta, vive en medio de los hombres, es el DIOS CON NOSOTROS. (Como aclara Mateo: ésta es la voluntad de Dios: que toda la humanidad se haga partícipe del reino). Es una petición MISIONERA: como Jesús, los cristianos comenzamos nuestra oración no pidiendo algo para nosotros, sino poniéndonos al  servicio del Reino de Dios. REZAR ES DECIR: ¡AQUÍ ESTOY!
Lo difícil de la oración no está en las frases que usemos sino en  el grado de compromiso que manifestamos.

            DANOS EL PAN DE CADA DIA: En el lenguaje bíblico pan significa todo lo que el hombre necesita para vivir. Alimento, techo, cultura, trabajo, salud, libertad, etc. Decimos "danos" porque no puede haber verdadera oración mientras no incluyamos a todos en la mesa del pan. Por eso mismo decimos "de cada día", no se trata de prometer pan para después de la muerte o cuando se cumplan proyectos de largo alcance a costa del sufrimiento de los más pobres. Le pedimos que nos libre del desempleo y de las inundaciones y sequías que acaban con los cultivos, ayudas económicas para esa madre abandonada, para el enfermo, protección para el anciano tirado a un lado por la sociedad... El pan que compartimos es el signo del Reino que ya viene, cada día.
            "PERDONA NUESTRAS OFENSAS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A  LOS QUE NOS OFENDEN": Nuevo compromiso con esta invocación. Nadie puede arreglar sus cuentas con Dios si no las arregla con los hermanos. El perdón reconstruye, repara....Cuando, como los  Apóstoles, decimos "enséñanos a orar", ciertamente tenemos muchas cosas que aprender;  la primera es aprender a perdonar.

            "Y NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN": Tentación es todo obstáculo o trampa en el camino del hombre que quiere crecer como ser humano. Cuando decidimos vivir según la Palabra de Dios, seguramente seremos probados en la misma vida. Hay tentaciones en el matrimonio, en la vida religiosa, en la política, etc. El cristiano no presume de sus  fuerzas; vigila sobre sí mismo, abre sus ojos y se confía a  Dios que está a su lado.
NO SÓLO SE TRATA DE ORAR, SINO HACERLO CÓMO NOS ENSEÑÓ JESÚS...  NO ES TANTO REPETIRLA MUCHAS VECES, SINO MAS  BIEN VIVIR SU ESPÍRITU.

¡Dios busca hijos, no socios, empleados, jefes, clientes, etc.! ¿Cómo rezamos?...
La petición fundamenta debería ser como la de los apóstoles: “¡Señor, enseñanos a orar!”


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