jueves, 25 de julio de 2013

Diácono Lucas Trucco

Domingo XVII durante el año –ciclo C-


En nuestra sociedad los seguidores de Jesús estamos rodeados de ideologías que nos acechan continuamente. La más peligrosa es haber sustituido a Dios por el dinero. No hay más que ver los casos de corrupción y enriquecimiento generalizado. Y también los abusos de poder de los políticos. Y el poco respeto que hacemos de la madre tierra con el deterioro ambiental. Junto a todo esto mantenemos una religiosidad poco comprometida con los derechos humanos y evasiva de esa realidad que nos rodea. También necesitamos como los colosenses un toque de atención a los compromisos adquiridos en nuestro bautismo y que nos llevan a luchar por un mundo mejor, más justo y fraternal.


¿Por qué Abrahám intercede por los demás?  
Aquellos que ven a un tipo sufrir en la villa miseria y dicen: "pobre". Aquellos que se compadecen pero pasan de largo y siguen viviendo como burgueses. San Agustín fue muy claro al respecto: "Hay muchos que parece que están adentro de la Iglesia y sin embargo están afuera". Es decir: son muchos los que fueron bautizados o tomaron la comunión pero no tienen amor concreto por su prójimo. Son cristianos muertos, no son cristianos. Por eso hay mucha gente que va a comulgar a misa, cree que comulga pero solamente traga la hostia. Cree que recibe la comunión y no se da cuenta de lo que eso quiere decir. Exactamente: común unión. Y si yo voy a recibir la comunión y soy racista, o sectario, o un explotador que oprime a su hermano, me dice San Pablo: "Ingiero el cuerpo del Señor indignamente; me trago y me bebo mi propia condenación". Porque vivir en el egoísmo, eso es el pecado. Aquel que se la pasa contemplándose el ombligo es un pobre hombre que ya tiene el infierno en vida, que vive en el pecado”.[1]


Dios es Padre Nuestro, no Padre mío solamente.
Por eso dice el Papa Francisco: “La solidaridad es ver en el otro, no un número, sino un hermano, y todos nosotros somos hermanos” (Visita a J.M.J en Brasil 2013)

“Las ideologías producen una visión distorsionada de la realidad. El cristianismo es esencialmente comunitario. No decimos "padre mío" sino "padre nuestro". Para entender claramente esto basta con acercarse al pueblo. Debo actuar desde el pueblo y con el pueblo: vivir el compromiso a fondo, conocer las tristezas, las inquietudes, las alegrías de mi gente a fondo, sentirlas en carne propia.  Los signos concretos del mensaje de Cristo se pueden detectar cuando Él dice: "En esto se conocerá que ustedes son mis amigos, en el amor que se tengan unos a otros". Y el índice de mi adhesión al mensaje de Jesucristo es mi amor real, concreto, palpable, por mis hermanos”.[2]

¿Alcanza con pedir el pan para mi solo o mi familia?
Helder Cámara  dijo: "El general hambre mata cada día más hombres que cualquier guerra".

Un sacerdote francés, el abate Pierre, de quien todavía recuerdo una frase decisiva: "  "Antes de hablarle de Dios a una persona que no tiene techo es mejor conseguirle un techo ".[3]

Pedir, buscar y llamar nos hacen salir de la pasividad y aburguesamiento.  
Los signos concretos del mensaje de Cristo se pueden detectar cuando Él dice: "En esto se conocerá que ustedes son mis amigos, en el amor que se tengan unos a otros". Y el índice de mi adhesión al mensaje de Jesucristo es mi amor real, concreto, palpable, por mis hermanos”.4



[1], 2 ,3 y 4 Entrevista realizada al P. Carlos Mugica por la “Revista 7 Días” en Junio de 1972.


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