sábado, 4 de mayo de 2013


Pbro. Gabriel Martín Ghione
Homilía VI Domingo de Pascua 
Amor y fidelidad

Estamos llegando al final del tiempo de pascua, la Palabra nos abre el corazón para recibir el Don, el Espíritu Santo.
En el Evangelio de hoy Jesús nos recuerda que quien lo ama será fiel a su Palabra. Esto me llevo a preguntarme ¿a quién le presento fidelidad? ¿Qué significa ser fiel?
Podemos definir la fidelidad como adhesión de toda la persona a alguien o algo. En el término juvenil no ser fiel se asocia con ser veleta, o sea, cambiar de rumbo según sople el viento. Jesús nos invita a ser fiel a su palabra y no significa reducirnos a lo que él ha dicho sino a su estilo de vida, a los valores propuestos. La Evangelii Nuntiandi nos habla de: criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida basados en el Evangelio. Podemos notar que aunque muchas veces la fidelidad lo atribuimos al ejercicio de la sexualidad, es una palabra mucho más amplia que en el contenido bíblico tiene un fuerte matiz de adorar al Dios verdadero (Oseas)
Muchas veces creemos que nuestra fidelidad y amor son a Dios pero dejamos anidar en nuestro corazón criterios anti-evangélicos o asumimos solo aquellas enseñanzas de Jesús que no alteran mi orden de vida. El que se enamora de Jesús desea ser fiel y cambiar aún aquellas cosas que le han enseñado y van en contra de Su estilo de vida. No pensemos de una manera simplista que en mí todo se ajusta al Evangelio: seguramente cuando coloquemos nuestra relación con los demás a la luz de los valores del perdón, el servicio, el no juzgar. O cuando colocamos nuestra relación con el dinero y los bienes a la luz del Evangelio que nos enseña a compartir, no acumular, administrar conforme al bien común. Podamos notar que necesitamos crecer aún más en esta fidelidad a Jesús.
No te desalientes, no temás. El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, el Espíritu abre nuevos horizontes, nos invita a ser más generosos, abre nuestra mente al dialogo sincero, nos motiva a una mirada más misericordiosa. El Espíritu nos invita a abandonar falsas seguridades, abrirnos a la novedad de su acción y nos inspira una nueva mentalidad en conformidad con los valores de Jesús.
Ser fieles a Jesús también significa ser fieles a la comunidad, no cortarnos solos. Hay situaciones nuevas o nuevos modos que necesitan un discernimiento comunitario. Como en la primera lectura se necesita que todos hablen y presenten sus inquietudes, sin pre-juicios, sin análisis anticipados y luego en comunión, siguiendo el Espíritu, marcar un camino, un rumbo. Ser fieles a la comunidad es trabajar y seguir gestando una Iglesia comunión y participación no solo en la doctrina sino en la práctica (praxis) de la comunidad. Significa asumir y dejar asumir el compromiso evangelizador de todos los bautizados. Implica abandonar todo modo de ejercer los servicios que no ayuden a la comunión y dejar en evidencias las “caretas” de comunión.
El amor y fidelidad se necesitan mutuamente. El amor hace fuerte a la fidelidad y este hace auténtico al amor. El amor de Dios nos hace fiel a sus palabras y nos sumerge en el misterio de un amor que se hace presente en nuestra propia persona. Dios no está lejos de nosotros porque ha querido habitar en nosotros. Desde ese lugar nos invita a amar fielmente su evangelio: a optar por los débiles, frágiles y pobres. A ser caritativos con los que la sociedad excluye: enfermos y los presos. A dar el primer lugar a los últimos y colocar en el centro a la persona humana. A trabajar en común-unión.  A fomentar una sociedad justa, equitativa y solidaria.    


Skipe: ghione.gabriel.martin

"Servidores de ustedes por amor de Jesús" 2 Cor 4,5

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