martes, 28 de mayo de 2013

60.000 pandilleros 
y casi medio millón vinculados a maras 
en El Salvador
 XINHUA

 Un censo realizado por el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública reveló que las pandillas salvadoreñas cuentan con 60.000 miembros activos y casi medio millón de personas vinculadas a su organización.

 La publicación, que fue difundida por la prensa local, muestra datos obtenidos por las autoridades oficiales durante el último año, durante el periodo de tregua entre las pandillas 18 y Mara Salvatrucha (MS-13).

 La tregua acordada entre pandillas y facilitada por el gobierno en turno fue coordinada por el obispo castrense Fabio Colindres y el exguerrillero Raúl Mijango a partir de encuentros con los jefes de la 18 y la Salvatrucha recluidos en las prisiones del país.

 Los mediadores garantizaron que los pandilleros tendrían beneficios carcelarios permitidos por la ley a cambio de que dieran la orden de detener la guerra territorial en los barrios populares del país.

 Una investigación del Ministerio de Seguridad Pública reveló que hay 470.262 personas vinculadas a las maras, las cuales son parte fundamental en el mercado del narcomenudeo y las extorsiones contra los comerciantes en 1.765 barrios vecinales.

 En ese total de vecindarios operan 1.955 "clicas" de seis de las principales pandillas violentas que existen a nivel nacional, informaron las autoridades.

 Asimismo, la investigación demuestra que el ingreso a las maras aumentó en un 134,6 por ciento de 2008 a 2013.

 Las "clicas", nombre con el que se conoce a las células que integran el complejo entramado de las pandillas en el país, aumentaron desde 381 a 1.574 en los últimos cinco años.

 El censo fue aplicado en 14 departamentos del país y en 184 de los 262 municipios de El Salvador.

 "A medida que estudiamos más la situación, vemos que el tema de las pandillas va por círculos, hay un círculo duro y también están rodeados de sus familias que también han dependido de esa economía ilícita y que aprenden a vivir de ellos", declaró recientemente el ministro de Seguridad en funciones, Douglas Moreno.

 El artífice de la tregua, el general retirado David Munguía Payés, fue destituido del cargo de ministro después de que la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) fallara ilegal su nombramiento arguyendo que la ley dictamina el mandato de civiles en ese tipo de cargos.

 La salida de Munguía ha generado todo tipo de suspicacias sobre la tregua, ya que la oposición derechista, el partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), considera que el pacto morirá.

 En las cárceles del país, sin embargo, los pandilleros sostienen que seguirán con la tregua siempre y cuando las autoridades respeten los beneficios carcelarios que permite la ley.

 El pandillero Borromeo Henríquez, jefe de una célula de la MS, criticó la decisión de la CSJ porque responde a los "enemigos de un proceso de paz social inédito que no tiene otra solución".

 "Los planes de mano dura no tienen y nunca tendrán éxito. Si el nuevo gobierno aumenta la represión policial en lugar de darnos programas de reinserción social, nosotros solamente nos defenderemos porque no tenemos nada que perder", valoró Carlos Mojica, miembro de la 18.

 Por otro lado, durante un programa radial sabatino, el presidente Mauricio Funes afirmó que teme un aumento de la violencia si gana el candidato de Arena, el alcalde Norman Quijano, en las elecciones de febrero de 2014.

 Quijano empezó una campaña propagandística esta semana donde dice que no apoyará la tregua pandillera y que acometerá contra ellos cuando llegue a la presidencia.

 "Si llegara a ganar Quijano, significaría que se rompería la tregua y volveremos al nivel de los 15 homicidios diarios", dijo Funes, quien también condenó el hecho de que el candidato tenga por asesor principal al expresidente Francisco Flores.

 "La mano dura fue la estrategia (de seguridad) de Francisco Flores y fue un rotundo fracaso. Así que un fracasado asesora al candidato", advirtió.

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