Pbro. Gabriel Martín Ghione
Inmaculada
Concepción:
“Encuentro de libertades”
En el corazón del tiempo del Adviento celebramos la Inmaculada
concepción de María, fiesta del comienzo absoluto, porque en ella celebramos a
Dios que prepara la historia de los hombres para hacerse hombre. Con ella se
inicia el misterio de la salvación-encarnación.
Es hermoso pensar que Dios dispone y prepara a María para
poder dialogar con ella. Este fiesta nos recuerda que María fue “preservada”,
es la “llena de Gracia” desde su misma
concepción. ¿Para qué? ¿Por qué? Dios preparó a María para que pueda responder
desde su libertad. En el Evangelio de hoy se nos hace presente una vez más el
diálogo en el cual Dios le presenta María su deseo de salvación y su voluntad
de encarnarse pero deja en sus manos la posibilidad de realizarlo. Dios no
fuerza a María a una respuesta sino que espera que responda desde su libertad,
una libertad que ha sido preparada desde su nacimiento para que se encuentre
libre de ataduras para responder. Dios preparó una misión para María pero no se
la impuso, dejo que ella la aceptara voluntariamente.
De hecho esta fiesta nos recuerda, precisamente eso, a cada
uno de nosotros. Dios nos ha elegido desde antes de la creación del mundo y nos
ha destinado. Dios nos propone una misión, pero esta misión no es una
imposición debemos aceptarla desde nuestra voluntad. Toda forma y todo discurso
que quiera imponer en lugar de proponer va en contra de la metodología y
pedagogía de Dios.
Esta solemnidad también nos muestra que Dios nos mira con
benignidad, nos cree capaces de poder encarnar su misión, de encarnar su
salvación. No somos malos para Dios, no somos frutos de la fatalidad, somos sus
hijos amados en los cuales ha depositado su esperanza y confianza.
En María y en cada uno de nosotros se encuentran dos
libertades: la de Dios y la del hombre y se establece un dialogo maravilloso.
Hoy también nosotros podemos vivir desde la mirada y el corazón de Dios: una
mirada que confía y un corazón que siente que no todo está perdido. Que somos
capaces de amar, de entregar, de compartir, de ayudar. Hoy también somos
capaces de responder al proyecto de Dios de encarnación y salvación.
El camino en el que Dios ha querido y su proyecto de salvar
al hombre es asumiendo al hombre y lo humano, es enseñando al hombre a ser más
humano en vez de enseñarle a ser Dios. Es entrando en la historia, no alejando
al hombre de ella. Es viviendo un tiempo y una cultura con todos su desafíos,
no enajenándolo y encerrándolo en una determinada manera de vivir. Quien quiera
vivir una espiritualidad que lo ausenta de su tiempo, historia y cultura no
entendió que Dios hizo precisamente lo contrario al hacerse hombre.
María nos enseña que no tenemos que evadirnos sino asumir
los desafíos que Dios nos presenta. Nos muestra que respondiendo al Dios de las
promesas damos respuestas a las inquietudes de nuestro corazón. Dejémonos entusiasmar
por el proyecto que Dios tiene para nosotros!!!.
Skipe: ghione.gabriel.martin
"Servidores de ustedes por amor de Jesús" 2 Cor 4,5
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