viernes, 21 de diciembre de 2012


Pbro. Jorge Trucco
NAVIDAD DEL SEÑOR

NOCHE: 
Is 9,1-6: 
"Sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz"
Tito 2,11-14: 
"Es fuente de salvación para todos los hombres"
Lc 2,1-14: 
"Hoy ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías, el Señor".


* JESÚS: ¿Qué significado tiene para nosotros?... Para que no sea el gran ausente.
Navidad es un día para plantearse preguntas... sobre Él y sobre nosotros.
Los relatos bíblicos nos muestran que más allá del nacimiento del niño está el significado de este niño para el mundo (Jesús nos muestra quién es Dios... y nosotros creemos que ya lo sabemos...). Este acontecimiento cambió la manera de concebir la vida. El desafío de Navidad: depende de nosotros los cristianos que Jesús siga siendo una realidad que pueda cambiar la manera de concebir la vida o siga siendo algo comercial....
¿Es que Jesús no tiene nada que aportar a los hombres del siglo XXI con sus luces y sombras?

Desde la pobreza del Pesebre todos son CONVOCADOS: pobres pastores ignorantes y ricos sabios de oriente, judíos y paganos, cercanos y lejanos,  varones y mujeres, los que llevan regalos y los que van a buscar... NAVIDAD ES LA FIESTA DE LA NO DISCRIMINACIÓN.

NAVIDAD: Dios con nosotros para salvarnos... desde el éxodo al Dios de Jesús NOSOTROS = todos, no manejable.  En el A.T. “Dios Salvador” era un concepto con fuerte acento político: Dios salva a los judíos en las guerras con otros pueblos. La fe cristiana amplía este concepto: DIOS SALVA A TODA LA HUMANIDAD. No es uno de tantos “salvadores”. Él está con nosotros para sanear de raíz todos los males.... Salva el corazón, de las personas y de la sociedad. NO DESDE AFUERA O DESDE ARRIBA, DESDE ADENTRO...  DIOS NOS SALVA PERO NO LO HACE AL MARGEN de nuestra LIBERTAD y de nuestra RESPONSABILIDAD. Los evangelios subrayan la condición humilde del nacimiento de Jesús y señalan como condición para ese nacimiento la aceptación profunda y consciente por parte de José y de María, la lógica del actuar de Dios sucediendo en un pueblo pobre y sencillo.

* LOS CRISTIANOS: ¿Quiénes somos, qué buscamos, qué aportamos? En Navidad celebramos a DIOS ENCARNADO. Y nosotros: ¿no hicimos de la Iglesia un mundo aparte, cerrado, espiritualista y autoritario?... Celebrar la Navidad es encarnarse en esta sociedad real que nos toca vivir, así como hizo Jesús con la sociedad de su tiempo. Vivir una Navidad argentina no puede consistir solamente en cantar villancicos criollos sino en colaborar a un renacimiento nacional, cuyo anuncio pueda hacerse primero a los más pobres. Ese debería ser el aporte de los cristianos en este tiempo del Bicentenario de la Nación.

Miremos al Niño del Pesebre: tendrá que crecer..., que aprender, que integrarse a su familia y a su pueblo; tendrá que trabajar, dejar su casa para hablarle a la gente sobre cómo es y cómo actúa su Padre Dios; soportará hambre, sed, será perseguido injustamente hasta que lo maten. Dios lo resucitará. ASÍ ES COMO DIOS NOS SALVA.


MISA DEL DÍA

Is 52,7-10: 
"Qué hermosos son los pasos del que trae la buena noticia".
Heb 1,1-6: 
"Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas..., ahora, en este
                  tiempo final, nos habló por medio de su Hijo".
Jn 1.1-18: 
"Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros" "Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado
                 es el Hijo único, que está en el seno del Padre".


El evangelio nos presenta dos elementos importantes para la vida del cristiano: la Palabra y la Luz. Sus palabras de vida eterna, como las describió Pedro, promueven vida digna para todos los seres humanos. Por medio de la Palabra somos iluminados y enviados a anunciar el Evangelio a todos los pueblos. Jesús es esa Luz verdadera que ilumina a toda persona. El vino al mundo, pero fue rechazado por los suyos y sigue siendo rechazado hoy por los que no comparten su proyecto de vida (aunque se sigan proclamando “suyos”…). Nuestra misión como seguidores de Jesús es la de ser testigos de esa Palabra y luz del mundo, “ENCARNANDO” el Evangelio. Por eso celebrar la Navidad no es solo un recuerdo, es luchar dentro de nuestros pueblos y nuestras circunstancias para que la dignidad de hombres y mujeres sea respetada, para que tengamos condiciones dignas de vida, y por hacer de nuestras sociedades espacios más acordes al sueño de Dios, el Reino.

Navidad nos señala una tarea que no solamente ocupará todo este año que viene, sino que será el objetivo de toda nuestra vida: SER NOSOTROS MISMOS. Descubrir que los cristianos tenemos mucho para aportar en la construcción de la sociedad. Y esto no es comercializable. Celebramos la certeza y la esperanza de que DIOS ESTÁ CON NOSOTROS y NOSOTROS PODEMOS ESTAR CON DIOS.

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