Pbro. Juan Manuel González
AÑO
NUEVO
Amar
es dar una razón para seguir esperando
(André Malraux, La Condición Humana)
·
LA MITOLOGÍA GRIEGA:
Ø Cronos: el “tiempo” se
devora a sus hijos, no hay futuro, no hay esperanza, el futuro es incierto, es
tenebroso, es muerte.
Ø Sísifo: la vida es un absurdo;
“somos un paréntesis éntrela nada” (Simone de Bouvoir); “todo recién nacido
está maduro para morir” (Sartre); “estamos avocados a la muerte” (Heidegger),
etc.
Ø La caja de Pandora: los dioses arrebatan
para sí la esperanza…
Ø Prometeo “encadenado”
(Sófocles):
“los dioses han encadenado – en el Cáucaso- a Prometeo, por que ha instalado la
esperanza entre los hombres”. Y esto es lo más subversivo que podría realizar;
pues, la esperanza pone de pie la los pueblos (Esperanza, tanto en griego –“podos”
como en latín “pei” está vinculado a
ponerse de pie).
·
ANTROPOLOGÍA:
Ø ¿Tenemos tiempo o el
tiempo nos tiene?
Ø Gobernamos/configuramos
el tiempo/futuro desde nuestra libertad.
Ø Los vegetales, los
minerales y los animales, son solamente una realidad “dada”; los ser humanos
tenemos el ser como “tarea”, como vocación, como libertad, como creatividad;
puedo ser un santo o un canalla; son una infinita posibilidades de ser y
realizarme; además de tener el ser como don.
Ø COMENTARIO AL RELATO
DE LA CREACIÓN
Dios
se complace creando al hombre como un ser que no tiene ninguna imagen
claramente discernible. Lo puso en el medio del mundo y le dijo: No te
hemos dado ningún lugar determinado para habitar, ningún rostro propio, ninguna
dote especial, Adam (= hombre), a fin de que puedas tener y poseer a voluntad y
según a ti te parezca, la vivienda, el rostro y todos los dones que
prefieras. Para los demás seres, su naturaleza esta determinada por las
leyes que les hemos prescrito y se mantienen en sus límites. Tú en cambio,
no tienes una sola barrera insuperable, sino que tú mismo has de determinar tu
propia naturaleza según tu libre albedrío, en cuyas manos yo he puesto tu
destino. Te hemos creado como un ser que no es ni celestial ni terrenal,
ni mortal ni inmortal. Antes bien, tu, como escultor y poeta de ti mismo
plenamente libre y que trabaja para su propio honor, te darás la forma en tu
mismo quieras vivir.
Giovanni Picco della Mirándola (1492)
Ø ¡Somos el tiempo!
(San Agustín, Confesiones). La época clásica, medieval, renacentista, barroca,
romanticista, etc.; no depende del “tiempo = aire – cronos”; no el “estilo es
el hombre” (Th. Haecker); no hay tiempos malos, tiempos buenos, hay personas
buenas o malas, creativas y magnánimas o pusilánime y superficiales; valerosos
o utópicos, etc.
·
TEOLOGÍA: El Tiempo ¿para qué?
Ø Para Dios
(trascendencia personal que realiza existencialmente al ser humano)
Ø Para el prójimo,
pobre, etc.
Ø Para desplegar con
alegría la libertad (misterio) humana.
·
ESPIRITUALIDAD:
Ø Si no se espera
lo inesperado, no se lo hallará (Heráclito).
Ø La espera, es
privilegio,
del que vence la ansiedad.
CUENTO
¿TODOS LOS CAMINOS ACABAN EN LA TUMBA?
(George Bernard Shaw)
En
su paso por la selva, la muchacha encuentra primero un viejo de noble planta,
de bellos y regulares rasgos, con magnífica barba y pelo abundoso y ondulado.
Es el DIOS DE ABRAHÁN, el Señor de los ejércitos, en cuya mano están la
muerte y la enfermedad, el trueno y el rayo, y que exige del hombre desde el
sometimiento incondicional hasta el más cruel sacrificio humano.
Mas la
muchacha, asustada de la inaccesibilidad de este Dios, puede sin embargo
ahuyentarlo en el nombre del Dios verdadero. No otra cosa pasa con el DIOS
DE JOB, al que la muchacha encuentra inmediatamente después. Este Dios es
menos brutal y más obsequioso, un Dios que no exige adoración, sino más bien
enreda al hombre en un diálogo o debate. Pero, a la postre, también este Dios
es incapaz para la discusión, pues a la pregunta decisiva de por qué él ha
hecho el mundo así, como es, no contesta satisfactoriamente. También él puede
ser ahuyentado.
Pero
entonces sale al encuentro de la muchacha negra un joven
sorprendentemente bello, rasurado, de tez blanca, envuelto en una túnica
GRIEGA.
A la pregunta de la muchacha de si él podría indicarle el camino
hacia Dios, responde: «"No te preocupes de eso...
Toma el mundo como es,
pues más allá no hay nada. Todos los caminos acaban en la tumba, que es la
puerta de la nada, y en la sombra de la nada todo es vano y fútil.
Sigue
mi consejo y no busques más de lo que tu nariz alcanza. Y encontrarás siempre
que más allá de ahí aún hay algo; y en este conocimiento vivirás esperanzada y
feliz".»
Con
esta respuesta, sin embargo, la muchacha negra no puede darse por contenta:
«"Pero hay un futuro, cuando yo esté muerta... Y, aun cuando yo no lo
pueda experimentar, puedo no obstante saber de él." "¿Sabes algo del
pasado?", pregunta el joven. "Si, pues, el pasado, que ya ha sido
efectivamente, está más allá de tu conocimiento, ¿cómo puedes esperar saber
algo del futuro, que no ha sido aún?"
"A
pesar de todo hay futuro, y yo sé de él lo bastante como para poder decirte que
saldrá el sol todos los días", replica la muchacha negra.
"También
eso es una ilusión", afirma el joven. "El sol está ardiendo y un día
se habrá quemado del todo."
"La
vida es una llama que siempre acaba por extinguirse; pero siempre vuelve a
encenderse, cuantas veces nace un niño. La vida es mayor que la muerte, y la
esperanza, mayor que la desesperación. El trabajo que me está encomendado yo
sólo lo quiero ejecutar cuando sé que es un buen trabajo. Y para saber esto,
tengo que conocer el pasado y el futuro y también a Dios."
"Tú
piensas que tú misma debes ser Dios", dice el joven, mirando
fijamente a la muchacha.
"En
lo que puedo", replica ella. "Te lo agradezco. Nosotros, los jóvenes,
somos los sapientes.
De ti he aprendido que conocer a Dios significa ser
Dios. Has robustecido mi alma. Antes de dejarte, dime quién eres."
"Soy
QOHELET, de muchos conocido como Eclesiastés, el Predicador",
responde él. "Dios sea contigo, si le puedes encontrar. Conmigo no está.
Aprende griego. Es el lenguaje de la sabiduría. Adiós"».
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