lunes, 31 de diciembre de 2012


LA CREACIÓN

Eduardo Galeano

La mujer y el hombre soñaban que Dios los estaba soñando.
Dios los soñaba mientras cantaba y agitaba sus maracas, envuelto en humo de tabaco, y se sentía feliz y también estremecido por la duda y el misterio. 
Los indios Makiritare saben que si Dios sueña con comida, fructifica y da de comer. Si Dios sueña con la vida, nace y da nacimiento.

La mujer y el hombre soñaban que en el sueño de Dios aparecía un gran huevo brillante.

Dentro del huevo, ellos cantaban y bailaban y armaban mucho alboroto, porque estaban locos de ganas de nacer. 
Soñaban que en el sueño de Dios la alegría era más fuerte que la duda y el misterio; 
y Dios, soñando, los creaba, y cantando decía:
“Rompo este huevo y nace la mujer y nace el hombre. Y juntos vivirán y morirán. 
Pero nacerán nuevamente. 
Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca dejarán de nacer, 
porque la muerte es mentira”.

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