lunes, 3 de diciembre de 2012


Estudiar teología hoy
 Frei Betto


Suena anacrónico hablar de teología -el estudio de los temas relacionados con Dios- en una época de hiperracionalismo, dominada por las dos hijas predilectas de la modernidad: la ciencia y la tecnología. Pero si miramos bien vemos que la teología se hace necesaria y actual. Con la crisis de las ideologías libertarias, después de la caída del muro de Berlín, vivimos la emergencia de los fundamentalismos religiosos, tanto en Occidente como en Oriente, marcando políticas agresivas que ignoran las leyes y los principios humanistas.

En nombre de Dios son perpetrados actos terroristas, el mundo se ha dividido entre el ‘eje del mal’ y el ‘eje del bien’, y personas de creencias religiosas distintas son acusadas de herejes e incluso de diabólicas. Hasta en las elecciones del Brasil el tema religioso adquirió preponderancia.

No podríamos entender el mundo actual y sus perspectivas futuras sin un mínimo de conocimiento teológico. ¿Por qué el judaísmo, el cristianismo y el islamismo proceden del ismo patriarca Abraham? ¿Cuáles son las convergencias y las diferencias entre esas tres religiones ‘del libro’? ¿Qué pueden enseñarnos las religiones orientales, como el budismo? ¿Cómo influyen en América Latina y en el Brasil las tradiciones religiosas indígenas y africanas?

El concilio Vaticano II (1962-1965) trató de actualizar la Iglesia Católica. Hoy el curso de los acontecimientos exige un nuevo perfil de Iglesia y una nueva evangelización, en la que los laicos desempeñan un papel preponderante. El aprendizaje de la teología nos permite comprender mejor las resistencias de sectores católicos a las decisiones del Concilio, la tensión entre clericalismo y secularización, los estancamientos del ecumenismo y del diálogo interreligioso, los fenómenos del agnosticismo y del ateísmo.

Se engañan quienes piensan que la teología es "la metafísica de los ángeles” y que exige necesariamente conocimientos de griego y de latín. La teología es un amplio abanico de posibilidades de aprehensión del Misterio que imprime a nuestra existencia un carácter transcendente. Gracias a su estudio penetramos en el mundo bíblico, desvelamos la historia de la Iglesia, conocemos la patrística griega y latina, entendemos mejor el papel de las Comunidades Eclesiales de Base y de la Teología de la Liberación, identificamos en los sucesos de la actualidad política el telón de fondo religioso.

Un buen curso de teología suple esta gran falla de la Iglesia Católica: no ofrecer a los adultos una actualización catequética. Son muchos los que conservan en su edad adulta nociones propias de la catequesis infantil. Pero no se puede dirigir un auto sólo porque se aprendió a andar en triciclo. El estudio de la teología articula conocimientos religiosos con otras ramas del saber, como filosofía, antropología, ecología, astrofísica, etc.

Es precisamente esa actualización lo que la Escuela Dominicana de Teología de São Paulo ofrece a sus alumnos y alumnas. Abierta a los laicos(as), religiosos(as) y seminaristas, dispone de una biblioteca con 50 mil volúmenes y cuenta con recursos de tecnología de la informática. 

¡Venga a estudiar teología! ¡Véngase a la Escuela Dominicana de Teología!

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