sábado, 2 de febrero de 2013


Qué podemos esperarnos si seguimos a Jesús
José Luis Cortés
 en Ciclo C -RD/Herder


 En esta semana, la última antes de la Cuaresma, se nos invita a que nos concienciemos, de forma realista, de las complicaciones que conlleva hoy en día el hecho de ser portadores del mensaje de Jesús 


- Considerados durante el Adviento los presupuestos de nuestra fe, y meditados durante el mes de enero los principios de nuestra actuación como cristianos, ahora nos preguntamos: ¿qué puede esperarse alguien que quiere ser continuador del mensaje de Jesús en el mundo actual?


Mucha incomprensión e, incluso, persecución: por parte de aquellos que hoy siguen creyéndose los elegidos (DOMINGO: los de la sinagoga); 
de la gente cuyos intereses son puramente materialistas (LUNES: "¡No toque nuestros cerdos!"); 
de la gente indiferente y rutinaria (MARTES: la mayoría, tradicionales como las plañideras); 
e incluso de los propios parientes y vecinos (MIÉRCOLES: "No desprecian a un profeta más que en su tierra") 
y de la sociedad en general, que no tiene interés en recibirnos (JUEVES: "Si un lugar no os recibe"). 
Por no mencionar, claro está, a aquellos poderosos con nombres y apellidos, cuyos intereses cuestionaremos directamente (VIERNES: como Herodes).

Por eso, para compensar esos desencuentros, se hace tan necesario pasar largos ratos, a solas, con Jesús, en un sitio tranquilo (SÁBADO: "Venid vosotros a un lugar desierto"). 
Cosa que podremos hacer en la ya próxima Cuaresma.

En esta semana, la última antes de la Cuaresma, se nos invita a que nos concienciemos, de forma realista, de las complicaciones que conlleva hoy en día el hecho de ser portadores del mensaje de Jesús.

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