miércoles, 25 de julio de 2012


Müller en L'Osservatore : 
"Es importante superar los choques ideológicos en la Iglesia"
Müller sustituye a Levada al frente de Doctrina de la Fe


(L'Osservatore).- "La fe se caracteriza por la máxima apertura. Es una relación personal con Dios, que lleva en sí todos los tesoros de la sabiduría. Por esto nuestra razón finita está siempre en movimiento hacia el Dios infinito. Podemos aprender siempre algo nuevo y comprender con profundidad cada vez mayor la riqueza de la Revelación. Jamás podremos agotarla". Así lo afirma el nuevo prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, el arzobispo Gerhard Ludwig Müller, en un largo coloquio con quien escribe y con el director de nuestro periódico.

Durante el encuentro en el antiguo palacio del Santo Oficio monseñor Müller ha hablado también de su llegada al dicasterio de la Curia romana, de su determinación de hacerse sacerdote, del tiempo pasado como profesor de teología y como obispo, de sus repetidas estancias en América Latina. Y ha explicado que aprendió a conocer y a apreciar a Joseph Ratzinger desde su "Introducción al cristianismo", que ya en 1968 fue un best-seller.


Desaliento a superar

"Estoy agradecido al Santo Padre por haberme otorgado confianza y encomendarme esta tarea. Los problemas que se presentan son muy grandes si contemplamos la Iglesia universal, con los muchos desafíos que es necesario afrontar y ante un cierto desaliento que se están difundiendo en algunos ambientes, pero que debemos superar".


Derechas e izquierdas en la Iglesia

"Tenemos también el problema de grupos -de derecha o de izquierda, como se suele decir- que ocupan mucho de nuestro tiempo y de nuestra atención. Aquí nace fácilmente el peligro de perder un poco de vista nuestra tarea principal, que es la de anunciar el Evangelio y exponer en modo concreto la doctrina de la Iglesia. Estamos convencidos de que no existe alternativa a la revelación de Dios en Jesucristo. La Revelación responde a los grandes interrogantes de los hombres de todo tiempo".


El ex Santo Oficio

"La Iglesia es, sobre todo, una comunidad de fe; luego, la fe es el bien más importante, que debemos transmitir, anunciar y custodiar. Jesús confió a Pedro y a sus sucesores el magisterio universal, y es a éste que el dicasterio debe servir... El Papa Pablo VI quería que el aspecto positivo estuviera en primer plano: la Congregación debe, sobre todo, promover y hacer comprensible la fe, y este es el factor decisivo. Se añade, además, el hecho de que la fe debe ser defendida de errores y envilecimientos. Justamente en el tiempo presente, necesitamos esperanza y señales para volver a empezar. Si vemos el mundo, sobre todo nuestros países europeos, que naturalmente son los que conozco mejor, vemos muchos políticos y economistas que hacen cosas extraordinarias, pero no son los primeros a los que hay que dirigirse cuando se trata de transmitir esperanza y confianza".


Latinoamérica

"He ido a menudo a América Latina, a Perú, pero también a otros países. En 1988 me enviaron para participar en un seminario con Gustavo Gutiérrez. Fui con algunas reservas, como teólogo alemán, incluso porque conocía las dos declaraciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la teología de la liberación publicadas en 1984 y en 1986. Sin embargo, pude constatar que hay que distinguir entre una teología de la liberación equivocada y otra correcta. Considero que cualquier teología buena tiene que ver con la libertad y la gloria de los hijos de Dios. Aunque, claramente, una mezcla de la doctrina de una autoredención marxista con la salvación de Dios hay que rechazarla".

"Por otra parte, debemos preguntarnos sinceramente: ¿cómo podemos hablar del amor y de la misericordia de Dios ante el sufrimiento de tantas personas que no tienen comida, agua, asistencia sanitaria, que no saben cómo ofrecer un futuro a sus hijos, en el que falta verdaderamente la dignidad humana, en donde los derechos humanos son ignorados por los poderosos?"

"En última instancia esto es posible sólo si se está dispuesto a estar con las personas, a aceptarlas como hermanos y hermanas, sin paternalismo del otro. Si nos consideramos a nosotros mismos como familia de Dios, entonces podemos contribuir a hacer que estas situaciones indignas del hombre sean cambiadas y mejoradas".

En Europa, luego de la Segunda Guerra Mundial y las dictaduras, hemos construido una nueva sociedad democrática también gracias a la doctrina social católica. Como cristianos debemos subrayar que es del cristianismo que los valores de justicia, solidaridad y dignidad de la personas han sido introducidos en nuestras Constituciones.

Yo mismo vengo de Mainz. Allí, al inicio del siglo XIX, hubo un gran Obispo, el barón Wilhelm Emmanuel von Ketteler, que está al inicio de la doctrina y de las encíclicas sociales. Un niño católico de Mainz tiene la pasión social en la sangre y por eso me siento orgulloso.

Ha sido ciertamente este el horizonte del cual he venido a los países de América Latina. Durante 15 años he siempre transcurrido dos o tres meses al año, viviendo en condiciones muy sencillas. Al inicio para un ciudadano de la Europa central esto implica un gran esfuerzo. Pero cuando se aprende a conocer a la gente en persona y se ve cómo vive, entonces se puede aceptar. He estado también en Sudáfrica con nuestros Domspatzen, el famoso coro que el hermano del Papa ha dirigido por 30 años.

He podido tener conferencias en diversos seminarios y universidades, no sólo de América Latina, sino también de Europa y en América del Norte. Y esto es lo que he podido experimentar: se está en casa en cualquier lugar, donde hay un altar, Cristo está presente, donde quiera que estés, sé parte de la gran familia de Dios.



Lefebvrianos

"Por el futuro de la Iglesia es importante superar los choques ideológicos de donde provengan. Existe una única revelación de Dios en Jesucristo, que fue confiada a toda la Iglesia. Por ello no hay negociaciones sobre la Palabra de Dios y no se puede creer y al mismo tiempo no creer. No se pueden pronunciar los tres votos religiosos y después no tomarlos en serio. No puedo citar la tradición de la Iglesia y después aceptar tan solo algunas de sus partes. La vía de la Iglesia impulsa y todos están invitados a no encerrarse en una mentalidad autoreferencial, sino a aceptar la vida plena y la fe plena de la Iglesia".


La mujer en la Iglesia

"Para la Iglesia católica es completamente evidente que el hombre y la mujer tienen el mismo valor: lo dice la narración de la Creación y lo confirma el orden de la Salvación. El ser humano no necesita emanciparse, o bien crearse o inventarse solo. Es liberado y emancipado a través de la Gracia de Dios. Muchas declaraciones sobre la admisión de las mujeres al sacramento del Orden ignoran un aspecto importante del ministerio sacerdotal. Ser sacerdote no significa conquistar una posición. No se puede considerar el ministerio sacerdotal como una especie de posición de poder terrenal y creer que la emancipación se da cuando todos pueden ocuparla. La fe católica sabe que no somos nosotros los que dictamos las condiciones para la admisión al ministerio sacerdotal y que detrás del ser sacerdote siempre están la voluntad y la llamada de Cristo. Invito a renunciar a las polémicas y a la ideología y a sumergirse en la doctrina de la Iglesia. Justamente en Estados Unidos, las religiosas y los religiosos han hecho cosas extraordinarias para la Iglesia, para la educación y la formación de los jóvenes. Cristo necesita jóvenes que prosigan este camino y que se identifiquen con la propia elección fundamental. El Concilio Vaticano II afirma cosas maravillosas para la renovación de la vida religiosa, como también sobre la vocación común a la santidad. Es importante reforzar la confianza recíproca, más que trabajar unos contra otros".

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