sábado, 21 de julio de 2012


El Evangelio del domingo 
termina diciendo (Mc.6,34)
κα ρξατο διδάσκειν ατος πολλά.
(y comenzó a enseñarles mucho-insistentemente-largamente).

Tal vez la gente buscara pan, 
pero Jesús creyó 
que la poesía es más necesaria que el pan 
y por ello se puso a “enseñarles con muchas palabras-parábolas”.
Pero hoy muchos se preguntan para qué sirven 
las palabras, 
las profecías, 
las poesías, 
las parábolas, etc.
Vaya como sugerencia  el poema de un Guatemalco:
Julio Fausto Aguilera (*): 




La batalla del verso (1)

Con un verso,
es verdad,
no votas a un tirano.


Con un verso no llevas pan y techo
al niño vagabundo,
no llevas medicinas
al campesino enfermo.


Sobre todo, no puedes
hacerlo ahora mismo.


Pero... Vamos a ver:


Un verso
bien nacido y vigoroso,
y otro más encendido,
y otro más desvelo,
y otro verso más fuerte y más veraz,
le dan vida
a un sueño que recogieron tierno,
y ese sueño de muchos, ya nutrido,
se vuelve una conciencia,
y esa conciencia, una pasión, un ansia...


Hasta que un día,
todo
-sueño, conciencia, anhelo-,
compacto se organiza...
y entonces
viene el grito,
y el puño,
y la conquista...


En la efigie de la conquista brilla una diadema: 
el verso.

 ___________
 (1) Del libro 'Poemas fidedignos', febrero de 1967.

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