METODOLOGÍA DE LA
SOLIDARIDAD
Pbro. Jorge Trucco
Reflexiones sobre la lecturas bíblicas
del domingo 29 de julio
2 Re 4,42-44: “Dáselo a la gente para que
coman”
Ef 4,1-6: “Sopórtense mutuamente por amor...”
Jn 6,1-15: “Aquí hay un niño que tiene cinco
panes de cebada y dos pescados”
El
Reino del Norte volvió al culto cananeo (antiguos habitantes de Palestina). Los
profetas Elías y Eliseo fundan un movimiento en defensa del culto a Yahavé, el
Dios de la Liberación. En este ámbito se conservan las “leyendas proféticas”
que a través de relatos maravillosos y milagrosos transmiten el mensaje
central: VOLVER A YAHAVÉ. Eliseo “multiplica” el pan: quien da la vida a su
pueblo y sacia su hambre es el Señor, y no Baal. Quiere que Israel sea una
comunidad donde se comparta todo.
Se acercaba la
Pascua de los Judíos dice san Juan: Jesús es el nuevo Liberador del Pueblo (a semejanza de
Moisés) (curó-liberó enfermos). Atraviesan el Mar de Galilea (en el Éxodo es el
Mar Rojo). El texto no habla de Milagro, sino de Signo; no utiliza la
palabra Multiplicar... lo cierto es que compartieron. COMPARTIR
ES LO CONTRARIO DE LA “LÓGICA DEL MERCADO”: COMPRAR Y VENDER.
Las necesidades de la comunidad no las
podemos resolver con MILAGROS ni con REPARTOS DE PAN o con COMEDORES
INFANTILES: son todos paliativos que no van al fondo de la cuestión.
LA CUESTIÓN SOCIAL SÓLO SE RESUELVE DESDE LA
SOLIDARIDAD.
En el capitalismo individualista en el que
vivimos, cada uno busca salir a flote por su lado. Cada uno compite para salvarse aún a riesgo de que los otros se hundan.
Hemos perdido el sentido de unidad (búsqueda del Bien Común...). Vivimos la cara
contrapuesta del Evangelio.
No es lo mismo mirar que ver. Jesús percibió el hambre del pueblo. Ver para juzgar. Jesús convocó
al diálogo y a la participación: ¿cómo vamos a darles de comer?... Jesús los hace sentar a todos en el
pasto. La MESA DEL LLANO DEMOCRÁTICO donde todos los actores sociales se
encuentran en la misma mesa de la necesidad y de la responsabilidad. PRIMERA
TAREA: aprender a co-pensar y co-trabajar por el objetivo común.
... Porque la SOLIDARIDAD no es sólo un
SENTIMIENTO, tiene que ser también una METODOLOGÍA, una forma de trabajo. Debemos sumar ideas, sumar
personas, sumar propuestas hasta encontrar las soluciones.
En la segunda lectura Pablo nos invita a
mirar todo lo que nos une, antes que las pequeñeces que nos separan.
Los cálculos económicos, que sólo se fijan en
cantidades, nunca llegarán a saciar el hambre más profundo de la humanidad;
porque la calidez del compartir es una riqueza que no se puede medir ni contar,
pero tampoco se puede sustituir.
La solidaridad es mucho más que a
ayudar a los pobres cuando se puede; es crear un sistema social solidario que
comprenda los problemas comunes y que busque soluciones comunes.
Una vez un grupo de tres hombres se perdieron
en la montaña, y había solamente una fruta para alimentarlos a los tres,
quienes casi desfallecían de hambre.
Se les apareció entonces Dios y les dijo que
probaría su sabiduría y que dependiendo de lo que mostraran les salvaría. Dios
les preguntó qué podían pedirle para arreglar aquel problema y así todos se
alimentaran.
El primero dijo: "que hagas aparecer más
comida", Dios contestó que era una respuesta sin sabiduría, porque no se
debe pedir a Dios que solucione mágicamente los problemas sino que debemos
trabajar con lo que tenemos.
Dijo el segundo "entonces hacé que la
fruta crezca para que sea suficiente", pero Dios dijo que no. La solución
no es pedir siempre multiplicación de lo que se tiene porque el ser humano nunca
queda satisfecho y por ende nunca sería suficiente.
El tercero dijo entonces: "Mi buen Dios,
aunque tenemos hambre y somos orgullosos, hacenos pequeños a nosotros para que
la fruta nos alcance". Dios dijo: "vos respondiste muy bien, porque
cuando el hombre se hace humilde aprende a compartir".
“Pero como Jesús se
dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerlo rey, se retiró
otra vez a lo alto del cerro, para estar solo”... Más
vale estar solo que mal acompañado, diríamos hoy... Jesús debió sentir que su apuesta por el amor y la generosidad no
había sido bien recibida. Es muy posible que, en la comunidad de Juan hubiera ciertas
dificultades para admitir el sentido de la Eucaristía, dificultades que,
por otra parte, continúan existiendo ahora en muchos ambientes católicos que la
aceptan como un rito mágico o una imposición legal o una expresión sentimental…
una “búsqueda de Jesús por el milagro”… El sentido profundo del Sacramento
brilla, muchas veces, por su ausencia.
La Eucaristía ha sido vista y vivida por nosotros
como un acto de piedad que nos resulta milagrosamente (o quizás mágicamente)
provechoso. Nos hemos colocado así en el mismo criterio de los que fueron al
desierto a buscar el pan material y el pan de la palabra, sin entender la
profundidad sacramental de esa presencia que para ser
tal, necesita de nuestra presencia en
carne y sangre (humanidad y vida), asumiendo el compromiso superconcreto con
todo lo humano.
Nuestra fe en la
Eucaristía nos interpela a renovar con urgencia las estructuras políticas, económicas
y sociales para lograr una mayor comunión que haga posible repartir y compartir
de un modo más justo y solidario los bienes que Dios nos ha dado a todos los
argentinos. (Texto para la
preparación pastoral del X° congreso Eucarístico Nacional “Denles Ustedes de
Comer”, Nº 18)
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