Papa Francisco:
¿teología del pueblo o populista?
El rector del Colegio Argentino de Roma, Antonio Grande, habla del pensamiento teológico detrás de Jorge Mario Bergoglio
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
A un año de la llegada al papado de Jorge Mario Bergoglio, en Roma y en otras latitudes, se discute todavía cuál es la corriente teológica que inspira a Francisco. Para comprender de dónde surgen los gestos y las acciones del Papa es necesario escarbar en su pasado. Allí se encuentran pistas en la llamada “teología del pueblo”, cuyos máximos exponentes el pontífice conoció y apreció. En entrevista con el Vatican Insider el sacerdote Antonio Grande, rector del Colegio Sacerdotal Argentino de Roma, explicó las implicaciones de ese pensamiento.
¿Qué le ha impactado más de estos 12 meses de pontificado?
Él está poniendo en modo sencillo la forma de vivir de Jesús y no esto no es sólo una percepción mía, muchos creyentes que no estaban participando o estaban fuera de la Iglesia coinciden. Unido a esto, propone un modo de vida que todos captan, de un humanismo rico, sencillo, fraterno, solidario y al mismo tiempo religioso. Para quienes estamos en la Iglesia esto es un gran don pero, al mismo tiempo, una gran responsabilidad.
¿La Iglesia argentina ha podido “digerir” la llegada del Papa Francisco?
Se está recorriendo un camino, desde la sorpresa y el impacto positivo, hacia la responsabilidad porque es un hijo de nuestra Iglesia que debemos acompañar. En ese sentido nos estamos preguntando qué significa para toda la Iglesia, pero particularmente para los argentinos, que Dios haya llamado a uno de nosotros. Esto va a ser muy sugerente e impulsador del camino eclesial que se estaba haciendo, pero ahora mucho más personalizado.
Muchos se preguntan qué cosas han incidido en Bergoglio para comprender por qué llegó a ser Papa. ¿Cuáles son los elementos que explicarían camino?
Nosotros teniendo carencias en el desarrollo tecnológico y socio-político, no obstante a nuestros límites y contradicciones, tenemos la ventaja de una forma de ser con valores cristianos, aunque no siempre seamos coherentes. Por ejemplo la religiosidad popular, que vincula a los pastores con el pueblo y que en otras partes del mundo parece no existir o no estaría tan claro. Para nosotros el pastor no es un personaje, más allá de la reverencia que se le debe tener, es alguien del pueblo que camina con el pueblo.
Entonces, ¿qué teólogo influyó más al hoy Papa?
En Argentina es muy propia la teología del pueblo, que tiene como referente destacado el padre Lucio Gera y otros. Su propuesta es una mirada del misterio de Jesús y de una Iglesia que es pueblo de Dios, que está presente, se compromete, que es fiel a la guía de la Iglesia universal pero también es fiel al pueblo. Creo que el cardenal Bergoglio lo conocía y se mueve en esa perspectiva. Se nota en sus palabras y en sus actos que tiene un sello muy “geriano”. De hecho al padre Gera lo hizo sepultar en la catedral de Buenos Aires.
En la teología del pueblo se propone un modo de actuar de pastores espirituales, cercanos a la gente, desde la fidelidad a la Iglesia, con un espíritu muy creativo, fraterno y misionero. Eso está alimentado por una fe que busca profundizar desde la tradición pero, al mismo tiempo, de la necesidad de búsqueda del pueblo de Dios.
¿Cuán cercana es la teología del pueblo a la teología de la liberación?
La teología de la liberación ha sido dinámica. Estando el cardenal Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe acompañó, clarificó, más allá de que algunos no lo tuvieran en cuenta o se abrieran de la vida de la Iglesia. Cundió mucho ese diálogo al interior de la Iglesia de América Latina, primero con los pastores y luego con la Santa Sede. Hubo un camino de maduración y purificación, de acuerdo con el evangelio.
En la teología del pueblo existen varios matices también, pero se ve la fe del pueblo de Dios como punto de partida que va en relación con la fe de la Iglesia y con la vida de la Iglesia, desde la palabra y los sacramentos. Habría una relación dinámica entre los pastores que buscan al pueblo y viceversa.
¿No es una teología populista?
Ni populista, ni académica. Un estudio que tiene en cuenta la fe del pueblo para servicio de la fe y al mismo tiempo rescata la participación activa del pueblo de Dios. Eso es algo de gran riqueza.
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