lunes, 31 de marzo de 2014

Escándalo en Radio María: 

echan a una conductora y cientos de oyentes explotan de furia

Si bien el medio salió a aclarar que la desvinculación había sido por cuestiones profesionales, algunos seguidores de la radio denunciaron en las redes sociales que el despido se debió a que la comunicadora trataba temas sensibles como la comunión a divorciados o el matrimonio gay

La conductora echada (Foto: Facebook).
La conductora echada (Foto: Facebook Gabriela Lasanta).
Un escándalo sacude a Radio María después de que la conductora Gabriela Lasanta fuera echada en circunstancias confusas. El medio difundió un comunicado en el que señala que la desvinculación de la periodista tuvo que ver con cuestiones profesionales, pero cientos de oyentes se manifestaron en contra de la decisión y algunos de ellos sostuvieron que la despidieron por atreverse a plantear temas sensibles para la cúpula de la Iglesia, como la comunión a divorciados y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El comunicado oficial, firmado por el padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, señala que “la decisión tomada ha sido consensuada, dialogada y discernida” y la atribuyó a que “no era posible seguir con permanentes desencuentros a la hora de establecer el modo y el estilo de trabajo y de servicio en esta institución que la persona desvinculada tenía que prestar“.
Según el escrito, la desvinculación de la conductora se produjo después de que esta se negara a firmar ocho puntos que le propuso la dirección de la emisora, que iban desde el “cumplimiento de horario de ingreso y egreso” y “no salir durante el horario de trabajo” hasta “evitar comentarios parciales que generan mal clima organizacional” o “realizar comentarios al aire sobre cuestiones o diferencias internas relacionadas con la gestión de la institución”.
Las reacciones en Facebook. No obstante, la propia conductora se expresó desde su perfil en la red social Facebook y dijo que lo expresado por Radio María “es una mentira poco digna de una institución religiosa, difamatoria, y que daña el vínculo de confianza” que tiene “con muchas personas”. En ese sentido, sugirió que las razones de su despido tuvieron que ver con una censura a su libertad de expresión.
“(A los oyentes) no les importa el chiquitaje de los reglamentos si no la gracia de Dios que recibían a través de mi voz y de la que ahora se ven privados por causas que,aunque fueran ciertas, que no lo son, no guardan proporción con la pérdida que experimentan. Díganme si me equivoco, pero lo que voy leyendo en ustedes como un medio por el cuál Dios me habla en este tiempo es que acá se están jugando cosas muuuuuuucho más importantes que los famosos ocho puntos que no firmé.Esto tiene que ver con los valores del Reino, con un estilo de Iglesia, con quien es el dueño de una obra de Dios y cómo se la administra, tiene que ver con los valores de la dignidad y la libertad, pero sobre todas las cosas tiene que ver con el Amor”, señaló Lasanta.
“Yo no digo nada de nada y la verdad va saliendo solita despacio sin prisa pero sin pausa. Así debe ser”, cerró la comunicadora.
La situación generó una espontánea reacción de cientos de oyentes que expresaron su apoyo a Lasanta y algunos señalaron que el despido se debió a que la conductora tocaba temas como el matrimonio gay y la comunión a divorciados. Además, el caso cobró notoriedad pública y fue difundido en Twitter por el periodista Sergio Carreras.
El comunicado oficial de Radio María, acá: http://www.radiomaria.org.ar/content.aspx?con=15199
La expresión de la conductora en su muro de Facebook, acá: https://www.facebook.com/gabriela.lasanta.3/posts/1466572356905632

"Desvinculada" unilateralmente de Radio María, la Sra. Gabriela Lasanta responde a las "explicaciones" del P. Javier Soteras

Desvinculan a conductora de Radio María
Gabriela Lasanta, conductora desde hace años del programa Entre nosotros, por la FM católica Radio María, fue desvinculada de la emisora y a partir de esta semana el espacio es conducido por Pablo Giletta y Adriana Gile.
Las razones del despido fueron ofrecidas por el padre Javier Soteras, director de Radio María, en un comunicado publicado en el sitio de la emisora. Alude allí a razones organizacionales resumidas en ocho puntos que la conductora se habría negado a cumplir.

"Una vez que planteamos estos ocho puntos, la señora Gabriela Lasanta dijo no estar dispuesta a acordarlos. Por lo tanto, ella eligió el camino de desvincularse de esta institución. Nosotros lo hicimos formalmente en términos jurídicos desvinculándola como corresponde, y además reconociendo todo el servicio de todos los años, toda la entrega y todo el bien que hizo, en términos económicos, que no son pocos, y en cuanto a nosotros nos corresponde en justicia a los servicios que ella ha prestado", asegura Soteras en un pasaje del extenso comunicado. (Leer el texto completo aquí)

Mientras tanto, desde su perfil de Facebook Lasanta pidió derecho a réplica en el mismo medio del que se ha visto desvinculada, tildando de falsas las causas por las que fue apartada del personal. (Leer el texto completo aquí).

Fuente: lavoz.com.ar




RESPUESTA DE GABRIELA LA SANTA


Queridos hermanos:con respecto a los motivos aducidos por parte de la institución que justifican mi despido tengo mucho para decir. Creo que es mi derecho como persona afectada por lo que considero es una mentira poco digna de una institución religiosa, difamatoria,y que daña el vínculo de confianza que tengo con muchas personas, que por lo menos se me otorgue el derecho a réplica en el mismo espacio en el que se difundieron las supuestas causas. muchos de ustedes me han pedido que hable al respecto y lo haré sin duda , pero creo que lo correcto es hacerlo en el mismo canal en el que se generaron las dudas respecto a mi responsabilidad como empleada,el vínculo con las personas con las que trabajo, mi acatamiento a las órdenes y sobre todo a la intención sutilmente atribuida a mi persona de haber elegido mi desvinculación. No es por el momento el quid de la cuestión y veo por infinidad de mensajes que sin saber nada de cuestiones internas me han otorgado un voto de credibilidad que me conmueve y me impulsa a estar a la altura de semejante confianza. Muchas gracias. Me llama la atención los análisis lúcidos que se han hecho, pero sobre todo me produjo un gran impacto la expresión de Claudio Fabian Pazos que está más abajo citando un texto del Evangelio: "Yo no sé si es un pecador, sólo sé que antes yo estaba ciego y ahora veo".Léanlo en mi muro. 
Esta expresión viene a resumir un clamor de cientos de personas que apuntan al verdadero núcleo del problema. No les importa el chiquitaje de los reglamentos si no la gracia de Dios que recibían a través de mi voz y de la que ahora se ven privados por causas que,aunque fueran ciertas, que no lo son, no guardan proporción con la pérdida que experimentan. Díganme si me equivoco, pero lo que voy leyendo en ustedes como un medio por el cuál Dios me habla en este tiempo es que acá se están jugando cosas muuuuuuucho más importantes que los famosos ocho puntos que no firmé.Esto tiene que ver con los valores del Reino, con un estilo de Iglesia, con quien es el dueño de una obra de Dios y cómo se la administra, tiene que ver con los valores de la dignidad y la libertad, pero sobre todas las cosas tiene que ver con el Amor. Leerlos me fue devolviendo el aroma de una misión que recibí hace ya muchos años y que más tarde compartiré con ustedes para que juntos vayamos tratando de entender lo que he vivido todos estos años y lo que Dios va haciendo "Entre Nosotros"
Retomaré esto a la noche por que mi hijo necesita la computadora, está escribiendo su trabajo final para recibirse de Agrónomo y tiene prioridad la vida que sigue a pesar de todo.
Quiero dejarles una desafiante pregunta para la reflexión que sin embargo muchos ya han atisbado. Tengo 54 años, mala edad para buscar trabajo. He dejado toda actividad profesional por el camino de la radio. Renuncié a cargos en la Universidad,postgrado,y ofertas laborales en estos años priorizando éste camino.Pierdo la obra social que cubría a mi familia.No sé como llegaré a la jubilación. No soy locutora, nunca lo fui, ni jamás pensé serlo. No podría trabajar en ningún medio que no tenga un compromiso explícito por los valores por los que lucho. (complicado ¡¿No?) Tengo un amor profundo por mis compañeros cercanos de trabajo con los que fluíamos de una manera increíble como si fuéramos una sola alma. Creo que lo notaban al aire, eso no se planifica.Tengo un vínculo con la audiencia que considero el regalo más hermoso que me ha dado la vida junto con mi familia y la comunidad. En una carta que le escribí hace unos años al Padre Javier le copié la letra de esa canción que es un himno de mi vida entre ustedes...."Todo lo que soy, lo que quise ser y lo que fui a venido a congregarse aquí" Por qué creen ustedes que no firmé esos ocho puntos tan obvios y básicos si tenía todo para perder. Ni siquiera sabía al momento de decir No si el plan era indemnizarme o no. Creen ustedes que voy a ser tan tonta para arriesgar mi sueldo, mi trabajo, mi lugar en el mundo, mis afectos, mi misión, por cuestiones de horario, salidas etc..?
Debe ser que algo no cierra en la ecuación.....Ustedes mismos se van dando cuenta solos. Yo no digo nada de nada y la verdad va saliendo solita despacio sin prisa pero sin pausa. Así debe ser.....
Finalmente decirles que encuentro también consuelo en la historia de Jesús a quién también lo persiguieron por "no cumplir el reglamento" y le tendían trampas para acusarlo. Tenían los hombres de aquel entonces un gran problema con su popularidad y no sabían cómo hacer para eliminarlo sin ponerse al pueblo en su contra. Como dice Claudio Pazos, salvando las infinitas distancias entre Jesús y yo a veces somos convidados en la vida a probar de su mismo cáliz-

El Papa designó al cordobés Fernández como parte del Consejo Pontificio para la Cultura

El actual rector de la Universidad Católica Argentina (UCA) es el nuevo miembro del organismo que establece las líneas de trabajo de la Iglesia en esa materia.























Jorrge Bergoglio eligió el 29 de este mes a Fernández para sumarse a las personalidades importantes de la Iglesia que integran ese Consejo, encargado de identificar los principales desafíos culturales y proponer acciones al respecto, informó este lunes la UCA.
Fernández participará en los congresos y actividades que la Santa Sede organice en el ámbito de la cultura, elaborará informes, tomará parte de las reuniones plenarias del Consejo en Roma y aconsejará al Papa en aquellos temas que le solicite.
Datos
Fernández nació en Alcira Gigena el 18 de julio de 1962 y fue ordenado sacerdote en su pueblo natal (diócesis de Villa de la Concepción del Río Cuarto) el 15 de agosto de 1986. Es licenciado en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1988) y se doctoró en la UCA en 1990.
De 1993 a 2000 fue párroco de Santa Teresita en Río Cuarto, donde se desempeñó también como director de Catequesis y asesor de diversos movimientos laicales. Y desde 2007 a 2009 presidió la Sociedad Argentina de Teología.
El 15 de diciembre de 2009 asumió como rector de la UCA y el 15 de junio de 2013 fue ordenado arzobispo, convirtiéndose en el primer presbítero argentino que recibió el episcopado por decisión del papa Francisco.

Una mariposa 'Morpho peleides' sobre el rostro de una niña durante una visita al Museo de Historia Natural dentro de la exhibición 'Sensational Butterflies' en Londres.

Un hombre camina con su paraguas durante una nevada en la plaza Roja de Moscú (Rusia).

Una ballena de siete metros que quedó varada en la ría de Huelva y que efectivos de la Guardia Civil y del Parque Municipal de Bomberos han remolcado a puerto.

Unos turistas suben la Pirámide de la Luna en la zona arqueológica de Teotihuacán, en las afueras de la Ciudad de México.

Cristiano




“El domingo pasado bautizamos a nuestra cuarta nieta. El sacerdote le dijo que desde aquel momento ella era "sacerdote", "profeta" y "reina". ¿Qué significado tiene esto? Como mujer, y de momento, nada de sacerdocio femenino. De reina, lo mismo, pues no es de sangre azul. Sólo le queda la oportunidad de ser profeta, pero no de imitación, pues ella, como cada uno de nosotros, somos irrepetibles”. Este era el comentario que un amable lector dejaba en un reciente post de este humilde blog. Dado que la cuaresma es un tiempo “catecumenal”, en el que los cristianos nos preparamos para renovar las promesas bautismales, me parece oportuno decir una palabra sobre uno de los momentos del rito bautismal.

El aceite, junto con el agua y la luz, es uno de los tres símbolos del bautismo. El ministro, después de ungir con oleo al recién bautizado, le proclama “sacerdote, profeta y rey”. ¿Qué puede significar esto? El sacerdocio que recibimos con el bautismo no es el ministerial, sino uno previo y más importante: el sacerdocio que nos hace partícipes del único sacerdocio de Cristo. Todo cristiano es sacerdote, o sea, está llamado a hacer de su vida una continúa alabanza al Padre. Sacerdote es el que bendice (el cristiano siempre habla bien de Dios y de los hermanos), el que alaba al Señor, el que ora e intercede por los demás. El cristiano es además profeta, o sea, alguien llamado a proclamar las maravillas de Dios, a dar testimonio público de Jesucristo, a ser promotor de paz y de verdad, a denunciar la injusticia y la mentira, a oponerse a todo lo que daña a sus hermanos. Porque el profeta no es el que adivina el futuro, sino el que lee los acontecimientos a la luz del Evangelio, y así tiene las claves para interpretar la historia presente y la futura. Y el cristiano es rey: los reyes no están sometidos a nadie, son libres. Se ha arrancado de la vida del cristiano la raíz de toda esclavitud, que es el pecado, y así es libre para hacer el bien. La libertad se realiza sólo en el bien. El mal no nos hace libres, sino esclavos.

Probablemente, estos títulos del cristiano no sean fácilmente comprendidos y necesiten ser explicados. Para eso están las catequesis pre-bautismales. Tampoco estaría mal que se encontrasen otras formulaciones equivalentes que, al menos de cara a los no cristianos, pudieran resultar más significativas. ¿Sería mucho atrevimiento traducir así los títulos cristianos de sacerdote, profeta y rey: el cristiano es una persona llamada a vivir de modo semejante a como vivió Cristo, haciendo de su vida una completa obediencia a la voluntad del Padre; a pensar con la mentalidad de Cristo, buscando siempre el bien, la verdad y la justicia; y libre de todo aquello que le impide amar con un corazón como el de Cristo.

Celebración comunitaria de la penitencia en el Vaticano

José Manuel Bernal


A todos nos sorprendió hace años el gesto de Juan Pablo II entrando en un confesionario de la basílica de San Pedro dispuesto a oír las confesiones de los fieles. Era un gesto sorprendente, inusual. Nunca habíamos visto al papa confesando en la basílica vaticana. Lo que estos días hemos contemplado, sin embargo, es aún más sorprendente; la imagen era verdaderamente insólita; el papa Francisco arrodillado ante un confesor en un confesionario de la basílica.

El gesto del papa Juan Pablo II estaba orquestado por la insistente campaña, promovida entonces desde las más altas instancias eclesiásticas,invitando a pastores y fieles a la práctica del sacramento de la penitencia en su versión privada e individual. Esta fue declarada como la forma normal y privilegiada de recibir el sacramento del perdón. De hecho, en la mayor parte de las iglesias, se puso el acento en la atención pastoral del confesionario y casi no se prestó atención a las celebraciones comunitarias de la reconciliación. En comunidades más sensibilizadas, sin embargo, se vinieron programando celebraciones comunitarias de la penitencia con una cierta regularidad, reservadas sólo a circunstancias muy especiales, en los tiempos fuertes del año litúrgico.
Si tuviera que declarar aquí cuál es mi opinión, yo diría que la práctica de este sacramento, en todas sus formas, vive una crisis alarmante. Lamento reconocer que, en este momento, las celebraciones comunitarias de la penitencia, en las que el Concilio puso tanto iterés, apenas si han llegado a cuajar en la experiencia pastoral de nuestras iglesias.
En este contexto, me resulta significativo y esperanzador, no tanto el gesto sorprendente del papa Francisco arrodillado a los pies del confesor, sino el contexto litúrgico en el que sucede este gesto. Es justamente en el marco de una celebración penitencial presidida por el papa, promovida por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización llamada “24 horas por el Señor”. En ella él mismo pronuncia una breve homilía invitando a los fieles a reconocerse pecadores ante Dios, a revestirse del hombre nuevo y a confiar en la poderosa misericordia del Padre.

Me sorprende gratamente esta iniciativa. Me sorprende que en la basílica vaticana, donde en años anteriores solo habíamos visto la práctica del viejo confesionario, haya sido promovida una celebración comunitaria del perdón. Es un paso más. Es una aceptación muy significativa de una forma de celebrar la penitencia, que sufrió tantos contratiempos en el proceso de su aceptación y que, en el fondo, pretendía ser una forma de ir superando el viejo modo individualista de practicar el sacramento de la penitencia, evitando la pervivencia de ese curioso mueble llamado confesionario y de ofrecer, al mismo tiempo, una visión teológica del sacramento desvinculada de esa desafortunada imagen del “santo tribunal de la penitencia”.
A mí me gustaría que esta iniciativa, promovida en la basílica de san Pedro, sirviera de estímulo pastoral en nuestras iglesias; que las celebraciones comunitarias del perdón se convirtieran en una oferta abundante para nuestras comunidades cristianas; que nuestros fieles volvieran a tomar conciencia de la importancia insustituible del sacramento de la reconciliación; que esta nueva forma de celebrar al Dios compasivo y misericordioso nos abriera una visión más ajustada y positiva del sacramento del perdón, abiertos a la acción de un Dios, no justiciero y castigador, sino de un Dios Padre amoroso, que nos perdona siempre y nos acoge con los brazos abiertos.

Incoherencias

José Ignacio González Faus


Desde que nombraron al nuevo papa Francisco, hace ahora un año, he esperado una carta en los medios o alguna declaración del señor Carod Rovira. ¿Por qué? Hace pocos años, en el programa televisivo “Tengo una pregunta para Ud”, un muchacho de Valladolid se dirigió a Carod llamándole José Luis. Nuestro amigo puso el grito en el cielo: “me llamo Josep Lluis”. El otro: “bueno, da lo mismo y como este programa es en castellano”. “Pero mi nombre es Josep Lluis y Ud. no puede faltarme al respeto”.

Me sorprendió la firmeza de Carod por un quítame allá esas consonantes. Hasta me sentí cobarde y amarillista, acostumbrado como estoy a ser tratado de José Ignacio, de Josep Ignasi o de J. I. Por eso pensé que aparecería alguna protesta suya en los medios, porque al nuevo papa le llamamos Francesc (yo el primero cuando celebro misa) y su verdadero nombre es Francisco.
Se objetará piadosamente que el papa es de todos y, por eso, no tiene un único nombre. Pero, mientras pensaba eso, un amigo castellano que pasaba una temporada en Barcelona se me queja de que los medios de comunicación catalanes hablan siempre de “Saragossa, Osca y Terol” cuando su nombre es otro “como todo el mundo sabe”. Lo malo es que luego me comenta cuánto le ha gustado “Gerona”…
No tienen importancia esas menudencias, ni quisiera que nadie se moleste por ellas. Si las cuento es porque me parecen un ejemplo inocente, pero muy nítido, de un rasgo humano muy serio y que vale tanto para nosotros como para lapones o patagones. Todos tenemos una doble medida muy distinta cuando se trata de mí o lo mío y cuando se trata de los demás. En el monasterio de este Sant Cugat donde escribo, vivió a fines del primer milenio un monje francés (Gerbert) que pasaba por ser el hombre más sabio de su tiempo y tuvo sus choques con el papa al que le recordaba aquello de “vox populi vox Dei”. Pero luego llegó él a papa(Silvestre II) y comenzó a argumentar que el pueblo no siempre es de fiar: porque fue el pueblo quien gritó “Crucifícale” cuando Jesús estaba ante Pilato. Otra incoherencia ejemplar.
Esa doble medida casi inconsciente es más profunda en nosotros que nuestra misma razón, pese a que alguien nos definió a los humanos como seres racionales. Es además injusta porque los humanos tenemos tanto de individuales como de comunitarios. Y en ese equilibrio consiste el verdadero personalismo.
Llegados aquí, surge una frase de san Pablo que hubiese podido titular este artículo. En una de sus cartas recomienda: “considerad a todos como si fueran superiores”. A lo largo de mis días he luchado contra ese consejo porque me parecía demasiado exigente y casi injusto. Hasta que comprendí algo muy sencillo: intentar seguir ese consejo paulino es la única vía para que consigamos mirar a los otros no ya como superiores, pero sí como iguales a nosotros. Que es lo más coherente con nuestra verdad, y el fundamento de toda convivencia.
Ignacio de Loyola generalizó ese consejo hablando de “agere contra” (el buen vasco tendía a decir en latín las cosas más importantes, pero este latín ya se entiende: hacer lo contrario). Si te inclinas hacia la derecha y quieres ir por el centro, no busques sólo centrarte: procura escorarte hacia la izquierda porque sólo así te centrarás un poquito.
Este es en realidad el sentido de la ética: poner en su sitio nuestro desmedido amor propio.

No se trata sólo de “ilustrar” el amor propio como decía ingenuamente F. Savater. Si sólo pretendemos ilustrarlo, el amor propio engañará a nuestra razón. El pecado original (como quiera que se explique) no se refiere a mitologías agustinianas de un pecado transmitido por la generación sexual, como si fuese el virus del sida, sino a ese egoísmo potenciado que nos constituye. Tan profundamente nuestro que nunca lograremos equilibrarlo del todo. Por eso cuentan que todo un santo de lo más amable como Francisco de Sales solía decir que nuestro desmedido amor propio muere “un cuarto de hora después” de haber muerto nosotros.
El libro bíblico del Génesis explica esa incoherencia que nos constituye, reconociendo que el hombre tiene una dimensión o chispa divina, pero confunde esa divinidad con la voluntad de poder, cuando en realidad lo divino es voluntad de amar. Este engaño original nos constituye a todos.
Por ahí iban las incoherencias de mi título. No era un ataque a nadie sino una forma de autorretrato que ayuda a entender el consejo bíblico. Para acabarlo de arreglar, nadie piense que todo se arreglará con un empeño voluntarista de coherencia. Porque, en una linaje tan contradictorio como el humano, hay gentes a las que unas dosis moderadas de incoherencia, les irían de perlas y las volverían mucho más humanas. Ya dice el refrán que la excepción confirma la regla. La pena es que quienes más suelen aplicarse ese refrán son precisamente los que menos deberían aplicárselo; y viceversa.

domingo, 30 de marzo de 2014

lena seca

Recojo ramas caídas en el corazón del bosque antes de que se acerquen las copiosas lluvias anunciadas. Lo de apretar un botón y empezar a sentir calor es sólo cosa de nuestros días. Llevamos una vida tan sedentaria que después nos quejamos de los achaques. Ayer teníamos que ir a los bosques, sumergirnos en sus mágicos corredores y acarrear el hatillo de leña para calentar el hogar, para cocinar nuestra cena.
Lo acabamos de ver en la India. Al atardecer los caminos se inundaban de mujeres, cada una con su "sari" más colorido y bello, su movimiento más elegante, digno y grácil; cada una con su pesado hatillo de leña en la cabeza. Allí, cena caliente es igual a largo sendero en pos de ramas caídas. Ahora a miles de kilómetros de distancia, trato de tomar ejemplo. Recojo leña y agradezco a cada árbol el regalo que me proporciona para calentar mi hogar. Agradezco también la generosidad de la Madre que me ofrenda astillas de todas las formas y tamaños para poder encender mi fuego.
Hasta lo más cotidiano acoge su misterio profundo. Sólo resta que lo descubramos. Hasta ese aparente capricho de las mil y una formas y grosores de la madera tiene una finalidad, tiene el objetivo bien práctico de que el humano sobreviva al invierno. Después de todo, era el árbol lo que nos permitía ver sin pavor acercarse los fríos. El árbol muere un poco cada día en sus ramas caídas para que nosotros vivamos.
Todo se ofrenda al humano, ¿pero qué devuelve el humano? El animal no puede hacer acopio de ramas, buscar y arrugar el periódico de ayer y raspar la cerilla. Los árboles dejan caer sus miembros. Con la ayuda del viento se desprenden de una parte de sí por nosotros. Todo conspira por nuestro bienestar, ¿pero qué hacemos nosotros/as por la armonía y la sustentabilidad de cuanto nos abriga y rodea?
¿Y si lo más revolucionario que uno pudiera hacer fuera recoger leña seca y asumir una vida sencilla y austera, solidaria con cuantos parten su leña a la vera de las llamas? Recogiendo leña seca en el bosque me hago solidario con un pasado de esfuerzo y desafío por la vida, con un presente de cientos de millones de mujeres, hombres y niños que cada tarde salen al paso de lo que les regala el bosque cercano.
Ahora que nos iniciamos en una nueva etapa comunitaria (http://conotrasmanos.jimdo.com/) la idea de la vida sencilla y en comunión con la Tierra late con fuerza en el interior. No podría ser de otra forma. Disfruto llenando mi cesto. Me hago uno con la Madre. Recojo las ramas caídas y al asirlas agradecido ya siento el calor que en breve han de desplegar y regalar sin medida. Bendito sacrificio para que no tiritemos de frío, para que nuestra vida se perpetúe.
¿Y si ahora lo que toca es devenir bosque soberbio, encadenarnos a ese linaje de sacrifico, emular la leña seca, dejarnos prender por lo Alto? ¿Y si ahora prima calentar al mundo, ofrendarnos cual leña seca a la humanidad que atraviesa vallas y tirita?
En mitad del encinar y sus devas y sus elementales y su compañía insustituible, mi cuerpo se inclina y mi corazón medita. ¿Cómo de dispuestas se encuentran nuestras ramas que el Misterio Creador recoge con sus Manos cuidadosas? ¿Cómo de seca estará nuestra leña, cómo de preparada a inmolarse en el fuego del fraterno e incondicional amor, que más pronto que tarde inundará la tierra entera?

Koldo Aldai

* En la imagen madre e hija con su respectivos hatillos de leña a la cabeza. Van con dos pequeños. La imagen la hemos obtenido en nuestro reciente viaje al Rajasthan rural y profundo.

SOBRE EL ABORTO, SIN CERTEZAS

gui
Yo no saldría a la calle a defender el aborto con un cartel que dijera: "Con mi cuerpo decido yo", ni gritaría muy alto: "Derecho al aborto". Yo no tengo derecho, así sin más, ni a matar una lombriz ni a arrancar una flor. También ellas son vida sagrada.
Pero tampoco comparto las severas certezas contrarias que exhiben muchos obispos.
• Mons. Ureña (Zaragoza) ha declarado que "el no nacido es una persona".
• Y Mons. Munilla (San Sebastián) acaba de sentenciar en su Carta Pastoral que lo es "desde el principio", desde la concepción, y que todo aborto es un "crimen", y que su aceptación revela un "eclipse de la razón" e incluso un "suicidio espiritual". Pone en duda la moralidad de las instituciones y movimientos vascos que trabajan por la paz (cita la "Secretaría General para la Paz y la Convivencia", el "Defensor del pueblo" y las "Conferencias por la paz"), mientras no condenen el aborto (¡ojo al dardo!).
• El recientemente nombrado cardenal Fernando Sebastián afirmó que "todas las mujeres que quieren abortar lo que buscan es quitarse del medio a sus hijos para disfrutar de la vida".
• Y el saliente portavoz de la Conferencia Episcopal, Martínez Camino, ha advertido que quienes "colaboren en la realización de un aborto tienen la excomunión ipso facto" (¿quedarán también excomulgados los parlamentarios del PP y todos sus votantes, pues contribuirán a que se aborte en determinados supuestos? No, ellos no incurrirán en excomunión, según nos explica Munilla en su Carta Pastoral).
Duras, hirientes certezas. Ahí habla una Iglesia convertida en aduana de control, en tribunal supremo de la verdad y del bien, en única intérprete autorizada de la "revelación" o de la naturaleza, incluso de las ciencias.
Afortunadamente, nos queda el evangelio. "No he venido a condenar, sino a salvar", dijo Jesús, y los obispos debieran saberlo mejor que nadie. Y debieran saber que no hay guerra ni ejecución que no haya justificado e incluso exigido la Iglesia, a pesar del "no matarás". Debieran ser más humildes, aunque solo fuera por pudor histórico.
Debieran saber también que en toda la Biblia no se dice nada sobre el aborto. Y que los grandes referentes de la tradición católica (Decreto Graciano, Santo Tomás de Aquino) no identifican al embrión con una persona humana y, aunque rechazan el aborto, nunca lo califican de asesinato.
Los obispos debieran saber que los datos científicos impiden afirmar que el cigoto de un día sea un niño (el ADN no basta para ser persona), o que el embrión de 12 días (que puede convertirse en dos, o dos en uno), o el de 3 semanas, carente todavía de actividad cerebral, o incluso el de 8 semanas, carente aún de órganos plenamente formados, posean la misma cualidad humana que un feto de cuatro meses o que un niño ya nacido. Podrá llegar a ser niño, pero aún no lo es. Como una bellota podrá convertirse en un frondoso roble, pero no es un roble.
Y no debieran ignorar los obispos que el 50% de los embriones acaban en abortos de manera "natural" en las 12 primeras semanas, pero nunca figuran en los índices de mortandad infantil.
No defiendo el aborto, sino una ley que sea aceptable para una mayoría social. Los obispos están en su derecho de enseñar lo que creen, pero no pueden exigir que el código penal considere todo aborto como crimen, ni que la ley civil obligue al heroísmo ni al máximo bien en sí, sino al máximo bien posible.
Y no deben olvidar que las restricciones legales apenas conseguirán que disminuyan los abortos, pero que solo las ricas podrán abortar con garantías para su propia salud, yéndose al extranjero.
Hay que cuidar la vida en todas sus formas y en todas sus fases. Pero no siempre sabemos claramente cómo. Hay que defender la vida en todas sus formas en el mayor grado posible, evitando el mal mayor o procurando el bien mayor posible. Pero no se puede defender la vida a base de excomuniones y de dogmas absolutos.
El aborto es casi siempre un dilema y a menudo un drama, cuando dos vidas entran en conflicto insoluble. Y es ante todo la propia mujer la que tiene el sagrado derecho y deber de decidir en conciencia. Y a la Iglesia le toca estar a su lado, sea cual fuere su decisión.

col masia

¿Origina abusos el celibato del cura? ¿Son compatibles matrimonio y ministerio? ¿Es inhumano renunciar al sexo? Preguntas retadoras piden respuestas audaces.
Arriesguémonos a plasmar en aforismos el tema vidrioso:
1) Celibato no se opone a matrimonio. Ambos contrastan con solteronías o emparejamientos insignificantes. La opción religiosa célibe será minoritaria; no por eso elitista, ni mejor que el matrimonio, no monopoliza la dedicación apostólica o el seguimiento radical de Jesús.
2) Sexualidad es más que genitalidad y amor es más que sexualidad. La especie humana, al amar, se diferencia por elegir en la encrucijada: ayudarse a crecer personalmente, o destruirse mutuamente.
3) Necesitamos redescubrir la ternura, más allá de la permisividad y el moralismo. Un beso amoroso puede fundir a dos personas más íntimamente que un coito sin ternura. La psicología social critica la obsesión "an-orgasmo-fóbica", es decir, el miedo a no alcanzar el orgasmo utópico prometido por la literatura excitante.
4) El acoso sexual del clero es abuso de poder e injusticia, no mero incumplimiento de voto o lastre de formación de invernadero: crisis de pubertad reprimidas explotan con retraso en forma de abusos y desviaciones en la integración sexual, Reconocidas sin ocultamiento, habrá que cortarlas y repararlas.
5) En vez de ética sexual prohibitiva, una ética constructiva de las relaciones, centrada en el respeto y ayuda al crecimiento mutuo, valdrá para parejas heterosexuales u homosexuales; para relaciones interpersonales en comunidades célibes; o para relaciones de amistad entre personas con diversas opciones de vida.
6) Compatible la vida en pareja con el ministerio, podría conferirse la ordenación a personas casadas, solteras o viudas de ambos sexos, con aptitud para animar, servir y unir a las comunidades. Tampoco sería obstáculo la orientación sexual para el celibato opcional. Homosexual, heterosexual o asexual, lo decisivo es la aptitud de la persona.
7) Varios desenlaces son posibles, si incide un enamoramiento en la opción celibataria:
a) cambio de rumbo en la vida;
b) represión, pero con siembra de expectativas dañosas;
c) funambulismo por la cuerda floja de la doble vida ;
d) a la defensiva, la persona se incapacita para amar y, por tanto, para el ministerio;
e) re-elegir la opción, con gratitud y dolor, asumiendo los límites y proseguir el aprendizaje de amar más y mejor. El celibato opcional no niega el amor, pero conlleva tres renuncias: a la exclusividad de una relación íntima; al ejercicio de la sexualidad; y a la procreación y formación de una familia. No es fácil, sin represiones ni ambigüedades, integrarlas con el aprendizaje del amor. Vivir sin relación sexual puede tener sentido, pero vivir sin amar deshumaniza.

Cuando llegue la Gran Tribulación,

 la Tierra tendrá al fin su merecido descanso

Leonardo Boff

            Me parecen muy oportunas las reflexiones de este autor, que trabaja la ecología con pequeños productores rurales junto al río Surui, en la Baixada Fluminense. Este es su texto:

            «Nadie sabe con seguridad el día ni la hora. Y es que, casi sin darnos cuenta, estamos ya en medio de ella. Pero que está viniendo, lo está, cada vez con más intensidad y nitidez. Cuando suceda el gran vuelco, todo va a parecer como si fuese por sorpresa.

            Aunque haya datos seguros que apuntan a la inevitabilidad de los cambios globales debidos al clima, con consecuencias que los científicos tratan de adivinar, pero que seguramente serán para peor, los intereses económicos de las grandes naciones y la falta de visión de sus dirigentes no les permiten tomar las medidas necesarias para mitigar los efectos y adaptar su modo de vida al estado febril de la Tierra.

            Podemos imaginar un escenario plausible en el que los huracanes barrerán regiones enteras. Olas gigantescas se tragarán ciudades y civilizaciones, yendo a morir a los pies de las montañas. Sequías prolongadas harán que se cambien todas las riquezas por un simple vaso de agua sucia. El calor y el frio extremos harán que recordemos con nostalgia las historias de las abuelas que hablaban de la brisa de la tarde y del cálido fuego del hogar en el invierno, siempre previsible, y de los frutos madurados al calor de un sol de verano benéfico. Se comerá solo para sobrevivir, siempre poco y de dudoso gusto.

            Pero todo esto no será lo peor. La madre, enflaquecida, no conseguirá enterrar a la hija, y el nieto matará al abuelo por un cacho de pan. El perro y el gato, amigos del hombre, serán buscados por todas partes como última posibilidad de saciar el hambre. Lo vivos envidiarán a los muertos y no habrá quien llore la muerte de los niños. El hambre llegará a tal punto que, como en la Jerusalén sitiada, los hambrientos aguardarán la próxima víctima de la muerte para disputarle la carne flácida.

            “El país será devastado y las ciudades se convertirán en escombros. Durante el tiempo que quede devastada, la Tierra descansará por los sábados que no descansó cuando habitabais en ella” (Lev 26,33-35).

            ¿Pero será el fin de toda la biosfera? No. Por causa de los justos y sensatos, Dios abreviará esos días y no destruirá toda la vida sobre la Tierra, manteniendo la promesa que hiciera a nuestro padre Noé. Pero es necesario que el ser humano pase por esa tribulación para que despierte de su egocentrismo y reconozca en definitiva que él es parte de la comunidad de la vida y su principal guardián.

            ¿Qué hacer para prepararnos para esos tiempos? Primeramente, reconocer que ya vivimos en ellos. Hoy ya no se sabe cuando vendrá la primavera o el otoño. Ya no contamos con los meses de frío y de calor. Ya no sabemos cuándo habrá lluvia o hará sol.

            Después, es importante quedarse en silencio, vigilando y observando las señales que indican la aceleración de los procesos de cambio. Y sobre todo es imprescindible convertirse, cambiar de hábitos de vida, un cambio personal, profundo y definitivo. Solo entonces estaríamos en condiciones morales de pedir a otros que hicieran lo mismo. Pero, como en tiempo de los profetas, pocos oirán, algunos escarnecerán y la mayoría se mantendrá indiferente permitiéndose toda suerte de libertades como en los tiempos de Noé.

            Deberíamos también volver a las raíces, volver a empezar, como tantas veces lo hizo la humanidad arrepentida, reconociendo que somos apenas criaturas y no Creador, que somos compañeros y no señores de la naturaleza; que para ser felices es indispensable someternos a las grandes leyes de la vida y oír con atención la voz de nuestra conciencia. Si obedecemos a esas leyes mayores, recogeremos los frutos de la Tierra y la alegría del alma. Si las desobedecemos, heredaremos una civilización como esta en la que estamos viviendo, llena de avidez, guerras y tristezas.

            Para los tiempos de carestía que vendrán es fundamental recuperar las artes y técnicas ancestrales de plantar, recoger, comer; cuidar de los animales y servirse de ellos con respeto; hacer utensilios y herramientas con arte y tecnología local; seleccionar y plantar las hierbas que curan y los granos que nutren; recoger para tejer; preservar las fuentes de agua, encontrar los lugares apropiados para cavar los pozos y aprender a guardar las aguas de lluvia. Es entrar en la facultad de la economía de la escasez, de la sobriedad compartida y de la belleza despojada. De ese saber recuperado y enriquecido surgiría la civilización del contentamiento, una biocivilización, la Tierra de la buena esperanza.

            Después de esa larga temporada de lágrimas y esperanzas, superaremos esa estúpida guerra de religiones, esa intolerable disputa de dioses. Más allá de los profetas y tradiciones, más allá de las morales y liturgias, quien sabe, volveremos a adorar bajo múltiples nombres y formas al único Creador de todas las cosas y Padre-Madre de todos los vivientes en el gran Espíritu que une e inspira todo, entrelazados amorosamente en una única fraternidad universal. Y podremos en fin organizar verdaderamente la unión de todos los pueblos del mundo y un auténtico parlamento de todas las religiones».

            Waldemar Boff se graduó en filosofía y sociología en Estados Unidos, anima el SEOP (Servicio de Educación y Organización Popular) en la Baixada Fluminense.        



sábado, 29 de marzo de 2014




















“El domingo pasado bautizamos a nuestra cuarta nieta. El sacerdote le dijo que desde aquel momento ella era "sacerdote", "profeta" y "reina". ¿Qué significado tiene esto? Como mujer, y de momento, nada de sacerdocio femenino. De reina, lo mismo, pues no es de sangre azul. Sólo le queda la oportunidad de ser profeta, pero no de imitación, pues ella, como cada uno de nosotros, somos irrepetibles”. Este era el comentario que un amable lector dejaba en un reciente post de este humilde blog. Dado que la cuaresma es un tiempo “catecumenal”, en el que los cristianos nos preparamos para renovar las promesas bautismales, me parece oportuno decir una palabra sobre uno de los momentos del rito bautismal.

El aceite, junto con el agua y la luz, es uno de los tres símbolos del bautismo. El ministro, después de ungir con oleo al recién bautizado, le proclama “sacerdote, profeta y rey”. ¿Qué puede significar esto? El sacerdocio que recibimos con el bautismo no es el ministerial, sino uno previo y más importante: el sacerdocio que nos hace partícipes del único sacerdocio de Cristo. Todo cristiano es sacerdote, o sea, está llamado a hacer de su vida una continúa alabanza al Padre. Sacerdote es el que bendice (el cristiano siempre habla bien de Dios y de los hermanos), el que alaba al Señor, el que ora e intercede por los demás. El cristiano es además profeta, o sea, alguien llamado a proclamar las maravillas de Dios, a dar testimonio público de Jesucristo, a ser promotor de paz y de verdad, a denunciar la injusticia y la mentira, a oponerse a todo lo que daña a sus hermanos. Porque el profeta no es el que adivina el futuro, sino el que lee los acontecimientos a la luz del Evangelio, y así tiene las claves para interpretar la historia presente y la futura. Y el cristiano es rey: los reyes no están sometidos a nadie, son libres. Se ha arrancado de la vida del cristiano la raíz de toda esclavitud, que es el pecado, y así es libre para hacer el bien. La libertad se realiza sólo en el bien. El mal no nos hace libres, sino esclavos.

Probablemente, estos títulos del cristiano no sean fácilmente comprendidos y necesiten ser explicados. Para eso están las catequesis pre-bautismales. Tampoco estaría mal que se encontrasen otras formulaciones equivalentes que, al menos de cara a los no cristianos, pudieran resultar más significativas. ¿Sería mucho atrevimiento traducir así los títulos cristianos de sacerdote, profeta y rey: el cristiano es una persona llamada a vivir de modo semejante a como vivió Cristo, haciendo de su vida una completa obediencia a la voluntad del Padre; a pensar con la mentalidad de Cristo, buscando siempre el bien, la verdad y la justicia; y libre de todo aquello que le impide amar con un corazón como el de Cristo.

Se ahogó la gacela

Isabel Gómez Acebo



Se acaba de publicar en Italia un libro de Giuseppe Catozzella, Non dimi che hai paura, (No digas que tienes miedo), que narra la biografía de Samia, una muchacha somalí nacida para correr, que vive en una parte del país ocupada por los integristas musulmanes y donde las mujeres tienen que ir totalmente cubiertas.
En la familia de Samia, su padre que también es un fervoroso musulmán no piensa de esta manera y constantemente le dice a su hija. “Verás un día en el que las mujeres abandonarán la esclavitud actual y tú serás la guía de muchas compañeras camino de su liberación”. Su forma de pensar tampoco es contraria a que su hija corra pues comprende que tiene una disposición innata. Samia corre por las calles, corre en estadios vacíos para que nadie se escandalice, pasa miedo porque lo hace sola y sin preparadores físicos. A veces un compañero de juegos la acompaña y se queda mudo ante su velocidad: ¿no serás un varón disfrazado Samia? pregunta imposibilitado para creer que una mujer pueda tener esas cualidades.
A los 17 años consigue ir a la olimpiada de Pekín donde queda la última pero se ha convertido en noticia de todas las TV y diarios del mundo. Ha corrido con una camiseta vieja, unos pantalones por debajo de la rodilla, un velo blanco y unos indescifrables zapatos. Un atuendo muy distinto a las de todas las atletas que corrieron a su lado con las mejores marcas deportivas.
Mientras tanto la guerra de Somalia diezma a su familia pues su padre herido acaba muriendo y su adorada hermana, Hodan, decide huir a Europa en manos de los traficantes de seres humanos y desde Finlandia, la llama gracias a internet. En su país no es bien vista, los clérigos musulmanes no consideran que correr sea una actividad femenina. Por otro lado, recibe cartas de feministas, de musulmanas y de atletas del mundo entero, ofreciendo su ayuda.
Al final decide marchar para reunirse con Hodan, un viaje que supone atravesar el desierto africano en autobús o en jeep y cruzar infinitos pueblos y aldeas de la mano de los diferentes traficantes que exigen dinero en cada esquina. La meta es llegar a la costa africana donde encontrar una mísera embarcación con la que cruzar el Mediterráneo. Son muchos meses de sacrificios que se soportan con la esperanza de un tiempo mejor. Pero Samia no tuvo suerte, su barco naufragó en 2012 a pocas millas de Sicilia y encontró la muerte en ese mar con el que tanto había soñado.
Reconozco que cuando pongo un nombre y una historia detrás de cada inmigrante que intenta cruzar la valla de Ceuta o Melilla, su situación se me hace más sangrante. Veo el rostro de Samia en todos ellos, veo una luz de esperanza en sus ojos que una simple valla cercena

viernes, 28 de marzo de 2014

Rouco Varela
Agencias

Permite a los sacerdotes absolver este pecado

Rouco levanta la pena de excomunión a las mujeres que aborten

Madrid acoge la Feria DALAVIDA



 DALAVIDA se celebrará los días 29 y 30 de marzo en el Pabellón Multiusos I de la Casa de Campo (antiguo Madrid Arena)
Manifestantes contra la reforma de Gallardón piden aborto libre/>

Manifestantes contra la reforma de Gallardón piden aborto libre

  • Manifestantes contra la reforma de Gallardón piden aborto libre
(RD/Archimadrid).- 
Los delegados de Familia de las tres diócesis de la Provincia Eclesiástica de Madrid, Fernando Simón (Madrid), Álvaro Ojeda (Getafe) y César Alzola (Alcalá de Henares), han presentado lajornada DALAVIDA, un festival por la vida y la familia convocado en el marco de la Semana de la Vida.
Jornada que tiene como objetivo "corresponder a un don de Dios, un don que nos precede y que nos llena de una profunda alegría", como ha recordado el delegado de Familia de Madrid, Fernando Simón, que ha subrayado la importancia del matrimonio en esa respuesta al amor de Dios que es dar la vida. "¿Cómo puedo dar mi vida? Siendo esposo, siendo esposa, siendo padre y siendo madre. Son los dos puntales donde se juega la vocación del hombre; donde la vida se realiza en plenitud".
En este sentido, el delegado de Madrid ha recordado las palabras del Papa Francisco - "si se descarta a los niños y a los ancianos, nuestra sociedad no tiene ni memoria ni futuro"- y ha subrayado que la Iglesia quiere ayudar en esa importantísima vocación de ser esposos y padres: "No están solos. No hay ningún matrimonio que esté solo, y no hay ninguna madre embarazada que esté sola en esos momentos más decisivos". Acompañar primero con la presencia del Señor, de la Virgen, y después con los recursos de la Iglesia que estarán presentes en la Feria de la Vida integrada dentro de DALAVIDA.
Esa labor de acompañamiento, para Simón, se enmarca en "un fondo de misericordia". "El Papa nos anima a mostrar la ternura de Dios. Por eso habrá confesores para mostrar la misericordia de Dios en todas las heridas producidas por cualquier pecado referente a la vida, de un modo especial el pecado del aborto. Nuestro Cardenal ha tenido un gesto de misericordia bellísimo, con un decreto que da facultades a todos los confesores para absolver el pecado y además para levantar cualquier pena canónica anexa a pecados como el del aborto". "Se trata de dar un inmenso abrazo a cualquier persona herida, y por eso también se hace un llamamiento a cualquier persona que arrastre heridas por estos pecados para que acuda a recibir la ternura de Dios y la misericordia".
En este sentido, el delegado de Familia de la diócesis de Alcalá de Henares, César Alzola, se ha referido a la labor de las diócesis madrileñas que, con proyectos como Raquel, tienen como objetivo ayudar a la sanación de las heridas del aborto. Además, el proyecto Ángel ayuda a las mujeres con embarazos inesperados - "no podemos hablar de embarazos no deseados, sino de inesperados. Son las circunstancias sociales las que hacen que una mujer acabe viendo un embarazo como algo no deseado"- y realiza una labor de acompañamiento a las mujeres durante esa etapa tan importante de la vida.
También recordando ese halo misericordioso, el delegado de Alcalá ha señalado que en la Iglesia no están los que no cometen errores o no pecan nunca, sino que en la Iglesia "el creyente tiene que agacharse con humildad ante Dios que se ha hecho carne y nos acompaña a través de su humanidad concreta".
Por su parte, el delegado de Familia de la diócesis de Getafe, Álvaro Ojeda, ha evocado las palabras del Papa Francisco refiriéndose a la Iglesia como un "hospital de campaña" que acompaña con consuelo y alegría. Por eso, ha dicho que las jornadas DALAVIDA son una fiesta y un acto lleno de esperanza que, confía Ojeda, tenga un efecto preventivo sobre los males que acechan hoy a las familias y a la vida: "El ambiente de bien trae mucho bien".
Tras la intervención de los delegados de Familia de las diócesis madrileñas, el director de cine Tim Watkins, director de la cinta sobre la Virgen de Guadalupe `La sangre y la rosa` que se proyectará durante las jornadas, se ha referido a su propia experiencia del amor de Dios. Un amor que ha descubierto, en su caso, a través de los ojos de su hijo Brian, diagnosticado con autismo. "A través de sus ojos, dijo, he aprendido a servir a los demás y a abandonar esa vida de servirme a mí mismo en la que estaba instalado antes".
Integrado en la Semana de la Vida y convocado conjuntamente por las Delegaciones de Familia y Defensa de la Vida de las tres diócesis de la Provincia Eclesiástica de Madrid (Madrid, Getafe y Alcalá de Henares) DALAVIDA se celebrará los días 29 y 30 de marzo en el Pabellón Multiusos I de la Casa de Campo (antiguo Madrid Arena).
DALAVIDA ofrece un amplio programa que comprende conciertos y performances dirigidas especialmente a los jóvenes; un Congreso Pastoral o la proyección de la película La Sangre y la Rosa, dedicada a la Virgen de Guadalupe, patrona de la vida.
Programa
Sábado 29 de marzo
16:00 REGISTRO DE ASISTENTES
16:30 INAUGURACIÓN FERIA DE LA VIDA
30 Stands con presencia de instituciones diocesanas, movimientos y otras realidades de la Iglesia

17:30 PRESENTACIÓN JORNADA DE LA VIDA
- Intervención del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan Antonio Reig Plá, Obispo de Alcalá de Henares
- Testimonio de Tim Watkins. Director de la película-documental "La sangre y la rosa".

18:00 PROYECCIÓN PELÍCULA "LA SANGRE Y LA ROSA"
20:00 FESTIVAL DALAVIDA
- Testimonios: Matrimonio, Religiosa, Sacerdote y Joven
- El Genio Femenino (Performance sobre la Cultura de la Vida y el papel de la mujer frente a la Ideología de Género)
- Concierto: con la participación de Edwin Fawcett, estrella del "Catholic Underground; Agua Viva; Taxman; y Black Soul.

22:30 VIGILIA
- Santo Rosario, dirigido por Monseñor Reig Plá.
- Consagración a la Virgen.
- Adoración Eucarística, conducida por el Padre Jesús Higueras y acompañada por la agrupación musical de Santa María de Caná.

24:00 ADORACIÓN NOCTURNA
Turnos de Adoración de una hora, toda la noche, a cargo de distintos grupos, parroquias y movimientos.

Domingo, 30 de marzo
10:00 CONGRESO PASTORAL: "Concebir una nueva sociedad para la vida"
- Introducción a cargo del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan Antonio Reig Plá, Obispo de Alcalá de Henares
- Ponentes:
• María Lacalle, directora del Centro de Estudios de la Familia en Universidad Francisco de Vitoria
• Elio Gallego, profesor de Teoría y Filosofía del Derecho de la Universidad CEU San Pablo
• Óscar Vara, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales. Universidad Autónoma de Madrid

ACTIVIDADES INFANTILES CATEQUÉTICAS en paralelo al congreso pastoral.
12:00 ANGELUS
12:20 TESTIMONIOS POR LA VIDA
• Tim Watkins
• Cinco testimonios aportados por la Asociación Spei Mater

13:00 EUCARISTÍA Y ENVÍO
- Emmo. y Rvdmo Sr. D. Antonio María Rouco Varela, Arzobispo de Madrid
- Excmo. y Rvdmo Sr. D. Juan Antonio Reig Plá, Obispo de Alcalá de Henares
- Excmo. y Rvdmo Sr. D. Joaquín López de Andújar, Obispo de Getafe
- Ceremonia concelebrada por más de 60 sacerdotes.

14:30 PROYECCIÓN DE LA PELÍCULA "LA SANGRE Y LA ROSA"