Por Eduardo Galeano
Hace poquitos días,
hablando del gordo soriano y del
negro fontanarrosa,
dije, o más bien comprobé:
A veces, la muerte miente.
Y ahora, lo repito:
miente la muerte cuando dice que juan
gelman ya no está.
El sigue vivo en todos los que lo quisimos,
en todos los
que lo leímos,
en todos los que en su voz
hemos escuchado nuestros más
profundos adentros.
Nunca encontraremos palabras que expresen nuestra
gratitud
al hombre que fue muchos,
al que fue nosotros y nosotros seguirá
siendo
en las palabras que nos dejó.
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