miércoles, 15 de enero de 2014


Por Eduardo Galeano

Hace poquitos días, 
hablando del gordo soriano y del negro fontanarrosa, 
dije, o más bien comprobé:

–A veces, la muerte miente.


Y ahora, lo repito: 
miente la muerte cuando dice que juan gelman ya no está.

El sigue vivo en todos los que lo quisimos, 
en todos los que lo leímos, 
en todos los que en su voz 
hemos escuchado nuestros más profundos adentros.


Nunca encontraremos palabras que expresen nuestra gratitud 
al hombre que fue muchos, 
al que fue nosotros y nosotros seguirá siendo 
en las palabras que nos dejó.






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