CARTA A LOS REYES MAGOS
FERNANDO
ALMANSA
Queridos Reyes Magos,
como todos los años he tratado de ser bueno, aunque no sé si lo he conseguido.
En todo caso os pido que me traigáis muchas cosas, porque vosotros sí sois
buenos.
En
primer lugar os pido que ya dejéis de ser Reyes, porque sobran reyes y
príncipes vagos y moralistas en el mundo. Sobran casas Reales que no son
reales. Monarcas que representan un esquema absolutista, machista y patriarcal
de sociedades inmaduras y obsoletas. Reyes cazadores y militares, con armas a
cuestas todo el día.
Queridos
magos, os pido que abdiquéis de vuestra condición real, que en todo caso algún
día alguien os atribuyó malintencionadamente, pues nada de real os atribuyen
los evangelios.
Queridos
magos de oriente, también os pido que renunciéis a vuestra magia fantástica
para quedaros en simple hombres; hombres humildes que fueron a adorar a un niño
pobre de un suburbio, de una cueva. Hombres inteligentes y sabios, que supieron
ver más allá del resplandor de las estrellas, para interpretar un mensaje de
radical revolución y cambo social. Así que con vuestro permiso os llamaré
simplemente hermanos Gaspar Melchor y Baltasar, ni reyes, ni magos.
Queridos
Hermanos Gaspar, Melchor y Baltasar, os pido que sigáis dando prioridad a lo
más pequeño: a los niños, que son lo más grande de nuestra sociedad. A los
pobres, que son el exponente máximo de nuestra miseria social y de nuestro
deber moral de construir una sociedad mejor a partir de la lucha diaria por la
justicia social.
Queridos
hermanos, dejadme que os llame también hermanas, no es que crea que no tenéis
el sexo bien definido, es que estoy seguro de que en el portal de Belén además
de vosotros y los pastores, hubo una multitud enorme de mujeres que asistieron
al parto, cuidaron del niño y de María, y probablemente dejaron fuera de
la cueva a José. Mi querido José siempre tan silenciado, tan observador, y
humilde. Todas estas mujeres que no salen en las primeras escenas del Belén,
pero saldrán en los momentos de la muerte en cruz de este niño y en su
posterior resurrección, seguro que estaban allí y como vosotros y con
vosotros Gaspar, Melchor y Baltasar, hubo muchas mujeres.
Queridas
hermanas, os pido también que como cantaba Isabel a María, en este nuevo año
que empieza se derribe a los poderosos, a los chorizos, a los políticos
deshonestos, a los mentirosos institucionalizados, a los obispos infieles, a
los presidentes ineptos, a los banqueros ladrones, a los injustos directivos, y
a toda la escoria que flota en lo más alto de la sociedad. Y en cambio los
humildes, los que sufren la crisis, el desalojo, los desahucios, el paro, la
guerra, el hambre, la migración forzosa, triunfen en la revolución de la
justicia que ya no puede esperar más.
Por
último hermanos y hermanas me pido, os pido que caigamos en la cuenta que no
hay reyes, ni magos, que somos todos y cada uno de nosotros los que hacemos la
magia y los que administramos la justicia, con nuestras obras de cada día.
Queridos Reyes Magos, os prometo que el año que
viene seré mejor.
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