viernes, 31 de enero de 2014

¿Cuál es el lugar de lo religioso en el mundo?

Leonardo Boff

            Por más que la sociedad se mundanice y, en cierta forma, se muestre materialista, no podemos negar que en los tiempos actuales se está dando una vuelta vigorosa de lo religioso, de lo místico y de lo esotérico. Tenemos la impresión de que existe cansancio del exceso de racionalización y funcionalización de nuestras sociedades complejas. La vuelta de lo religioso solamente revela que en el ser humano existe una búsqueda de algo mayor. Hay un lado invisible en lo visible que nos gustaría sorprender. Quién sabe si allí se encuentra un sentido secreto que sacia nuestra búsqueda incansable de algo que no sabemos identificar. En ese horizonte no confesional quizás tenga sentido hablar de lo religioso o de lo espiritual. Sufrió todo tipo de ataques pero consiguió sobrevivir. La primera modernidad lo veía como algo premoderno, un saber fantástico que debía dar lugar al saber positivo y crítico (Comte). Luego fue leído como una enfermedad: opio, alienación y falsa conciencia de quien todavía no se ha encontrado o si se ha encontrado, se ha vuelto a perder (Marx). Después, fue interpretado como la ilusión de la mente neurótica que busca pacificar el deseo de protección y hacer soportable el mundo contradictorio (Freud). Más adelante, fue interpretado como una realidad que por el proceso de racionalización y de desencanto del mundo tiende a desaparecer (Weber). Por fin, algunos lo tenían como algo sin sentido, pues sus discursos no tienen objeto verificable ni falsificable (Popper y Carnap).
            Estimo que el gran equívoco de estas distintas interpretaciones reside en el hecho de situar lo religioso en un lugar equivocado: dentro de la razón. Las razones comienzan con la razón. La razón en sí misma no es un hecho de razón. Es una incógnita. Ya rezaba la sabiduría de los Upanishad: «aquello por lo cual todo pensamiento piensa, no puede ser pensado». Tal vez en este «no pensado» se encuentra la cuna de lo religioso, es decir, de aquellas instancias exorcizadas por la racionalidad moderna: la fantasía, el imaginario, aquel fondo de deseo del cual irrumpen todos los sueños y las utopías que pueblan nuestra mente, entusiasman los corazones, encienden la espoleta de las grandes transformaciones de la historia. Su lugar reside en aquello que el filósofo Ernst Bloch llamaba principio esperanza.
            Es propio de estas instancias –de lo utópico, de la fantasía y del imaginario– no adecuarse al dato racional concreto. Antes bien, contestan el dato, pues sospechan que el dato es siempre hecho; tanto el dato como el hecho no son todo lo real. Lo real es aún mayor. A lo real pertenece también lo potencial, lo que todavía no es pero puede llegar a ser. Por eso, la utopía no se antagoniza con la realidad; revela la dimensión potencial e ideal de esta realidad. Ya decía el sabio E. Durkheim en la conclusión de su famosa obra Las formas elementales de la vida religiosa: «la sociedad ideal no está fuera de la sociedad real; es parte de ella». Y concluía: «solamente el ser humano tiene la facultad de concebir lo ideal y añadirlo a lo real». Yo diría, de detectarlo dentro del dato real, haciendo que este real en el cual está lo ideal, sea siempre mayor que el dato que tenemos en nuestra mano.
            Es en el interior de esta experiencia de lo potencial, de lo utópico, donde irrumpe el hecho religioso. Por eso decía Rubem Alves, quien mejor ha estudiado en Brasil el “enigma de la religión” (título de su libro): «La intención de la religión no es explicar el mundo. Ella nace justamente de la protesta contra este mundo que puede ser descrito y explicado por la ciencia. La descripción científica, al mantenerse rigurosamente dentro de los límites de la realidad instaurada, sacraliza el orden establecido de las cosas. La religión, por el contrario, es la voz de una conciencia que no puede encontrar descanso en el mundo así como es y tiene como proyecto trascenderlo».
            Por esta razón, lo religioso es la organización más ancestral y sistemática de la dimensión utópica, inherente al ser humano. Como bien decía Bloch: «donde hay religión, hay esperanza» de que no todo está perdido. Esta esperanza es un amor por aquello que todavía no es, “la convicción de realidades que no se ven” como dice la Epístola a los Hebreos (11,1), pero que son el fundamento de lo que se espera.
            Quien vio con lucidez esta singularidad de lo religioso fue el filósofo y matemático Ludwig Wittgenstein que dijo: en el ser humano no existe solo la actitud racional y científica que siempre indaga cómo son las cosas y para todo busca una respuesta. Existe también la capacidad de extasiarse: «extasiarse no puede expresarse por una pregunta; por eso tampoco existe ninguna respuesta». Existe lo místico: «lo místico no reside en cómo es el mundo, sino en el hecho de que exista». La limitación de la razón y del espíritu científico reside en el hecho de que ellos no tienen nada sobre lo cual callar.
            Lo religioso y lo místico terminan siempre en el noble silencio, pues no existe en ningún diccionario la palabra que lo pueda definir.
            Hasta aquí hemos hablado de lo religioso en su naturaleza sana. Pero puede enfermar y ahí nace la enfermedad del fundamentalismo, del dogmatismo y de la exclusividad de la verdad. Como toda enfermedad remite a la salud, lo religioso debe ser analizado a partir de su salud y no de su enfermedad. Entonces lo religioso sano nos hace más sensibles y humanos. Su retorno sano es urgente hoy, pues nos ayuda a amar lo invisible y a hacer real aquello que todavía no es, pero puede ser.            

El Papa, con Doctrina de la Fe

Francisco recibe a Müller y marca el rumbo a Doctrina de la Fe

El Papa pide a la Congregación de la ortodoxia que se rija por "la praxis de la colegialidad y del diálogo"

 Existe la tentación de entender la doctrina en sentido ideológico o de reducirla a un conjunto de teorías abstractas y cristalizadas
Cardenales de la PLenaria de la Fe, en primer plano Cañizares/>

Cardenales de la PLenaria de la Fe, en primer plano Cañizares

  • Cardenales de la PLenaria de la Fe, en primer plano Cañizares
  • Bertone, Ouellet y, al fondo, Ladaria
"Promover y tutelar la doctrina sobre la fe y las costumbres en todo el orbe católico", es la tarea que la Constitución apostólica "Pastor bonus" de Juan Pablo II , asigna a la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyos miembros han sido recibidos esta mañana -al final de su sesión plenaria- por elPapa Francisco.
El Santo Padre ha subrayado que desde los primeros tiempos de la Iglesia "existe la tentación de entender la doctrina en sentido ideológico o de reducirla a un conjunto de teorías abstractas y cristalizadas" cuando en realidad "la doctrina tiene como único objetivo servir a la vida del Pueblo de Dios y asegurar a la fe un fundamento cierto" porque "efectivamente, es grande la tentación de apropiarnos de los dones de la salvación que procede de Dios para domesticarlos -incluso con buena intención- a los puntos de vista y al espíritu del mundo".
El trabajo de la Congregación para la Doctrina de la Fe debe "tener también siempre presentes las exigencias de diálogo constructivo, respetuoso y paciente con los autores. Si la verdad exige fidelidad, ésta crece siempre en la caridad y la ayuda fraternal para aquellos que están llamados a madurar o esclarecer sus convicciones."
El Papa ha observado igualmente que el método de trabajo de la congregación se distingue "por la praxis de la colegialidad y del diálogo. La Iglesia es, efectivamente, el lugar de la comunión y, en todos los niveles, cada uno de nosotros está llamado a cultivar y promover la comunión, cada uno con la responsabilidad que el Señor le ha asignado".
Después se ha referido a la sesión plenaria que ha estado dedicada a la relación entre fe y matrimonio "Se trata -ha dicho- de una reflexión de gran relieve que se coloca en la línea de la invitación formulada por Benedicto XVI sobre la necesidad de interrogarse más a fondo acerca de la relación entre fe personal y celebración del sacramento del matrimonio, sobre todo, en un contexto cultural que ha cambiado".
"En esta ocasión -ha finalizado- quiero agradeceros también vuestro esfuerzo por tratar las delicadas problemáticas sobre los llamados delitos más graves, en particular loscasos de abuso sexual de menores por parte de clérigos. Pensad en el bien de los niños y de los jóvenes que en la comunidad cristiana deben estar siempre protegidos y sostenidos en su crecimiento humano y espiritual. En ese sentido se estudia la posibilidad de incorporar a vuestro dicasterio la Comisión específica para la protección de los niños que he instituido y que quisiera fuera ejemplar para todos los que quieren promover el bien de los niños".
A LOS OBISPOS DE AUSTRIA: EL COMPROMISO DE CRISTIANOS NO ES FILANTROPIA
El Papa Francisco recibió ayer a los prelados de la Conferencia Episcopal de Austria al final de su visita "ad Limina" y entregó,a los obispos el texto del discurso a ellos destinado. En el texto, el Santo Padre habla de la simpatía de la Iglesia austriaca por el Sucesor de Pedro que se manifestó concretamente durante la visita del Papa Benedicto XVI al santuario de Mariazell en 2007, a pesar de que los años siguientes representaron una fase difícil para la Iglesia en ese país que se reflejó entre otras cosas en el descenso del número de católicos. Pero esa tendencia, escribe, "no puede encontrarnos inertes, sino alentar nuestros esfuerzos para la nueva evangelización, siempre necesaria".
Francisco afirma que ser Iglesia "no significa gestionar, sino salir, para ser misioneros, para llevar a la gente la luz de la fe y la alegría del Evangelio. No nos olvidemos de que el impulso de nuestro compromiso de cristianos en el mundo no es la idea de la filantropía o de un humanismo vago , sino un don de Dios, que es el de la filiación divina que recibimos en el Bautismo . Y este don es a la vez una tarea. Los hijos de Dios no se esconden, aportan ,más bien, al mundo la alegría de su filiación divina .
"La Iglesia -prosigue citando el Concilio Vaticano II- comprende en su propio seno a pecadores", es decir, la santa Iglesia siempre tiene necesidad de purificación. Y eso significa que siempre debemos estar comprometidos con nuestra purificación, en el Sacramento de la Reconciliación.... Como pastores de la Iglesia queremos ayudar a los fieles, con ternura y comprensión, a redescubrir este admirable sacramento y experimentar en este don el amor del Buen Pastor. Os pido, por lo tanto , que no os canséis de invitar a los hombres al encuentro con Cristo en el Sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación".
"Un área importante en nuestro trabajo de pastores -señala- es la familia, que se encuentra en el corazón de la Iglesia evangelizadora... La base sobre la cual se puede construir una vida familiar armoniosa es, sobre todo, la fidelidad matrimonial. Por desgracia , en nuestro tiempo vemos que la familia y el matrimonio en los países del mundo occidental, sufren una profunda crisis interna... La globalización y el individualismo postmoderno promueven un estilo de vida que hace que sea mucho más difícil el desarrollo y la estabilidad de los lazos entre las personas y no es favorable a la promoción de una cultura de la familia. Aquí se abre un nuevo campo misionero de la Iglesia , por ejemplo , en grupos de familias donde se crea espacio para las relaciones interpersonales y con Dios, en el que pueda crecer una auténtica comunidad que acoge a todos por igual y no se encierra en e grupos de élite. ..La preocupación de la Iglesia por la familia comienza con una buena preparación y un acompañamiento adecuado de los esposos así como con la exposición fiel y clara de la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia. El matrimonio como sacramento es un don de Dios y, al mismo tiempo. un compromiso".
De la familia, el Papa pasa a la parroquia, al "gran campo que el Señor nos ha confiado para que sea fructífero con el trabajo pastoral. Los sacerdotes y párrocos deben ser cada vez más conscientes de que su tarea de gobernar es un servicio profundamente espiritual. El párroco dirige siempre la comunidad parroquial , contando con la ayuda y al mismo tiempo con la valiosa contribución de los distintos compañeros de trabajo y todos los fieles laicos... Hay muchas personas que están en búsqueda, aunque no lo admitan. Todo el mundo está llamado; cada uno es enviado. Y no está dicho que el lugar de la llamada sea solo el centro parroquial... la llamada de Dios puede llegar en cualquier lugar de la vida cotidiana".
"Hablar de Dios -finaliza- llevar a los hombres el mensaje de amor de Dios y de la salvación en Jesucristo, para todos los hombres, es el deber de todo bautizado. Y esa tarea abarca no solo el hablar con palabras, sino todo el actuar y el hacer.... Precisamente en nuestro tiempo, cuando parece que nos convertimos en " pequeño rebaño" estamos llamados como discípulos del Señor , a vivir como una comunidad que es la sal de la tierra y la luz del mundo".

jueves, 30 de enero de 2014

LIBANIO, JOAO BAUTISTA (1932-2014).

Xabier Pikaza
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Hoy, 30 del I del 2014, ha muerto J.B. Libanio, como ha publicado. No he tenido la suerte de tratarle, aunque alguna vez nos habíamos visto, pero ha sido para mí una de las referencias fundamentales, en experiencia pastoral y teología.

Ha sido uno de los grandes teólogos brasileños, de la Compañía de Jesús.
Estudió en la Universidad católica de Rio de Janeiro y en la facultad teológica de Sankt Georgen, en Frankfurt, donde pudo conocer de primera mano la tradición teológica europea y compartir la experiencia teológica y pastoral de cientos de jesuitas de todo el mundo.
Completó sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma, donde fue por muchos años Director de Estudios del Pontifício Colégio Pio Brasileiro, en tiempos del Vaticano II, lo que le permitió conocer los impulsos e ideales de la Iglesia Católica en un momento fundamental de su desarrollo.
Volvió después a Brasil, donde ha sido profesor y director de estudios en varias universidades. En la actualidad el profesor emérito en la Facultad de Filosofia y Teologia de la Universidad Jesuítica de Belo Horizonte y sigue trabajando en la pastoral parroquial y de grupos.
Pero más que en la Universidad, su trabajo se ha centrado en la creación y dirección de numerosos grupos bíblicos, en la creación de comunidades de base y, sobre todo, en la creación de una teología bíblica y pastoral dirigida a todos los segmentos de la población, desde los más pobres.
Ha escrito diversos libros sobre teología fundamental, en la línea del diálogo social, al servicio de la educación de los cristianos. Entre los traducidos al castellano, el más significativo es quizá El arte de formarse (Salamanca 2003), que ofrece una visión pedagógica del proceso de liberación. En esa línea se sitúan:
Saber pensar: introducción a la vida intelectual (Madrid 2007)
Teología de la liberación: guía didáctica (Sandander 1989).

Cf. también Celebrar: cómo saborear la celebración eucarística (Madrid 2007); Dios y los hombres: sus caminos (Estella 1992); Escatología cristiana (Madrid 1985, con C. Bingemer); Una fe cristiana y liberadora, entre muchas creencias (Barcelona 2004); La Iglesia desde el Vaticano II hasta el nuevo milenio (Bilbao 2004).
Desde aquí quiero rendirle mi recuerdo admirado, agradecido, con el deseo de que descanse en la paz del Señor por quien ha trabajado a lo largo de una vida fecunda.
Los niños condenados de Bouwer




Duele e indigna que la Municipalidad de Córdoba, Cormecor y hasta el propio gobernador José Manuel de la Sota designaran el terreno a expropiar para el nuevo vertedero de basura, sin tener en cuenta la gente que vive en Potrero del Estado y los 71 niños que asisten a la escuela primaria Cornelio Saavedra. Reprodujeron así la misma torpeza del equipo técnico del Instituto Superior de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional de Córdoba, ISEA, que consideró a esa zona –incluida la escuela- como "óptima" para el nuevo vertedero tras omitir que también seguían actuando allí, negativamente, el antiguo vertedero y otras fuentes de contaminación. La escuela provincial Cornelio Saavedra está junto a la Ruta 36, poco antes del cruce con el camino vecinal a Bouwer. No es invisible ni pequeña. Allí más de 70 niños con guardapolvos blancos asisten a clase y juegan en los recreos. Sus gritos de alegría se renuevan de lunes a viernes ante la mirada atenta de las maestras, quienes reciben un plus en sus sueldos por zona desfavorable (código 8460). A solo 230 metros de la escuela empiezan las fosas sin membrana del vertedero que operó la Municipalidad de Córdoba, donde se enterraron más de 12 millones de toneladas de basura hasta su cierre el 1 de abril de 2010. En un acto de absoluta irresponsabilidad ya pasaron casi tres años sin que la municipalidad capitalina remedie el predio. Los niños de la escuela están expuestos todos los días a los gases que emanan de las nueve fosas, y de la montaña de basura ubicada encima de la fosa 9. Esos gases totales contienen una fracción de Compuestos Orgánicos No Metánicos (CONM) que incluyen sustancias tóxicas y cancerígenas. Tales gases siguen escapando sin tratamiento mientras los líquidos contaminados del vertedero (lixiviados) también degradan libremente el suelo y las aguas subterráneas. 
La Municipalidad de Córdoba y Cormecor no reconocen públicamente que estudios realizados en los vertederos de muchos países confirmaron estadísticamente que el número de personas enfermas crece a medida que viven más cerca de los enterramientos sanitarios. 
Los funcionarios también callan que en Bouwer la mortalidad infantil duplica la media provincial, y que la mortalidad perinatal es 2,5 veces más alta que el promedio de la provincia (2000-2012). Su silencio va sin embargo más allá. En un radio de 50 kilómetros alrededor del centro de la ciudad de Córdoba existen 3 localidades, Bouwer, Malvinas Argentinas y Estación Juárez Celman, que tienen los peores indicadores socioeconómicos y el peor acceso a los sistemas de salud. La Municipalidad de Córdoba recién recordó que debía hacer remediación cuando le sobró tierra en el actual vertedero de Piedra Blanca y necesito deshacerse de ella, llevándola a Bouwer. Pero esto no es remediación. La remediación "en serio" requiere estudio de impacto ambiental y audiencia pública previos. Nada de esto se hizo. 
También existen cerca de la escuela los restos de un incinerador de residuos patógenos que funcionó hasta diciembre de 2008, y una fosa con residuos industriales de una empresa automotriz, ninguno de los cuales fue remediado. 
¿Cómo pudieron el gobernador, la Municipalidad de Córdoba y Cormecor designar como nuevo lugar para el vertedero regional un terreno que está a solamente 800 metros de la escuela Cornelio Saavedra y a menos de 200 metros de los hogares de muchos de sus alumnos? ¿Por qué decidieron transformar a los habitantes de Potrero del Estado-Bouwer en zona de sacrificio ambiental y de sacrificio sanitario, violando además la normativa vigente sobre Evaluación de Impacto Ambiental? 
Está claro que no les importó. Los niños con sus guardapolvos blancos no protestan ni votan, ni saben que para los gobiernos de las grandes ciudades la basura debe enterrarse lejos, y si se hace en otra jurisdicción, mejor. 
Ahora un nuevo elemento, esta vez judicial, torna aun más incomprensible la calificación de óptima decidida por investigadores del ISEA. La justicia provincial de Alta Gracia emplazo a la Municipalidad de Córdoba y a la provincia para que remedien el predio de Potrero del Estado, y se capten y traten los gases y los lixiviados que allí se producen. La Jueza María Graciela Vigilanti tomo esta decisión tras recorrer la zona, y observar personalmente que la actual situación ambiental es insostenible. La causa fue iniciada por los vecinos de Bouwer, FUNAM y el Club de Derecho. 
¿Por qué la jueza en una sola visita pudo detectar lo que allí sucedía, y el equipo de investigación del ISEA no lo vio? Porque la jueza estuvo en la zona y habló con los vecinos, mientras que los investigadores, en cambio, no estuvieron allí ni escucharon a los afectados. Aunque su estudio involucraba a personas, optaron por hacer mero trabajo de escritorio con datos provistos por el propio Estado que los contrató. 
¿Es justo que los funcionarios municipales y algunos investigadores del ISEA les digan "técnicamente" a los habitantes de Bouwer que pese a sus enfermedades, alta mortalidad infantil y fuentes contaminantes sin remediar, su lugar de vida es óptimo para recibir la futura basura de un millón y medio de personas? Sin tener suficientes elementos técnicos, con escasa buena ciencia y nada de sensibilidad social volvieron a condenar a las actuales y futuras generaciones de pobladores de Bouwer. Pretenden que además de soportar el vertedero cerrado y todavía sin remediar, convivan en los próximos 30 años con otras 24 millones de toneladas de basura. Todo parece indicar que la salud de los niños que asisten a la escuela Cornelio Saavedra vale menos que la decisión municipal de sacarse de encima la basura y que la firma de un contrato de consultor í a por medio millón de pesos. 


Raúl A. Montenegro es Biólogo, profesor de la UNC y de la Universidad de Franche-Comte en Francia. Premio Nóbel Alternativo 2004.

miércoles, 29 de enero de 2014


                                Andrés T. Queiruga
Orar cristianamente los salmos
"Orarlos hoy, apropiándose los sentimientos de Jesús"

  
En la baraúnda de temas que nos asaltan cada día, me ha alegrado ver el artículo con que Hilari Raguer comenta el rezo de los Salmos, al hilo del recuerdo de un amigo entrañable. Es una llamada al reposo interiorizado, al rezo comunitario, para apropiarse su riqueza espiritual, de raíces hondísimas en la piedad bíblica e incluso en la historia religiosa humana (orad con el salmo 104 y recordad a Akenatón).

Indica muy bien la que, con razón, considera "la regla de oro de la salmodia", llamando, apoyado en Juan Casiano, a "rezar los salmos como si fueras tú el autor". Y eso significa: con palabras que salgan directas de tu corazón, que puedas pronunciarlas de manera que reflejen los sentimientos, afectos, deseos y propósitos que nacen -o quieres y buscas que nazcan- ante la presencia del Dios-Abbá que nos ha revelado Jesús. Por eso habla de relectura cristiana, señalando la necesaria pedagogía, en dos pasos: primero, explicar el sentido literal, histórico, o sea lo que aquel salmo decía a los israelitas; después orarlos hoy, apropiándose los sentimientos de Jesús.

Me ha alegrado leerlo, repito, porque enlaza con una honda preocupación, que me acompaña hace tiempo y que mis amigos, los monjes de Sobrado, conocen bien. Porque esa distinción en dos momentos me parece fundamental. Y por eso pienso -aunque en este punto no sé si Hilari concuerda o no plenamente conmigo- que deben ir separados en el tiempo. Estudiarlos, primero, en su literalidad, para comprenderlos, bien situados en su contexto o, como diría Gadamer, en su propio horizonte.

Aprender así de su inmensa riqueza positiva, pero ser también conscientes de sus límites a la luz de la revelación alcanzada en Jesús. El estudio puede y debe aprovecharse en la reflexión, como pedagogía en el camino de la fe y acaso como autoexamen para detectar lo mucho que siempre nos queda por evangelizar en nosotros mismos.
Sin embargo, a la hora de orarlos, de pronunciarlos como si nosotros mismos fuésemos el autor, no podemos decir cosas que -por expresar exclusivismo e incluso odio o por insistir en un intervencionismo divino- ya no responden a lo que desde el Evangelio comprendemos como adecuado para pronunciar ante el Señor o para desearlo como ideal para nuestra vida. No creo que en este segundo momento valgan interpretaciones artificiosas, pretendiendo que ciertas expresiones no dicen lo que dicen o haciendo transposiciones que perturban el fluir orante y, lo que es peor, no pueden engañar a la imaginación. Con el peligro de estar poblándola de fantasmas, que, como un veneno sutil, pueden hacer mucho daño.

Por lo demás, esto es lo que ha hecho ya en parte la Iglesia, excluyendo del Oficio algunos salmos o suprimiendo determinados versículos. El problema es que esa solución es parcial. Me parece que lo verdaderamente adecuado -para la oración y solo para ella- es retraducirlos desde la revelación que culmina en el Evangelio. Así la oración podrá brotar espontánea y las "aplicaciones personales" serán para nuestro espíritu una evangelización íntima que, como un rocío o un orballo persistente, vaya fecundándolo día a día.

Soñé siempre con esa "traducción" y, por fin, mi amigo Manolo Regal, hombre de una exquisita e inagotable sensibilidad oracional, se ha decidido a realizarla. El libro, publicado primero en gallego por la editorial Galaxia y poco después en castellano por Desclée, ya ha sido anunciado aquí, en Religión Digital.

Como sé que estas cuestiones son muy delicadas, la amplia Introducción del traductor lleva antepuesto un prólogo mío, que trata de aclarar y justificar esta propuesta de una manera algo más detallada. Lo pongo aquí para aquellas personas que puedan estar interesadas.


SENTIDO Y NECESIDAD 
DE UNA 
"TRADUCCIÓN CRISTIANA" 
DE LOS SALMOS

Difícilmente se encontrará en la literatura universal un escrito religioso de tanta riqueza espiritual y de tanto influjo histórico como el libro de los Salmos. En él se reflejan no sólo las esperanzas, alegrías, dudas, angustias y rebeldías de orantes excepcionales, sino también la historia secular de todo un pueblo en su relación con Dios. No es de extrañar que, con el tiempo, se convirtiese en uno de los libros oficiales en la liturgia de la Iglesia, de manera que en la recitación de los Salmos se ha alimentado y continúa alimentándose una buena parte de la espiritualidad cristiana.
Incluidos en la Biblia, los Salmos hacen muy explícita una dimensión fundamental de la revelación. Mientras el mensaje profético se expresa como palabra de Dios hacia las personas -"escucha, pueblo mío", "así dice el Señor"-, la oración de los Salmos presenta la palabra humana dirigiéndose a Dios, tal como es ella: adorante, agradecida, angustiada, suplicante. Va, pues, de abajo hacia arriba; pero es también revelación, porque constituye ya siempre una respuesta suscitada e inspirada por la presencia viva y salvadora de Dios. Los Salmos revelan la subjetividad humana en cuanto abriéndose a esa presencia: muestran el modo justo, verdadero y auténtico de acogerla, de invocarla y de dejarse transformar por ella.
Pero los Salmos, por el hecho de realizarse a través de la acogida humana, participan necesariamente de la historicidad de toda la revelación. También ellos son fruto de ese largo, difícil y admirable proceso de la "lucha amorosa" de Dios con nuestras limitaciones y con nuestras resistencias para revelarnos su amor y hacer presente el verdadero sentido de su salvación. Por eso los Salmos, en el largo proceso de ir perfilando y acogiendo el rostro auténtico de Aquel a quien se dirigen, aparecen llenos de descubrimientos fulgurantes, caídas inesperadas y humildes y fatigosas correcciones. Finalmente, ese camino culmina en la increíble e insuperable pureza manifestada en la palabra, en la vida, en la muerte y en la resurrección de Jesús de Nazaret.
Por eso, vista desde hoy, la verdad de los Salmos aparece como una verdad en camino, con distinta pureza conforme a los diversos tiempos. No se pueden leer todos por igual, en una nivelación sincrónica, como si fuesen creados o escritos al mismo tiempo y con la misma mentalidad. Un salmo creado en el siglo IX antes de Cristo, cuando todavía era posible hablar de "dioses" en plural (cf., por ejemplo, Sal 58,2; 82,1; 97,7...) y la idea del Señor conservaba muchos rasgos de aquel terrible "Dios de los ejércitos", no puede ser leído o rezado igual que otro escrito después del Destierro; porque ahora, gracias a la fidelidad orante y al trabajo profético, Dios ya había conseguido revelarnos que Él era el Dios de todos, que cada persona era única y querida para Él, y que su amor no respondía a la visión justiciera de la teología deuteronómica.
De hecho, la misma Biblia fue operando ya una reinterpretación profunda de los salmos, acomodándolos al avance de la revelación. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, los salmos referidos al rey pasaron a ser aplicados al Mesías y la esperanza puramente terrena tendió a ser interpretada como esperanza escatológica. Y en el Nuevo Testamento son leídos siempre en perspectiva cristológica, es decir, a la luz de las enseñanzas y del ejemplo de Jesús el Cristo. El mismo Jesús practicó una relectura actualizada del Antiguo Testamento. Luís Alonso Shökel hace notar, por ejemplo, como Jesús rompe una imagen vengativa de Dios sustituyéndola por otra de pura gracia y misericordia, cuando "en la sinagoga de Nazaret suprime el último verso de Is 61,1s, que le tocaba leer aquel día (Lc 4,18s)". Porque ese verso, que proclamaba "el día del desquite / venganza de vuestro Dios", era lo que deseaban escuchar los impacientes del poder romano", pero no respondía ya al amor del Abbá que Jesús anunciaba.
Esta conciencia histórica llama a hacer una distinción fundamental a la hora de aprovechar la preciosa revelación presente en los Salmos, según se usen para el estudio reflexivo y teológico o para la oración directa y la relación entrañable. El estudio, investigando críticamente el horizonte y el sentido original de cada salmo, permite comprenderlo como etapa precisa en el camino, tanto con lo que puede tener de limitación dentro de la propia circunstancia como de avance hacia el futuro. De ese modo no sólo respeta la historia pasada, sino que la convierte en aprendizaje actual, pues también cada época y cada individuo tienen -tenemos- que rehacer al propio modo el mismo o parecido camino.
Distinto es el caso de la oración, porque la oración cristiana es ya palabra directa al Dios de Jesús, que recoge, purificado y llevado por él a la máxima e insuperable altura, aquello que había sido alcanzado en la revelación anterior. Cuando oran, el cristiano y la cristiana se dirigen por lo tanto a un Abbá, padre-madre, creído y confesado ya como amor sin límite y perdón incondicional, compasivo y misericordioso con buenos y malos, de iniciativa absoluta siempre atenta y activa, totalmente entregado a nuestro cuidado y a la promoción de la fraternidad, de la justicia y de la realización humanas. Un Dios que de nosotros sólo desea y espera acogida abierta y colaboración agradecida, "dejándonos salvar por Él" (cf. 2Cor 5,20). Un Dios de quien el libro del Apocalipsis dice maravillosamente: "Ten en cuenta que estoy a la puerta y voy a llamar; y, si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos los dos" (3,20).
Por eso, mientras la Iglesia nunca ha tocado ni va a tocar el texto de los Salmos en cuanto libro de estudio, es decir, de lectura, análisis y meditación, no procede del mismo modo cuando los trata como oración. Hay salmos que no se pueden orar, porque quien ora de verdad hace suyas, apropiándolas, las palabras que pronuncia; pero muchas de las presentes en el Salterio -comprensibles en su tiempo- hoy estarían contradiciendo el ser más íntimo de Dios tal como nos ha sido revelado en Jesús. Por eso, como hace observar Julio C. Trebolle en uno de sus últimos estudios del libro de los Salmos, "la liturgia ha excluido del rezo de las horas los salmos 58, 83 e 109, porque expresan deseos de venganza y sentimientos de odio inaceptables"; en otros casos, fueron expurgados versos sueltos, como los 7-9 del salmo 137.
Con todo, al no haberse hecho de manera expresa esta distinción entre oración y estudio, se ha producido cierta confusión que ha dejado la reflexión a medio camino. Quedan todavía demasiados salmos o versos en la liturgia -¡uno sólo ya sería demasiado!- que no pueden ser legítimamente pronunciados como oración directa, puesto que ésta, si quiere ser auténtica, debe expresar la intención real del orante y no puede reflejar una imagen falsa del Dios a quien se dirige. Los recursos a los que a veces se acude, mediante transposiciones simbólicas (las maldiciones remitirían al demonio, no a enemigos reales...), resultan arreglos artificiosos que no pueden convencer y que prolongados en el tiempo acaban contaminando la sinceridad de la oración u obligan a transposiciones constantes. Transposiciones que o amenazan con hacer imposible la oración, o llevan a confundirla con un estudio exegético, digno tal vez, pero fuera de lugar.
Por otro lado, continuar rezando los Salmos tal como están puede tener consecuencias negativas. Resulta muy difícil evitar que su rezo indiscriminado -sobre todo en la forma repetitiva y psicológicamente indefensa de la recitación salmódica- vaya introyectando una imagen inadecuada o incluso profundamente deformada de Dios. No cabe negar, por ejemplo, que bastantes expresiones sálmicas tienden inevitablemente a cultivar sentimientos o a promover emociones que impiden o dificultan la asimilación de la llamada de Jesús a "ser compasivos como vuestro Padre es compasivo" (Lc 6,36). (Debo confesar que no soy capaz de escapar a la sospecha de que cierto espíritu de intransigencia y exclusivismo que a veces oscurece el rostro histórico de la Iglesia tiene aquí uno de sus focos inconscientes).
Este desajuste, tan profundo, resulta cada vez más claro en una cultura crítica con la religión y muy atenta a sus deformaciones. Algo que la conciencia cristiana no podía dejar de advertir. Resulta curioso que, justo a las puertas de nuestra cultura actual, san Ignacio de Loyola, hablando en general, no sólo de los Salmos, en el comienzo mismo del libro de los Ejercicios, hiciese ya la distinción entre el lenguaje del estudio y el de la oración: "como en todos los exercicios siguientes spirituales usamos de los actos del entendimiento discurriendo y de los de la voluntad affectando; advertamos que en los actos de la voluntad, quando hablamos vocalmente o mentalmente con Dios nuestro Señor o con sus santos, se requiere de nuestra parte mayor reverencia, que quando usamos del entendimiento entendiendo".
Esa misma conciencia es también la que lleva tiempo reaccionando mediante una floración, cada vez más abundante, de libros, plegarias o canciones que imitan, parafrasean o simplemente crean en paralelo "salmos" que, limpios de esas limitaciones, respondan mejor a la revelación de Jesús y alimenten el auténtico espíritu evangélico. Están sin duda haciendo mucho bien tanto en la liturgia colectiva como en la piedad individual.
En este libro se intenta por primera vez -en cuanto se nos alcanza- un camino diferente. No se busca crear nuevos salmos, ni suprimir, enteros o en parte, ninguno de los que la historia santa nos ha regalado. Injertándose en la tradición genuinamente bíblica de la actualización y reinterpretación de los Salmos ya existentes, lo que se procura es una "traducción cristiana" de todos y cada uno de los Salmos y de los versos. La intención directa y primaria consiste por eso en poner en las manos de los creyentes unos salmos que se puedan orar directa y literalmente, sin glosas ni acomodaciones artificiosas. De manera que tanto los individuos como las comunidades, situados expresamente en la perspectiva abierta por Jesús y acogiendo su Espíritu, puedan rezarlos abriendo directamente su corazón y haciendo disponible su vida ante el Abbá que nos salva y que trata de establecer en la tierra, para toda mujer y todo hombre, su Reinado de amor, de paz y de perdón.
La introducción de Manolo Regal, que ha tomado sobre sí el peso fundamental de la traducción, aclara los criterios seguidos en este nada fácil empeño. Sería iluso pensar en un resultado concluido. Tanto él como sus colaboradores en la revisión final hemos sido en todo momento muy conscientes de haber puesto tan sólo el inicio de un largo trabajo que espera continuadores y mejoras. No sólo la extensión misma del texto, sino sobre todo la maravillosa calidad de los Salmos originales hacen imposible toda pretensión perfeccionista. Algunos salmos en su integridad y muchos versos de otros nos han facilitado la tarea, permitiendo la simple trascripción. Otros resultaron fácilmente ajustables al espíritu evangélico con tan sólo ligeros retoques.
En otros el problema se hace realmente difícil, a veces casi imposible, porque obligan a una transposición radical. Demasiadas veces resulta dolorosa la pérdida de aliento poético, el desdebujamiento de las concreciones, el apagamiento del grito o incluso la evocación entrañable de ciertas expresiones muy de antiguo incorporadas.

Por eso mismo toda sugerencia de mejora o incluso toda posible corrección serán recibidas con agradecimiento para incorporarlas en próximas ediciones. Sería una manera fraterna de continuar la propia historia de los Salmos, ellos mismos fruto muchas veces de un trabajo comunitario. En la medida en que se logre, constituirá una prueba más del carácter vivo de la revelación, siempre actualizándose como palabra actual y experiencia eficaz, lluvia de gracia salvadora que, según Isaías había anunciado, no vuelve nunca al cielo sin fecundar los corazones y bendecir la historia.

martes, 28 de enero de 2014

Tuiter del Vaticano

El Vaticano tuiteó una imagen de Francisco disfrazado de Súperman

Héroe. La cuenta oficial del Vaticano tuiteó una imagen de Francisco como superhéroe
28/01/14 - 19:18
Está claro que la llegada de Jorge Begoglio al pontificado fue como un aire fresco para toda la Iglesia. Y esa renovación se está viendo también en la forma de comunicar porque en la cuenta oficial del Vaticano tuitearon una imagen de Francisco volando como Súperman.
Es la imagen de una pintada que hay en uno de los murales de Roma, en el que se lo ve a Francisco vestido de blanco, volando como el superhéroe del comic. Tiene el puño cerrado, al mejor estilo Súperman y lleva un maletin en su mano izquierda en la que se puede ver la palabra "valores".
En la cuenta de Twitter oficial del Vaticano (@PCCS_VA), pusieron el dibujo con esta frase: "les compartimos este graffiti que vimos hoy".

Bergoglio conquista la portada de “Rolling Stone”

 
La portada de “Rolling Stone”
LA PORTADA DE “ROLLING STONE”

La revista musical estadounidense dedica un largo artículo a la «revolución gentil» de Papa Francisco

REDACCIÓNROMA

¿Santo padre o rock star? Después de la portada que le dedicó “Time”, cuando lo nombró personaje del año, Papa Francisco conquistó también la primera página de la revista musical “Rolling Stone”. Debajo de la foto del Pontífice argentino se lee el título del tercer álbum de Bod Dylan: «The times they are a-changin». Y después, en un largo artículo sobre el obispo de Roma, reflexiona sobre su «revolución gentil».


En efecto la histórica revista estadounidense, especializada en música y en cultura juvenil, dedica al Papa un perfil digno de una rock star. El autor del artículo, Mark Binelli, subraya cómo Bergoglio ha sido capaz en menos de un año de Pontificado, de volver a impulsar el mensaje de la Iglesia en todo el mundo. Desde el pasado 13 de marzo, el día de su elección, la participación en los eventos del Papa se han triplicado, llegando a la cifra récord de 6,6 millones de personas.


Con sus tonos humildes, cercanos a la gente, y, sobre todo, con sus palabras de atención por los últimos, por los desheredados, por los pobres –escribe la revista estadounidense–, el Papa se muestra perfectamente adecuado a los tiempos difíciles que vivimos. Palabra de “Rolling Stone”.