María, mujer.
Carne de Dios: Persona
Xabier Pikaza
La figura “sagrada” de María ha venido acompañando de manera poderosa a los cristianos a lo largo de casi dos mil años, y lo sigue haciendo de un modo especial en el tiempo de la Navidad, pues ella aparece como elemento esencial del misterio de la encarnación.
Históricamente, María ha sido un elemento clave en el despliegue de cristianismo helenista y romano, en la conversión de los pueblos germanos y eslavos, en la reconquista cristiana de España y en la evangelización de América, es decir, en el imaginario espiritual del occidente católico. Pero la situación parece estar cambiando, pues llega un tiempo de crisis, de visión distinta de la mujer y de la vida.
Por eso es necesario replantear el tema, para descubrir de nuevo el puesto de María en la Encarnación de Dios, desde un contexto de diálogo con las religiones y de nueva comprensión de la existencia humana, partiendo una vez más de las raíces de la revelación bíblica.
Así lo haré en estas reflexiones (casi) finales de la Navidad, poniendo de relieve el sentido de la encarnación, que nos permite hablar de María como La Virgen de la Carne de Dios, en su realidad concreta de mujer creyente que dialoga con el mismo Dios, es decir, como persona.
No es carne de cañón para la muerte, ni cuerpo al servicio de un varón dominador, ni simple tierra abonada para un ideal desencarnado de sacralidad. María es carne-mujer, persona que dialoga con Dios y con los hombres, sujeto de su propia historia entendida como encarnación de Dios.Ella puede aparecer así, en la liturgia y en el compromiso de la Iglesia como signo y condensación de una humanidad (mujer/varón) que dialoga con Dios, como un arco-iris de promesa, frente al riesgo de diluvio que sigue amenazando nuestra historia (Gen 6-9).
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http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2015/01/03/p362619#more362619
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