Buenos propósitos para el año nuevo
Leonardo Boff
Todo comienzo de año es
ocasión para hacer buenos propósitos. Son desafíos que nos ponemos a nosotros
mismos para que la vida no sea siempre repetitiva sino creativa y, tal vez,
sorprendente. Dejo aquitano algunos propósitos para alimentar la fantasía
creadora de cada uno.
1.
Desarrolla la inteligencia cordial, emocional y sensible. Sobrevaloramos la
inteligencia intelectual, siempre necesaria, pero insuficiente. Dejada a sí
misma produjo la solución final de los judíos (Shoah) y la Casa de la Muerte en
Petrópolis bajo el régimen militar. La inteligencia cordial enriquece a la
intelectual con el afecto, el amor y el cuidado sin los cuales perdemos nuestra
humanidad y no salvaremos la vida en el planeta Tierra.
2.
Dios siempre viene mezclado en todas las cosas. Donde haya algún gesto de amor,
de solidaridad y de reconciliación allí está infaliblemente Él. Sin esos
valores Dios es solamente un nombre.
3.
Por la mañana al despertar o antes de recogerte haz un pequeño homenaje a Dios,
o a aquella Energía amorosa y poderosa que nos sostiene. No necesitas decir
nada. Reserva esos pocos minutos para Él y solo para Él. Si lo necesitas, llora
por las demasiadas desgracias que ocurren o alégrate por lo bueno que ha
pasado.
4.
Cada persona es un proyecto infinito. Nada nos sacia plenamente. Pasa por las
cosas, disfrútalas sin dañarlas, pero no te detengas en ellas. Vete hacia
delante y siempre adelante, pues somos caminantes de la vida y solamente un
Infinito sacia nuestra sed y hambre infinitas.
5.
Desea ser águila que vuela alto y libre, es decir, ten ideales y grandes
sueños. Pero no olvides que debes ser también gallina, concreta y prudente,
especialmente cuando se trata de administrar los bienes materiales o de manejar
dinero. Aprende cuando debes ser águila y cuando gallina, y a combinar sabiamente
ambas.
6.
Haz una terapia en tu lenguaje. Se dicen tantas palabrotas en el hablar
cotidiano y en las redes sociales. En el principio existía la Palabra. Ella
tiene fuerza creadora y destructora. Depende de ti. Ella es “el puente por
donde va y viene el amor” como cantan los cristianos de las comunidades de
base.
7.
Hoy puedes informarte sobre todo. Prácticamente todo se encuentra en internet y
en Google. Pero cuida formarte para tener una humanidad más plena. Una sabia
filósofa judía dijo: podemos informarnos durante toda la vida sin educarnos
nunca.
8.
Cuando vuelves a casa, toma tu baño, descansa un poco, no enciendas
inmediatamente la televisión, consultes facebook o leas los emails. Retírate a
un rincón, queda en silencio. Agradece a Dios por la vida, pues en los días
actuales, con los peligros que corremos en cada esquina, todos somos
supervivientes.
9.
Resiste a la propaganda. Ella no piensa en ti, sino en tu bolsillo, para
hacerte un consumidor y no un ciudadano o ciudadana consciente. Asume como
proyecto de vida la sobriedad compartida. Podemos ser más con menos, por amor a
aquellos que tienen poco o nada. Decide tú mismo qué comprar y cuando comprar
con plena libertad y conciencia.
10.
Incorpora la ética del cuidado esencial: cuida tu salud, tu familia, tu casa,
tus amigos, cuida el ambiente entero con el mismo sentimiento de San Francisco
de Asís que respetaba y amaba a todos los seres como hermanos y hermanas,
especialmente a la hermana agua y la hermana y madre Tierra.
Percibirás pronto que todos
los seres, también las montañas, tienen un corazón que late como el tuyo. En el
fondo tú, tu casa y tu familia, las personas, los paisajes, las montañas, el
cielo estrellado, la luna, el sol y Dios constituyen un único, grande y
generoso Corazón pulsante.
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