domingo, 11 de enero de 2015

Buenos propósitos para el año nuevo

Leonardo Boff


            Todo comienzo de año es ocasión para hacer buenos propósitos. Son desafíos que nos ponemos a nosotros mismos para que la vida no sea siempre repetitiva sino creativa y, tal vez, sorprendente. Dejo aquitano algunos propósitos para alimentar la fantasía creadora de cada uno.

            1. Desarrolla la inteligencia cordial, emocional y sensible. Sobrevaloramos la inteligencia intelectual, siempre necesaria, pero insuficiente. Dejada a sí misma produjo la solución final de los judíos (Shoah) y la Casa de la Muerte en Petrópolis bajo el régimen militar. La inteligencia cordial enriquece a la intelectual con el afecto, el amor y el cuidado sin los cuales perdemos nuestra humanidad y no salvaremos la vida en el planeta Tierra. 

            2. Dios siempre viene mezclado en todas las cosas. Donde haya algún gesto de amor, de solidaridad y de reconciliación allí está infaliblemente Él. Sin esos valores Dios es solamente un nombre. 

            3. Por la mañana al despertar o antes de recogerte haz un pequeño homenaje a Dios, o a aquella Energía amorosa y poderosa que nos sostiene. No necesitas decir nada. Reserva esos pocos minutos para Él y solo para Él. Si lo necesitas, llora por las demasiadas desgracias que ocurren o alégrate por lo bueno que ha pasado. 

            4. Cada persona es un proyecto infinito. Nada nos sacia plenamente. Pasa por las cosas, disfrútalas sin dañarlas, pero no te detengas en ellas. Vete hacia delante y siempre adelante, pues somos caminantes de la vida y solamente un Infinito sacia nuestra sed y hambre infinitas. 

            5. Desea ser águila que vuela alto y libre, es decir, ten ideales y grandes sueños. Pero no olvides que debes ser también gallina, concreta y prudente, especialmente cuando se trata de administrar los bienes materiales o de manejar dinero. Aprende cuando debes ser águila y cuando gallina, y a combinar sabiamente ambas. 

            6. Haz una terapia en tu lenguaje. Se dicen tantas palabrotas en el hablar cotidiano y en las redes sociales. En el principio existía la Palabra. Ella tiene fuerza creadora y destructora. Depende de ti. Ella es “el puente por donde va y viene el amor” como cantan los cristianos de las comunidades de base. 

            7. Hoy puedes informarte sobre todo. Prácticamente todo se encuentra en internet y en Google. Pero cuida formarte para tener una humanidad más plena. Una sabia filósofa judía dijo: podemos informarnos durante toda la vida sin educarnos nunca. 

            8. Cuando vuelves a casa, toma tu baño, descansa un poco, no enciendas inmediatamente la televisión, consultes facebook o leas los emails. Retírate a un rincón, queda en silencio. Agradece a Dios por la vida, pues en los días actuales, con los peligros que corremos en cada esquina, todos somos supervivientes. 

            9. Resiste a la propaganda. Ella no piensa en ti, sino en tu bolsillo, para hacerte un consumidor y no un ciudadano o ciudadana consciente. Asume como proyecto de vida la sobriedad compartida. Podemos ser más con menos, por amor a aquellos que tienen poco o nada. Decide tú mismo qué comprar y cuando comprar con plena libertad y conciencia. 

            10. Incorpora la ética del cuidado esencial: cuida tu salud, tu familia, tu casa, tus amigos, cuida el ambiente entero con el mismo sentimiento de San Francisco de Asís que respetaba y amaba a todos los seres como hermanos y hermanas, especialmente a la hermana agua y la hermana y madre Tierra. 


            Percibirás pronto que todos los seres, también las montañas, tienen un corazón que late como el tuyo. En el fondo tú, tu casa y tu familia, las personas, los paisajes, las montañas, el cielo estrellado, la luna, el sol y Dios constituyen un único, grande y generoso Corazón pulsante.        

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