sábado, 31 de enero de 2015

La Iglesia en Neuquén 
hizo memoria agradecida 
de Mons. De Nevares

Neuquén (AICA): Cientos de fieles se congregaron en la catedral de María Auxiliadora, en el centro capitalino, para participar de la celebración eucarística de acción de gracias y compromiso eclesial convocada por la diócesis de Neuquén para conmemorar el natalicio de su primer obispo, monseñor Jaime De Nevares SDB.
Cientos de fieles se congregaron en la catedral de María Auxiliadora, en el centro capitalino, para participar de la celebración eucarística de acción de gracias y compromiso eclesial convocada por la diócesis de Neuquén para conmemorar el natalicio de su primer obispo, monseñor Jaime De Nevares SDB. 

Gran parte del presbiterio diocesano, religiosos y laicos se acercaron para participar del inicio formal del Año de Don Jaime, una convocatoria lanzada por el actual obispo diocesano, monseñor Virginio Bressanelli SCJ, para revalorar el testimonio de “Don Jaime”. Junto con monseñor Bressanelli, concelebró la misa el obispo emérito de la diócesis, monseñor Marcelo Melani SDB. 

"Celebramos la vida, una vida que no solo fue recibida por una persona, sino que fue regalada al pueblo neuquino. Fue una luz, que no fue escondida debajo de la mesa o debajo de la cama, sino que fue puesta en un candelero, en alto. La vida de don Jaime fue una luz encendida que iluminó a este pueblo que le fue confiado", comenzó diciendo el obispo Bressanelli. 

"Don Jaime fue un hombre completo. ¡Cuántos aspectos de su vida se destacan! Desde que fue un buen estudiante, un buen abogado, luego un buen religioso salesiano y un buen sacerdote según el corazón de Dios. Fue también un buen pastor, un profeta, un hombre del diálogo, de la defensa de los derechos humanos, y que ayudó a las personas a ponerse de pie", definió monseñor Bressanelli. 

El obispo neuquino destacó el amor de Jesús que recibió y que quiso compartir con todos los hombres a los que cruzó. "A todos les proclamó la buena noticia del amor, aún cuando a algunos tuvo que sacudirlos de forma profética, y de decirles que algunos caminos no eran de Dios", dijo. 

Finalmente, monseñor Bressanelli destacó la aceptación de la vocación sacerdotal que monseñor De Nevares dio siendo ya adulto: "Detrás de ese sí estamos todos nosotros. Fíjense qué importante es darle a Dios el propio sí, dárselo entero, y mantenerlo hasta el último momento. Fue una persona que dejó huellas, huellas de luz, porque sigue iluminando a esta Iglesia y al pueblo neuquino". 

Durante la celebración también habló el obispo emérito, monseñor Marcelo Melani, que recordó sus encuentros con don Jaime. 

El centenario del natalicio de monseñor De Nevares se conmemoró en toda la provincia con distintas actividades. En Neuquén capital, luego de la misa, se presentó el libro Don Jaime, el ilustre vecino, obra del sacerdote Fernando Barrufet, por años secretario del primer obispo diocesano.+ 

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