miércoles, 14 de enero de 2015

Familia, 

campo de batalla: patriarcalismo, 

divorcio, 

homosexualidad 

X. Pikaza ‒ L. Sánchez




Campo de batalla, tierra disputada es la familia, no sólo en la vida de la Iglesia actual, como muestran los Sínodos de la Familia del 2014/2015, sino también los estudios de teología, en especial los que se centran en la Biblia:

‒ Publiqué hace unos meses un libro titulado“La familia en la Biblia”, que he presentado alguna vez en este blog, un libro en el que ofrezco una visión general de lo que dice la Biblia sobre el tema, desde una perspectiva histórico-teológica.
‒ Con rapidez poco común ha respondido L. Sánchez Navarro, publicando una recensión en la revista “Estudios Bíblicos”, en la que, tras los elogios y presentaciones de rigor, pone de relieve tres puntos discutidos del tema y de mi libro:
-- la superación del “patriarcalismo” de Jesús,
-- la forma de entender el divorcio o nuevo matrimonio en el evangelio de Mateo
-- y la cuestión de la homosexualidad. Son temas que significativamente han estado en la agenda del Sínodo 2014, y que estarán aún más en la del Sínodo 2015.
‒ Yo ofrezco en mi libro una postura que quiere ser abierta y receptiva a la dinámica de la misma Biblia, leída en su conjunto (en una línea que me parece más cercana al Papa Francisco y a los que quieren entender el Evangelio como experiencia compromiso de amor en libertad creadora).
‒ Tengo la impresión de que L. Sánchez Navarro defiende una postura de legalidad jurídico, no sólo en la línea de un patriarcalismo que, a mi juicio, Jesús ha superado en su raíz, sino en un contexto donde la ley (no el amor) se pone por encima de las personas (tanto en el caso del matrimonio como en el de la homosexualidad). Parece que el hombre se ha hecho para la ley, no la ley para el hombre.

El debate de esta recensión sobre mi libro (el campo de batalla) no es el que pudiéramos librar L. Sánchez Navarro y un servidor, sino el de dos formas de entender la Iglesia y de leer la Biblia. Se trata de un “debate pendiente”, como seguirá mostrando sin duda el Sínodo 2015, a no ser que apaguen la luz que muchos han querido encender, entre ellos el Papa Francisco, como indicaré en la breve nota que sigue (incluyendo al final la recensión citada).

-- Mi libro y la recensión de L. Sánchez N. nos sitúan ante un debate académico importante, centrado en la forma de entender la Biblia, y así quiero presentarlo, para que los lectores tengan una idea más precisa del tema.
-- Pero el debate de fondo se juega entre dos formas de entender la Iglesia , un tema y camino en el que está implicado el P. Francisco, y bastantes que no quieren aceptar su pastoral de familia.
Hay un tema teórico (de interpretación bíblica), pero hay en fondo un tema de "disputa de poder".Algunos piensan que la Iglesia es "dueña legítima" de la familia, y puede imponer sobre ella unos principios pretendidamente evangélicos. Otros pensamos que la Iglesia no es dueña de la familia, aunque puede y debe ofrecer nos impulsos de vida y amor, de fidelidad y libertad (al servicio de los más "pobres", para bien de todos...). Y seguimos pensando que ese proyecto de libertad de familia puede fundarse en la Biblia, bien leída.
No es un debate de “rebajas” y de adaptación del evangelio a la mentalidad actual (como parece decir S. Sánchez) sino de profundización en lo esencial. No se trata de decir que todo da lo mismo, que no hay leyes, ni fidelidades matrimoniales, ni diferencia hombre-mujer, sino todo lo contrario: De entrar en el amor que es fondo de toda ley, de insistir en la fidelidad matrimonial en línea de gracia, de poner de relieve el valor de las personas sobre la pura biología.
Eso es lo que he querido mostrar en mi libro, que no quiere definir lo que ha de ser, sino abrir camino en la lectura creadora de la Biblia, en fidelidad al pasado, en seguimiento de Jesús, en apertura a los nuevos tiempos.
Una cuestión pendiente
Ese era el subtítulo del libro, que ahora no puedo resumir, pues está en el mercado y puede comprarlo quien quiera. Es una cuestión pendiente, porque la Biblia sigue siendo un libro abierto y sólo se entiende en la vida de las comunidades y de las personas que quieran tomarla como “guía de experiencia interior y de familia” (de transformación mesiánica, al menos si se lee en clave cristiana).
Así he querido leerla y exponerla en este libro, trazando una línea que va desde el Génesis hasta el Apocalipsis, centrándose (para los cristianos) en Jesús. No es un libro de definiciones cerradas, ni de leyes que se imponen, sino de experiencias creadoras, como ha puesto de relieve Jesús, como ha destacado la primera Iglesia. Los temas centrales de mi libro son más que los que ha destacado L. Sánchez N., pero los tres que él ha puesto de relieve son muy importantes, y así quiero destacarlos:
1. El patriarcalismo de Jesús… Estoy convencido de que la novedad de Jesús y de la primera Iglesia está en el descubrimiento del valor del ser humano, en su libertad individual y en su apertura a Dios, en comunión de amor con otros seres humanos, por encima de un patriarcalismo legal que había dominado desde antiguo. Tengo la impresión de que L. Sánchez N. ha entendido bien lo que he querido decir (y lo que dice Jesús), pero tiene miedo de la libertad del evangelio, y quiere seguir entendiéndolo desde una visión sesgada de las Cartas Pastorales, como empeñándose en cerrar una puerta que Jesús había abierto.
Nos hallamos ante la gran revelación de la paternidad de Dios que a todos nos hace hermanos (cf. Mt 23), cosa que el autor de la recensión ha pasado por alto.
2. Sobre la “posibilidad de un nuevo matrimonio” en la perspectiva de Mateo (y se podría añadir en la Pablo) Sánchez N. opta por la visión más “cerrada”. Ciertamente, hace bien en citar a Bonsirven y J. P. Meir (e incluso a Díez Macho, con quien tuve el honor de tratar sobre este tema), cuyas posturas bien conozco. Pero el tema sigue abierto. Me da la impresión de que su tratamiento acaba “banalizando” el tema, que nos sitúa ante la “porneia” que es el riesgo y pecado clave de la tradición israelita; frente a la “porneia” ha de situarse la fidelidad matrimonial humana, pero no en línea de legalismo, sino de apertura a la misma fidelidad radical, de manera que donde ella se rompe se rompe el matrimonio. He expuesto extensamente el tema en mi Comentario de Marcos, poniendo de relieve las cinco o seis interpretaciones del tema y de la palabra de Jesús en el NT (no sólo en Mateo y Pablo, sino en Marcos y en el mismo Lucas).
El tema de fondo no es el de la ruptura de las fidelidades, sino el de encontrar y promover una fidelidad más alta, que responda al pacto de Dios y al testimonio de Jesús. El tema no es el divorcio como ley, sino la apertura del matrimonio a un tipo de fidelidad que va más allá de las puras leyes patriarcalistas o libertarias de una determinada sociedad.
3. Finalmente está el tema de la homosexualidad, que no he desarrollado extensamente en el libro porque lo he hecho en otras ocasiones. Conozco la bibliografía que cita Sánchez N., pero el tema sigue expresamente abierto, en línea de “fidelidad humana”, por encima de una interpretación biologista o legal del matrimonio. No voy a exponer de nuevo tema, pues lo he desarrollado en mi Diccionario de la Biblia.

El tema no es la homosexualidad biológica, sino la capacidad de encuentro personal de amor (de fidelidad humana) entre personas, a lo largo de un camino de revelación que se centra en la Biblia, pero que sigue abierto.

Éstos son los temas de fondo de la recensión, temas importantes de mi libro. Agradezco al Profesor y colega L. Sánchez N. la atención con que ha leído mi obra. Me parece bien e incluso muy bien lo que dice, aunque discrepo en muchas cosas, sobre todo en la visión de fondo de la Biblia (que él parece entender de un modo “plano”, como si todos los temas, signos y argumentos estuvieran en un mismo nivel); pienso que le falta abrirse a una dinámica interna de la misma Biblia, no sólo entre los dos “testamentos”, sino dentro de sus mismas grandes corrientes de vida. Sólo me queda añadir que me ha hecho reír el que me llame “postmoderno”; me lo pensaré, a lo mejor lo soy, aunque en el fondo me siento muy tradicional.
Quien quiera opinar sobre el tema puede acudir a mi libro. A continuación ofrezco, como es lógico, la recensión de L. Sánchez Navarro.

Para seguir leyendo:
http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2015/01/14/p363180#more363180


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