sábado, 24 de enero de 2015

Jonás en Nínive, 

tierra de ISIS

Xabier Pikaza










Hoy quiero fijarme en la primera lectura, tomada del libro de Jonás, a quien Dios llamó para predicar en Níniva, ciudad que era entonces y es hoy (con sus ruinas, al lado de Mosul, ver mapa) el centro del Estado de ISIS, uno de los lugares más difíciles y problemáticos del mundo.
Nínive era entonces la capital del imperio de Asiria, quizá el primero de todos los “estados mundiales”, que quiso conquistar el orbe a sangre y fuego, para entregarlo en manos de un Dios de venganza y violencia, que se impuso desde el desierto de Oriente hasta el mar Mediterráneo, dominando sobre israelitas y judíos, hacia el año 700 a.C. Contra Nínive dirigieron Isaías y otros profetas muy duras palabras de crítica y de sátira mordaz.
Las ruinas de Nínive se siguen alzando misteriosas, amenazantes y sagradas, muy cerca de Mosul, la capital de Isis, de donde están llegando las noticias más impactantes y duras de nuestro duro tiempo: Se queman iglesias, se crucifica a cristianos, se lanza al vacío a los homosexuales.
En otro tiempo, Dios mandó hasta Nínive a su profeta Jonás, como sigue contando de forma emocionada una de las más bellas historias de la Biblia.
El Dios de Cristianos y Musulmanes (y judíos) debería enviar hoy alguien a Nínive/Mosul, para anunciar el castigo de sus nuevos asesinos, con un resquicio abierto a la esperanza (y con una llamada de conversión, no sólo para Nínive/Mosul, sino para los buenos de Jerusalén y de las nuevas tierras de occidente, en la línea del mismo Jonás, que debió convertirse primero, en el vientre de la "ballena").
En otro tiempo, Jonás fue a Nínive/Mosul, y logró la "conversión" no sólo de Nínive/Isis, pues él debió convertirse primero (como hoy, debemos convertirnos primero nosotros, antes de predicar a ISIS. ¿Podremos hacerlo, nosotros y los de ISIS, como sugiere este libro de JONÁS?
Quien quiera hacer hoy (esta semana) una “obra buena” busque en su Biblia, lea y aplique para nuestro tiempo el libro de Jonás, es pequeño, puede leerse en poco más de media hora. Quien tenga menos tiempo, puede leer mi comentario. No hago aplicaciones, que las haga el lector.
Nínive era entonces un lugar difícil. También es hoy difícil Nínive/Mosul. ¿Cómo ir, qué hacer allí? Estas son las preguntas que plantea el texto de hoy:
-- ¿Cómo pueden prepararse los profetas para ir hasta allí, como Jonás, a cuerpo, superando el miedo, sin escaparse a las minas de Tarsis, la tierra del oro y la plata?
-- Y nosotros ¿quiénes somos para criticar a Nínive/Isis, si no cambiamos como Jonás? ¿Somos falsos Jonás, llamados a la conversión, o somos ninivitas de Isis o de sus aliados?
-- ¿Tendrán que convertirse ellos primero o también nosotros, quién empieza? ¿No nos queda más remedio que las bombas, de un lado o del otro?
Imágenes:
1. Mosul, en la vieja tierra de Nínive
2-3. Isis, matando lanzando homosexuales al vacío, matando cristianos

4.Mapa con las tierras irredentas de ISIS


Dios clemente y misericordioso: 
Nínive y Jonás (Jonás 3-4).
Jonás fue un resucitado, como aquellos de que habló Ezequiel . Quiso escapar a Tarsis, extremo legendario de la tierra, en A-Andalus, como ahora dicen muchos; pero en el mismo camino de evasión le alcanzó Dios con su voz y con su mano le introdujo en las entrañas del gran pez haciéndole pasar por la experiencia de la muerte (Jon 2-3).
Era un fugitivo resucitado. Dios quiso enviarle a la ciudad del crimen, a Nínive la inmensa, para anunciar allí en final de su paciencia (¡diles que su maldad ha llegado hasta mí! 1,2). Pero se negó, tomando el barco en dirección de huida, hasta caer sepultado en un vientre de ballena, convertido en pura angustia. Pero Dios le ha liberó y así, como testigo de piedad suprema, expresión de un poder hecho perdón llegó hasta Nínive.
Son Jonás todos aquellos que, arrancados de la angustia, en experiencia liberada (perdonados) han de llevar mensaje de gracia a los demás. Por eso, contar la trama de Jonás significa contar su propia historia. Nínive es el mundo inmenso que nunca acabaremos de explorar, ciudad de duros contrastes, de admirable grandeza y de violencia que lleva hacia la muerte. Solemos pensar que Dios odia a la ciudad, por eso hemos querido escapar de ella; también nosotros la odiamos y deseamos a veces su muerte. Pero vengamos al profeta:

De nuevo vino la palabra de Yahvé sobre Jonás: -Levántate y vete a Nínive, la gran capital, y pregona allí el pregón que te diré. Se levantó Jonás y fue a Ninive, como le había mandado Yahvé. Ninive era una ciudad enorme (=¡de Dios!);hacían falta tres días para atravesarla.
Y comenzó Jonás a entrar en la ciudad y caminó durante un día pregonando: ¡Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada! Los ninivitas creyeron en Dios, pregonaron un ayuno y se vistieron de saco desde los grandes a los pequeños. Llegó la noticia al Rey de Nínive y se levantó de su trono, se quitó su manto y se vistió de saco y se sentó en tierra; y mandó proclamar a Nínive, de parte del rey y sus nobles:

-Que humanos animales, vacas y ovejas no prueben bocado, no pasten ni beban; que vistan de saco humanos y animales, que invoquen a Dios con toda fuerza; y que se convierta cada uno de su mala vida y de las injusticias que haya cometido. ¡Quizá Dios se convierta y arrepienta, y se vuelva de su ira, de manera que no perezcamos!
Y vió Dios sus obras y cómo se convertían de sus malas obras (= caminos) y se arrepintió de la catástrofe con que les había amenazado y no la ejecutó. Y Jonás sintió un disgusto enorme y estaba irritado. Y oró a Yahvé diciendo: ¡Ay Yahvé! ¿acaso no era eso lo que yo me dije cuando estaba en mi tierra? Por eso me adelanté a huir a Tarsis, porque yo sé que tú eres: Dios misericordioso y compasivo, lento a la ira y rico en clemencia y que te arrepientes del mal (de las amenazas). Por eso, Yahvé, quítame la vida: que más vale morir que vivir.

Para seguir:
 http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2015/01/24/p363548#more363548

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