Fiesta pendiente:
Los magos
Xabier Pikaza
El 6 de Enero celebra la Iglesia Católica la solemnidad de la Epifanía, es decir, de la Manifestación de Jesús, Hijo de Dios, ante los pueblos de la tierra, representados por los Magos de Oriente. La Navidad era en principio una fiesta privada, un acontecimiento de familia. La Epifanía es, en cambio, una fiesta social: La Presentación de Jesús ante el conjunto de la humanidad, la venida mesiánica de los pueblos, en busca del Salvador.
Ésta es una fiesta pendiente, que se apoya en un "midrash" o relato simbólico, construido por el Evangelio de Mateo, partiendo de las profecías de Isaías y Miqueas. No dice lo que ha sido (lo que un día pasó externamente en Belén de Judá), sino lo que ha de ser, lo que hemos de hacer, según la profecía, abriendo un camino de esperanza universal, a partir del nacimiento de Jesús, con el signo de la Estrella de Oriente, para iluminar el mundo entero.
Es fiesta de Jesús, que espera en brazos de su madre, con José, la llegada de los magos .Pero es, sobre todo, la fiesta de esos "magos" que, en medio de un mundo sangriento de batallas y luchas por el oro y el dominio brutal de la tierra, siguen buscando la luz de Dios en la vida de un Niño que nace.
No es fiesta de "reyes" especiales, con poder para imponerse, sino de magos que ofrecen una sabiduría más alta, en libertad y en gratuidad. La intención del Rey Herodes bien clara se ve, quiere matar al niño. Los magos, en cambio (¡no reyes!), son hombres o mujeres de experiencia y compromiso de amor al servicio de la vida; así quieren coronar a Jesús como Rey de Dios, Rey Niño, para que todos los hombres y mujeres de la tierra seamos reyes como dirá Jesús al proclamar su mensaje:
-- Que todos seamos reyes-hermanos-amigos del Reino de Dios. Una "fiesta de reyes particulares" sería totalmente contraría al sentido de este día.
-- No es que lo seamos todos para que ninguno lo sea de verdad, sino que todos seamos Magos y Reyes, herederos y "propietarios" del Reino de Dios, en libertad y amor, bailando y gozando en torno al Niño Rey Dios, que son hoy todos los niños del mundo.
Por eso, esta fiesta es nuestra fiesta, y sigue pendiente, pues depende de nosotros,mujeres y hombres, llamados a ser magos, oponiéndonos así el poder de Herodes (que es el dominio del mundo a través del dinero, en sumisión a las legiones inmperiales), para que los niños puedan nacer a la vida, aunque para ello tengan que estar dispuestos a huir, a oponerse creadoramente a los poderes que dominan esta tierra.
Es una fiesta pendiente... Se han apoderado de ella los mercaderes de mercados de "casta" que no creen en nada, y los reyes y gobiernos que se inclinan ante su ley, no a la vida de los hombres... Por eso, buscando a Jesús, estamos llamados a superar esta fiesta de mercado y reino elitista que el mismo Jesús mayor quiso limpiar cuando entró en el mercado de mercaderes del templo.
Es una fiesta que podemos y debemos rescatar, al servicio de la Vida de Dios que se revela en la vida de los hombres, empezando por los niños. No es una fiesta "astronómica", aunque algunos se han empeñado en entenderla así, buscando la "supernova" o conexión de planetas astrales. Es una fiesta humana, radicalmente humana, de todos los hombres y mujeres de la tierra, llamados a ser Reyes con Jesús.
(Imagen 1: Epilfanía mirada desde Japón, el oriente del orienteImagen 2: tres "magos" de Africa, tres mujeres, que simbolizan el camino de Jesús
Para seguir leyendo:
http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2015/01/05/navidad-10-epifania-fuesta-de-los-magos
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