Diácono Lucas Trucco
Domingo de Ramos
–ciclo C-
Mientras entra Jesús en un burro a Jerusalén en otra parte se iban
cerrando los últimos detalles para darle muerte. Nuestro país recuerda este
domingo 24 de marzo, varios asesinatos injustos. Y como el fénix se asoma a
nuestra memoria –que sin dudar sonará en muchas radios este fin de semana- la
canción de Pedro y Pablo: “Marcha de la Bronca”. Comienza diciendo: Bronca cuando ríen satisfechos/ al haber
comprado sus derechos/ Bronca cuando se hacen moralistas/ y entran a correr a
los artistas/ Bronca cuando a plena luz del día/ sacan a pasear su hipocresía… Mucho de
esto sigue sucediendo en nuestro país –los que se piensan porque tienen mas
bienes materiales tienen más derechos, los que se transforman en moralista y
jueces de la vida de sus hermanos, entre otras muchas que vemos diariamente- y
para no ser ingenuos debemos decir que seguirán estando. Porque el corazón del
hombre y la mujer se va muchas veces tras falsos espejitos y guerras de
venganza. Y aun no entiende que el odio no se elimina con más odio. Sino que
con esto solo se alimenta la bronca.
¿Que habrá sentido Jesús en ese momento que la multitud lo aclamaba?
sabiendo que luego nadie quedaría junto a Él en el momento de la cruz. Me animo
a decir que sintió lo que siempre sintió por su pueblo: amor y compasión.
Porque gritar, maltratar y asustar con el infierno no cambia el corazón. Solo
el amor
transforma. Por eso nos amo hasta dar la vida.
La canción termina: “Bronca sin
fusiles y sin bombas/…/ Bronca que también es esperanza/ Marcha de la bronca y
de la fe...” Casi nadie recuerda esta parte. Porque a mitad de la canción
ya estamos insultando y cargando las tintas contra aquellos que cometieron
semejante atrocidad. Pero no nos damos cuenta que somos generadores de un nuevo
golpe de estado. Porque lejos de la verdad
y la memoria, transmitimos odio a
nuestros predecesores. Anunciamos con palmas y olivos que hay que amar a todos
los hermanos y hermanas. Pero pedimos a grito que muera el violador, que se
torture al ladrón y se encarcele a todos los que no tienen mi color de piel,
creencia o forma de pensar. Bronca sin fusiles y sin bomba es lo que Jesús enseño a los hombres y mujeres
de su tiempo. Bronca que también es esperanza y fe es lo que Jesús nos quiere
decir hoy. Porque Él también se enojo ante las injusticias y la violencia
contra su gente, pero no trasmitió odio, ni alentó a la venganza, solo anuncio
el Amor. No levanto las armas, solo extendió las manos para ayudar.
Sabio es lo dicho por Mahatma Gandhi: “Ojo por ojo y todo el mundo quedara ciego”.
Para que el árbol crezca hay que regarlo con agua pura y no con agua
envenenada. Para que la realidad cambie debemos sembrar amor en los corazones.
Sino seguiremos plantando raíces de futuras dictaduras y golpes de estado. Es
hora de confiar en Jesús y en nosotros mismos. Es hora de de que la verdad nos
haga libre, y no quedarnos encadenados a la bronca de venganza. Es hora de
aprender que la justica sin caridad es la
base de nuevas forma de tortura –trabajos indignos, sueldos injustos, falsas
leyes morales, etc.- y genera nuevos desaparecidos –los desaparecidos de los
enfermos y ancianos que se mueren solos en sus camas. Los que nadie recuerda
porque viven en calles de tierra o en una villas. Los desaparecidos que mueren
de hambre y frio. Los jóvenes y niños desaparecidos frente a computadoras o
televisores para que no molesten. Etc.-
María, solo
te pido que me des la fortaleza de ayudar a mis hermanos a llevar la cruz.
Porque los mejores olivos y palmas que puedo presentar a Jesús, son las manos
ocupadas en el servicio y el anuncio de su amor.
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