jueves, 10 de enero de 2013


Pbro. Diego Fenoglio
Domingo del Bautismo del Señor – Ciclo C 2013

“...Dios ha hecho una opción

 por nuestra humanidad…”


 
Con la fiesta del Bautismo del Señor que celebramos a Dios que ha hecho una opción por nuestra humanidad, por cada uno de nosotros, y se ha revelado como Aquél que nunca nos abandonará a un destino ciego y a la impiedad del mundo. 
 
En el texto de Isaías, se nos habla de la actitud del siervo de Dios; éste ha sido llamado y asistido por el Espíritu para llevar a cabo una especial misión en el pueblo de Israel: hacer presente con su vida la actitud misma de Dios para con la humanidad; es decir, evidenciar que Dios instaura su justicia y su luz por medio de la debilidad del ser humano. Por tanto, la tarea de todo bautizado es testimoniar que Dios está actuando en su vida; signo de ello es su manera de existir en medio de la comunidad; debe ser una existencia que promueva la solidaridad y la justicia con los más débiles, pues en ellos Dios actúa y salva; en ellos se hace presente la liberación querida por Dios. 
 
La lectura de la carta a Tito pretende entender qué es lo que supone el bautismo cristiano: un modo de entroncarnos en el proyecto salvífico de Dios; un acto para acogernos a la misericordia divina en nuestra existencia; un símbolo para expresar un proyecto de vida que se fundamenta en la justicia…
 
Jesús no se distancia de los pecadores, ni de los que tensan su vida en la búsqueda de la verdadera felicidad. Por eso mismo, el bautismo es la manifestación de la verdadera humanidad del Hijo de Dios. El verdadero bautismo de Jesús es en el Espíritu; esta es su llamada, su unción para anunciar el Reino de Dios.
 
El bautismo, en consecuencia, provoca y muestra la actitud de toda persona con apertura a la voluntad de Dios; que asume, como modo normal de vida, el llamado a ser hijos de Dios, identificándose  con el actuar, hacer presente la justicia y el amor de Dios.

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