jueves, 3 de enero de 2013


Pbro. Jorge Trucco

LA LUZ DE LA FE 
PARA TODOS LOS PUEBLOS

Is 60,1-6
“Las naciones caminarán a tu luz y los reyes, al esplendor de tu aurora.”
Ef 3, 2-3.5-6
“Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia”
Mt 2, 1-12
“¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?”


Dos circunstancias históricas: la agresividad de Herodes y el marcado etnocentrismo (conciencia de superioridad racial) existente en la región.

En el texto, se aplica el título Rey y Mesías al niño Jesús. Se reactualiza de esta forma la historia fundacional de Israel ya que, como Moisés, el Liberador del pueblo es perseguido por un rey enemigo. Por otra parte, la comunidad cristiana primitiva experimenta en carne propia el temprano conflicto con la autoridad imperial.

Junto a este motivo central del relato hay un rechazo explícito a la conciencia de superioridad racial presente en el elemento judío de la comunidad de Mateo.
Esa turbación inicial anticipa simbólicamente la actitud de la dirigencia religiosa ante la entrada de Jesús en Jerusalén semejante a una conmoción sísmica. De este modo, se consigna por primera vez el rechazo al pastor del “pueblo de Israel” por parte de la dirigencia judaica.

Por el contrario, la aceptación del nacido “rey de los judíos” se expresa con la actitud de búsqueda y de sumisión que es asignada por el evangelista a unos paganos ajenos al pueblo: se cumple así la promesa de Is 60,3: “acudirán los pueblos a tu luz...”. Unos “Magos de Oriente” preguntan por el “rey de los judíos que ha nacido”. La tradición popular ha hecho de esos Magos unos reyes y representándolos sobre sus camellos ha visto cumplido lo anunciado por Isaías.

Por otra parte, la comunidad cristiana es llamada a comprender que paradójicamente son, a veces, los “alejados” quienes, más que los miembros del pueblo, pueden descubrir mejor la presencia siempre novedosa de Dios en la historia.

La intervención divina que causa en la dirigencia del pueblo preocupación y furia violenta y homicida, produce en los “sabios” la entrada en la casa del niño, la adoración y el ofrecimiento de tesoros y, con ellos, de sus propios valores.

Crece constantemente a nuestro alrededor la desconfianza frente al extranjero y frente a todo lo que es “diferente”. Cada grupo, país o raza pretende ligar la presencia de Dios a sus propios intereses o a sus comportamientos comunitarios. Y sin embargo, el relato de los Magos nos muestra cómo con estas actitudes podemos estar rechazando una presencia nueva de Dios. El Dios con nosotros se presenta muchas veces en visiones alejadas a la nuestra, en actitudes que frecuentemente son distintas de las nuestras en el modo de acceder a la realidad. A veces bajo la forma de una estrella y de sueños, que en apariencia son solamente humanos. Pero gracias a ellos, Dios llama a recorrer un camino que culmina en la adoración al Jesús recién nacido.

Los Magos de Oriente nos llaman a hacer su camino que conduce a la aceptación de la acción de Dios frente a la vida. El criterio para reconocer al Dios viviente, su presencia y actuación, no pasa por la pertenencia a una estructura, aunque ella sea depositaria de las Escrituras que nos indiquen el lugar de un nacimiento, sino en la aceptación gozosa del Dios de la vida.




HACER UNA OPCIÓN: seguir a los poderosos o el querer divino que se manifiesta en la humildad de un recién nacido... (a pesar que como en época de Herodes... los poderosos se esfuerzan en “hacer creer” que siguen los designios de Dios... leen la Biblia... pero no piensan ir a adorar el misterio)

La intervención divina causa furia y violencia en los gobernantes... pero los sabios entran en la casa del niño y ofrecen sus tesoros... sus valores...

No aferrarnos a estructuras... al tradicionalismo “siempre se hizo así”... porque podemos perdernos las nuevas intervenciones de Dios en la historia. Superar la desconfianza al extranjero y al distinto a nosotros...

Los Magos de Oriente nos llaman a hacer un camino personal y comunitario. No basta saber el lugar donde nace Dios... hay que ponerse en camino para ir a adorarlo....

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