Diácono Lucas trucco
Comentario a las lectura bíblicas
del Domingo II durante el año –ciclo C-
El domingo pasado terminaba el evangelio con la voz del
Padre que nos decía: ¡¡¡ Tú eres mi hijo muy querido, en quien tengo puesta
toda mi predilección!!! Que hermoso es sentir en el corazón que Dios nos habla
y nos dice eso mismo a cada uno de nosotros. Sentir que el nos llamo para ser
discípulos misioneros de su amor.
En medio de tantos reclamos, crisis, piquetes y falta de
interés por la persona, Dios en la primera lectura nos dice: “Por amor no
callare”. No te dirán más abandonado o abandonada porque yo te amo y estoy con
vos. Yo soy la fuerza para seguir andando, seguir caminando, seguir luchando
cada día. Yo estoy con vos en las manos amigas que se entregan, en las palabras
de esperanza, en las fiestas, como las bodas de Cana, yo estoy con vos porque
sos mi Hija e Hijo amado, porque sos un regalo, un Don para tus hermanos y
hermanas. Don que llevamos en el corazón y el Señor nos invita a ponerlo al
servicio de la comunidad; así lo afirma Pablo en la segunda lectura.
Y ejemplo de don y entrega es Jesús que camina en medio del
pueblo compartiendo la vida de la gente. Parece que vino a aprobar con su
presencia nuestras fiestas y convivencias. Jesús enseña a sus discípulos a ser
parte de la comunidad, a alegrarse con ella en los momentos de gozo –mas tarde
les enseñara a acompañar a los enfermos, sufrientes, desvalidos y abandonados-
Compartir el don que llevamos en el corazón es disfrutar de
los momentos que Dios nos regala junto a la familia y amigos. Es sabernos
importantes porque somos creación de Dios. Nadie es superior. Ningún titulo
inventado por los hombres nos hace más cercano o alejados de Dios. Todos somos
iguales. Todos tenemos la misma dignidad y el derecho de acercarnos a Jesús en
la Eucaristía, porque el se acerco a nosotros simples servidores y pecadores.
Es por eso que necesitamos de su fortaleza que nos ayude a pararnos cuando
caídos estamos. Es por eso que necesitamos beber de su vino de salvación cuando
mas sedientos estamos de amor y fe.
Hoy resuena en nosotros las palabras de María: “Hagan todo
lo que el les diga”. Y esto es participar de la alegría y el gozo de Jesús.
Sabernos llenos de su amor.
Él multiplico el vino para que alcance para todos, ¿Por qué
privarnos de su cáliz de amor? Si él hizo participes a todos los hermanos y
hermanas que estaban en las bodas: ¿Por qué ahora alejarnos de él en la
comunión? ¿Por qué dejarnos convencer de que no somos dignos de acercarnos a
pedir su amor?
La invitación de María es en primer lugar un llamado a
seguir a Jesús, confiar en su palabra y no desesperar. Y también nos invita a
acercarnos al Dios de la vida y la alegría. No dejarnos persuadir por aquellos
que nos dicen que no somos dignos de recibir al Señor.
Que el amor de María que educo el corazón de Jesús y le
enseño a ser servidor de todos los hermanos y hermanas nos hagas hoy a nosotros
servidores confiados en hacer todo lo que Dios nos pide.
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