El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, aseguró que la sentencia del Tribunal Oral Federal de La Rioja que determinó que monseñor Enrique Angelelli fue asesinado el 4 de agosto de 1976 es “un momento fundamental” para tomar conciencia de la reconciliación a la que la Iglesia convocó para vivir el bicentenario de la Patria.
“Tenemos que decirnos la verdad como Nación –manifestó el obispo-. La reconciliación que buscamos supone la verdad. Y nosotros como diócesis de San Isidro queremos unirnos íntimamente a todo el pueblo de La Rioja, a su clero y a su obispo, monseñor Marcelo Colombo”.
Monseñor Ojea reconoció que había sido invitado para celebrar misa el pasado 3 de julio, cuando la diócesis de La Rioja se unió en una misa en memoria agradecida por el ministerio de su tercer obispo diocesano, que gobernó la diócesis desde 1968 hasta su muerte en 1976. También recordó que siendo joven conoció a monseñor Angelelli, del que destacó su hospitalidad, sencillez y cercanía.
Monseñor Ojea se unió al mensaje pronunciado por el obispo de La Rioja durante la misa por monseñor Angelelli: "Como cristianos no ansiamos venganzas ni cultivamos el odio y el rencor, plenamente identificados con los sentimientos de Cristo, esperamos justicia para que esta sociedad que conformamos conozca la verdad. Dios conduce la historia y sabemos que siempre fracasan los intentos de los prepotentes que matan el cuerpo pero que no pueden matar el alma. De Cristo resucitado hemos aprendido que la vida siempre tiene la última palabra".
El prelado también recordó palabras del cardenal Bergoglio al celebrar la misa por el 30º aniversario del asesinato de monseñor Angelelli. En aquella ocasión, el actual pontífice manifestó: "Alguno ese día [n. de r.: el 4 de agosto de 1976] se puso contento, creyó que era su triunfo, pero fue la derrota de los adversarios. Uno de los primeros cristianos tenía una frase linda: sangre de mártires, semillas de cristianos. Sangre de estos hombres que dieron su vida por la predicación del Evangelio es triunfo verdadero y hoy clama por vida en esta Iglesia riojana que hoy es depositaria".
Finalmente, monseñor Ojea unió la figura del beato José Gabriel del Rosario Brochero a la del prelado riojano: “Con la figura del Cura Brochero que hemos celebrado hace pocos meses, queremos unir a esta santidad, la de nuestro hermano querido monseñor Enrique Angelelli, que entregó su vida consagrada al servicio de su pueblo especialmente el de los más pobres”.
“No quería dejar pasar este tiempo sin unirme espiritualmente como diócesis a todo ese querido pueblo riojano. Que Dios los bendiga”, concluyó.+
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