CEBs de Brasil:
un Camino que Continúa
Luis Miguel Modino
Uno de los refranes que son cantados en los encuentros de las comunidades eclesiales de base (CEBs) brasileñas es “el tren de las CEBs ni paró, ni va a parar”. Es con ese espíritu que la Ampliada Nacional de las CEBs se ha encontrado en Brasilia de 17 a 20 de julio, para dar los pasos que permitan continuar articulando la vida de las comunidades.
Representantes de los 18 regionales de la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, por sus siglas en portugués), junto con los asesores, el obispo que acompaña las CEBs a nivel nacional y el anfitrión del próximo Intereclesial, han evaluado lo que fue vivido en el 13º Intereclesial, celebrado en Juazeiro do Norte no pasado mes de enero y han comenzado a pergeñar lo que será el 14º Intereclesial, que tendrá lugar en enero de 2018 en la archidiócesis de Londrina.
Evaluando el último Intereclesial fue constatada la participación de representantes de más de 220 diócesis de las circunscripciones eclesiásticas de Brasil, lo que en palabras de Sergio Coutinho, asesor del sector CEBs de la CNBB puede ser considerado “un gran concilio de la iglesia de Brasil”, pues de hecho no existe ningún otro evento en la iglesia brasileña que reúna representantes de tantos lugares.
El problema de las CEBs en las zonas urbanas es uno de los desafíos actuales, especialmente en las periferias, siguiendo la llamada que el Papa Francisco ha hecho en repetidas ocasiones a toda la Iglesia a estar presentes en ellas. Que el 14º Intereclesial vaya a ser celebrado en la región sur de Brasil, en una realidad más marcada por la cultura urbana, puede ayudar en este sentido.
Don Orlando Brandes, arzobispo de Londrina, en la presentación que hizo de la realidad archidiocesana mostraba los desafíos que son enfrentados por la Iglesia en esa región y como ésta se organiza para dar respuesta. Al final, ese es un desafío para toda la Iglesia, para lo que es necesario conocer la realidad tanto a nivel socio-político como eclesial.
El análisis de la realidad es uno de los elementos constitutivos de la mayoría de los encuentros eclesiales en Brasil. A pocos meses de las elecciones generales, en las que serán elegidos los cargos políticos tanto a nivel federal como en los diferentes estados, fueron constatados una serie de problemas estructurales en relación a la tierra (grandes latifundios, trabajo esclavo, genocidio de los pueblos tradicionales), a la concentración de la riqueza, a los programas sociales gubernamentales, a la dependencia de las exportaciones, a la falta de cuidado con el medio ambiente…
En relación a la Iglesia brasileña fue mostrada la influencia del Papa Francisco y su propuesta de una Iglesia accidentada, que corre riesgos, en actitud de salida hacia las periferias geográficas y existenciales, que evangeliza con alegría, misionera, misericordiosa, pobre y para los pobres, elementos estos que siempre estuvieron presentes en la vida de las comunidades eclesiales de base. Esto aparece, de una forma o de otra, en el documento: “Parroquia, comunidad de comunidades”, aprobado en la última asamblea general de los obispos brasileños, definida por quienes participaron de ella como un momento de gran importancia para la vida de la Iglesia brasileña, y que puede ayudar en el camino evangelizador.
Las CEBs de Brasil tienen una rica historia y esperanzas para el futuro, que se harán realidad en la medida en que la organización, tanto a nivel nacional como continental, se vaya concretando en la vida de las comunidades. Poco a poco, en las reuniones que han sido programadas, se irán vislumbrando estos planes de futuro, pero no podemos olvidar las palabras del padre Cícero, el gran personaje de Juazeiro do Norte, donde tuvo lugar el último Intereclesial: “No son los grandes planes que tienen suceso, sino los pequeños detalles”.
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