CONTRA EL ESTADO
ISLÁMICO
POEMA DENUNCIA…
Camina lento.
No tiene más aliados
que la mar que lo mira
con olas de espuma.
Se detiene.
Alza sus ojos al cielo.
El sol lo deslumbra.
Se llena de tristeza.
A pocos
cientos de metros
suenan los disparos
que desgarran el silencio
de una tarde neutra
con olor a pólvora.
La barbarie
tiñe de rojo
cuanto le sale al paso.
Su único legado es:
terror, odio, sinsentido...
Camina aún más
lento.
Es sólo un niño.
Se desploma al borde de la orilla.
Oye pasos. Oye las olas cercanas.
De repente helado el acero
cercena sus nueve años.
Exhiben su
cabeza.
Un aullido hunde en el aire
su alfanje asesino:
¡Alá es grande,
muerte al cristiano!
En las pupilas
inertes
del niño iraquí
bailotean dos lágrimas
sin sed de venganza.
Pequeño,
indefenso,
por vez primera vio la mar.
La mar lo vio a él
también por vez primera.
La guardó en su retina
mientras llegaba
a las puertas del paraíso.
Estos
versos (¡ojalá no hubiesen sido escritos!)
son
un pequeño homenaje a todas las víctimas
que
impunemente están siendo masacradas por las milicias
del Estado Islámico
ante la pasividad de muchos
medios
de comunicación, y la impotencia de poner
freno a
esta
absurda locura, cruel y macabra, que no respeta ni tan
siquiera la
inocencia de los niños. Ojalá se haga la luz
y
nosotros contribuyamos a ello
con nuestra oración y
una toma seria de conciencia.
Desde
Vélez de Benaudalla,
fraternalmente,
Paco Bautista, sma.
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