México,
la casa de todas y todos
Miguel Ángel Mondino
La sociedad mexicana vive una situación que en opinión de muchos se ha vuelto insostenible. Muestras de esta realidad son las masacres de Tlatlaya y Ayotzinapa y la desaparición forzada de 43 estudiantes el día 26 de septiembre de 2014. Pero esto es sólo la punta del iceberg de tantos agravios e injusticias que los grupos gobernantes y las empresas transnacionales han cometido con la inmensa mayoría de los mexicanos en los últimos 35 años y que ha tenido como consecuencia el desastre económico, ambiental, los fraudes electorales, la corrupción y la violencia en que vive inmerso el país.
Delante de esta situación de caos, son cada vez más las voces que abogan por la necesaria refundación del Estado, que garantice la independencia nacional, la justicia y elbienestar social, la democracia desde el pueblo, la paz y la libertad.
En esta tesitura, con la presencia de unos mil representantes de veinte estados mexicanos, junto con invitados de Argentina, Perú y Estados Unidos, ha sido presentado en este 5 de febrero, en el Centro Universitario Cultural de Ciudad de México, el proyecto de Constituyente Ciudadana-Popular. Estaban presentes las organizaciones populares, sindicatos, los movimientos sociales y un amplio espectro de la sociedad mexicana, representantes de las más diversas expresiones sociales y civiles.
Después de 3 años de escucha y documentación, en los que se constataron cerca de 500 violaciones de derechos humanos individuales y colectivos, el Tribunal Permanente de los Pueblos, organización internacional con sede en Roma, ha mostrado una serie demotivos para la Constituyente, entre los que se pueden enumerar la falta de trabajo, laviolencia ambiental y social, la exclusión social y migración, el feminicidio ycondiciones de vida de las mujeres, las victimas (jóvenes, indígenas, periodistas…), elmiedo que maniata a la gente, la falta de derechos y la situación de impunidad. A partir de ahí se presentan veinte puntos sobre los cuales debería ser refundado el Estado Mexicano.
Esta iniciativa, que después ha sido respaldada por innumerables ciudadanas y ciudadanos, partió de Monseñor Raúl Vera, obispo de Saltillo, que siempre ha dejado claro de qué lado está y que no tiene pelos en la lengua a la hora de denunciar la situación social en la que el país vive. En sus palabras, gestos, capacidad de denuncia a partir de su condición de creyente, se deja traslucir la figura de los profetas veterotestamentarios, que a la luz de la fe no dudaban en denunciar las tropelías que los poderosos de su tiempo cometían contra lospobres de Iahveh.
Parte de la idea de que México tiene que ser la casa de todas y todos y de la necesidad de estar comprometidos en la construcción de la paz. En su opinión “es una vergüenza lo que está pasando en este momento en México”, fruto de la usurpación que los poderes legislativo, ejecutivo y judicial han hecho de aquello que el pueblo les confió, para ponerse al servicio del capital y las multinacionales internacionales.
A partir de ahí aboga por una nueva Constitución en la que no participen los partidos políticos, a quienes califica de “mercaderes de carne humana”. Para eso se hace necesario la participación de todos y el reconocimiento de los pueblos indígenas y su cosmovisión, pues son ellos los que siempre han cuidado mejor de la Madre Tierra y los recursos naturales y pueden enseñar a una sociedad que ha depredado todo en pro de un desarrollo insostenible.
Es necesario un diálogo con la ciudadanía de todo el país, ir allí donde la gente está, que los interlocutores no sean sólo aquellos que detentan el capital. De ahí la necesidad de que elcompromiso con este proceso sea lo mayor posible, pues eso permitirá llegar a cada rincón, para lo cual es necesario que el espíritu de servicio esté presente en quienes quieren involucrarse en este proceso.
En opinión de Monseñor Vera es necesario valorar a los más pequeños y la sabiduría popular que está presente en las personas más simples. Citaba las palabras de Monseñor Samuel Ruiz, obispo de Chiapas desde 1959 a 1999, a una comunidad indígena, “a mí la universidad me enseñó ciencia, de ustedes aprendí a ser un hombre”. Siguiendo uno de los muchos mitos indígenas, señala que los pequeños bien organizados derrotan al poderoso y que por eso la necesidad de que todos sean escuchados, pues independientemente de su condición social nadie puede dejar de ser considerado digno.
A partir de ahora se propone una ruta de construcción para esta Constituyente Ciudadana-Popular a partir de encuentros, foros y diálogos y de la formación de comités en todo el país que dé paso a una presentación pública de las diferentes propuestas. Los propios representantes de las diferentes organizaciones han comenzado en este encuentro a marcar el camino a seguir para que se haga realidad una sociedad mejor para todas y todos los que forman parte de este país llamado México.
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