lunes, 23 de diciembre de 2013

PREGÓN DE NAVIDAD 

(proviene de España)


Hermanos y hermanas:
esta Noche es Nochebuena
y mañana, Navidad.
Es noche de Dios y noche de paz.
En el portal de Belén
hay Sol, luna y estrellas.
Los corazones dispuestos se alegran
y transmiten la Buena Noticia:
¡Alegrémonos, nos nació un Salvador!

La cosa empieza en Belén,
en una noche muy fría.
Los pastores están a la intemperie,
la gloria de Dios los envuelve con su luz,
un grupo de ángeles rompe el silencio:
“Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a toda persona
de buena voluntad”.
Los pastores no dudan
y se dicen “vamos a Belén”.

¡El profeta Isaías, describe el momento
en tonos de armonía desbordantes!
“El lobo habitará con el cordero
y el leopardo se recostará junto al cabrito;
el ternero y el cachorro
de león pacerán juntos,
y un niño pequeño los conducirá,
la vaca y la osa vivirán en compañía,
sus crías se recostarán juntas,
el león comerá paja lo mismo que el buey.
El niño de pecho jugará
sobre el agujero de la cobra,
y el niño apenas destetado meterá la mano
en la cueva de la víbora”.

Hoy  podemos traducir así:
toda persona creyente
rezará a un mismo Dios.
Todas las agrupaciones políticas
se sentarán en la misma mesa de paz,
renunciarán a sus intereses egoístas
para desear, buscar y cuidar
el bien de los demás.
Cada habitante de la tierra
respetará la ‘casa universal’,
cuidará toda vida, especialmente
la más frágil e indefensa. 
Las armas de guerra callarán
y brotará una paz duradera.

Desde aquella noche santa,
el Amor se hizo carne y hueso
y habita entre nosotros,
Dios se humaniza
para humanizarnos.
Es el Emmanuel,



el Dios-con-nosotros
en la impotencia, la pequeñez,

la pobreza, el silencio,
el despojo, la marginalidad.
Es Navidad,
en la Paz de la Esperanza,
en la vida compartida,
en la lucha solidaria,
¡es el Reino del Amor!


Navidad 2013
¡haya paz en nuestra patria!
La paz que es
comprensión mutua en las familias,
la paz que es vida digna para todos,
la paz que se apellida justicia,
la paz que se acuerda del más débil,
la paz que se duele de los saqueos,
la paz que lucha contra las adicciones,
la paz que se estremece ante
tanta violencia entre nosotros.

Navidad muchas veces es un retorno
a tantos sentimientos y recuerdos,
vuelta al hogar, a la familia,
nostalgia de los seres queridos…

El Señor de la Historia
pone su tienda entre nosotros
¡es el Emmanuel, Dios-con-nosotros!
Es la alegre Noticia
que llega a los corazones
de los mayores y los jóvenes,
de los tristes y los esperanzados,
de los ricos y los pobres.

Al salir de esta celebración,
el misterio que contemplamos
reavive nuestro ardor misionero
para comunicar el mensaje
de Vida de Belén,
que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia quede privada de su luz.

Hermanos y hermanas,
Alegrémonos ¡es Navidad!



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