jueves, 5 de diciembre de 2013

Inter Mirifica: 
El "pariente pobre" del Vaticano II
Se cumplen cincuenta años 
de la aprobación del Decreto
Monseñor Antonio Montero



El Decreto conciliar "Inter Mirifica", junto con la Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la Sagrada Liturgia -formando ambos una desigual pareja-, fueron sancionados por la asamblea ecuménica al cierre de la segunda de sus etapas anuales, el 4 de diciembre de 1963.

A buen árbol se arrimó este humilde Decreto, porque la liturgia supuso una de las grandes columnas del Vaticano II, en tanto que el Decreto sobre las Comunicaciones Sociales ha sido desde siempre el pariente pobre de todo este magno conjunto documental.

¿Por qué, entonces, merece una memoria cincuentenaria? Voy a intentar dar la respueta, anticipo que positiva, a ese interrogante, que desde antes, durante y después del Concilio ha estado siempre abierto, o contestado en negativo, por muchos de sus comentaristas.

Estamos claramente ante un tema discutido, en el que la coincidencia o discrepancia sobre su aportación al mundo mediático, no afecta ni a los contenidos de la fe ni a la autoridad del Concilio.

Se trata de un Decreto y no de una Constitución (lo cual, por supuesto, no lo descalifica de antemano), de carácter descriptivo, exhortativo y, en puntos concretos, dispositivo, que deja el campo abierto a las evaluaciones más diversas. Tanto más, cuanto que las discrepancias más comunes se centran con mayor fuerza sobre carencias o fallos de omisión que sobre afirmaciones, juicios de valor o enseñanzas doctrinales propiamente dichas.

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