Pbro. Jorge Trucco
QUINTO DOMINGO DE PASCUA
¿NOS AMAMOS?
Hech 14,21b.27:
"...los
exhortaron a perseverar en la fe"
Ap 21,1-5a:
"La morada de Dios
entre los hombres[...] no habrá más muerte, ni pena, ni dolor"
Jn 13,31-33a.34-35:
"Les doy un
mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he
amado. En esto todos reconocerán que son mis discípulos"
Pablo y Bernabé
recorren las ciudades. La fe, en aquel tiempo como ahora, sufre
necesariamente bruscas sacudidas. Ellos los exhortan a perseverar en la fe: si
la fe es vincularse a Alguien, perseverar es no soltarse del Padre Dios en
el momento en que ruge la tempestad. Y no les dicen que las cosas "van a
ser fáciles”, sino que recalcan que ES NECESARIO PASAR MUCHOS SUFRIMIENTOS. EN UNA
PALABRA: EL CIELO NUEVO NO NOS CAE DE
ARRIBA DE IMPROVISO, SINO QUE SE NOS ACERCA LENTAMENTE EN MEDIO DE UN TERRENO
LLENO DE “DOLOROSAS” PIEDRAS.
LA GLORIA, de la que habla Jesús no pasa por el éxito, el
dominio, el exterminio de los enemigos: Jesús nos presenta la Gloria envuelta en la debilidad. ESE ES
EL CAMINO DEL AMOR QUE HOY NOS PROPONE.
Mandamiento NUEVO: ¿por qué nuevo?; ¿por qué mandamiento?
* Ya el Antiguo Testamento hablaba del amor, pero no como
la clave de interpretación de toda la ley. POR ESO HAY QUE MANDARLO: no es la simpatía cordial que surge
espontáneamente, no es un sentimentalismo liviano: ES EL ESFUERZO FATIGOSO DE PERSEVERAR EN LA FE, EN MEDIO DE LAS PIEDRAS. No es sólo amar al prójimo, sino HACERSE
PROJIMO para amarlo.
* ES NUEVO
porque hay otro término de comparación: el A.T. decía "como a uno mismo", ahora Jesús dice: "como yo los amé". Amor como servicio a la comunidad, dando la
vida, hasta la cruz. Este es el sentido del martirio cristiano. Arriesgarse
hasta la muerte por la fe es arriesgarse hasta la muerte por el hermano.
* ¿A quiénes y cómo amó Jesús?: en primer lugar a
los más pobres, a los pecadores ofreciéndoles el perdón, a los oprimidos, a los
enfermos... cuyos derechos defendió frente a los poderosos. Amó a sus
discípulos: a Pedro con sus desplantes y al discípulo (amado) con la pasión de
su amor. Amó a sus amigos de Betania en el calor del hogar. Jesús ama a sus
enemigos. Donde hay más de uno, son
inevitables los conflictos. Pero en
el conflicto, vivido dese el amor cristiano,
aprendemos justamente el valor de la tolerancia, del respeto a la
diversidad, y el mejoramiento de nuestra manera de entender y practicar el amor
En nuestra Argentina del Bicentenario, con unos índices escandalosos de
violencia e intolerancia, es una absoluta novedad mirar como Jesús miró, hablar
como Jesús habla, sostener como sostiene Jesús, amar como Jesús ama.
¿NO HABRÁ FORMA QUE HOY EN LA IGLESIA TAMBIÉN ESCUCHEMOS LAS OPINIONES DE TODOS,
ABRIÉNDONOS AL APORTE DE TODOS SUS MIEMBROS?
Cuentan que un agricultor sembraba todos los
años maíz en sus campos. Después de muchos años, logró conseguir la mejor
semilla de maíz que se podía obtener. Mientras los cultivos de sus vecinos
daban cinco mazorcas por uno, el suyo daba cincuenta mazorcas por un grano. El
hombre se preocupaba por dejar cada año una buena cantidad de semilla para
volver a sembrar y para regalarle a todos sus vecinos, que se alegraban con
esta generosidad del agricultor. Cuando alguien le preguntó por qué hacía eso,
él respondió: «Si mis vecinos tienen también buen maíz, mis maizales serán cada
vez mejores; pero si el maíz de ellos es malo, también mi maizal empeorará».
Nadie entendió la respuesta, de modo que él añadió: «Los insectos y los vientos
que llevan el polen de unos sembrados a otros y fecundan las cosechas para que
produzcan su fruto, no tienen en cuenta si los sembrados son míos o de mis
vecinos… Mis sembrados crecerán lo que los sembrados de mis vecinos crezcan».
Parecería que la
relación entre nuestro crecimiento y el crecimiento de los demás fuera inversamente
proporcional. Pero desde la lógica de Dios, las cosas son al contrario. Una de las principales causas por las que tantos
cristianos abandonan la Iglesia radica justamente en la falta de un testimonio
mucho más abierto y decidido respecto al amor. Con mucha frecuencia nuestras
comunidades son verdaderos campos de batalla donde nos enfrentamos unos
contra otros; donde no reconocemos en el otro la imagen de Dios. La señal por
la que los cristianos deberíamos ser reconocidos es el de amarnos unos a
otros... No deberíamos preocuparnos
tanto por las insignias externas, por las prácticas piadosas, sino por la CALIDAD
DE NUESTRAS RELACIONES.
Hay muchas maneras concretas de expresar el
amor, al estilo del de Jesús ==> entrega, sacrificio, aliento, perdón, ayuda… Cada uno puede pensar y proyectar
maneras de expresar el amor. Como comunidad diocesana queremos caminar
así: Plan Pastoral: Propiciar relaciones cercanas, fraternas y solidarias generando
lugares de acogida y confianza”.
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