miércoles, 17 de abril de 2013


Martín Gelabert Ballester, OP 
El reparto, esa es la cuestión 



Leo que, en estos últimos días, el Papa ha dicho a los sin techo: “les llevo en mi corazón, estoy a su disposición”. Son unas palabras en línea con las que pronunció, parece que de forma casi espontánea (y esas espontaneidades reflejan lo que hay en el corazón) al decir que quería una Iglesia pobre y para los pobres. La pobreza evangélica tiene que ver con la sencillez de corazón y con la austeridad de vida. Tiene que ver con la confianza en Dios. Pero también se manifiesta en actos proféticos de solidaridad con aquellos que son pobres materialmente hablando.



Hay una palabra de Jesús que, tomada en serio, puede suscitar actos proféticos: “dadles vosotros de comer”. Tan interesante como la palabra es el contexto que la suscita. La gente se agolpa alrededor de Jesús y escucha su enseñanza. De pronto los discípulos se dan cuenta de que es tarde y están en un descampado. Aconsejan a Jesús que diga a la gente que vayan a los pueblos de alrededor para encontrar comida. Es la solución más lógica y sensata. Jesús responde: “dadles vosotros de comer”. Entre la multitud, hay un muchacho que tiene comida, pero es claramente insuficiente: cinco panes y dos peces (Mc 6,30-44). Entonces Jesús, tras pronunciar la oración, parte los panes y manda que se distribuya lo partido. Ya sabemos que al final sobró comida. La enseñanza de fondo: el pan, cuando es escaso pero se parte y reparte, llega a todos; si es abundante, y se lo queda uno solo, sólo come une y los demás pasan hambre.



La cuestión no es por tanto de cuantos recursos dispone el Estado o el municipio. La cuestión es si los reparte y cómo los reparte. Desgraciadamente, en nuestras ciudades cada vez hay más colas esperando un poco de pan ante comedores sociales, albergues y despachos de Caritas. La mayoría son extranjeros, pero cada vez hay más españoles. Las preguntas que se pueden hacer son muchas: ¿cómo es que las instituciones caritativas encuentran comida? ¿A qué dedican sus recursos las instituciones oficiales? ¿Con qué criterio se hacen los presupuestos del Estado, de la Comunidad, del municipio? ¿Qué es lo que tiene la primacía? Se dice y repite que la tienen las pensiones, la enseñanza y la sanidad. No es verdad. La tiene el pago de intereses. ¿Por qué el Estado no se declara en suspensión de pagos? No sería ni la primera vez que lo hace, ni el primero que lo hace. Todas las grandes naciones lo han hecho alguna vez y su economía ha resurgido con más fuerza.

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