Pbro. Diego fenoglio
Jesucristo Rey del Universo
“…Reino de paz, justicia, verdad y libertad…”
La
festividad de Cristo Rey cierra el año litúrgico y se pretende poner en el
horizonte de nuestra historia a Aquél que ha hecho presente en este mundo el
reinado de Dios, que no es un estado, sino una situación en la que los hombres
deben aprender a vivir en solidaridad.
La
acusación contra Jesús de que era rey, mesías, la aprovecha Juan teológicamente
para un diálogo sobre el sentido de su reinado. Este no es como los reinos de
este mundo, ni se asienta sobre la injusticia y la mentira, ni sobre el poder
de este mundo. Allí, pues, donde está la verdad, la luz, la justicia, la paz,
allí es donde reina Jesús. No se construye por la fuerza, ni se fundamenta
políticamente. Es un reino que tiene que aparecer en el corazón de los hombres
que es la forma de reconstruir esta historia. Es un reino que está fundamentado
en la verdad, de tal manera que Jesús dedica su reinado a dar testimonio de
esta verdad; la verdad que procede de Dios, del Padre. Sólo cuando los hombres
no quieren escuchar la verdad se explica que Jesús sea juzgado como lo fue y
sea condenado a la cruz. Esa es la verdad que en aquél momento no quiso
escuchar Pilato, pues cuando le pregunta a Jesús qué es la verdad sale raudo de
su presencia para que poder justificar su condena posterior. Juan nos quiere
decir que Jesús es condenado porque los poderosos no quieren escuchar la verdad
de Dios.
El sentido
profundo de los signos realizados por Jesús será, justamente, indicar que el
Reino de Dios ya está abriéndose camino. La misericordia para con los
pecadores, la restitución de la salud a los enfermos, la vuelta a la vida a los
muertos, el devolver la dignidad a los excluidos y la libertad a los oprimidos,
y el dar de comer a los hambrientos, son signos reales de la irrupción de ese
reinado de Dios en la historia humana.
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