miércoles, 1 de octubre de 2014

Piñero y Pikaza. Un agnóstico y un creyente ante la misma Biblia


El pasado 28 de Septiembre he recogido en mi blog lalectura/recensión de Antonio Piñero a mi Historia de Jesús, prometiendo ofrecer mi visión del tema, y así lo haré brevemente, pues hacerlo con anchura exigiría un libro entero (He tratado de la obra de A. Piñero en otros lugares de este blog: cf.12.12.06; 10.14.07; 24.02.10; 13.08.12: 20.08.12...).
Varias son las diferencia que Antonio Piñero ha visto entre mi visión de Jesús y la suya, pero la más importante es, a mi juicio, la que se refiere a la lectura creyente/confesional y a la científica de la Biblia, como si fueran distintas. Yo sería (o tendería a ser) un representante de la lectura confesional que, a su juicio, tiende al partidismo, porque introduce en la Biblia presupuestos externos de tipo creyente. Piñero, en cambio, representaría una lectura a-confesional, independiente (y no partidista) de la Biblia.
En otras palabras: Yo jugaría con cartas quizá "marcadas" por mi condición “confesional”, y eso me impediría ver las cosas con neutralidad, mientras él, como agnóstico (o no creyente), desarrollaría una lectura puramente científica y neutral de la Biblia. Yo la leería como "libro religioso" (¡que lo es!), él la leería como libro humano (¡que lo es también, precisamente por ser religioso!).
Sinceramente, yo pienso que un libro religioso sólo puede entenderse del todo con "simpatía" religiosa (y con mucha y buena ciencia); por el contrario, A. Piñero parece pensar que se lee mejor con "seriedad científica" (aunque la simpatía religiosa puede y debe suponerse, para entender el valor de algunas actitudes). Ésta es nuestra diferencia fundamental.
Eso significaría que mi libro de Jesús tiene su valor, pero en el fondo sólo para “creyentes”. Ciertamente sería mejor que otros (y cita en ese plano a J. Gnilka, a quien conocí y admiro), pero siempre con las limitaciones y prejuicios que parece imponer la “fe previa”. Sólo un lector sin fe podría (así entiendo a Piñero, quizá me equivoco) leer bien la Biblia en su anchura, como libro simplemente humano, sometido a la crítica de las ciencias antiguas y modernas, en línea “ilustrada”.
No estoy seguro de que éste sea el pensamiento de A. Piñero, un hombre “seriamente” científico (así le he presentado)..., pero así lo supongo en las reflexiones que siguen, para responderle o criticarle en lo más mínimo (¡Dios me libre!), sino para seguir pensando yo mismo (y los dos juntos) que mucho me ha preocupado y me preocupa el tema, y mucho estimo nuestro diálogo y seriedad de colegas/amigos. Gracias por todo, Antonio. Y perdona si no he logrado entenderte.

Para seguir leyendo ver:
http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php

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